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Productos no madereros de los bosques africanos

Gunnar Poulsen

GUNNAR POULSEN, experto forestal danés y consultor en aprovechamiento de tierras, ha trabajado durante mucho tiempo en Africa.

Históricamente, las administraciones forestales se han ocupado sobre todo de garantizar el suministro constante de productos madereros esenciales como la madera para la construcción y las trozas de exportación. Más adelante se añadió a la lista la madera industrial. Solamente en los últimos años ha habido un interés general por la función de los bosques como abastecedores de energía. En varios países se considera este aspecto como la función más importante de las tierras forestales.

A diferencia de la considerable atención dedicada a la producción maderera en sus diversas formas, en general se habla poco de los productos forestales no madereros. Con frecuencia sólo se los menciona en las últimas páginas de los planes de desarrollo y ordenación, y no se les da el tratamiento preferente que se concede a los productos madereros. Esto es comprensible en algunas regiones o países objeto de estudio, donde estos «productos forestales menores» parecen tener escasa importancia. Sin embargo, con frecuencia una investigación más profunda demuestra que algunos de los productos forestales no madereros locales tienen tanta o más importancia que una o ambas de las dos principales categorías de productos madereros.

Esta incapacidad de apreciar el valor relativo de los productos no madereros se debe a que se aplican criterios inadecuados para estimar su utilidad. El patrón de muchos planificadores es la «importancia comercial». En cambio, sería mucho mejor aplicar la norma de la «importancia con respecto al bienestar de las personas interesadas». Una evaluación fundada en la «importancia comercial», a me nudo se concentra casi exclusivamente en los productos transportados a grandes distancias a través del comercio internacional. Por esta razón, rara vez se daba importancia a la leña, mientras su acopio y consumo - incluso en grandes cantidades - fueron asuntos principalmente locales, nadie le prestaba mucha atención. En cuanto a su utilidad como combustible, puede que en la actualidad las actitudes hayan cambiado; sin embargo, al momento de evaluar los recursos no madereros, parece dominar todavía el viejo concepto.

A título de ejemplo, es evidente que la goma arábiga se considera un producto forestal no maderero de mayor importancia que las hojas de baobab. Para cualquier observador que siga el criterio de la importancia comercial, no existe la menor duda al respecto. El producto obtenido del árbol Acacia senegal es indudablemente un cultivo comercial valioso; muchas personas que luchan por sobrevivir en un medio ambiente especialmente duro obtienen de él ingresos adicionales, y los bancos centrales las tan deseadas divisas. Según las estadísticas disponibles, las hojas de baobab no ofrecen ventajas espectaculares; aún en los países de Africa occidental donde se cosechan en gran escala - decenas de miles de toneladas - la producción y el consumo siguen siendo una cuestión local, con una pequeña proporción destinada a los circuitos comerciales. Incluso donde la comercialización en cierta escala está organizada (por ejemplo, en Dakar), la mayor parte del producto se cosecha en las inmediaciones de la ciudad, y en todo caso dentro de las fronteras del Senegal.

Si anualmente se cosechan miles de toneladas que incluso se elaboran un poco - secándolas - y se transportan a distancia, significa que quienes se ocupan en estas actividades encuentran razonable el esfuerzo. Como no hay movimiento comercial en gran escala, la explicación debe estar en la relativa importancia que las hojas tienen para el bienestar de las personas como verdura que, fresca, seca o reducida a polvo, se añade a la alimentación compuesta principalmente de cereales. El valor nutritivo de los alimentos de este tipo aumenta considerablemente con la inclusión de las diversas proteínas, vitaminas, minerales y fibras contenidas en las hojas de baobab. Suponiendo que esta evaluación sea correcta y, en consecuencia, que la salud y vigor de un gran número de personas aumentan con el consumo de hojas de baobab, se justifica la clasificación de este artículo como producto forestal no maderero importante, incluso más importante para el bienestar de muchas personas que la goma arábiga. De todos modos, este artículo no se propone llegar a conclusiones, sino más bien ejemplificar la desproporción que puede existir entre la importancia meramente comercial de un producto y su verdadera relevancia como promotor del bienestar de las personas.

