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La producción de leña en los sistemas agrícolas tradicionales

B. Ben Salem y Tran van Nao

B. BEN SALEM Y TRAN VAN NAO son funcionarios del Departamento de Montes de la FAO.

Esquema de uso de la tierra en Bangladesh

En la historia de la utilización de la leña en el mundo en desarrollo se refleja la dependencia de las comunidades rurales de los bosques y los árboles. Con el correr del tiempo, la leña ha ido escaseando, y los pobladores de las zonas rurales han ido encontrando nuevas dificultades de abastecimiento. Al mismo tiempo, se ha ido degradando el medio ambiente en situaciones de escasez. Si siguen manifestándose estas tendencias, en algunas partes del mundo correrá peligro la supervivencia misma de la población.

Los motivos de esta situación están bien documentados, y se reconoce que el más importante es la creciente presión demográfica. Pero cualesquiera que sean las relaciones entre las tendencias de la población humana, la escasez de leña y el deterioro ambiental, es preciso admitir que el nexo existente entre la agricultura rural y el potencial de la actividad agroforestal se ha descuidado por mucho tiempo. Esta actividad no solamente podría proporcionar a las poblaciones rurales suficiente combustible y otros bienes y servicios esenciales, sino que también podría contribuir a estabilizar los sistemas de producción alimentaria y detener o incluso invertir el empobrecimiento del medio ambiente rural.

La silvicultura rural y la agricultura tradicional

La escasez de leña se produce precisamente en las zonas que registran la más alta presión agrícola: las regiones áridas y semiáridas del trópico, el subtrópico y el Mediterráneo y algunas zonas más húmedas de gran densidad de población. Las características más importantes de dichas zonas son la vulnerabilidad de sus recursos forestales y el riesgo de su explotación debido a la fragilidad de los suelos y a las fluctuaciones climáticas. Por motivos tanto económicos como sociales, la única fuente de energía a disposición de la población rural y de parte de la urbana es la materia orgánica, especialmente la leña y el carbón.

Los sistemas agrícolas tradicionales han logrado integrar árboles útiles en las actividades agrícolas y han podido proporcionar en forma segura y continua madera para las necesidades locales. Una breve descripción de algunos de los sistemas agrícolas tradicionales permite formarse una idea del alto grado de refinamiento que se ha alcanzado, e ilustra la eficacia potencial de la actividad agroforestal en una amplia gama de medios ambientes, desde las regiones húmedas a las áridas.

Huertos caseros tradicionales

En el sudeste de Asia (Malasia, Indonesia, Sri Lanka, Viet Nam, Tailandia), en las llanuras fértiles de precipitaciones elevadas, los huertos caseros tradicionales desempeñan un papel de fundamental importancia. En estos sistemas se reconstituye la vegetación tropical de varios pisos con árboles frutales o de utilidad múltiple que sirven al hombre para abastecerlo todo el año de fruta, alimentos varios, forraje y leña.

El piso superior se compone por lo general de árboles tales como Durio spp., mango, caimito (Chrysophyllum cainito), y jaqueros. El piso medio tiene diversas especies de Eugenia (la preferida es el ciruelo de Java, E. jambolana), Psidium guava, Nephelium lappaceum y diversas especies de Anonaceae. El piso inferior puede consistir en papaya (Carica papaya), naranjo y plantas útiles de las familias Marantaceae: Maranta arundinacea y Zingiberaceae: Zingiber spp. y Curcuma spp. Plantados al azar se encuentran ejemplares de Sesbania grandifolia para obtener madera de construcción de edificios ligeros, corteza medicinal, flores utilizadas como verdura y nitrógeno para aumentar la fertilidad del suelo. En el borde de los huertos se plantan
matas de bambú.

Con diversos esquemas de plantación es posible colocar árboles en un 2 a 5 por ciento de los terrenos agrícolas para leña y otras finalidades, sin menoscabo de la producción agrícola.

La leña proviene de la poda, del bambú y de Sesbania y de las hojas del cocotero y la cáscara del fruto. Una familia de cinco personas puede satisfacer sus necesidades de leña con seis cocoteros de más de cinco años. Los huertos caseros tradicionales han ayudado a conservar la fertilidad del suelo y a proporcionar leña con seguridad. En Java oriental el 63% de la leña proviene de los huertos de campo; en Java central del 49 al 81% de huertos caseros en los que se habían introducido especies de crecimiento rápido tales como Albizzia falcataria. Se calcula que la producción de una sola cuenca hidrográfica de Java central es de 7 a 9 m³/ha al año.

