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Productos químicos derivados de la madera

Irving S. Goldstein

IRVING S. GOLDSTEIN, profesor del Departament of Wood and Paper Science, de la Universidad del Estado de Carolina del Norte, Estados Unidos. Este artículo originalmente se presentó como ponencia al Octavo Congreso Mundial de Montes celebrado en Yakarta en octubre de 1978.

Perspectivas para el futuro

Son dos las formas en que se podrá utilizar la madera en el futuro para la obtención de productos químicos. Una consiste en extender y ampliar los métodos actuales. La otra reside en transformar los componentes poliméricos del tabique celular que constituyen la porción principal de la madera. Estos polímeras permitirán sustituir los productos petroquímicos y satisfacer todas las necesidades del consumo.

Las proyecciones de la demanda futura de algunos productos básicos pueden fundarse en el crecimiento demográfico o en las tendencias pasadas. Sin embargo, en la proyección de la demanda futura de los productos químicos derivados de la madera una simple extrapolación de los datos actuales no resulta fiable. Hoy en día, las sociedades industriales dependen, casi enteramente, de productos petroquímicos derivados de hidrocarburos fósiles, líquidos y gaseosos, como materias primas para la producción de fibras, plásticos, cauchos, adhesivos, etc. A medida que el petróleo y el gas natural van escaseando y siendo más caros, es evidente que otras fuentes de carbono, tales como el carbón de leña o la madera, pueden empezar a utilizarse como materias primas alternativas. Si bien la transformación de la madera en productos químicos es teórica y tecnológicamente factible, ello no implica que la madera se vaya a utilizar inevitablemente para estos fines.

Antes de estudiar los factores que, en definitiva, determinan la clase y el volumen de los productos químicos que han de derivarse de la madera en el futuro y que, en su mayor parte, quedan fuera del control de las industrias forestales, es útil comprender qué posibilidades tiene la madera de contribuir en este campo. En este articulo se presenta información básica acerca de la composición química de la madera y se describen brevemente los productos químicos derivados en el pasado, actualmente o en un futuro previsible.

Composición química de la madera

Si bien, en teoría, un químico puede transformar los componentes de la madera en cualquier producto químico deseado, los productos que pueden derivarse prácticamente de la madera dependen en realidad mucho de su composición química inherente. La madera es una mezcla de tres polímeros naturales: celulosa, lignina y hemicelulosas, que guardan una relación aproximada de 50:25:25, según la especie, las variaciones biológicas, tales como las diferencias genéticas que pueda haber dentro de una especie, y las condiciones de crecimiento. La celulosa y las hemicelulosas son polímeras de hidratos de carbono formados a partir de moléculas de monosacáridos, y la lignina es un polímero de unidades fenilpropánicas (Browning, 1963).

La celulosa es un polímero de la glucosa de cadena larga que únicamente se diferencia del almidón, que es también un polímero glucósico, por la configuración de las moléculas glucósicas. El carácter fibroso de las células leñosas es el resultado de la disposición lineal, orientada y cristalina de su elemento más abundante, la celulosa.

Las hemicelulosas son polímeras de cadena más corta o ramificada de sacáridos con cinco átomos de carbono (pentosas), tales como la xilosa, o de seis átomos de carbono (hexosas) aparte de la glucosa. Son de naturaleza amorfa y sirven, con la lignina, para formar la matriz en la cual se incrustan las fibrillas de celulosa. Aunque la estructura de la celulosa es la misma en las diferentes especies las hemicelulosas varían considerablemente entre especies, especialmente entre las frondosas y las coníferas. Las hemicelulosas de las frondosas son, en general, más ricas en pentosas mientras que las hemicelulosas de las coníferas suelen contener más hexosas.

La lignina, que es el tercer componente de la membrana celular, es un polímero tridimensional que se forma a partir de las unidades fenilpropánicas que se han desarrollado aleatoriamente formando una molécula grande y compleja con muchas diferentes clases de ligamentos entre los bloques estructurales. La estructura de la lignina también varía según se trate de una especie frondosa o conífera. Los grupos fenílicos de la lignina de frondosas se sustituyen más con grupos metóxilos que los de la lignina de coníferas. Una de las consecuencias de esta diferencia es que las ligninas de frondosas están menos reticuladas y son más fáciles de disolver durante la conversión a pasta.

La lignina actúa de cemento entre las fibras leñosas y como agente endurecedor entre las fibras en la producción de pasta de madera química. Se disuelve por varios tratamientos químicos, quedando la celulosa y las hemicelulosas en forma fibrosa. Algunas hemicelulosas se pierden durante este proceso a causa de su menor peso molecular, mayor solubilidad y más fácil hidrolización.