Preparación de una comida en Malí guarnecida de productos forestales... incluso el pescado

En este contexto merece ser mencionado otro aspecto de la evaluación de recursos: el hecho de que un producto no se exporte no significa necesariamente que no contribuya a obtener divisas; las puede procurar indirectamente haciendo innecesaria la importación de un sustituto. Por ejemplo, los países africanos que producen grandes cantidades de mantequilla de butirospermo (Butyrospermum parkii), no necesitan importar aceite para cocinar sus alimentos.

Para clasificar un producto como importante para el bienestar de las personas, no es necesario producirlo en gran cantidad, ni tampoco que tenga un alto valor monetario; en algunas partes de Africa meridional se utilizan como alimento varias especies de orugas, que tienen tanto valor como los árboles de cuyas hojas se alimentan y que la población local protege especialmente. Para obtener una tonelada se necesitan muchas orugas; las cantidades que se comercializan son muy pequeñas. Sin embargo, que las orugas sean consideradas recursos forestales no madereros de cierta importancia no se debe a su calidad ni tampoco a su sabor ciertamente excelente, sino a que supuestamente tienen un gran contenido de vitamina B12. Si el supuesto es correcto, comer orugas puede ser igual que ingerir tabletas de vitaminas en otras partes del mundo, compensando así ciertas deficiencias de la alimentación básica. La importancia de dicha ingesta para la salud y el vigor no guarda relación con la cantidad o el valor del producto de que se trate, sean orugas o tabletas de vitaminas.

La principal preocupación hasta el momento ha sido evaluar la importancia de los productos forestales, y entre ellos los productos no madereros, centrando la atención en el hecho de que pueden existir medios más satisfactorios que las estadísticas comerciales para clasificar el valor de los recursos. Se han tomado ejemplos de los productos alimenticios forestales no madereros, producidos directa o indirectamente por la vegetación arbórea. Se pueden aplicar las mismas observaciones a otras amplias gamas de productos, por ejemplo, los farmacéuticos o las fibras.

La planificación y ordenación de las actividades forestales encaminadas a satisfacer necesidades humanas deben tomar en consideración todas las ventajas importantes que pueden derivarse del sector forestal. La documentación sobre los productos no madereros de los bosques africanos es muy desigual, y sólo para una minúscula fracción existe un conjunto bastante completo de datos estadísticos. Además, la información disponible sobre algunos productos no indica en absoluto el potencial verdadero, debido a que en su mayor parte están subutilizados. En otros casos la cuestión se complica porque existe muy poca vinculación entre la cantidad y la importancia. Por último, no hay que desestimar el potencial de muchos tipos de vegetación todavía lejos de ser investigados completamente, de los que se pueden obtener productos no madereros valiosos. En los árboles existen todavía importantes recursos en espera de utilización.

Es imposible abarcar en un artículo todos o tan solo la mayoría de los productos forestales no madereros en lo relativo a su rendimiento potencial, necesidades de investigación, desarrollo y planificación, etc. Este artículo se ocupa de determinados grupos de productos particularmente interesantes. Los diversos temas no aparecen ordenados según una supuesta prioridad, sino dispuestos al azar.

Piensos forestales

Los piensos procedentes de la vegetación forestal pueden beneficiar a los animales salvajes y a la ganadería, que a su vez producen carne, leche, cueros, huevos, etc., para satisfacer las necesidades humanas. Condición básica para obtener un rendimiento constante a un alto nivel es que haya piensos en cantidad suficiente y de composición idónea. Los piensos forestales son de dos clases: forrajes herbáceos obtenidos de la vegetación arbustiva, y forrajes arbóreos. Particularmente en las zonas de estación seca prolongada, los forrajes arbóreos tienen una enorme importancia para la ganadería y para muchas especies de animales salvajes, porque proporcionan una nutrición energética rica en proteínas, vitaminas y minerales, en una época del año en la que la cobertura arbustiva está seca y sólo contiene hidratos de carbono puros que no pueden sostener la salud y el vigor de los animales. El manejo de la ganadería y la fauna silvestre es un tema que interesa principalmente a los especialistas en estos sectores. Sin embargo, a menudo se necesitará competencia forestal para garantizar que los ecosistemas forestales expuestos a la interferencia humana continúen produciendo piensos. En este contexto, los forestales podrán - en realidad tendrán que - colaborar con otros profesionales interesados.