El sistema combreto-arroz

En el sudeste de Asia, en regiones cuya precipitación en 5 a 6 meses del año fluctúa entre 1500-2 000 mm es corriente el sistema combreto-arroz. La actividad agrícola consiste principalmente en el cultivo del arroz en la apoca de las lluvias, pero siempre se han plantado árboles en combinación con la producción arrocera. Los arrozales forman cuadrados de I ha rodeados de pequeños diques en los que se plantan dos hileras de Combretum quadrangulare a 1,5 m de distancia entre hileras y dentro de cada hilera. En los grandes diques se planta a veces Calaphyllum inophyllum para obtener semillas de las cuales se extrae aceite, que se usa en el alumbrado. El combreto se somete a un método de manejo de monte bajo con una rotación de 5 a 6 años. Esto significa que todos los años los agricultores cortan entre un quinto y un sexto de la longitud total del dique. La producción de leña de la primera corta se estima en 0,6 a 1,0 m³ por 400 m lineales al año. Esta producción puede duplicarse en la segunda y tercera rotación.

Sistemas de barbecho arbolado

Se trata de adaptaciones de la agricultura migratoria que emplean en muchas partes de Africa, Asia y América Latina los agricultores de subsistencia para restablecer la fertilidad del terreno y abastecer a los pobladores de las zonas rurales de leña, forraje y productos forestales secundarios. Son de particular interés varios de los sistemas de barbecho arbolado.

El sistema de barbecho arbolado con goma arábica se ha venido usando desde hace mucho tiempo para restablecer la fertilidad de los suelos en zonas extensas, en especial en el Sudán en las provincias de Kordofán y Darfur y en parte en las del Nilo Azul y Kanala. En este sistema se obtienen productos agrícolas y goma en una rotación bien definida. En un ciclo característico se empieza por quitar Acacia senegal dejando los árboles importantes (Balanites aegyptiaca) y cultivando Pennisetum typhoideum y Sorghum vulgare durante cuatro a diez años hasta que el suelo se agota y se infesta de Striga hermonthica, parásito de la raíz de dichos cereales. En la segunda etapa, se planta o regenera Acacia senegal, árbol que en tres años alcanza aproximadamente 1 m de altura. En la tercera fase, que dura de seis a diez años, dominan las acacias, las cuales se sangran para obtener goma y se utilizan como forraje y leña. Por último, cuando empiezan a morir los árboles, como consecuencia de las frecuentes sangrías, se cortan y se repite el ciclo.

En Kurdistán y en las montañas Zagros, Irán, la población local utiliza un sistema muy parecido al barbecho arbolado con Acacia senegal, pero se corre el riesgo de que se deteriore el suelo por ser demasiado corto el ciclo. En este sistema se utilizan como leña las matas y arbustos de la vegetación natural. Después de la explotación, la tierra se ara y se siembra cebada. Enseguida, después de una sola cosecha, se deja en barbecho tres a cinco años para que pueda establecerse una vez más la vegetación natural. Se puede estimar el total de la producción de leña de la parte plantada en 15 a 25 m³ en el barbecho de cinco años aproximadamente.

En el sur de Irán, los agricultores que practican agricultura de regadío plantan matas de Tamarix spp. alrededor de sus campos para proteger las hortalizas. Cuando se abandona el terreno luego de haberse vuelto salada el agua del pozo, plantan Tamarix spp. para reducir la salinidad del suelo antes de trasladarse a otro terreno. Esta planta, además de leña, produce palos que sirven para el cultivo de hortalizas. Pasados tres a cuatro años, se arrancan las matas y se utilizan como leña tanto las raíces como las partes aéreas. A razón de 200 árboles por hectárea, se podrían recolectar en cuatro años de 4,7 a 6,5 m³ de leña además de 0,8 a 1,2 m³ de raíces.