Además de los componentes poliméricos del tabique celular que constituyen la fracción principal de la madera, hay diferentes especies que contienen diversas cantidades y clases de materiales extraños que se llaman, en conjunto, extractivos. En las coníferas, se encuentran con frecuencia cantidades considerables de resinas que consisten tanto en ácidos grasos como en los llamados ácidos resinosos que se derivan de terpenos simples tales como la trementina y el aceite de pino. Los taninos son fenoles polihidroxílicos que se encuentran en el duramen y corteza de muchas especies. El caucho se obtiene de la corteza interior de ciertos árboles, en forma de látex. También pueden obtenerse de diversas especies aceites aromáticos y azúcares solubles. El aceite de cedro y el azúcar de arce son ejemplos bien conocidos.

Productos químicos derivados de la madera en el pasado

PIROLISIS DE LA MADERA. Antes de la aparición de combustibles fósiles baratos, como el carbón' el petróleo y el gas natural, la destilación destructiva de la madera para obtener carbón de leña era una industria importante (Stamm y Harris 1953). En los Estados Unidos sólo quedan vestigios de esta industria en la producción de briquetas para la cocina al aire libre.

UN BOSQUE EN EL CANADÁ - una fábrica de productos químicos

El gas que se produce en la carbonización de la madera se puede utilizar como combustible de pocas calorías, y se empleó durante la segunda guerra mundial como energía para motores de combustión interna cuando no había gasolina. Del destilado de la pirolisis de la madera se pueden recuperar varios productos químicos orgánicos volátiles. El ácido acético, el alcohol metílico y la acetona se obtenían antes exclusivamente de la destilación de la madera, lo que condujo a que se designara al metanol con el nombre corriente de alcohol de madera. Además del alquitrán se aislaron diversas fracciones oleosas que se utilizaron para medicinas, ahumadores de carnes, desinfectantes y herbicidas.

EXTRACTIVOS. Los exudados resinosos de los pinos eran la materia prima para los calafateantes navales, que es la industria química más antigua de América del Norte. Estos exudados crudos que primero se utilizaban para el embreado de cuerdas y el calafateo de costuras de los buques de madera, se destilaron más tarde para producir trementina y colofonias, productos que tienen una gran diversidad de usos industriales.

El látex, que se extrae sangrando los árboles de caucho, ha sido durante muchos años la única fuente del caucho. Para muchas aplicaciones, todavía se sigue prefiriendo el caucho natural a los cauchos sintéticos. Los extractos del duramen de ciertas frondosas así como la corteza de diversas especies daban taninos que, como su nombre lo indica, eran importantes para el curtido de cueros.

Productos químicos derivados actualmente de la madera

Además de la celulosa, que es el polímero más empleado hoy día y que se utiliza principalmente en su estado natural fibroso después de extraído, se siguen empleando todavía cantidades considerables de los llamados productos «silviquímicos» (Goheen, 1972) a pesar de la preponderancia de las sustancias químicas derivadas del petróleo, o productos «petroquímicos».

LICORES DE PULPACIÓN. Los fragmentos químicos de los polímeras del tabique celular que quedan en solución después de la fabricación de la pasta pueden, con frecuencia, aislarse de los licores de la fabricación de pasta y utilizarse. En general, los licores resultantes de la fabricación de pasta por medios alcalinos se queman durante la recuperación de los productos químicos empleados, pero los licores resultantes de la fabricación de pasta al sulfito suelen tratarse para obtener subproductos útiles.

La lignina sulfonada puede precipitarse en forma de sulfonatos de lignina y utilizarse como productos tánicos, adhesivos, aglutinantes, dispersantes, etc. Los sacáridos contenidos en el licor de sulfito agotado se fermentan con levadura para producir alcohol etílico y suplementos de forrajes y piensos. Mediante la oxidación alcalina suave de los sulfonatos de lignina, se obtiene vainillina para aromatizantes y odorantes.

La lignina de álcali obtenido del sulfato o del licor negro kraft se precipita y utiliza como diluente de resinas, para refuerzo del cancho y la estabilización de emulsiones. Entre los productos volátiles obtenidos del licor negro kraft figuran el dimetil sulfuro, dimetil sulfóxido y dimetil sulfona, que son útiles como disolventes y reactivos químicos.

TALOL. La industria de calafateantes navales ha quedado en gran parte desplazada por la recuperación de los componentes oleorresinosos de la madera resultantes del procedimiento de fabricación de pasta kraft (Uprichard, 1978; Zinkel, 1975). Algunas esencias volátiles como la trementina se recuperan de los gases de alivio expulsados de los digestores. El licor resultante de la fabricación de pasta con álcali convierte a los ácidos grasos y a los ácidos resinosos en sales sódicas que se despuman del licor negro concentrado y se acidifican para producir talol crudo.

HIDRÓLISIS DE LA MADERA. La hidrólisis de la madera, o sea la conversión de los polímeras de carbohidratos que contiene la madera en monosacáridos mediante reacción química con agua en presencia de catalizadores ácidos, es un procedimiento que se conoce desde hace 150 años y que se ha empleado en escala comercial en los Estados Unidos durante la primera guerra mundial, en Alemania durante la segunda guerra mundial, y se utiliza actualmente en la U.R.S.S. El producto principal es la glucosa, que puede convertirse después en etanol o levadura.

