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4. COSECHA DE SEMILLA

El objeto de este capítulo es de resumir la experiencia que viene a propósito del Proyecto Forestal FAO/CIRF sobre la recolección de semillas de acacias de zonas áridas. Se basa en principio sobre la experiencia australiana, pero en los casos correspondientes se hace referencia a la información de otros países. Se pone en realce la recolección de semilla para la investigación, pero con algunas modificaciones las técnicas descritas son aplicables a la cosecha mayor a granel de semilla para programas de reforestación.

El capítulo ha sido organizado siguiendo una serie de pasos sucesivos que deberían ser seguidos o por lo menos considerados cuando se encara la recolección.

4.1 Importancia de la proveniencia

“La proveniencia, referida al material clonal o a la semilla, es el área geográfica y ambiente en el cual han crecido los árboles progenitores y dentro del cual su constitución genética se ha desarrollado a través de la selección artificial y/o natural. Si bien este término puramente forestal no tiene un lugar en la jerarquía taxonómica formal, puede ser equivalente para el bosque indígena natural y dependiendo del tipo de las poblaciones consideradas y del tamaño e individualidad de su área geográfica o ecología, a un ecotipo, a una raza geográfica, a una variedad o quizás más frecuentemente a parte de un clinal” (Burley y Wood 1976).

En silvicultura se ha demostrado, en forma convincente por medio de una cantidad de ensayos de especies y de proveniencias coordinados internacionalmente (Palmberg 1980, 1981), la importancia práctica y económica de conciliar las especies y las proveniencias con el sitio y con su uso final. Los ensayos de mayor duración dirigidos a probar una amplia gama de proveniencias de Eucalyptus camaldulensis sobre una extensa gama de sitios han mostrado que los beneficios, obtenibles por la simple selección de las proveniencias mejor adaptadas para las condiciones ambientales prevalentes, pueden resultar en procentajes de productividad de varios cientos mayores.

Si bien se han hecho pocos estudios sistemáticos en las especies de acacia sobre su variación geográfica, la evidencia acumulada (2.2.1) insinúa que existe una notable variación intraespecífica. Los planes para la aforestación con acacias deberán por lo tanto ser precedidos por la exploración taxonómica y genecológica seguida por un muestreo sistemático en el ámbito del área natural de distribución y por la evaluación con ensayos de campo instalados sobre una variedad de sitios de plantación potenciales. Estas pruebas indicarán la existencia y la naturaleza de las interacciones entre las especies, proveniencias y el sitio y deberían llevar hacia la utilización eficiente de los recursos genéticos disponibles. La elección de la proveniencia puede ser responsable de la diferencia entre una plantación lograda y el fracaso total.

La facilidad de definir los límites de las proveniencias de una especie de acacia depende del esquema de la distribución de la especie considerada. Si una especie está limitada a sitios moderados pequeños, el término “proveniencia” puede ser sinónimo del “sitio” y puede aplicarse con confianza. El problema de delinear las proveniencias es mucho más difícil cuando las especies se presentan sobre grandes áreas presentando condiciones ecológicas bastante uniformes. A. aneura, por ejemplo, crece sobre extensas llanuras internas de Australia. En tales casos cualquier límite de proveniencia es bastante arbitrario.

Los problemas especiales vinculados a la recolección de semillas representativos de las proveniencias de acacias incluyen la hibridación y las inseguridades de la identificación de especies estrechamente relacionadas. Puede ser difícil identificar los híbridos en el campo y es por lo tanto esencial para una verificación posterior que se conserve en forma separada la semilla de los árboles individuales y que se tomen de cada árbol muestras testigo para herbarios.

Es esencial registrar el lugar de origen de todo material (semillas, muestras testigo de herbario, fotografías y otros datos) ya que todo ello constituye la base de la investigación sobre la proveniencia y para la actividad futura.

4.2 Programación anticipada

Una vez que se han definido bien los amplios objetivos del programa de recolección, es esencial concederse el tiempo necesario para fijar la estrategia para una recolección eficiente y práctica.

Una amplia recolección destinada a la investigación requerirá casi seguramente un plan más detallado que en el caso de las cosechas rutinarias de bulto a granel y que puede representar un lapso de tiempo de uno a varios años según las circunstancias. En el Proyecto Forestal FAO/CIRF (FAO 1980) puede verse un ejemplo de los aportes y del tiempo requerido para programar una recolección mayor. Después de tres años el camino queda entonces despejado para proceder con la mayoría de las recolecciones en sus primeras fases.

Para las recolecciones científicas la magnitud de los recursos para un determinado programa y la disponibilidad de personal con experiencia serán las primeras cosas a considerar y determinarán lo que se puede obtener durante el tiempo disponible. Las siguientes etapas son comunes para la programación anticipada:

4.2.1 Evaluación de la información sobre las especies

El estudio de las publicaciones puede proporcionar la información sobre la distribución natural de una especie, su hábito, ecología, variabilidad genética y sobre las épocas de fructificación y floración en los diversos lugares de su área de dispersión. Una visita a los Herbarios Regionales para examinar los correspondientes especímenes de herbario puede reforzar notablemente la información publicada sobre la distribución de la especie, la variabilidad y la fenología reproductiva. Para construir un cuadro global sobre la especie que interesa pueden obtenerse mayores resultados estableciendo contacto personal con botánicos, forestales de campo y otros que estudian en forma activa o que utilizan una especie.