El antiguo método de dividir las tierras en reservas forestales donde se mantiene el ganado en libertad, y en zonas de pastoreo donde la vegetación arbórea se abandona o se destruye deliberadamente, ya no ofrece una solución adecuada a los problemas relativos al aprovechamiento de las tierras. La ordenación del rendimiento activo y sostenido de la cobertura arbustiva y de los árboles se ha convertido en una imperiosa necesidad, y los forestales tendrán que participar para garantizar que la producción combinada de forrajes arbóreos, productos madereros y hierbas comestibles en las tierras forestales, se mantenga a un nivel óptimo. Esta ordenación de fines múltiples tendrá que tener en cuenta la densidad de la cobertura arbórea para conseguir el equilibrio más favorable entre productos arbóreos y forrajes herbáceos, forrajes arbóreos, métodos de recolección tales como el desrame y desmochado, ramoneo rotativo, regeneración de árboles y de la vegetación de la cobertura arbustiva y, posiblemente, plantaciones de mejora, que pueden significar la introducción de valiosos árboles forrajeros o de plantas más productivas en la cobertura vegetal. Un ejemplo interesante y exitoso de este tipo de intervención son las plantaciones de Desmodium sp. en Malawi.

Fibras forestales

Las fibras de la vegetación forestal son muy importantes para las comunidades africanas. Se utilizan para fabricar cestos, esteras, cuerdas, muebles, y en la construcción de casas. Algunas fibras de calidad van al mercado exterior para la manufactura de cepillos y labores de mimbre. Las fibras de gran calidad se obtienen principalmente de las palmas; en especial, se tejen esteras excelentes con las fibras de la palma dum. Para las labores de mimbre el mejor material es la corteza exterior pelada de diversas palmas trepadoras, por ejemplo, Calamus sp.; también se utilizan mucho las frondas de la palma Raphia. Para la manufactura de cuerdas son importantes las frondas de palma, y tal vez más aún la parte interna de la corteza de un gran número de frondosas. Una fuente tradicional de material para la fabricación de cuerdas es el baobab, cuya corteza puede quitarse varias voces completamente, sin menoscabar el vigor del árbol. También se utilizan algunas variedades de hierba para fabricar cuerdas. Las cuerdas no sólo sirven para sujetar las bestias de carga y amarrar las mercancías durante el transporte, sino que se emplean en gran cantidad para la construcción de casas, y en algunas regiones para fabricar armazones de camas.

Se puede afirmar que el desarrollo ordenado de muchas comunidades africanas depende en gran parte del fácil acceso a diversos tipos de fibras. Por ello sorprende observar, en la mayoría de los casos, que se haya hecho tan poco para garantizar la continuidad de los suministros. Una notable excepción se da en el Senegal, donde el pueblo Serere se ocupa convenientemente de la regeneración de la palma Borassus, que produce el material para cestos y esteras, y cuyos frutos y madera también se aprovechan.

Sin embargo, en general es correcto afirmar que la regeneración de los recursos de fibras no guarda relación alguna con su explotación. Incluso cuando una floreciente industria de esteras basada en las frondas de dum constituye la única fuente de prosperidad para algunos poblados de las zonas áridas, la base del recurso se explota como si se tratara de una mina inextinguible, sin ninguna comprensión aparente de que es necesario proceder a su renovación. Es imprescindible tomar medidas para garantizar el suministro de fibras a largo plazo. Además de introducir mejoras en la silvicultura y la técnica forestal y de realizar investigaciones a este fin, es fundamental que los interesados comprendan que es esencial ordenar de acuerdo con principios de rendimiento sostenido tanto los recursos de fibras como los recursos forestales de combustible y madera.

Alimentos forestales

Se incluyen aquí, entre otros, los siguientes artículos: bebidas, caza, especies ictícolas de los manglares, follaje, frutas, goma (cuando se consume como alimento), miel, insectos, ganado, productos oleaginosos. hortalizas procedentes del suelo forestal, rizomas. La lista es tan larga que no se puede tratar en detalle cada subtítulo; además, muchos de ellos abarcan docenas de productos diferentes.