POLÍMEROS CELULÓSICOS. La celulosa química de gran pureza, o pasta soluble, es el material de partida de derivados poliméricos de la celulosa tales como el rayón y el celofán (que son ambos celulosas regeneradas); ésteres celulósicas tales como el acetato y el butirato para la producción de fibras; películas y aplicaciones de moldeo, y éteres celulósicas tales como la carboximetilcelulosa, la etilcelulosa, y la hidroxietilcelulosa, que se utilizan como gomas.

EXTRACTIVOS. Todavía se sigue obteniendo de los tocones de pino, por destilación al vapor o por extracción, cierta cantidad de trementina y colofonia. La arabinogalactana, que es una goma hemicelulósica extraída del alerce, se utiliza como sucedáneo de la goma arábica. Los ácidos fenólicos extraídos de la corteza de varias coníferas se emplean como diluentes para adhesivos resinosos sintéticos y como aglutinantes y dispersantes. Las ceras que se extraen de la corteza del abeto Douglas pueden utilizarse en las aplicaciones generales de la cera, y el caucho natural sigue siendo un material importante.

Productos químicos que se obtendrán de la madera

En el futuro, la utilización de la madera para la obtención de productos químicos revestirá dos categorías principales: por una parte, la extensión y ampliación de los procedimientos actuales, y por otra, la transformación de los polímeras de la membrana celular en materias primas químicas de poco peso molecular.

EXTENSÍON DE LOS PROCEDIMIENTOS ACTUALES, Además de la ampliación material de las operaciones actuales, se persigue también su extensión a otros aprovechamientos afines en la utilización de los productos y extractivos. Los ejemplos que aquí se citan son ilustrativos y no Imitadores.

Los extractivos obtenidos de la corteza y el leño tienen un potencial mucho mayor que el que indica su aprovechamiento actual (Hillis, 1978; Laver, 1978). Los polímeras celulósicas podrían tener una mayor importancia si se pudieran reducir los costos de energía y mejorar sus propiedades (Allan, 1978; Goldstein, 1977). Se puede estimular la producción de oleorresina de los pinos aplicando herbicidas (Roberts, 1973). Se pueden obtener polímeros hidrocarbúricos con el cultivo comercial de nuevas plantas (Calvin, 1978), y producir fenoles de poco peso molecular a partir de la lignina, subproducto de los licores de la fabricación de pasta (Goheen, 1971; Benigni y Goldstein, 1971). Es posible recuperar ácidos sacarínicos del licor negro kraft (Sarkanen, 1976). El follaje puede producir aceites esenciales, clorofila y proteína (Barton, 1978).

CONVERSIÓN DE LOS POLÍMEROS DE LA MEMBRANA CELULAR. La porción principal de la madera consiste en los componentes del tabique celular. En cuanto a volumen, esta fuente de materia prima supera con mucho a los elementos extractivos o subproductos químicos y representa un recurso potencial para satisfacer todas las necesidades químicas en sustitución de los productos petroquímicos. Se puede lograr una producción en gran escala de sustancias químicas, importantes desde el punto de vista industrial, derivadas de la lignocelulosa, siguiendo diversos procedimientos (Goldstein, 1976a). Estas cantidades industriales pueden proveer los bloques estructurales químicos fundamentales para la conversión en polímeros sintéticos (Goldstein, 1975a).

MADERA TOTAL. Los polímeros del tabique celular en su estado natural mixto pueden descomponerse en preparados más simples mediante tratamientos rigurosos que implican temperaturas altas y también, en algunos casos, presiones elevadas. Estos procedimientos no son de por si selectivos y son idénticos a los que se emplean con buenos resultados para la transformación en productos químicos de los desperdicios sólidos orgánicos o del carbón.

En la gasificación, la madera se calienta a temperaturas de hasta 1000°C para formar una mezcla de monóxido de carbono y de hidrógeno como principales productos (Prahacs et al., 1971). Como subproductos se obtienen pequeñas cantidades de etileno, acetileno, propileno, benceno y tolueno. El monóxido de carbono y el hidrógeno que se forman de igual manera que en la gasificación del carbón se pueden: (a) tratar más aún para obtener hidrógeno con vistas a la producción de amoniaco; (b) convertir por catálisis en metanol; (c) enriquecer con hidrógeno y someter a reacción para formar metano, o (d) convertir por catalización en una mezcla de hidrocarburos alifáticos por el procedimiento Fisher-Tropsch.

La madera se licúa por reacción con monóxido de carbono y agua a una temperatura de 350-400°C y a una presión de 4000 libras por pulgada cuadrada (280 kg/cm2), en presencia de varios catalizadores (Appell, 1971). Se produce un aceite viscoso (rendimiento: 40-50%) que puede tratarse ulteriormente para convertirlo en productos químicos de la misma forma en que los productos petroquímicos se derivan del petróleo.