Si las colecciones cubren áreas extensas y cruzan límites políticos puede ser esencial establecer contactos oficiales con los servicios forestales en los Estados o países implicados para establecer una buena relación de trabajo de beneficio mutuo para todos los participantes. Este enfoque será por lo general bien recibido por parte del servicio forestal local si se le asegura el libre acceso a la información recogida en ésta y en las fases posteriores de la exploración y recolección de semillas (Burley y Wood 1976). Con respecto al Proyecto Forestal FAO/CIRF específicamente, ya se han hecho los contactos oficiales en los países que participan en el proyecto (FAO 1980) y se les está llevando la información correspondiente a través de una serie de manuales, siendo éste uno de ellos.

Cuando se ha reunido toda la información se la reordena y resume. Los datos sobre la presencia natural se reflejan mejor sobre mapas suficientementemente detallados para indicar los principales sistemas de comunicación (por ejemplo, caminos, ríos, ferrocarriles y pistas de aterrizaje), topografía y otros datos que pueden contribuir a elegir los sitios de cosecha.

4.2.2 Exploración del terreno

Si la especie es poco conocida, o se sabe que presenta problemas para el recolector, puede ser necesario un reconocimiento del terreno en cuanto a la variabilidad de la especie, distribución natural y hábitos de floración y de producción de semilla antes de programar la recolección ulterior de semilla.

Dentro de su propio país, el servicio forestal local puede estar en la mejor posición de encarar esta fase, haciendo llegar al recolector la información sobre la magnitud probable y la época de maduración de la cosecha de semilla y aconsejando sobre el itinerario y arreglos de viaje más oportunos para las épocas de fructificación y accesibilidad existente.

Por motivos de tiempo y de economía la exploración biosistemática de las especies ha tenido que combinarse frecuentemente con la recolección de semillas para los ensayos de proveniencia. Con una sola exploración combinada con la expedición para recoger la semilla no puede esperarse de obtener todas las respuestas sobre la variación.

Dependiendo del grado de variabilidad, pueden ser necesarias una cantidad de misiones preparatorias de exploración y repetidas expediciones de recolección de semillas durante varios años. Esta es la estrategia planeada para el Proyecto Forestal FAO/CIRF donde se anticipan recolecciones sucesivas en el caso que la nueva información ponga en evidencia vacíos de información en la cobertura original (Palmberg 1981).

4.2.3 Fijación de fechas para la cosecha de semilla

Para la mayoría de las acacias el intervalo de tiempo entre la floración y la maduración de la semilla es suficientemente largo para dar al cosechero, que haya controlado la floración, tiempo para preparar la recolección de semilla. Para las acacias tratadas en el Proyecto Forestal FAO/CIRF el intervalo de tiempo es por lo general de 6 a 12 meses según las especies (ver Cuadro 1), pero es sólo de 3 meses para A. albida. En algunas especies (por ejemplo, A. aneura) se ha notado una variabilidad significativa inter a intraproveniencias a lo largo del período de maduración, y es deseable en estos casos hacer observaciones de control sobre el adelanto de la maduración.

La maduración de las semillas de las acacias dehiscentes está indicada por lo general por la raja de la vaina de color obscuro que contiene las semillas que son de tegumento duro y de color oscuro. En las especies indehiscentes, el oscurecimiento de la vaina es también el indicador principal de la madurez de la semilla. En algunos casos las semillas son viables antes de ser completamente “maduras”, por ejemplo, cuando el tegumento de la semilla es todavía relativamente blando y de color pálido y las vainas hinchadas están recién comenzando a volverse pardas. Varios investigadores han propuesto que las semillas de acacia sean cosechadas “verdes” como método para detener los fuertes ataques de Bruchidae y evitar la necesidad de los tratamientos previos a la siembra. Se ha comprobado que esta técnica funciona bien con A. mearnsii (Isikawa 1960), A. senegal (Kaul y Manohar 1966), A. tortilis subsp. raddiana (Karshon 1975) y con algunas especies australianas (tales como A. salicina W. McReaddie -común pers.).

Dos pruebas de campo hechas en combinación pueden hacerse para calibrar el grado de madurez de las cosechas “verdes”:

  1. recoger una muestra de vainas y dejarla secar al sol por un día y algo. Si la semilla se conserva hinchada dentro de la vaina y su color oscurece, la semilla es por lo general suficientemente madura para su cosecha. No es oportuno cosecharla si, por el contrario, la semilla pierde humedad y se contrae.

  2. hacer cortes transversales en diversas semillas. El embrión debe ser firme e hinchado mientras que el tegumento de la semilla no evidencia colapso al corte.

La recolección de semillas inmaduras puede no aplicarse a cualquier especie y sería prudente hacer una serie de ensayos de viabilidad para comprobar esta técnica antes de aplicarla a especies que no se conocen bien. No se han hecho estudios sistemáticos para determinar si existe en las acacias un período postmadurez (Cavanagh 1980a).