Otro tipo de barbecho arbolado que se ha integrado como método de ordenación para regenerar y enriquecer el bosque árido, es el sistema «rabcum-Kumri " de la India. Es una forma del sistema taungya, en el cual las especies áridas leñeras se regeneran por manchas o franjas luego de uno o dos años de cultivos alimentarios. Los agricultores deben dejar retoñar los tocones y los que no retoñan se pueden reemplazar por siembra o plantación. Este método no implica reemplazar el bosque natural por un bosque artificial más homogéneo, como en el caso de la taungya clásica. No obstante lo dicho, proporciona a los agricultores algo de leña para sus usos domésticos.

Leguminosas arbóreas y cultivos alimentarios

Este sistema se ha venido usando en una extensa zona en ecosistemas semiáridos, en los que la fertilidad de los suelos y el agua disponible son factores que limitan los cultivos alimentarios. Por lo general se utilizan dos leguminosas arbóreas: Acacia albida y Prosopis spp. Acacia albida es idónea para sabanas o zonas semiáridas, en las que las precipitaciones fluctúan entre 300 y 900 mm al año. Los habitantes de dichas zonas estimulan la regeneración y el cultivo de estos árboles a fin de conservar la fertilidad del suelo y producir forraje y leña. En el Senegal occidental, la agricultura serer utiliza Acacia albida para aumentar la producción de mijo, además de la fertilidad del suelo. Cada árbol influye en una superficie de 100 a 300 m², lo que significa que bastan 100 árboles por hectárea para mantener indefinidamente los nutrientes necesarios en los terrenos agrícolas. La alta densidad de la población (80 a 100 habitantes por km²) que ha alcanzado esta región se debe a que se ha logrado mantener la fertilidad del suelo.

A través de los sistemas de plantación local se logra combinar la producción alimentaria y la de madera, para la satisfacción de las necesidades de la población agrícola.

Como la acacia, se ha venido usando asimismo tradicionalmente Prosopis spp. en la agricultura para aumentar la fertilidad del suelo en muchas zonas áridas. En el desierto de Rajasthan, India, el árbol dominante en los terrenos agrícolas es Prosopis cineraria. Como con Acacia albida, los campesinos protegen cuidadosamente las plántalas para que sobrevivan y crezcan. A los 15 a 20 años se comienza a desramar anualmente Prosopis cineraria para obtener forraje. El promedio de los rendimientos de forraje de las hojas es de 3 kg al año por árbol, además de 80 kg de ramas y leña menuda.

Arboles de sombra y cultivos industriales

Está bien documentada la utilización de árboles que dan sombra a los cultivos industriales (café, cacao, pimienta y té). En Sri Lanka, se planta Gliricidia spp. como rodrigón vivo para la pimienta y como árbol de sombra en las plantaciones de té. Con una poda adecuada se puede obtener cierta cantidad de leña todos los años. Si bien este rendimiento puede ser pequeño por hectárea, es grande el aporte potencial si se tiene en cuenta toda la superficie que se dedica en los trópicos a las plantaciones combinadas de té y pimienta.

En Costa Rica, la combinación de café, laurel y Erythrina funciona como un sistema eficaz. Se mantiene el laurel (Cordia alliodora) a una densidad de 100 a 120 plantas por ha y Erythrina a 140 a 150 plantas por ha. Erythrina, una leguminosa, fija el nitrógeno; el laurel, gracias a su sistema de raíces, moviliza los nutrientes minerales del terreno y los lleva a su aparato productor de follaje y hojarasca. La poda oportuna de Erythrina después de la estación calurosa favorece el proceso de floración y fructificación, dando, al mismo tiempo, una cantidad de hojas verdes que se pueden enterrar. Durante la estación cálida, no se poda Erythrina para que dé sombra y cause evapo-transpiración. La explotación del laurel suministra madera y leña en una rotación de 10 a 15 años.

Se plantan árboles en franjas protectoras y cortavientos para mejorar los microclimas locales y elevar en cantidad y calidad los rendimientos de los cultivos. Fuera de su efecto sobre la producción agrícola, este sistema proporciona también cultivos comerciales y una cantidad apreciable de leña proveniente de las operaciones de cuidado y ordenación de las plantaciones. En diversos países del Cercano Oriente, desde hace mucho tiempo, los agricultores plantan variedades locales de álamo (Populus nigra, Populus alba) a lo largo de los linderos de los campos y de los canales de riego con el doble objetivo de producir madera y de proteger los cultivos. En el Yemen Democrático, por ejemplo, un cortavientos de 1 km de longitud compuesto de dos hileras de Conocarpus lancifolius, plantado en terreno aluvial regado, puede producir aproximadamente 350 m³ de leña a los 20 años, lo que da un promedio de 17 m³ al año por km.