La pirolisis, o degradación térmica de la madera en ausencia de aire u oxigeno, transforma la madera en carbón de leña, gas y aceite (Saltes, 1978; Wender, 1974). El rendimiento relativo de cada producto dependerá de las condiciones de la pirolisis y de la composición del substrato, pero a una temperatura de 900°C las cifras típicas serían 25-35% de carbón de leña, 3045% de gas y hasta 8% de alquitrán y aceite. El gas consiste principalmente en hidrógeno, monóxido de carbono y metano, mientras que el alquitrán y el aceite contienen elementos aceitosos ligeros como el benceno y el tolueno, así como preparados mixtos de temperatura de ebullición más elevada.

CELULOSA. La transformación selectiva de la celulosa de polímero glucósico en glucosa monomérica puede lograrse por diversos medios. La hidrólisis, para obtener glucosa, puede catalizarse bien sea por ácidos o enzimas, pero ningún procedimiento resulta tan fácil como la hidrólisis del almidón debido al carácter cristalino de la celulosa. El contenido de lignina no impide la hidrólisis ácida, pero una celulosa que contenga mucha lignina será resistente a la hidrólisis enzimática, por lo cual habrá que delignificar en parte la madera o molerla fina para someterla a la hidrólisis por enzimas.

La hidrólisis ácida con ácido diluido a elevadas temperaturas produce la descomposición de parte de la glucosa formada, que se convierte en hidroximetilfurfurol (Harris, 1975), lo que limita al 50% aproximadamente el rendimiento neto de azúcar. La hidrólisis ácida fuerte a temperaturas más bajas puede dar rendimientos casi cuantitativos de glucosa (Kusama, 1960).

Shafizadeh (1978) ha demostrado que la destilación en seco de la celulosa a 400-500°C rinde casi 80% de un alquitrán que contiene principalmente levoglucosana que puede convertirse en glucosa con un rendimiento del 50% basado en celulosa. Para evitar toda contaminación y reacción con otros productos de descomposición, se necesitaría celulosa limpia de otros elementos del tabique celular.

La transformación de la celulosa en glucosa es el primer paso en la utilización química en gran escala de la celulosa. La fermentación de la glucosa para obtener etanol mediante técnicas industriales acreditadas de alto rendimiento ofrece grandes perspectivas. El etanol es un importante producto químico industrial que se produce actualmente por hidratación del etileno. Puede también tener una amplia aplicación como combustible para motores de combustión interna.

En la deshidratación del etanol para obtener etileno, o sea la reacción inversa a la actual formación de etanol a partir de etileno del petróleo, también el rendimiento es elevado. De igual forma, del etanol se obtiene fácilmente butadieno por procedimientos industrialmente acreditados, pero que, debido a la baratura del petróleo, han quedado anticuados. La transformación de la glucosa vía etanol en etileno y butadieno representa la principal utilización potencial de la celulosa para obtener productos químicos, debido a la importancia del etileno, tanto como producto químico orgánico de mayor volumen que como bloque estructural para la obtención de productos petroquímicos y plásticos, y el butadieno como agente para la producción de caucho sintético.

La glucosa se transforma asimismo en productos químicos que actualmente carecen de importancia desde el punto de vista industrial, pero que pueden tenerla en condiciones económicas apropiadas. Uno de estos procedimientos es la producción de hidroximetilfurfurol y su ulterior conversión en ácido levulínico mediante la acción de ácidos minerales calientes sobre la glucosa (Harris, 1975). El empleo de la glucosa como substrato de fermentación general permitiría la producción, a partir de la madera, de un amplio surtido de antibióticos, productos químicos, vitaminas y enzimas (Seeley, 1976). Por ejemplo, el ácido láctico podría transformarse en ácido acrílico y en acrilatos.

HEMICELULOSAS. Las hemicelulosas son más fáciles de hidrolizar por ácidos que la celulosa y, por consiguiente, con tratamientos suaves y de gran rendimiento se convierten más fácilmente en monosacáridos. Las xilanas, que abundan más en los árboles caducifolios, dan principalmente xilosa, mientras que las glucomanas, contenidas en gran cantidad en las coníferas, dan manosa.

La manosa y otras hexosas pueden combinarse con la glucosa para obtener etanol por fermentación. La xilosa y demás pentosas se transforman en furfurol o, si no, también la xilosa puede reducirse a xilitol. Hoy día el furfurol se produce industrialmente por tratamiento ácido de la xilana que contienen los zuros de maíz y el bagazo de caña de azúcar. Como, gracias a la hidrólisis de la madera, se podrían obtener cantidades mucho mayores, haría falta encontrar nuevas aplicaciones. Sin embargo, como antes el furfurol era la materia prima que se utilizaba para la fabricación del nilón hasta que fue sustituido por el butadieno, la abundancia de furfurol, a un costo razonable, estimularía nuevas aplicaciones.