El lapso entre la maduración del fruto y la caída de la semilla varía mucho de una especie a otra. Por regla general es mejor la cosecha temprana (por ejemplo, apenas lo permita la maduración de la semilla) que tardía y así correr el riesgo de la pérdida de cosecha por la dehiscencia, por el ataque de insectos u otras causas. La caída de la semilla es acelerada seguramente por las condiciones del tiempo cálido y seco, y el cosechero debe mantenerse en guardia si quiere hacer la recolección de su cosecha en el momento justo.

Hay muchas ventajas en hacer la cosecha de semillas en los años de buena floración y buena producción de semilla. Si el año es bueno, es más probable que la viabilidad de la semillasea elevada, con menos limitaciones en la selección de los árboles, y si se eligen árboles bien preparados se corren menores riesgos de autogeneración. El tiempo necesario para recoger una cierta cantidad de semilla es más corto y la operación es por lo tanto más eficiente. Aún en los buenos años de semilla una especie puede no producir buenas cosechas a lo largo de su entera área de dispersión y para obtener una colección representativa la semilla posiblemente deberá obtenerse durante el curso de dos o más años.

4.2.4 Métodos de muestreo

Se indican a continuación algunos métodos de muestreo generalmente aceptados para los ensayos de introducción de especies y primera etapa del estudio de proveniencias:

4.2.4.1 Métodos de muestreo para ensayos de introducción de especies

Los ensayos de introducción de especies se encaran en manera tal de separar rápidamente una gran cantidad de especies de posible valor, pero de las cuales se conoce poco. El objetivo es el de eliminar las especies que parecen ser poco prometedoras a fin de que los recursos disponibles, generalmente limitados, se concentren sobre los ensayos críticos de una cantidad reducida de especies más promisorias.

El concepto de los ensayos de introducción de especies por medio de sencillas parcelas replicadas para cada especie, usando la semilla como viene, ha sido ampliamente superado por reconocerse la importancia de la variación intraespecífica y por lo tanto del origen de la semilla. Cuando una semilla tiene una amplia área de distribución natural, la recolección de una sola localidad puede ofrecer una indicación muy pobre sobre el valor potencial de la especie y ahora se reconoce generalmente que para los ensayos de introducción pueden requerirse varias proveniencias. Si bien puede parecer deseable obtener una colección de amplio areal representando quizás 100 localidades, ello no es práctico para la etapa de las pruebas de especies. Edwards (1963) sugiere que para una especie desconocida de amplia distribución se prueben varias proveniencias, incluyendo por lo menos una de: a) donde alcanza su mejor desarrollo; b) parte del área que más corresponda a las nuevas condiciones; y, c) parte del área de distribución que amplía el área ya muestreada hacia una dirección importante o que of rece una alternativa aceptable al caso b). Estos orígenes corresponden a los sitios de muestreo “óptimo”, “comparable” y “marginal” tratados por Turnbull (1975). Es muy importante incluir proveniencias de sitios marginales o aislados para indicar la amplitud de la diversidad genética en una especie y puede tener un considerable significado práctico por su adaptación a factores limitantes climáticos y edáficos (por ejemplo, resistencia a la sequía o tolerancia a suelos alcalinos o salinos).

Se realiza generalmente el muestreo de los “sitios óptimos”, “sitios comparables” y “sitios marginales” con el intento de economizar recursos tales como tiempo, trabajo y tierra necesaria para ensayos completos de procedencias. Corresponde realizarlo si hay una gran cantidad de especies posibles para un determinado sitio y cuando se requiere una indicación preliminar de las posibilidades para una cantidad de especies. La elección de fuentes semilleras para los ensayos de separación inicial de las especies exige el estudio cuidadoso de la distribución natural de la especie y de los factores del ambiente que actúan dentro del área de distribución (Burley y Wood 1976).

4.2.4.2 Métodos de muestreo para ensayos de proveniencias

Una vez que se tiene alguna indicación de que la especie puede tener valor en un sitio particular, pero se desconoce en gran parte la amplitud de su variación en él, es corriente llevar a cabo ensayos comprensivos de proveniencia empleando semilla de varias fuentes ampliamente distribuidas en toda el área natural. La cantidad de fuentes de semilla representadas dependerá de la amplitud de la distribución natural, de la diversidad genética de la especie, y de los recursos disponibles para tomar las muestras y llevar a cabo la investigación.

Pueden idearse esquemas eficientes de muestreo sólo si se ha hecho un estudio preliminar de las modalidades de como se presentan las variaciones dentro de la especie en su habitat natural. Lo ideal es que estudios biosistemáticos precedan la recolección de semilla para la investigación sobre la proveniencia, pero por lo común las modalidades del muestreo deben concebirse sin los beneficios del conocimiento previo del esquema de las variaciones. Dentro de estas circunstancias se requieren más muestras para asegurar una apropiada representación de la variación en el ensayo de proveniencia.