Sin embargo, conviene destacar que se puede obtener una gran variedad de alimentos de las tierras forestales. La alimentación humana no sólo depende de una cantidad suficiente de alimentos; también es esencial la variedad. La sola abundancia de maíz o yuca no garantizará una nutrición sana. Las personas pueden padecer graves síntomas de malnutrición si estos artículos básicos no se complementan con otros alimentos que contengan una gran variedad de aminoácidos, vitaminas y minerales. Una alimentación variada es, por regla general, lo más seguro para que nada esencial falte a la salud y el vigor. Los alimentos forestales ofrecen la posibilidad de lograr un equilibrio casi perfecto. Por desgracia, en algunos lugares estos alimentos escasean cada vez más, debido a la destrucción del ambiente, o bien se utilizan menos como consecuencia de cambios en los hábitos alimentarios. En todas partes es evidente una tendencia a preferir los artículos básicos producidos masivamente, y una disminución de los alimentos forestales. Una razón de este cambio es la comodidad, facilidad de suministro y preparación de aquellos. En otros casos, algunos alimentos forestales llevan consigo la connotación de «primitivos y atrasados». Todo ello preocupa porque todavía se conoce muy poco sobre el potencial de producción y características nutritivas de muchos productos forestales como para descartarlos por su escasa importancia, o eliminarlos por una manipulación descuidada del ambiente natural. Varios cultivos alimentarios forestales importantes en el pasado están hoy amenazados de extinción.

Es necesario emprender con urgencia un estudio global de los recursos alimentarios forestales y complementarlo con una investigación de sus características nutritivas. Cuando se trate de productos de porvenir. este estudio inicial deberá ser seguido de investigaciones relativas a reproducción, mejoramiento genético, ordenación de la silvicultura, transporte, comercialización y economía. En el Congo se han tomado encomiables medidas con respecto a la enredadera forestal Gnetum africanum, cuyas hojas se consumen en grandes cantidades como verdura.

En las regiones donde no es posible la c ría animal tradicional. la caza tiene frecuentemente una inmensa importancia. En vastas zonas del continente, especialmente en las regiones húmedas, la población obtiene de esta fuente la mayor parte de las proteínas animales. Desgraciadamente, en la mayoría de los lugares estos suministros declinan con rapidez como consecuencia de la destrucción del ambiente natural, y también debido a una excesiva explotación. En muchas partes es necesario tomar medidas severas e inmediatas para impedir una escasez proteínica real. La prohibición de la caza con escopeta y trampas, el establecimiento de reservas. y otras medidas similares, no resolverán el problema por si mismas. Lo que se necesita con urgencia es crear suministros alternativos de proteínas animales; de lo contrario, la mayoría de las medidas de control están condenadas al fracaso. Estos suministros pueden lograrse mediante la introducción en algunas zonas de ganado resistente a la mosca tsetsé, o la cría de conejos, o bien mediante el fomento de nuevas variedades de animales domésticos a partir de especies apropiadas de la fauna silvestre. En Kenya ha tenido cierto éxito la domesticación del alce y del óryx. En Nigeria se ha centrado la atención en ciertos animales más modestos de apariencia pero no menos prometedores en cuanto a fuentes de carne, como las langostas y ratas gigantes. En algunos países los caracoles, cuya cría sistemática es posible, constituyen una importante fuente de proteínas (véase Unasylva, Volumen 29, N° 116, La caza como fuente de alimentos).

Un caso especial son los manglares de las regiones costeras, que normalmente albergan una fauna prolífica de peces, crustáceos y moluscos. Clon mejores prácticas de ordenación, muchas zonas de manglar podrían convertirse en fuentes importantes de proteínas animales.

Escogiendo hojas de ensalada en Benin los alimentos del bosque se dan por descontados... hasta que desaparecen

Los hongos pertenecen al reino vegetal; sin embargo, se los menciona aquí porque son ricos en aminoácidos y pueden, en cierto modo, sustituir a las proteínas animales. Los hongos forestales pueden aprovecharse como alimento, y en algunos lugares tienen ya cierta importancia nutricional. No obstante, la productividad por hectárea es muy baja; en realidad, no supone más que una pequeña fracción de los rendimientos obtenidos en el Japón y en Corea. En Zambia se inició hace algunos años un proyecto encaminado a desarrollar técnicas para cultivar hongos en el medio forestal africano; es de esperar que esta excelente iniciativa sea emulada de manera más general.