LIGNINA. Las características de la lignina importantes para su utilización química son su carácter aromático (en el sentido químico del contenido del grupo fenílico) y el enlace covalente carbono-carbono que impide la reversión a monómeros por tratamiento suave. En condiciones más rigurosas de pirolisis, hidrogenación e hidrólisis, se han obtenido rendimientos de fenoles de hasta el 50% (Goheen, 1971: Goldstein, 1975b; Schweers, 1978), y, además, se prevén rendimientos de 35% de fenol puro. Se ha aislado el benceno como componente de la hidrofisuración de la lignina y se podría obtener un rendimiento del 25% de lignina por deshidroxilación del fenol.

LAS FÁBRICAS FUTURAS DE PRODUCTOS QUÍMICOS. De lo dicho anteriormente resulta evidente que los diversos componentes de la madera pueden transformarse en productos químicos específicos, por ejemplo, la celulosa en etanol y las hemicelulosas en furfurol. Aunque, de vez en cuando, se ha considerado la instalación de fábricas dedicadas a un solo producto, no representan la utilización más eficaz y económica de la madera cortada y reunida como materia prima. Las fábricas de productos químicos derivados de la madera del futuro deben transformar todos los componentes de la madera en productos útiles, de igual forma que lo hacen las refinerías con el petróleo y los grandes frigoríficos industriales con la carne que utilizan todas sus materias primas.

Un plan de este tipo (Goldstein, 1975a), que no es, sin embargo, el único posible, entrañaría la prehidrólisis de la madera con ácidos suaves para convertir las hemicelulosas en xilosa o en productos ricos en manosa, que dejen un residuo sólido de celulosa y de lignina. La xilosa podría convertirse en furfurol o en xilitol, y la manosa combinarse con la glucosa para fermentación. La hidrólisis ácida fuerte del substrato celulosa-lignina podría producir una solución glucósica fermentable para obtener etanol u otros productos químicos y un residuo de lignina sólido. Seguidamente la lignina podría hidrogenarse para generar fenoles o también procesarse para obtener resinas. El ulterior tratamiento del etanol para la producción de etileno y butadieno permitirá a una planta de este tipo elaborar las sustancias químicas requeridas para la fabricación de casi todos los plásticos, fibras y cauchos sintéticos indispensables para la sociedad industrial.

Se pueden proyectar otros sistemas integrados de utilización de la madera que incluyan posiblemente la producción de energía, alimentos y materiales, además de productos químicos (Lipinsky, 1978). Estos sistemas pueden tener más o menos componentes químicos y contribuir en esta medida a satisfacer las necesidades de la población mundial en cuanto a productos químicos.

Factores determinantes de la producción

Toda sustitución importante de los productos petroquímicos que hoy día se emplean por sustancias derivadas de la madera dependerá de varios factores de carácter técnico, económico, político y social. Si bien en teoría esta producción resulta factible, diversos elementos, detallados a continuación, pueden comprometer su realización.

UNA NUEVA ERA. En los últimos 50 años, la industria química ha crecido rápidamente tanto en volumen como en complejidad de sus productos. Estimulada por la abundancia y bajos costos de los suministros de petróleo como materia prima, los materiales orgánicos sintéticos han adquirido tal auge que el nivel de vida de las sociedades industriales está hoy día íntimamente vinculado a ellos.

Según Davies (1978) la química industrial ha conocido tres períodos durante estos 50 años. En el primero, la ciencia pura ocupaba el primer lugar. Los resultados de una investigación satisfactoria y pertinente han conducido a invenciones útiles y rentables. En el segundo período, después de la segunda guerra mundial, la función principal correspondió a las fuerzas del mercado. La identificación de las necesidades del mercado permitió que éstas se satisficieran de diversas formas gracias a la ingeniosidad y a la ciencia. Fue principalmente durante este período que los bajos precios del petróleo permitieron un rápido desarrollo. El tercer período, al cual estamos entrando, lo ha llamado Davies un «período de ordenación de los recursos». Hoy día, los imperativos son mejorar, abaratar y garantizar los suministros de los productos que se desean, mediante la economía de materiales o gracias a su reemplazo por materias primas más abundantes.

Según este análisis, para seguir medrando la industria química tiene que orientarse hacia la base de recursos. Así como ya antes hubo un cambio pasándose de la base alquitrán de carbón a la base petróleo, actualmente puede hacer falta un cambio en favor del carbón y de la celulosa para las materias primas químicas del futuro. Los productos químicos derivados de la madera no tendrán probablemente que enfrentarse con barreras institucionales para ser aceptados. La tradicional adaptabilidad de la industria química les garantiza, al parecer, un clima favorable.

