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Usos competidores de la fauna

Victor S. Balinga

V.S. BALINGA es funcionario de la Dirección de Aguas, Bosques y Caza de la República de Camerún, en Yaoundé.

Un oficial de la fauna de Camerún explica cómo la política se convierte en ordenación práctica

En los países en desarrollo, la caza en particular suele tener que satisfacer varias necesidades, algunas de las cuales contrastan con otras. El presente artículo trata de la manera en que el Gobierno de Camerún aborda estos problemas.

Camerún trata de basar su política y ordenación de la fauna en tres realidades:

- La fauna es una fuente importante de proteínas y un alimento tradicional favorito, que tiene mucha demanda.

- La fauna significa también turismo y caza deportiva en los safaris, especialmente desde diciembre hasta abril; constituye, pues, una fuente de divisas significativa.

- Hay que perpetuar la fauna como parte importante del patrimonio nacional. El gobierno ha delimitado cinco parques nacionales en el norte del país, con una superficie total de 580 000 ha.

En Camerún se ha iniciado la enseñanza de la conservación, pero todavía está en sus comienzos. En el antiguo Camerún oriental, el gobierno comenzó a crear reservas de caza hacia 1950: Waza, Kalamaloue, Benue, Faro, Dja, Douala-Edea, Campo, Pangar Djerem (reserva cerrada), etc., tienen una extensión de 2 millones de ha aproximadamente. En el antiguo Camerún occidental, la primera reserva de caza (la del río Kimbi) se creó en 1963 y, a continuación, la del Cráter Mbi, con una superficie total de 5 000 ha aproximadamente.

Algunas personas se preguntan por qué se encuentran protegidas estas áreas. Es claro que la población todavía no está suficientemente informada para apreciar la importancia que tiene su conservación.

Hoy en día, más que nunca, la caza tradicional exclusivamente de subsistencia ha sido reemplazada por la caza deportiva y la comercial, organizadas con armas y medios de transporte complicados, lo que hace necesario organizar urgentemente programas para informar a la población acerca de la necesidad de manejar y conservar el patrimonio faunístico. Esto preocupa a los legisladores y el gobierno proyecta realizar varios programas de información y educación.

El Director del Colegio de la Fauna de Garona, Andrew Allo Allo, por ejemplo, ha formado en el norte los clubs de la fauna de Maroua, Mokolo y Garona, que se componen principalmente de escolares, que suman 400 en total.

Los profesores del colegio visitan estos clubs de vez en cuando para dar conferencias y proyectar diapositivas y películas. También se han organizado excursiones al monte para que los escolares vean a los animales y aprecien mejor de qué manera los diversos elementos de que se compone el ecosistema dependen unos de otros. Se espera que estas actividades adquieran mayor popularidad y se difundan, sobre todo en el sur del país, donde es necesario someter a un buen régimen de ordenación todo el ambiente faunístico.

El Servicio de Información del Ministerio de Agricultura ha transmitido charlas por radio sobre conservación de la fauna y tiene en programa utilizar unidades móviles para proyectar diapositivas y películas en los pueblos más apartados. La Fundación Africana de Dirigentes Faunísticos proyecta prestar asistencia al gobierno mediante un programa de enseñanza de la conservación, semejante al que se está realizando actualmente en Botswana. También proyecta proporcionar asesoramiento técnico, personal y equipo al Colegio de la Fauna de Garona, que está al servicio de toda el Africa occidental como centro de formación en la materia.

La caza, fuente de proteínas

En Camerún, como en la mayoría de los países del Africa occidental y central, la fauna ha sido considerada tradicionalmente como una fuente regular de proteínas, que es un don de Dios. La población cree conveniente que la caza sea libre y no es capaz de comprender por qué conviene restringir esta actividad. Después de todo, sus antepasados siempre han cazado. Por tal motivo, no es sorprendente que, no obstante las disposiciones legislativas, la caza furtiva haya estado a la orden del día durante años y constituya un hábito inveterado de la población.