Los frutos de los bosques son tan variados como numerosos, y se pueden agrupar en dos categorías: los que se consumen como frutas, y los que se usan para la extracción de productos oleaginosos. Este segundo grupo es más pequeño pero muy importante.

Ejemplos de la primera categoría son los muy nutritivos frutos Dacryodes de los montes higrófilos, y el fruto de múltiples usos de la palma Borassus de las regiones semiáridas. Este último se utiliza de tres maneras: la leche del fruto sin madurar se comercializa como bebida nutritiva muy popular; el fruto maduro. de color amarillo, se consume como sustitutivo del mango y, por último, en algunos frutos se dejan brotar los cotiledones que se consumen fritos. La importancia de muchos frutos forestales radica en su contenido vitamínico. En zonas de precipitación escasa y dispersa, los frutos de árboles y arbustos son también importantes como alimentos de urgencia, por ejemplo la valiosa Parkia biglobosa de la zona de Sudán-Guinea. Cuando el clima es muy árido, las personas se alimentan de los frutos de especies resistentes como Boscia senegalensis y Zizyphus sp.

Comercialmente, los frutos de los cuales se extrae aceite son más importantes que el resto. No obstante, la fuente principal de productos oleaginosos, la palma de aceite Elaeis guineensis, queda parcialmente fuera del dominio forestal; prácticamente todas las grandes plantaciones comerciales son dirigidas por estructuras no forestales. Sin embargo, también hay palmas de aceite en muchas zonas forestales de lluvias abundantes, especial mente árboles diseminados en bosques secundarios degradados. Los frutos oleaginosos de las palmas «silvestres» se utilizan para la extracción de aceite, y son igualmente importantes fuentes de vino de palma y fibras.

El butirospermo, Butyrospermum paradoxum, de la zona de Sudán-Guinea, ocupa el segundo lugar en importancia como árbol oleaginoso en el continente, si bien muy lejos de la palma en lo que respecta a la cantidad de aceite producido y comercializado. Aunque es muy apreciado localmente como cultivo comercial valioso y fuente de grasa comestible para uso doméstico, se trata de una especie descuidada, cuyo potencial no se utiliza plenamente. En realidad, la amplia zona donde todavía hay butirospermos está disminuyendo rápidamente como consecuencia de la penetración de los cultivadores y de los fabricantes de carbón.

Una especie forestal con un potencial igual o incluso mayor para la producción de aceite es la palma Raphia, que hasta el momento se comercializa en escala muy reducida. La palma Raphia ocupa vastas zonas pantanosas que registran grandes precipitaciones. Además de ser una fuente potencial de aceite de buena calidad, produce fibras valiosas. Muchos otros árboles se utilizan o pueden ser utilizados para obtener productos oleaginosos, por ejemplo el baobab, que se emplea para extraer aceite en Madagascar; Pentadesma butyracea de las regiones forestales, y la ubicua (aunque exótica) margosa, Azadirachta indica, de las zonas áridas.

La miel es otro importante articulo alimentario que se obtiene indirectamente de los árboles. Algunos tipos de bosques donde predominan árboles del orden de las leguminosas, tienen un enorme potencial para la producción de miel que con frecuencia sobrepasa en términos económicos su capacidad productora de madera. Sin embargo, en la mayoría de los países del Africa tropical no se han introducido en gran escala los modernos métodos apicolas, y la producción actual de miel y cera sólo asciende a una pequeña fracción del potencial. Este recurso vastísimo y subutilizado podría desarrollarse con muy pocos insumos externos.