TECNOLOGÍA MEJORADA. Hasta qué punto y cuándo los productos químicos derivados de la madera puedan desplazar a los productos petroquímicos dependerá, en definitiva, de sus costos relativos. El precio del petróleo queda fuera del control de las industrias forestales, pero la evolución en la tecnología de la química de la madera puede contribuir a reducir estos costos.

A los precios actuales, los productos químicos derivados de la madera, como el etanol, el metanol, etc., no pueden competir con los productos petroquímicos. La única excepción pudiera ser una fábrica integrada que produjera etanol, furfurol y fenol (Katzen, 1978; USDA Forest Service, 1976). Las mejoras en los métodos de gasificación y de hidrólisis de la madera para aumentar el rendimiento y disminuir los costos de capital podrían reducir esta diferencia de precios, especialmente si se incrementara sustancialmente el rendimiento neto por encima del 50% de glucosa con hidrólisis ácida suave.

El aislamiento de celulosa química (pasta soluble) y su transformación en tejidos de fibra, películas, plásticos o goma son campos en los cuales los mejoramientos tecnológicos pueden contribuir a acrecentar el poder competitivo de los polímeros celulósicas, no sólo con respecto a los polímeros sintéticos derivados del petróleo sino también en relación a los polímeros sintéticos derivados de materias primas obtenidas de la descomposición de la celulosa.

Otros campos en los cuales una tecnología perfeccionada puede influir favorablemente en el costo de los productos químicos derivados de la madera son la hidrólisis de la celulosa, que permite obtener glucosas mediante enzimas, y la transformación de la lignina en fenoles.

Las investigaciones sobre la utilización química de la madera han sido relativamente escasas en comparación con las referentes a los productos petroquímicos en los últimos 50 años. Como porcentaje de ventas, sólo representan un 10% de las investigaciones dedicadas a los productos químicos y a los polímeros sintéticos en general. Efectivamente, cuando los precios del petróleo estaban bajando, se interrumpieron virtualmente las investigaciones sobre productos químicos derivados de la madera. Cabe esperar que como resultado del desarrollo de las investigaciones madereras nacerá una importante tecnología mejorada, gracias a la cual se explotará plenamente el potencial de la madera como materia prima de productos químicos.

COSTOS Y DISPONIBILIDAD. Este factor es el más importante de todos los que afectan a los productos químicos derivados de la madera y uno de los más imponderables. La reacción al creciente costo del petróleo y el reconocimiento de que terminará por agotarse han servido de estimulo para analizar muchas fuentes alternativas de energía y de materias primas químicas, y este artículo no es sino un ejemplo más. Los expertos disienten en cuanto a la rapidez con que seguirán aumentando los precios del petróleo y sobre cuándo éste se agotará, que son cuestiones que están fuera del control de las industrias forestales. Los que propugnan la utilización de la madera como materia prima química alternativa pueden hacer muy poco salvo mejorar la tecnología mientras esperan.

En una conferencia reciente sobre materias primas alternativas para los productos químicos (Van Antwerper, 1977), un grupo de participantes pronosticó que la industria petroquímica empezaría a declinar hacia 1990, añadiéndose por lo menos un 50% de nuevas materias primas al sistema resultante de otras fuentes que no sean el petróleo. En el otro extremo de este pronóstico se indicó que las reservas mundiales de petróleo se agotarán aproximadamente a mediados del próximo siglo. En algún momento del periodo intermedio, los precios del petróleo crudo serán tan altos que probablemente la producción de etileno por deshidratación del etanol resultará factible desde el punto de vista económico (Sarkanen, 1976). Esto, evidentemente, presupone que los precios del petróleo crudo seguirán aumentando a un ritmo más rápido que los costos de la madera.

Hay quienes sostienen que el petróleo es más valioso como materia prima química que como combustible y que, por consiguiente, debe conservarse para utilizarlo preferentemente de tal manera. Sin embargo, si los usuarios de las materias primas derivadas del petróleo tienen que competir con los usuarios de la energía, los consumidores de gasolina y aceite pesado para calefacción tendrán que pagar más, lo que aumentará el poder competitivo de las otras materias primas sucedáneas.

EL CARBÓN Y LA MADERA. Las materias primas químicas que hoy día se obtienen del petróleo pueden obtenerse también del carbón o de la madera. El carbón es un recurso agotable y terminará por desaparecer, quedando sólo la madera como recurso renovable en perpetuidad. Pero en el futuro próximo, el carbón probablemente desempeñará un papel importante en las industrias químicas, ya que la labor de desarrollo está más avanzada que en el campo de la madera y porque su utilización masiva en la producción de combustibles líquidos sintéticos conducirá además a la de productos químicos. Efectivamente, ya están funcionando varias fábricas de gasificación, especialmente en Sudáfrica.