4.2.4.2.1 Selección de proveniencias

Cuando se toman muestras de una especie por primera vez y se conoce poco o nada del cuadro esquemático de la variación, la frecuencia del muestreo no debe ser elevada. Burley y Wood (1976) sugieren que se requieren por lo menos cinco o seis sitios de recolección para representar ambos, los límites y el centro del área geográfica de dispersión. Turnbull (1975) y Burley y Wood (1976) analizan las ventajas y las limitaciones de un muestreo por medio de una grilla sencilla, o sea, sobreponiendo una retícula de cuadros sobre un mapa del área de distribución conocida de la especie, para identificar sitios de muestreo regularmente espaciados. Para las especies con distribuciones amplias y continuas, como en el caso de muchas de las acacias (véase Figura 5), lo mejor es probablemente usar alguna forma de grilla flexible para muestras. El esquema del muestreo debería captar la amplitud de las variaciones de una especie tal como se la conoce, como también la amplitud de los ambientes donde se presenta (latitud, altura, lluvias, etc.) y debe tener en cuenta las limitaciones prácticas impuestas por las condiciones locales y los recursos disponibles.

Una vez tomada la decisión sobre la ubicación aproximada del sitio de recolección, deberá escogerse un rodal de árboles del cual se seleccionarán árboles individuales. Fotografías aéreas buenas y recientes son de máxima utilidad en esta operación y pueden economizar muchos días de exploración terrestre (Burley y Wood 1976).

Los rodales elegidos deberán ser representativos de esa porción del área de distribución de la especie y en la medida en que sea práctico, deberán ser aislados de las especies relacionadas, de manera que haya un riesgo mínimo de hibridación. El rodal deberá contener una suficiente cantidad de árboles para asegurar una “apropiada” polinización cruzada y que de esta manera sean pocas las oportunidades de seleccionar individuos de estrecha relación genética (por ejemplo, medio hermanos). Puede resultar dificultosa la aplicación de este criterio en el caso de algunas especies de acacias que se hallan en la forma de árboles aislados en los desiertos. En estos casos pueden mantenerse separadas parcelas de árboles individuales o combinarlas con otras que cubren un área considerable como si representaran un “rodal”.

4.2.4.2.2 Selección de árboles individuales dentro de una proveniencia

La finalidad principal es la de captar lo más posible la variación genética potencialmente valiosa dentro de una población (Turnbull 1975).

Para el Proyecto Forestal FAO/CIRF el siguiente estándar ha sido adoptado: el muestreo dentro de cada población se hará al azar y la semilla será cosechada en lo posible de un mínimo de 25 árboles distanciados no menos de 100 metros para minimizar el parentesco de las plantas madre. Debe prestarse especial cuidado en el caso de tomar muestras dentro de poblaciones de especies que tienen la capacidad de reproducirse por brotes de raíz, como en A. albida (Palmberg 1981).

Si bien debe definirse un estándar u objetivo ideal, será raro, debido a la variabilidad de la naturaleza, que en cada sitio de recolección pueda adherirse al mismo. El método de muestreo al azar, por ejemplo, puede ser de difícil aplicación en muchas áreas debido a insuperables limitaciones como ser los métodos de cosecha existentes, cosechas variables de semilla, existencias irregulares y terreno difícil. El cosechero, si bien tiene un cierto grado de criterio en la selección de los árboles de semilla, debe tener cuidado que la muestra deje de ser imparcial hacia ninguna dirección (por ejemplo, de árboles con semilla cerca del suelo).

El recolector puede necesitar el máximo de flexibilidad en la intensidad del muestreo. Mientras que 25 árboles ampliamente distanciados constituyen una muestra mínima deseable para representar poblaciones heterogéneas, las escasas cosechas pueden imponer muestreos más reducidos. La cantidad arbitraria de, por ejemplo, 5 árboles de semilla puede fijarse como una muestra mínima absoluta. Este problema se presentará al cosechador cuando recolecte especies de acacia que se presenten como árboles aislados entre ellos en áreas desérticas (por ejemplo, A. albida). El procedimiento a seguir en este caso posiblemente y en gran parte será determinado por las limitaciones de la accesibilidad, tiempo, fondos y personal.

4.2.4.3 Cantidades de semilla

El cosechero tendrá que conocer cuáles son los requisitos máximos y mínimos de semilla de cada proveniencia para organizar su tiempo eficientemente. En las áreas con abundantes cosechas podrá recoger los máximos requeridos rápidamente y adelantar en modo de dedicar más tiempo para obtener los mínimos requisitos allí donde las producciones son escasas.

Idealmente cada árbol debería proporcionar cantidades iguales de semilla viable para obtener una colección global representativa de la proveniencia; pero, como los individuos varían en el tamaño de la semilla y del fruto, y la semilla en viabilidad, lo mejor que puede hacerse es, por lo general, cosechar iguales cantidades de frutos (Lines 1967). Si se mantienen separadas las semillas de cada progenitor hasta después de la extracción y del ensayo de germinación, será posible manipular la cantidad de semilla de cada árbol en la mezcla global para asegurar una representación igual a las semillas viables.

4.2.4.4 Mantener la identidad de cada lote de semilla para árboles individuales

Conservar la identidad de los árboles individuales durante las etapas de recolección y extracción requiere a menudo un esfuerzo considerablemente mayor que amontonar las colecciones. Si se satisface este esfuerzo, se obtendrán entonces ciertas ventajas: será factible el estudio biosistemático de la variación genética tanto dentro como entre las poblaciones; será posible manipular el proceso de amontonamiento para igualar la cantidad de semillas viables de cada árbol si la semilla debe ser juntada para constituir una mezcla para cada proveniencia antes de la siembra; pueden eliminarse los híbridos. No es siempre posible individualizar en el campo los árboles que llevan semillas híbridas; si los lotes de semillas se mantienen separados, posteriormente a la germinación de pequeñas muestras de semilla de cada árbol, podrán eliminarse entonces aquellos lotes de semillas que ponen en evidencia hibridación antes de establecerse el ensayo principal.