La importancia de ciertos árboles como Sterculia sp., cuya goma se consume como alimento en algunas localidades. reside en los productos que se exportan para una gran variedad de usos. Con respecto al aprovechamiento de las gomas, se distinguen dos grupos: las gomas comercializadas como tales, y los productos para incienso. E n el primero, la goma arábiga de Acacia senegal es con mucho la más importante. El incienso y la mirra provienen de arbustos del desierto de la familia Commiphoraceae. En el caso de las gomas propiamente dichas, la recolección, elaboración y comercialización han alcanzado niveles de eficiencia que si no siempre redundan en beneficio del productor, por lo menos son importantes para el país exportador. En cuanto al incienso, a menudo llega a los consumidores a través de circuitos comerciales cuyos intermediarios obtienen gran parte del beneficio. Se están realizando esfuerzos en los países interesados para mejorar estas estructuras.

Los bosques de Africa producen mucho más de lo que por regla general se supone. De los bosques se obtienen piensos para los animales domésticos y salvajes útiles al hombre, fibras de mucha importancia en la fabricación de materiales para la vida diaria, productos alimenticios de toda clase que proporcionan variedad y equilibrio nutritivo a la alimentación tradicional, y productos farmacéuticos y químicos esenciales. Sin embargo, los funcionarios que se ocupan del desarrollo y de los bosques no suelen tener en cuenta estos usos importantes.

Si bien la explotación del producto y su canalización hacia los consumidores son objeto de atención, hasta el momento se ha hecho muy poco por abordar el problema fundamental de encontrar un medio para aumentar el rendimiento de determinados árboles y de los huertos de goma denominados jardines de goma, cuyas especies ofrecen considerables perspectivas de mejoramiento genético. Acacia senegal, el mejor genotipo natural, rinde diez veces más que el árbol medio. Se sabe menos con respecto a la variación genética de los árboles de incienso, pero en este caso el mejoramiento aumentará por la facilidad con que las especies se propagan vegetativamente. Acacia senegal es una especie de múltiples fines que, además de producir goma arábiga, tiene una notable capacidad para enriquecer los suelos, y por ende es un componente ideal para los sistemas agrosilvícolas. Además, es un excelente árbol forrajero y produce leña de buena calidad.

Las industrias alimentarias usan la goma en un número considerable de productos que van de las bebidas no alcohólicas a las tabletas de chocolate. La goma se utiliza en escala incluso mayor para preparar productos farmacéuticos, que forman otro grupo importante de productos no madereros.

Medicinas y productos químicos

Desde tiempo inmemorial, los fármacos obtenidos de los productos forestales se usan en la medicina local. Indudablemente, la eficacia ha variado mucho, los ensayos y errores y una larga experiencia han permitido identificar medicinas apropiadas para el tratamiento de diversas enfermedades. Recientemente se han realizado estudios sistemáticos en varios países a fin de describir y analizar la farmacología africana. Se han publicado informes importantes sobre cientos de medicamentos derivados de la fauna y flora forestales. De la mayoría de ellos todavía se ignora tanto la eficacia cuanto la estructura química. Sin embargo, la falta de conocimientos no debe ser motivo para hacer caso omiso de ellos.

Hasta que se lleven a cabo estudios más profundos, se deberá tener presente el potencial de los bosques para proporcionar valiosos compuestos químicos de gran diversidad. Estos argumentos favorecen el establecimiento de reservas y la adopción de otras medidas para proteger las especies amenazadas y los ecosistemas. Es cada vez más evidente que los bosques pueden ofrecer algo más en este sector de lo que la mayoría de las personas habrían imaginado hace sólo unos años. Algunos ejemplos pueden aclarar este concepto.

Un extracto obtenido de Rauwolfia sp., arbusto forestal, es considerado por muchos como el mejor tratamiento para combatir la presión sanguínea alta. Las hojas de Maytenus sp., arbusto de la sabana de Kenya, están interesando a los investigadores del cáncer en los Estados Unidos. Dos plantas que se dan en los bosques de Etiopía, Solanum marginatum y Dioscorea bulbifera, tienen interesantes propiedades contraceptivas.