El precio real de estos derivados del carbón dependerá de que se vendan a precios rebajados como subproductos o que reflejen una participación equitativa en el costo de producción. Los costos de inversión en la fábrica son mucho mayores en el caso del carbón que en el del petróleo, y lo mismo ocurre con los costos de extracción y de transporte. El costo del carbón en si no refleja los daños causados en el medio ambiente, así como el costo del petróleo antes de 1973 no reflejaba el agotamiento del recurso. Se ha pronosticado que los productos químicos derivados del carbón competirán con los productos petroquímicos cuando doble el precio del petróleo crudo de bajo contenido de azufre.

Dadas estas incertidumbres, no existen motivos suficientes para afirmar categóricamente que la madera o el carbón predominarán como materia prima alternativa para los productos químicos. Como es lógico, en los países que han dispuesto de un amplio suministro de madera y no tienen carbón, o viceversa, la elección será obvia.

La adquisición de madera para la elaboración química no competiría con la madera para aserrío, contrachapados y transformación en pasta, ya que dependerá de fuentes que, hasta ahora, no se han explotado. Tampoco tiene importancia la forma o la naturaleza de la madera para transformación en productos químicos, ni cuentan la especie y el tamaño. Por ejemplo, las frondosas de mala calidad del sur de los Estados Unidos que no se prestan para aplicaciones estructurales ni para la transformación en pasta a causa del tamaño, la especie, los defectos, o el contenido de corteza serían ideales para esta aplicación (Goldstein, 1978). En todo el mundo abundan otros recursos similares, que carecen hoy día de importancia comercial.

El costo actual en fábrica de este tipo de madera extraída desmenuzando árboles enteros puede ser muy inferior al de la madera desmenuzada para pasta. Sin embargo, si se empleara para combustión directa a fin de obtener energía, su costo seria inferior al de conseguir el mismo contenido calórico de otros combustibles posibles.

LA ENERGÍA Y LOS PRODUCTOS QUÍMICOS. El costo de los productos químicos obtenibles de materias primas no puede disociarse de consideraciones energéticas. Por ejemplo, los principales productos de las refinerías de petróleo son más bien la gasolina y el fuel oil que los productos petroquímicos. Los precios de los productos petroquímicos se ven influidos por la contabilidad interna y serían mucho más altos si la mayor parte del costo general no lo soportaran los productos principales.

Se están proyectando fábricas de transformación del carbón para satisfacer la necesidad de combustibles líquidos sintéticos. Los productos químicos figurarán sólo como subproductos. La economía de las instalaciones de transformación del carbón dedicadas exclusivamente a la producción química sería mucho menos ventajosa.

Volviendo a los productos químicos derivados de la madera, el etanol se puede utilizar como combustible para motores de combustión interna, como producto químico industrial propiamente dicho y como materia prima para la producción de etileno. El mercado de cada una de estas sustancias es diferente, pero es lógico suponer que el precio del etanol se fijará principalmente considerando su mercado potencial como combustible.

Si los subproductos de la transformación en pasta tales como la lignina, los fenoles y los ácidos sacarínicos se tuvieran que recuperar a partir del licor negro kraft, tendrían que reemplazarse en la economía energética de la fabricación de pasta por una cantidad equivalente de energía derivada de otras fuentes. Como una de las funciones del digestor de recuperación es ofrecer una atmósfera reductora para la regeneración de los productos químicos inorgánicos de la conversión en pasta, hará falta otra fuente de preparados carbónicos. El hidrógeno puede exigir el replanteamiento del sistema de recuperación y no bastaría un tratamiento con vapor de generación externa, aunque colmara el déficit de energía. Esta dificultad, junto con los problemas de separación, impone graves límites económicos a la obtención de grandes cantidades de subproductos químicos de esta fuente.

ESCALA DE OPERACIONES. En comparación con los miles de millones de dólares de inversión de capital que hacen falta para cada fábrica de productos petroquímicos que trabaje a escala mundial y para las grandes fábricas de transformación del carbón que se estiman necesarias para obtener economías de escala, una gran industria de productos químicos derivados de la madera no exigirá ni concentración ni grandes instalaciones individuales. La necesidad de abastecerse de madera dentro de un radio razonable de acarreo conducirá a la instalación de fábricas de tamaño relativamente modesto distribuidas por las zonas boscosas. Un término medio entre la economía de escala y las limitaciones de adquisición de madera se situaría en unas 2000 toneladas al día, sobre la base de madera seca. Este tamaño ha resultado ser conveniente para muchas fábricas de pasta. La inversión de capital calculada sería del orden de 100 millones de dólares (USDA Forest Service, 1976).

INVERSIÓN DIFERENCIAL DE CAPITAL. Debido a que la actual inversión de capital en las instalaciones basadas en el petróleo es enorme, la sustitución tendrá que hacerse gradualmente, a menos de que se produjera una repentina indisponibilidad de las materias primas petroquímicas necesarias que impusiera un programa intensivo tendente a reemplazarlas. Las dimensiones relativamente limitadas de las fábricas de productos químicos derivados de la madera, y la correspondiente inversión relativamente pequeña de capital, han de influir para decidir en favor de estos productos para la capacidad diferencial. Esto se ve contrarrestado por la inseguridad de los nuevos procedimientos en comparación con la conocida tecnología petroquímica.