4.2.5 Definición de los objetivos

En este momento del proceso se habrá recogido toda la información disponible sobre la cual decidir cómo y cuando deberá organizarse la colección y los recursos de personal, equipos y fondos que serán necesarios.

Para el mejor empleo de los recursos generalmente limitados, el recolector de semilla necesita una definición clara de los objetivos. Los puntos que deben ser decididos en este momento son las prioridades de especies y proveniencias, el estándar de la documentación necesaria, la cantidad de muestras por árbol individual que se requiere para representar una proveniencia y la cantidad de semilla necesaria para cada origen. En lo posible, deberá darse a los objetivos una cierta flexibilidad para permitir al cosechero de usar su criterio frente a circunstancias no anticipadas. Por ejemplo, sería sumamente costoso para los cosecheros regresar con las manos vacías desde áreas remotas a causa de una definición demasiado limitada sobre los objetivos y procedimientos cuando estaban disponibles para la colección producciones de semilla potencialmente valiosa como alternativa.

4.2.6 Selección y capacitación del personal

Se recomienda hacer con tiempo la selección del equipo de recolección para que haya suficiente tiempo para que las personas implicadas se familiaricen con el proyecto y con las especies y, si fuere necesario, entrenarlo sobre los métodos que se supone que desarrollará en el campo. Cuando las exploraciones se harán en países extranjeros, puede ser esencial el aprendizaje del idioma y la familiarización con los hábitos y costumbres locales para asegurar el éxito de la colección. No son raras las grandes demoras en la obtención de los documentos necesarios, como visas de ingreso, permisos de trabajo y permisos para la importación de los equipos de recolección (por ejemplo, rifles y municiones, etc.)

Un programa importante de recolección puede requerir los servicios de un coordinador del proyecto, preferentemente un especialista sobre las especies tratadas, apoyado por varios jefes de equipo. Los jefes de equipo deberán tener práctica y experiencia con los métodos de recolección de semilla y pueden ser puestos a disposición por el país que participa en el proyecto. La mano de obra necesaria será reclutada en el lugar de la operación dado que puede también servir como guía e intérprete.

Sea como fuere estructurado el proyecto, es de fundamental importancia que el equipo sea entusiasta, esté bien informado sobre los objetivos primarios y sus alternativas y que posea un buen conocimiento sobre como trabajar con las especies. Dado que la naturaleza de este trabajo es frecuentemente difícil, se requiere que estos individuos sean físicamente en forma, adaptables y con capacidad de tomar decisiones oportunas en el momento frente a problemas no previstos.

4.2.7 Programación de la recolección de datos de campo, resguardo y etiquetado

Los datos de campo tienen dos funciones principales: proporcionan la información necesaria para la reubicación del sitio para trabajos ulteriores y dan los antecedentes esenciales para interpretar los resultados de las experiencias.

Debe especificarse cuáles son los datos que deben recogerse en el sitio de recolección y debe desarrolarse el sistema para que el hombre en el campo tenga acceso fácil a la colección. Mientras que debe aprovecharse de la oportunidad para reunir lo más posible el material de valor potencial para la investigación (por ejemplo, muestras de madera y muestras de goma pueden ser deseables para algunas acacias), estas operaciones adicionales toman tiempo, requieren a menudo equipos especiales y pueden recargar la misión a costas de la prioridad principal, que es la recolección de semilla de una gran cantidad de árboles.

Se recomienda el empleo de formularios especialmente preparados para los datos de campo para asegurar que se obtengan para todos los sitios registros sistemáticos. En el Anexo 3 se reproduce el formulario estándar “Recolección de Semilla”, adoptado para el Proyecto Forestal FAO/CIRF. A continuación se ponen en relieve datos significativos del Informe sobre “Recolección de Semilla” que se avienen a todos los registros para las colecciones de proveniencia:

Localidad, latitud, longitud y altitud

Estos elementos son esenciales para definir el área de proveniencia. Deben indicarse con cuidado y en forma concisa para que los cosechadores futuros puedan volver con seguridad al mismo sitio de recolección. Deberán registrarse las distancias al pueblo más cercano, o población o elemento geográfico (río o montaña), el distrito forestal o cualquier otro hecho que pueda ser de ayuda a futuras misiones de campo. Serán útiles los mapas (dibujados a mano si no hay otros disponibles) y las fotografías aéreas que muestren los rodales y la posición de los árboles semilleros, para ser archivados con los formularios informativos para su fácil acceso.

Aspecto, pendiente, clima, suelos y especies asociadas

Estas cualidades del sitio ayudan a construir un cuadro del ambiente y de la ecología en el cual se desarrolla el árbol y puede ayudar en la interpretación de los resultados experimentales. El cosechero debe siempre atesorar los comentarios locales pertinentes a los antecedentes históricos del área y su clima. Puede ser posteriormente importante la anotación sobre la tolerancia a condiciones como la alcalinidad o salinidad del suelo, inundaciones estacionales, etc.