La legislación sobre la fauna, en el pasado y en el presente, ha reconocido que la caza tiene profundas raíces culturales, lo que es una realidad en todo el sur y una parte del norte del país. Por consiguiente, la ley permite la caza tradicional sin permiso. Se autoriza la caza y la colocación de trampas con armas y dispositivos hechos de materiales tradicionales y el empleo de lanzas, arcos y flechas y perros; pero se necesita permiso para usar armas de fuego.

FORESTALES Y ALDEANOS CON UN ELEFANTE MUERTO QUE AMENAZABA A UN PUEBLO «...una fuente providencial de proteínas»

En el norte hay ganado vacuno, que es la principal fuente de proteínas; pero en los bosques del sur sólo se encuentra la vaca enana, especialmente entre los Bakweris de Fako y los Bakossis de Meme, de manera que la principal fuente de proteínas es la fauna local y el ganado vacuno proveniente del norte.

También hay áreas deprimidas del país donde la caza suministra virtualmente el único medio de vida, como las regiones de Akwaya, Ndian, Nkam y Mouloundou. En estas áreas, el ganado vacuno del norte se ve raramente, no hay haciendas y la población caza para alimentarse, vende o trueca parte de la carne por otras cosas necesarias para la vida. En muchas partes del este, y sobre todo desde Lomie hasta Mouloundou, hay pigmeos cuyo único medio de vida es la caza. El gobierno no prevé que jamás soliciten permisos, por lo que cazan libremente durante todas las épocas del año.

La ley establece también un reglamento estricto, en virtud del cual se dispone que los cazadores posean permisos, los cuales cuestan de 10000 a 20 000 francos de Camerún para los residentes, y de 20 000 a 40 000 francos para los no residentes. A razón de 278 francos del Camerún por dólar EE.UU., la tarifa es de 36 a 72 dólares para los residentes y de 72 a 143 dólares para los no residentes. De acuerdo con el antiguo reglamento, los cazadores deportivos no podían vender la carne y, por lo general, la daban a la población del lugar, la cual consumía la que podía y vendía el resto. De acuerdo con la actual legislación, los cazadores pueden vender la carne. En algunos casos, cuando se aplicaba el antiguo reglamento y la carne se regalaba, la que no se consumía se pudría, pero se espera que con La nueva legislación esto no suceda.

Control de la caza

Otras disposiciones reglamentarias autorizan al Departamento de Bosques para controlar la caza, enviando guardacazas a matar los animales merodeadores, pero tiene que establecer claramente que los animales salvajes hacen daños a la agricultura y a la propiedad antes de efectuar estas operaciones de control. La antigua ley forestal del Camerún occidental disponía la venta a bajo precio de la carne obtenido en estas misiones a la población local, y así se estableció una tradición en virtud de la cual alrededor de la mitad de la carne de los animales merodeadores se distribuía gratis a las personas que habían sufrido daños y la otra mitad la vendía el gobierno en la localidad. Estas actividades suelen hacer un aporte significativo de proteínas a la población local.

Por supuesto, ha habido casos en que la población, deseosa de obtener carne de la caza, da una falsa alarma de destrucción de cosechas para que los guardacazas los maten y les den la carne. Esto, en todo caso, revela cuán importante es la carne de la caza en la dieta de nuestro pueblo.

En el antiguo Camerún oriental, la carne de los animales sacrificados por los guardacazas se entregaba gratis a los perjudicados. Si no había guardacazas gubernamentales, se solía pedir a cazadores autorizados que mataran a los animales y se les recompensaba, bien con la carne o con el trofeo o, como en el antiguo Camerún occidental, con una suma de hasta 7 000 francos (25 dólares) en efectivo.

Caza furtiva

Además de la caza lícita, hoy en día se encuentra muy difundida la caza furtiva. Los cazadores furtivos suelen utilizar dispositivos y métodos ilegales, desde armas de fuego no autorizadas hasta trampas, que pueden constituir un peligro para la vida humana. La caza furtiva abunda, debido a que el personal de vigilancia y los recursos de que disponen son limitados. El gobierno conoce los problemas que se plantean a las personas encargadas del control de la caza furtiva y hace todo lo posible por ayudarlas.