Se podrían citar también otros ejemplos de actividad agroforestal. En todos ellos se ve un gran número de prácticas forestales y adaptaciones que logran satisfacer las necesidades de leña. Hay varias características que las distinguen de la plantación clásica. En primer lugar, las leñas de las comunidades agrícolas consisten en diversos materiales leñosos y provienen de una amplia gama de especies. A menudo los agricultores plantan varias especies de utilidad múltiple, para satisfacer muchas necesidades específicas de orden económico y ecológico.

EJEMPLOS DE ESPECIES EMPLEADAS EN LA ACTIVIDAD AGROFORESTAL

Especie

Sistema en que se encuentra (o se asocia) la especie

Leña

Madera

Madera ligera agrícola

Otros usos

Método de propagación

Precipitación anual y condiciones climáticas/edáficas

1. Acacia arabica

Cortavientos; árboles de sombra; barbecho arbolado

XX


X

Vainas para forraje

Siembra directa en camellones, franjas o hileras

Suelo aluvial o franco; ambiente húmedo

2. Albizzia falcataria

Arboles de sombra; plantación agroforestal corriente

XX

XX

X


Siembra directa o plántulas de vivero

Amplia gama de suelos, pero prefiere el suelo franco y con buena precipitación

3. Bambú (varias especies)

Seto vivo; plantación agroforestal corriente; alrededor de las casas

X

X

XX

Materia prima para la industria casera campesina; brotes comestibles

Rara vez por semilla; planta picada de brote

Suelo franco o arcilloso; precipitación moderada a elevada

4. Calophyllum inophyllum

Arboles de sombra de agrado (bordes de los caminos, alrededor de las casas, jardines públicos)

XX

X


Aceite combustible

Las plántulas se deben criar viveros

Suelo franco/arcilloso. Humedad de moderada a muy elevada

5. Cassia siamea

Arboles de sombra en plantaciones

XX

X



Siembra directa en hileras

Precipitación abundante (crece mal en clima seco)

6. Casuarina equisetifolia

Sistemas agroforestales; cortavientos

XX

XX

X

Corteza para tanino

Plántulas criadas en viveros. Plantación (1,5-2 m de espacio) o si la aproximación es excesiva, se necesita aclareo precoz

Tierra arenosa; precipitación de la masa: 800-500 mm

7. Combretum quadrangulare

Diques de arrozales

XX


X

Medicinales

Plántulas criadas en viveros. Es posible la siembra directa

Suelo franco; crecimiento más lento en suelo arenoso; promedio de precipitación: 1500-2000 mm en 5-6 meses

8. Cordia alliodora

Sistemas agroforestales; árboles de sombra en plantaciones de café


XX

X


Siembra directa (resultados variables); plántulas de vivero; espaciamento amplio

Sitios húmedos con buen drenaje; precipitación: 1500-2000 mm

9. Gliricidia spp.

Arboles de sombra en plantación o rodrigones vivos

X


X


Siembra directa o tocones

Suelo aluvial o arcilloso, precipitaciones elevadas o humedad ambiente

10. Grevillea robusta

Arboles de sombra en plantaciones de té y café: árboles al borde de los caminos


XX



Plántulas de vivero

Suelos arenosas, 700-1500 mm de precipitación en el verano

11. Leucaena glauca

Cortavientos; árboles de sombra; plantación alrededor de las casas

XX


X

Forraje; abono verde; fijación de nitrógeno

Siembra directa o estacas

Suelos neutrales o alcalinos; crece mal en suelos acídicos; precipitaciones entre 600-1700 mm

12. Morus indica (M. alba)

Plantaciones corrientes para la cría del gusano de seda; plantación con riego a orillas de los caminos o canales

X

X


Frutos y hojas para la cría del gusano de seda

Siembra directa o estacas de ramas

Suelo arenoso ligero; precipitaciones moderadas a elevadas: 1800-2500 mm

13. Pithecolobium saman

Arboles de sombra y agrado

XX

X


Forraje, productos medicinales

Siembra directa o plantitas de vivero

Suelo franco o acrilloso; fuertes precipitaciones, humedad

14. Prosopis spp.

Plantaciones para leña; barbecho arbolado

XX


X

Forraje

Siembra directa (si hay riego) o planta picada de raíz y brote

Suelo seco, sin exceso de humedad; crece en suelos rocosos y salinos

Otra característica importante de la producción de leña es que se escogen y plantan solamente las especies que proporcionan alimento, forraje o ingresos directamente o que ayudan a producir y conservar dichos elementos manteniendo y aumentando la fertilidad del suelo. En el contexto de una economía de subsistencia, se consideraba en el pasado que la leña era un subproducto de los esfuerzos por producir alimentos suficientes para la familia.