Descripción del árbol individual

Para cualquier trabajo futuro sobre regeneración del árbol son de obvia importancia las características principales del árbol (por ejemplo, altura, diámetro, forma del tallo, hábitos de ramificación). Las fotografías son útiles complementos a las descripciones escritas.

Especímenes de herbario

Resultan de singular importancia cuando se trata de especies variables, poco conocidas, los especímenes registrados de herbario para que luego sean analizados por expertos botánicos. Debe tenerse cuidado en el manipuleo de los especímenes y es mejor, después de secados, de enviarlos a la base de operaciones lo más pronto posible puesto que son susceptibles de daños.

Comentarios

Otros datos que pueden ser muy importantes para los cosecheros futuros son los detalles sobre la producción y la semilla, sobre los métodos de recolección, etc.

Resguardo y etiquetado

Es fundamental en el trabajo sobre las procedencias que se adopten sistemas seguros para tener la identificación y la pureza de cada colección. Deben adoptarse sistemas que eliminen la posibilidad de que cualquier parcela de semillas resulte contaminada con semillas de otras, a través de todas las etapas desde la recolección hasta el registro en el depósito de semillas.

Es obviamente esencial un cuidadose rotulado a lo largo de todo el proceso. Un método con buenos resultados seguido por CSIRO se basa en que el jefe del grupo asigna números a sus colecciones en secuencia numérica precedidos por sus iniciales (ver que en Anexo 3, SM218 se refiere a la semilla o colección botánica número doscientos dieciocho hecha por S. Midgley). El número que se asigna a un determinado árbol aparece sobre y dentro las bolsas de la colección, bolsas de semillas, sobre los especímenes registrados de herbario, sobre las fotografías, e identifica cualquier otra muestra o anotación sobre dicho árbol. No se asigna el número de la proveniencia hasta que la semilla no esté lista en el depósito (ver Anexo 5).

Tanto en éste como en cualquier otro sistema es esencial guardar bien el formulario de “Recolección de Semilla”. Como seguro adicional contra la pérdida del formulario, el cosechero lleva un resumen de las labores jornaleras en un diario de campo que mantiene separado del archivo de los formularios de datos.

4.2.8 Programación del itinerario

Al desarrollar un itinerario para el grupo de recolección, asegurarse que el grupo con su equipaje, llega a la región de recolección con buena anticipación a las fechas previstas para iniciar las recolecciones. Pueden ser necesarias dos a cuatro semanas para organizar la secuencia de las operaciones en una región determinada. Puede ser que se requieran permisos adicionales, la contratación y entrenamiento de la mano de obra y asegurar un transporte confiable. Si bien es importante tener un itinerario de guía, éste debe por supuesto ser flexible para enfrentar los problemas imprevistos que invariablemente surgen en el campo. Programas de tiempo excesivamente rígidos e intensos pueden generar pérdida de exactitud y de detalle, y desmoralización.

4.2.9 Reunión del equipo y de la documentación

Si se prevén largas demoras en la compra y en el envío, las decisiones sobre el equipo a emplearse deben tomarse temprano. En el Anexo 4 se indica una lista control del equipo empleado por el Centro de Semillas de la División de Investigaciones Forestales de CSIRO, Canberra; y en la Figura 8 se ilustra una selección de este equipo.

Los documentos esenciales, como visas de ingreso, permisos de trabajo, y los permisos para la importación de ciertos elementos de los equipos de recolección (por ejemplo, rifles y municiones) deben ser iniciados con suficiente anticipación ya que no son raras las largas demoras en su obtención. Deben estudiarse los reglamentos que rigen la recolección, exportación, introducción y desplazamiento de la semilla interno y entre países. Deberán pedirse los permisos oficiales para cualquiera de estos procedimientos. Las líneas aéreas pueden pedir documentos especiales antes de aceptar la semilla para su transporte, y es importante acatar los reglamentos de aduana y de cuarentena en el punto de entrada para evitar demoras o, en el peor de los casos, que los funcionarios destruyan la semilla.

Figura 8

Figura 8. Una selección de equipos de cosecha; desde arriba a la izquierda: prensa para plantas con especímenes y etiquetas, bolsas pequeñas que contienen semillas limpias, bolsa grande de recolección, hoja de 2 × 2 para la cosecha, guantes de cuero, sierra de arco, tijeras podadoras, sierra flexible, tamiz fino con plato recolector, tamiz grande, cuerda para arrojar con pesa.

4.3 Métodos de recolección y equipos

El método adoptado para la recolección de la semilla dependerá de muchos factores, pero especialmente en el caso de la recolección para investigaciones debe siempre tenerse presente la necesidad de un estándar elevado. Es por lo tanto inaceptable un exceso de economía en la toma de muestras y recolección de semilla.

La recolección de semilla de acacia en la zona árida puede ser convenientemente analizada bajo tres capítulos: recolección de semilla caída naturalmente, de los árboles en pie y de los árboles volteados.

4.3.1 Recolección de semilla caída naturalmente

La semilla de especies de acacia dehiscentes y las vainas de las indehiscentes pueden ser cosechada del suelo después de su caída. Esta práctica es económica, no requiere mano de obra especializada y asegura que se recojan solamente semillas maduras. Los únicos equipos necesarios son un rastrillo y tamiz (opcional) y un contenedor para la colección. Esta práctica es de aplicación común en la recolección de vainas de las especies africanas indehiscentes como A. albida, A. nilotica y A. senegal y para la recolección de las semillas relativamente grandes de A. caven en América del Sur.