Animales de caza comúnmente utilizados como alimento

FAUNA DE LAS SABANAS:

Leopardo cazador (Acinonyx jabatus)
Rinoceronte (Diceros bicornis)
Jirafa (Giraffa camelapardalis)
Jabalí de verrugas (Phacochoerus aethiopicus)
Anta gigante (Taurotragus derbianus)
Antílope ruano (Hippotragus equinas)
Kob bufón (Kobus kob)
Hartebeest (Alcelaphus baselaphus)
Topi (Damiliscus lunatus)
Gacela (Gazella sp.)
Mono patas (Erythrocebus patas)

FAUNA DE SABANAS Y DE BOSQUES:

Mandril (Papio sp.)
León (Panthera leo)
Leopardo (Panthera pardas)
Hipopótamo (Hippopotamus amphibus)
Sitatunga (Tragelaphus spekei)
Bushbuck (Tragelaphus scriptus)
Búfalo (Syncerus caffer)
Elefante (Loxodonta africana)
Hiena (Corcuta corcuta)
Gato cerval (Felix serval)
Gato de algalia (Civettictis civetta)
Reedbuck (Redunca redunca)
Duiker (Cephalophus sp. Sylvicapra)
Aardvark (Orycteropus afer)
Waterbuck (Kobus ellipsiprymnus defassa)
Oribi (Ourebia ourebi)
Mono tántalo (Cercopithecus aethiops)
Cocodrilo (Crocadylus sp.)

FAUNA DE LOS BOSQUES:

Chimpancé (Pan troglodytes)
Mangabey (Cercocebus sp.)
Gorila (Gorilla gorilla)
Mono colobus (Colabus sp.)
Drill (Mandrillus leucophaeus)
Mandril (Mandrillus mormón)
Cerdo de monte (Potamochoerus porcus)
Bongo (Boocercus eurycerus)
Puercoespín (Hystrix sp.)

Parte de la caza furtiva sólo tiene por objeto la obtención de carne, pero también hay cazadores furtivos que operan comercialmente. Entre los productos derivados de la caza que se venden por dinero figuran trozos de carne, y trofeos tales como pieles y colmillos.

Independientemente del objetivo fundamental, casi toda la carne obtenido de la caza furtiva se consume en el lugar. Se sabe que los puestos en los mercados están llenos de carne de animales salvajes; los comerciantes suelen esconder la carne debajo de algún otro producto, como el pescado, que se vende mucho. La caza furtiva suele ser nocturna, porque es más fácil evitar encuentros con la policía. Los restaurantes venatorios de Camerún tienen buena clientela, a pesar de que venden la carne muy cara. En algunas paradas de las rutas principales hacen muy buen negocio los restaurantes que se especializan en carne de animales salvajes.

La mayoría de los cazadores furtivos no trabajan por cuenta propia. Personas que no saben manejar bien las armas, o no tienen tiempo para cazar, suelen comprar armas y municiones para dárselas a personas expertas, que cazan furtivamente por su cuenta. Esto constituye un grave peligro especialmente para los elefantes, que se cazan de manera ilegal por sus colmillos. A veces se contratan pigmeos como cazadores furtivos, porque tienen una situación privilegiada en virtud de la ley, y sólo se les da en pago tabaco u objetos de escaso valor.

Hay algunos caminos principales que atraviesan parques nacionales, tales como el de Kalamaloue. Los chóferes de los camiones que hacen el recorrido Nigeria-Chad procuran llegar a las áreas de conservación de noche, a fin de poder dedicar algún tiempo a la caza ilegal y salir con los camiones cargados de carne antes de que amanezca.

También hay caza furtiva en aquellas reservas de caza a las que se otorgan permisos para la corta de madera, como la de Campo. Los obreros forestales en estos lugares tan apartados, como no disponen de carne de vacuno, cazan animales salvajes para mejorar su dieta. En esta forma suelen sacrificarse muchos animales.

