Durante la recolección, el fruto de Prosopis se pone por lo general en baldes o en mochilas colgadas de las espaldas del cosechador, o se hace caer en las arpilleras abiertas sobre el suelo.
Los frutos se vuelcan luego en bolsas de papel, lona o de género (como las que se usan para empaquetar la arena o el cemento), y al final se llevan al centro de separación de la semilla.
Para facilitar el manipuleo, no más de 20 kilos de frutos deberían rellenar cada bolsa.
Como se ha mencionado anteriormente, cada lote de semilla deberá ser cuidadosamente etiquetado, registrándose la información detallada sobre el origen para cada colección sobre el formulario de cosecha (Anexo 1). Etiquetas duplicadas deberán siempre atarse fuera y colocarse dentro de cada bolsa. Con la etiqueta interna se asegura una exacta identificación de la colección en el caso de que se pierda la externa.