Mientras esta práctica puede resultar útil en algunas situaciones (Poggenpoel 1978), ella ofrece varias desventajas de notable significado en la zona árida donde las semillas de acacia son frecuentemente una importante fuente alimenticia.

El alto nivel del pillaje de la semilla y vaina de las acacias en el suelo es el mayor inconveniente y la inseguridad sobre la identidad de la planta madre es una consideración que puede excluir totalmente su aplicación para proveer semilla para la investigación exceptuando los casos donde los árboles están aislados de sus vecinos.

Algunos perfeccionamientos a la práctica básica han demostrado ser útiles en la recolección de semillas de especies que maduran y dejan caer su semilla durante un lapso corto de tiempo. Estos pueden consistir desde grandes telas plásticas, arpilleras, lienzos o material similar que se extiende en la base del árbol o sobre entablados elevados del suelo para reducir el pillaje, hasta estructuras complejas como el embudo de metal diseñado para la recolección de A. aneura en Queensland (Figura 9).

Figura 9

Figura 9. Embudo o tolva para recoger la semilla de A. aneura cerca de Charleville en Queensland, Australia.

4.3.2 Recolección de semilla de los árboles en pie

La recolección de semilla de árboles en pie es una práctica normal seguida para la investigación de proveniencias. Una de las principales ventajas sobre el volteo es que los árboles no se pierden enseguida para futuras fuentes de semilla y, cuando se justifique, los árboles semilleros pueden ser marcados para referencias posteriores. Resulta generalmente bastante fácil cosechar de los árboles en pie de zonas áridas ya que son de forma abierta y relativamente pequeños.

4.3.2.1 Recolección de la copa

Un método ampliamente seguido para la recolección es el de treparse en la copa del árbol y remover las ramitas portadoras de semillas usando una sierra o implemento similar. Treparse sin asistencia no es factible donde los tallos del árbol son espinosos o débiles existiendo siempre un elemento de peligro. El empleo de cinturones de seguridad es muy recomendable.

El elenco de equipos que pueden facilitar el acceso a la copa de árboles pequeños incluye:

  1. vehículos con portaequipaje fuerte de techo ofrecen a menudo un método fácil para el acceso a las copas y frutos de los árboles pequeños (Figura 10);

  2. escaleras portátiles: escaleras bien diseñadas proveen un medio rápido y seguro para alcanzar las copas vivas de los árboles hasta alrededor de 15m de altura. Hay muchos tipos y el que se elige debe adecuarse al hábito de la planta y a las condiciones locales de topografía y de acceso. Para árboles chicos es por lo común adecuado el uso de una escalera liviana de madera o de aluminio de una sola sección o simple, de 6 a 8m de largo que se acomoda fácilmente sobre el portaequipaje estándar del techo del vehículo.

Figura 10

Figura 10. Recogiendo semilla de acacia desde el carguero del techo del vehículo cosechero.

Turnbull (1975) analiza el uso de este método y de otros más complejos para la accesibilidad a las copas de los árboles.

4.3.2.2 Recolección desde el suelo

  1. Cosecha manual

    Puede resultar una práctica muy efectiva donde los árboles son chicos y sus ramas suficientemente bajas para que el cosechero las alcance fácilmente desde el suelo.

    Cuando se trata con vainas cerradas las ramas pueden ser dobladas sobre los lienzos de recolección (por ejemplo, lonas de 4 × 3m) extendidas sobre el suelo arrancando las vainas a mano (Figura 11). Pueden necesitarse guantes de cuero (Figura 12) cuando se manipula con especies espinosas.

Figura 11

Figura 11. Arranque a mano de las vainas de A. aneura.

Figura 12

Figura 12. Arranque a mano de las vainas de A. victoriae, empleando un grueso guante de cuero.

Figura 13

Figura 13. Tijeras podadoras usadas para voltear ramas portadoras de semillas.

  1. Implementos con mangos largos

    El empleo de diferentes implementos con mangos largos puede ser oportuno cuando la cosecha quede fuera del alcance para la recolección a mano. Para soltar los frutos o para cortar las ramas portadoras de semilla se emplean comúnmente mangos largos con tijeras, sierras o garfios de diversos perfiles afirmados en una de sus extremidades. Son frecuentes los mangos largos de 4 a 6m de bambú liviano y rígido, de aluminio o plástico (Figuras 14 y 15). Para superar el alcance de 6 a 8m de los mangos simples, se han desarrollado los postes telescópicos de varias secciones con una tijera en su extremidad. Estas prácticas requieren que los lienzos se extiendan bien sobre el suelo para que las vainas y las semillas no se pierdan al caer.

Figura 14

Figura 14. Podadera de mango largo empleado para cosechar semilla de A. aneura en Australia.

Figura 15

Figura 15 Tijeras de poda de mango largo para cosechar semilla de A. peuce en Australia.
(Fotografía: Jim O'Connell, Universidad de Utah, EE.UU.)