Los cazadores furtivos profesionales suelen atravesar las fronteras nacionales. En muchas ocasiones, grupos provenientes de países vecinos penetran en los parques nacionales para cazar y ha habido encuentros armados en los que han quedado gravemente heridos o muertos cazadores furtivos.

Los que tienen permiso de caza reciben sus cuotas de municiones de las autoridades administrativas, pero como en algunas partes hay mucha demanda de carne de animales salvajes, estas cuotas no suelen ser suficientes. La población trata de engañar a las autoridades pidiendo municiones para ceremonias tradicionales, destinándolas luego a la caza. Incluso cuando la petición es genuina, las municiones sobrantes, después de las fiestas, a la larga se destinan a la caza.

También hay anualmente festivales de caza en lugares destinados especialmente al efecto en los pueblos o en los cotos del jefe. En tales ocasiones, la población se abastece de grandes cantidades de carne de animales salvajes.

El control de la caza legal e ilegal en Camerún no es tan complicado como en muchos países desarrollados. Las autoridades tratan de hacer lo posible por disuadir a los cazadores furtivos, pero no recopilan estadísticas sobre la situación de la fauna. En consecuencia, no se ha podido evaluar la cantidad de carne de animales salvajes consumida en el país, ya que esto no es fácil. Se ha tratado de distribuir cuestionarios sobre pesca, por ejemplo, pero la reacción ha sido negativa.

CLASE DE ANATOMÍA EN LA ESCUELA DE ORDENACIÓN DE LA FAUNA AFRICANA, TANZANIA capacitación de oficiales de la fauna para toda Africa

Consumo de carne

De acuerdo con los datos de consumo de carne de vacuno del Departamento de Veterinaria, en todo el norte de Camerún se consumen anualmente alrededor de 9 640 t. El único estudio sobre carne de animales salvajes que se ha hecho es el del Dr. J. Esser, del Colegio de la Fauna de Garona, pero se refiere principalmente a los animales cazados por turistas. Se indica que el peso total de todas las especies cazadas en el norte de Camerún en 1973-74 fue de 514 t. Hay que tener en cuenta que se trata de una zona donde la caza furtiva no es intensa, ya que los residentes consumen sobre todo carne de vacuno.

Considerando que en muchas partes del sur la única carne que come la población es la de los animales salvajes, se puede estimar que el consumo anual de carne de estos animales en el país es de 2000 t, por lo menos. En base a observaciones casuales en trenes provenientes de Lom y de Djerem, y del Alto Sanaga, en las estaciones ferroviarias, en vehículos que van de Yoko a Yaoundé, en mercados de las ciudades del sur, el suministro regular de carne de animales salvajes a clientes particulares y a restaurantes, y basándose también en el estudio del Dr. Esser, no sería exagerado estimar que el consumo de carne se compone en un 90% de vacuno y en un 10% de animales salvajes en el norte, y un 70% de vacuno y 30% de animales salvajes en todo el país.

Como se ha dicho, la mayoría de los cameruneses prefieren la carne de animales salvajes a la de animales domésticos, pero también hay otras razones por las cuales cazan animales salvajes, tales como el obtener partes u órganos específicos de ciertas especies para usos medicinales o rituales. Los huesos de algunos primates y la grasa de pitones se destinan a estos usos. Además, en ciertas ceremonias y días de fiesta, la carne de animales salvajes suele ser indispensable en el menú para celebrar la ocasión con el tradicional debido respeto. Evidente mente, esto no difiere de ninguna cultura del mundo, ya que ciertas fiestas no lo son si faltan los platos tradicionales.

Todo lo dicho revela que la demanda de carne de animales salvajes en esta parte de Africa es muy grande y, como señalamos en un principio, las realidades que las autoridades tienen que tomar en cuenta al ocuparse de la ordenación de la fauna tienen contradicciones inherentes en mayor o menor grado. Sabemos que lo que tenemos que hacer es utilizar nuestra fauna en beneficio de la población y, al mismo tiempo, hacerlo de manera que se mantenga como parte esencial de nuestra cultura. La ordenación, utilización y conservación, sumadas, constituyen nuestro objetivo y nuestro método.


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