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SECADO DE LA SEMILLA

La semilla debe ser secada antes de ser almacenada o sembrada; en caso contrario la semilla puede arruinarse y pudrirse. Por lo general, la semilla de Prosopis debería secarse hasta un contenido de humedad de 10 a 12 por ciento, o aún menos, antes de guardarla. En estas condiciones la respiración continúa al bajo nivel necesario para mantener vivo al embrión, y solamente cantidades relativamente pequeñas del contenido de carbohidratos se convierte en bióxido de carbono en el proceso.

Secado al aire

En muchas circunstancias, todo lo que se necesita es secar la semilla al aire antes de colocarla en envases cerrados herméticamente. En efecto, mientras no se dispone de datos específicos, la semilla de Prosopis que se seca al aire a temperaturas del medio ambiente permanece viable probablemente durante varios años.

La semilla de reciente extracción debería ser llevada rápidamente a los pisos secadores, generalmente plataformas rígidas, lisas, compactas y previamente limpiadas de toda suciedad. Deseándoselo, la plataforma puede ser dividida en compartimientos individuales para que las diferentes colecciones de semilla puedan ser secadas al mismo tiempo.

Plataformas de ladrillo, que son relativamente económicas para construir y conservar, pueden fabricarse para funcionar como pisos secaderos. También, pueden usarse arpilleras tendidas sobre el suelo debajo de cobertizos protectores.

Independientemente de la práctica adoptada, debe ponerse atención para evitar que la semilla se sobrecaliente.

Secado en estufa

Se pueden emplear estufas calentadas y ventiladas artificialmente para secar la semilla, especialmente cuando se necesitan grandes cantidades de semilla. Los hornos, que pueden ser de muchos diseños diversos, se basan sobre el siguiente principio; aire caliente circula entre los bastidores en una cámara donde se ha distribuido la semilla. El aire caliente, que deberá ser circulado uniformemente dentro del cuarto, no deberá nunca superar los 50°C, porque sino la mayor parte de la semilla moriría. El aire en movimiento deberá ser más seco de la semilla y el aire recargado con humedad deberá ser eliminado de la estufa lo más pronto posible.

El secado previo de la semilla al aire reduce la cantidad de energía necesaria para el secado en estufa, ahorrándose de esta manera en el gasto.


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