  1. Lanzamiento de una cuerda con un extremo cargado

    Una cuerda o cordón de nylon de 25 metros de largo con un peso de 400 gramos atado en una extremidad (por ejemplo, una pequeña bolsa de arena) puede ser lanzado sobre ramas chicas que luego se quiebran agarrando y tirando de las dos extremidades. Con este método se pueden alcanzar ramas ubicadas hasta 12m del suelo. Se requiere habilidad para lanzar la cuerda sobre la rama elegida y en la posición correcta que haga fácil el arranque.

  2. Sierra flexible

    Recientemente se ha desarrollado una sierra flexible denominada “sierra cadena para ramas altas”. Detalles sobre este implemento se obtienen de Green Mountain Products Inc., Mullar Park, Norwalk, CT 06852, EE.UU.

    La sierra flexible, que es de 1,2m de largo y tiene un anillo metálico en cada extremo para atar las sogas, se parece en el aspecto y principios a la sierra de una sierra mecánica. Se hace llegar arriba de la rama una cuerda de lanzamiento y la sierra con el cordel más pesado ligado a cada uno de sus extremos se tira hacia arriba. Dos operadores trabajando al unísono tiran luego de la sierra hacia abajo y hacia afuera. Pueden ser podadas rápida y fácilmente las ramas de hasta 20cm de diámetro. El método no se aplica a los árboles que tienen ramas en ángulos muy cerrados.

  3. Rifle

    Boland et al (1980) analiza las ventajas del empleo del rifle para voltear ramas portadoras de semillas en los árboles altos de eucalipto. Esta práctica se ha demostrado aplicable en la recolección de vainas de acacia de plantas grandes en los bosques húmedos (por ejemplo, A. mangium), pero por lo general no es necesario en las zonas secas debido a la pequeña estatura de la mayoría de los árboles.

4.3.3 Cosecha de semilla de árboles tumbados

Resulta ser un método económico y fácil para la recolección de grandes cantidades de semilla, pero voltear los árboles sólo para cosechar semillas, especialmente en zonas secas donde los árboles son ya escasos, exige justificaciones excepcionales.

4.4 Embolse y rotulación de las vainas

La mezcla de semillas, vainas y ramas recogidas de cada árbol puede requerir ulteriores fraccionamientos en la foja de la colección para reducir el bulto antes de embolsar y de su almacenaje provisorio. El método a seguir dependerá de la especie y de la madurez de la cosecha. Pueden usarse solos o en combinación el despojo a mano, el batido con varas o mazos, el pisoteo y el uso de aventadores para separar las vainas de las ramas. El bulto de colecciones grandes puede a veces ser reducido empaquetando las vainas secas en bolsas sobre las cuales se hacen pasar varias veces las ruedas de un vehículo.

Las ramas, ramitas y otras impurezas deben ser eliminadas en lo posible antes de embolsar el fruto. Se trata generalmente de una operación manual (Figura 16).

No se deja de recalcar la necesidad de la rotulación cuidadosa en todas las etapas de la operación. Debe mantenerse la identidad de cada muestra individual por árbol desde la lona hasta la bolsa. Cada bolsa deberá ser rotulada claramente tanto afuera como en su interior.

Figura 16

Figura 16. Una cosecha de A. aneura siendo preparada para embolsar

4.5 Transporte a la planta de extracción de semilla o al punto de almacenamiento

El transporte de las vainas maduras de acacia ofrece pocos problemas. Las vainas secas o casi secas pueden empaquetarse sin compactar en bolsas de arpillera de trama bastante cerrada, bien atadas y ordenadas sobre el vehículo permitiendo una adecuada circulación de aire entre ellas. En los climas secos, la rotación o revuelco regular de las bolsas sobre el portacarga del techo del vehículo cosechero es a menudo ideal al permitir que se complete el proceso de secado. Debe cuidarse que no se abran agujeros en las bolsas por los que las semillas saldrían fuera. Ello puede suceder fácilmente en bolsas de algodón liviano o de lino y cuando una considerable cantidad de pedazos de rama puntiagudos quedan ligados a las vainas.

Deben evitarse transportes de larga duración de vainas “verdes”, ya que el elevado contenido de humedad estimula el desarrollo de microorganismos, la fermentación y el recalentamiento. Cuando las vainas deben ser llevadas a largas distancias, debe prestarse especial cuidado en asegurar el libre movimiento del aire alrededor de las bolsas y las vainas deben ser sacadas y desparramadas al sol en cada oportunidad posible. El espolvoreo con insecticidas y fungicidas puede detener la deterioración, siendo los primeros especialmente importantes cuando los Bruchidae representan un problema.

La semilla extraída debe colocarse en bolsas limpias de algodón, marcando su identidad directamente sobre la bolsa y colocando adentro una etiqueta. Varias bolsas pequeñas de semillas pueden ser puestas dentro de resistentes bolsas externas de arpillera u otro material para su protección y fácil manipuleo. Si es necesario despachar las valiosas colecciones de semillas para la investigación desde el campo a la base, es aconsejable separar cada lote de semillas en por lo menos dos lotes para que viajen separadamente. Se reducen así los riesgos de perder una entera colección por accidentes en el camino. Cuando los lotes de semillas se subdividen, cada bolsa debe ser rotulada indicando el número correspondiente (por ejemplo, (bolsa) 1 de 4).


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