Una tercera característica de las comunidades agrícolas es su consumo relativamente bajo de leña. Los agricultores tradicionales, que viven en una economía de subsistencia, han mantenido sus exigencias de leña en armonía con sus necesidades reales. Las prácticas que se describen más arriba parecen indicar que si no hay escasez de tierras y las comunidades campesinas pueden producir su propia alimentación e integrar árboles en sus sistemas de utilización de la tierra, se puede asegurar de inmediato y a largo plazo la satisfacción de sus necesidades de leña.

Sin embargo, por varios decenios este sistema se ha visto sometido a una presión cada vez mayor debido a causas diferentes pero relacionadas, que provienen no tanto de factores técnicos, como del método mismo de aprovechamiento de la tierra. Los primeros intentos por mejorar los sistemas agrícolas de subsistencia, que insistían en los cultivos anuales comerciales y en el cultivo extensivo, redujeron la vegetación arbórea y agotaron la fertilidad de los suelos. Los árboles ya no aumentaban la fertilidad del suelo desempeñando la función de reciclar los nutrientes y proporcionar humus, por lo que había que emplear fertilizantes comerciales. En parte daban buenos resultados pero aumentaban la dependencia de los agricultores. Otro factor era la intensificación del pastoreo sin preocuparse de producir forraje, lo cual aumentaba la presión sobre los recursos leñosos y reducía la superficie de los terrenos de pastoreo cubiertos de vegetación leñosa.

Con el aumento de los grandes asentamientos rurales y el crecimiento de las ciudades, la leña, que solía ser un producto gratuito, entró en el mercado y empezó a venderse, no solamente para la cocina y la calefacción, sino también para fines artesanales e industriales, tales como la fabricación de ladrillos y de cal, la curtiembre, la cerámica y la alfarería, la fabricación de infusiones y el acondicionamiento de alimentos. Esto redundó en una rápida disminución de los recursos leñeros. Las comunidades campesinas se encontraron ante mayores escaseces que las obligaban a buscar más lejos la leña para satisfacer sus necesidades.

Potencial y límites de la actividad agroforestal

Las actividades agroforestales constituyen la solución más natural al problema de la leña en las zonas rurales. Es posible integrar de variadas maneras los árboles y la vegetación forestal en el sistema tradicional de uso de la tierra. Dicha integración no es mera casualidad sino consecuencia de sistemas estudiados exhaustivamente, diseñados para mejorar la producción de alimentos de subsistencia y para controlar la degradación del terreno.

Estas conclusiones tienen implicaciones importantes para las políticas relacionadas con la producción de leña. Sugieren que es necesario reexaminar los modelos de plantación tradicionales, los cuales se basaban esencialmente en la intervención en el patrimonio forestal y en lo que se daba en llamar tierras baldías. Se necesita un concepto de la actividad forestal que abarque todo el espectro de la ordenación de tierras. El sector agrícola, por ejemplo, debería incluir árboles forestales. Su papel consistiría en apoyar la producción agrícola, diversificar los ingresos y controlar la degradación del terreno.

La agricultura de las economías de subsistencia no tiene necesidades exageradas de leña. Si hay tierras disponibles, es posible integrar los árboles en el uso de la tierra., y satisfacer necesidades de leña de inmediato, o a largo plazo.

Entre 2 y 5 % de las tierras agrícolas pueden abrirse a la plantación de árboles con diversos esquemas, sin el menor menoscabo de la producción agrícola. Esto puede tener grandes repercusiones en la mejora de la alimentación y de la tierra y proporcionar al mismo tiempo al sector rural la leña necesaria.