CONSIDERACIONES POLÍTICAS. Con toda probabilidad, la decisión de construir o no fábricas de transformación de la madera en productos químicos no se basará enteramente en la factibilidad técnica y en la clásica economía del laissez-faire de la oferta, demanda y rentabilidad. Los incentivos o la falta de incentivos del gobierno seguramente influirán en estas decisiones, ya que los productos químicos y la energía están tan íntimamente relacionados. Estos estímulos podrán consistir en subsidios, subvenciones de precios, tratamiento fiscal favorable, o impuestos a otras materias primas desfavorecidas. Las decisiones de tipo social varían según los países y desempeñarán un papel importante, en algunos casos determinante, para el futuro desarrollo de los productos químicos derivados de la madera.

CONSIDERACIONES AMBIENTALES. El mayor empleo de la madera para transformación en productos químicos pro vacará un aumento en las actividades de corta con las correspondientes consecuencias para los suelos, las cuencas hidrográficas y la fauna silvestre. Como ya existen idénticas preocupaciones en lo tocante a la corta de madera para usos corrientes, no debieran plantearse problemas técnicos especiales en la ampliación de las prácticas ya en uso.

Sin embargo, una actitud conservadora del público en cuanto al medio ambiente forestal podría limitar la disponibilidad de la madera adicional que haría falta. Una sociedad opulenta tal vez optaría por dejar que una proporción importante de la madera que crece cada año se recicle por agentes naturales, más bien que permitir la corta del incremento anual como materia prima para la obtención de productos químicos.

BARRERAS PSICOLÓGICAS. Los ingenieros químicos opinan que los líquidos y gases son más fáciles de manejar que los sólidos, y tanto la industria del petróleo como el sector de la industria química que se ocupa de materias primas orgánicas están acostumbrados al transporte y manipulación de las materias primas líquidas mediante buques petroleros y oleoductos. La perspectiva de recoger y transportar una materia prima sólida en un área de miles de kilómetros cuadrados puede resultarles tan extraña que se ha puesto en duda hasta su misma factibilidad.

Además, las industrias de productos forestales, que reúnen regularmente incluso mayores cantidades de madera en sus operaciones, ven también con malos ojos la idea de producir productos químicos junto con los productos a que están acostumbradas.

Este tipo de barreras se derrumbarán cuando los incentivos sean lo suficientemente poderosos, pero por el momento frenan el proceso de transformación.

Perspectivas

Una vez considerados los factores que entran en juego, resulta evidente que sólo se pueden hacer pronósticos muy generales sobre el futuro de los productos químicos derivados de la madera, y que incluso estos pronósticos estarán plagados de incertidumbres. No obstante, a pesar de que pueda estar influenciada por su participación en la investigación sobre productos químicos derivados de la madera, el autor desea manifestar aquí su opinión personal.

La actual dependencia de los hidrocarburos fósiles para obtener productos químicos orgánicos y polímeros no puede prolongarse más que mientras dure la disponibilidad de este recurso agotable. Incluso antes de que se acaben por completo los suministros mundiales de petróleo y gas, su costo aumentará a un nivel que permitirá a los productos químicos obtenidos de otras fuentes tales como el carbón y la madera competir con los petroquímicos. En algunos países este momento llegará antes que en otros debido a la disponibilidad local de otras materias y a las decisiones políticas favorables que tomen los gobiernos y que afecten a su economía. Lo más probable es que los productos petroquímicos se verán reemplazados por productos químicos derivados tanto del carbón como de la madera.

Entre las sustancias químicas que actualmente se derivan de la madera, la producción de celulosa, en forma de pasta de papel, seguirá aumentando a la par con el crecimiento demográfico y la industrialización de los países en desarrollo. La producción de talol, subproducto del licor negro, se incrementará también, tanto proporcionalmente como a causa de la mayor formación de resina resultante de los tratamientos herbicidas. La pasta soluble y sus derivados celulósicos poliméricos tienen ahora menor mercado y, a menos de que intervenga una nueva tecnología, seguirán declinando a consecuencia del alza de los costos de energía.

Donde se disponga de carbón no se practicará la gasificación de la madera para obtener amoniaco, metanol e hidrocarburos, pero donde no haya carbón esta tecnología puede resultar eficaz. La hidrólisis de la madera para convertirla en sacáridos para ulterior transformación en productos químicos tales como etanol furfurol, ácido láctico y los monómeros polimerizables obtenibles de éstos seguirá en auge. Incluso ahora, una fábrica integrada que produzca etanol, fenol y furfurol a partir de frondosas, podría ser viable desde el punto de vista económico, a los precios actuales.

Aunque habrá más de una respuesta al problema del suministro de productos químicos orgánicos originado por la subida de los precios del petróleo, la madera contribuirá significativamente a su solución.

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