Los extractos para curtir son compuestos químicos procedentes de los bosques, de indiscutible importancia en la actualidad. Comercialmente, en especial con respecto al intercambio internacional, los más importantes se obtienen de la corteza de Acacia mearnsii, árbol de origen australiano muy generalizado en Africa oriental. También se extraen de las vainas de Acacia nilotica, árbol de climas áridos y semiáridos, aunque los curtidos hechos con este producto no figuran mucho en las estadísticas. La mayor parte de los extractos de acacia se consumen in situ, aunque algunos se exportan, principalmente a la India. En los países de clima fresco, los extractos para curtir se obtienen de los arbustos del género Rhus, pero los manglares situados a lo largo de las costas merecen una mayor atención, ya que potencialmente son mucho más importantes. Los árboles del género Rhizophora producen una corteza que contiene mucho tanino. Los manglares son recursos subutilizados tanto por lo que se refiere al tanino, cuanto a la capacidad de producir carbón vegetal y proteínas animales.

Resumen y conclusiones

En este artículo sumario no ha sido posible abarcar todos los casos especiales, ni tampoco todas las categorías de productos forestales no madereros; por ejemplo, no se trata Acacia albida, un árbol muy importante, se mencionan poco - o simplemente no se mencionan - las nueces de cola, gusanos de seda, resinas, piensos concentrados de frutas y hojas, aceite de ninde, corcho, Prosopis, Leucaena y Sesbania, mulch, látex, té de hojas de Combretum. Y ello porque, aparte de las limitaciones impuestas por el espacio, la finalidad de este artículo no es dar una lista completa de los productos no madereros, sino más bien llamar la atención sobre problemas relacionados con su producción y aprovechamiento.

Las personas que se ocupan de los bosques africanos, pero que no viven en Africa o no están bien informadas de sus tradiciones y valores, deben comprender que para el bienestar de millones de personas los productos no madereros tienen una importancia comparable a la utilización de la madera como combustible o para fabricar estructuras. Para los africanos todo esto es tan evidente que no insisten en ello, o bien puede que les intimide la naturaleza no económica y no moderna de estos productos, en comparación con el tipo de productos forestales comerciales que predomina en las sociedades industrializadas. La tendencia de los funcionarios de desarrollo - casi siempre especializados en economía - es prestar poca o ninguna atención a estos productos no madereros cuando planifican actividades para el aprovechamiento de las tierras y hacen evaluaciones económicas. La falta de información y datos sobre esta importante categoría de productos forestales, contribuye a que se los ignore cuando se toman decisiones económicas y normativas.

Hay poca información acerca de las propiedades físicas o químicas de muchos de los productos en cuestión. Tampoco se conoce mucho sobre las estructuras vivas que los producen, ni sobre su situación en los ecosistemas, ni sobre el volumen y capacidad productiva de la base del recurso, o la comercialización y características del consumo, etc. Se necesitan reconocimientos e investigaciones sistemáticas para salvar estas enormes lagunas de conocimiento.

Para asegurar el mayor beneficio de los recursos forestales no madereros al bienestar de las personas, es necesaria una mayor acción de base, lo que implica la revisión de las ideas que orientan la ordenación y evaluación de los montes. El principio rector de la ordenación de los montes, por regla general, ha sido: ordenación del rendimiento sostenido de los recursos madereros que asegure el equilibrio favorable entre los insumos y los ingresos. El sistema puede considerarse idóneo cuando la tierra forestal se ordena principalmente para suministrar madera a las industrias, o para comercializar este producto.

El caso es diferente cuando los beneficios deseados y necesarios procedentes de los montes para garantizar el bienestar humano, son de naturaleza múltiple y comprenden numerosos componentes como madera y producción de combustible, suministro de hojas para la nutrición humana, apicultura, rendimiento hídrico de captación forestal, etc. En estos casos, es indispensable aplicar un método global más complejo para el desarrollo del recurso forestal.

Como objetivo apropiado para la ordenación forestal de lugares con múltiples recursos, se sugiere el siguiente: alcanzar el más alto nivel posible de beneficios para el bienestar humano a partir de recursos múltiples, manteniendo al mismo tiempo una relación óptima entre los insumos e ingresos. Este nivel se definirá de acuerdo con la disponibilidad de capital, mano de obra, etc.

La enunciación parece bastante simple y no muy diferente del objetivo clásico de la ordenación forestal; en realidad, su aplicación exigirá considerables modificaciones de los instrumentos de ordenación, en particular con respecto a la medición forestal y la evaluación económica. Lo importante es saber que los montes tropicales de Africa y de otros lugares del tercer mundo, pueden ofrecer mucho más de lo que generalmente se supone.


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