Para aplicar esta política se necesitará un programa que mejore o introduzca la actividad forestal tradicional en las comunidades agrícolas. Habrá que desarrollar varias soluciones técnicas asociadas con la integración de las plantaciones de árboles y la agricultura. Asimismo será preciso que la actividad forestal, que en la actualidad se orienta en gran parte hacia la producción, se oriente igualmente hacia la mejora agrícola. La leña y el forraje se convertirían así en los dos productos principales. Esto implica que se conozcan íntimamente las especies arbóreas más adaptadas a la región y a la población, pero no eliminará la necesidad de desarrollar por selección genética razas de crecimiento rápido de especies locales y exóticas relativamente inmunes a las plagas, enfermedades y factores bióticos locales. Tampoco eliminará la necesidad de desarrollar sistemas silvícolas adecuados para los diferentes niveles de los sistemas de producción rural.

Antes de que se pueda esperar algún éxito en la ejecución de este programa, habrá que entender plenamente la estructura socioeconómica anterior, que ha acarreado la explotación excesiva de los árboles en las tierras agrícolas. Así por ejemplo, lo que da buenos resultados en una región no los da en otra. En algunas zonas, sería posible introducir árboles y arbustos sin perturbar la economía local, debido a las grandes propiedades y a la existencia de una agricultura intensiva. En otras zonas, esto no se podría hacer, ya que las explotaciones son demasiado pequeñas y los habitantes dependen de ellas para su alimentación. En las tierras altas, con pequeñas comunidades agrícolas, no se podrían introducir árboles sin dar asistencia a quienes actualmente dependen del todo o en parte de la vegetación para su sustento.

Si se desea que las labores forestales tradicionales lleguen a ser parte integrante de la planificación rural, los agricultores deberán ser capacitados y asistidos por servicios de extensión. El éxito de este tipo de silvicultura rural depende de la adhesión voluntaria de los agricultores. Ante todo, las autoridades políticas tendrán que reconocer que esta integración de la actividad forestal y la agricultura se está volviendo siempre más urgente, debido a la combinación del crecimiento de la población con la escasez de madera para satisfacer las más elementales necesidades de la población.

DIA MUNDIAL DE LA ALIMENTACION 16 OCTUBRE 1981

EN LA ACTUALIDAD DEMASIADAS PERSONAS PADECEN HAMBRE.

Malnutrición crónica. Sequías, inundaciones, desastres naturales. Creciente número de refugiados. En 1981, al menos 420 millones de personas no tendrán lo suficiente para comer. La carencia de alimentos, a su vez, origina otros problemas. Altos índices de mortalidad infantil. Estado de salud deficiente. La pobreza es la causa principal del hambre. Los niños son los que más sufren.

La pobreza y el hambre, a su vez, amenazan la paz en el mundo. El aumento de la producción, una mejor distribución, mayores conocimientos e ingresos más altos, significarían más alimentos para más gente.

LOS PUEBLOS TIENEN DERECHO A LA ALIMENTACION

El Día Mundial de la Alimentación es una oportunidad para hacer algo contra el hambre en el mundo. Es el momento para rendir homenaje a los que producen alimentos y a quienes trabajan la tierra. Es una oportunidad para comprender mejor las causas del hambre y las formas de vencerla. El Día Mundial de la Alimentación se celebra anualmente el 16 de octubre, fecha del aniversario de la fundación de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO).

LA SECRETARIA DEL DIA MUNDIAL DE LA ALIMENTACION, CON SEDE EN LA FAO, ROMA, DESEA CONOCER VUESTROS PLANES Y ESTA DISPUESTA A AYUDARLES EN LA MEDIDA DE SUS POSIBILIDADES.

PARTICIPAR EN EL DIA MUNDIAL DE LA ALIMENTACION SIGNIFICA:
· Renovación de compromisos y recursos para programas de alimentación y desarrollo.
· Coordinar internacionalmente acciones para enfrentar los problemas alimentarios.
· Patrocinar actividades y eventos, tales como:
- Seminarios y debates sobre las causas del hambre y las soluciones propuestas.
- Suplementos de prensa analíticos e informativos y programas de radio y televisión.
- Exposición en ferias y fiestas con ocasión de las cosechas; premios para agricultores.
- Concursos de redacción para escolares.
- Servicios y actos religiosas especiales.
1- Sellos, monedas y medallas estampados o acuñados por los gobiernos


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