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El noveno congreso forestal mundial: un informe

N. Sánchez Mejorada y F. Barrientos

N. Sánchez Mejorada (izq.) era Secretario General Adjunto del Congreso Forestal Mundial, y F. Barrientos (der.) actuaba como Consultor del Congreso.

· El Noveno Congreso Forestal Mundial se celebró del 1° al 10 de julio de 1985 en México, D.F., con la asistencia de 2 210 participantes procedentes de 105 países No sólo estuvieron presentes delegaciones oficiales de los países sino también representantes de numerosos organismos, instituciones y asociaciones de carácter nacional o internacional, y un porcentaje elevado a título personal. El grupo de participantes estuvo conformado por profesionales, científicos, educadores, estudiantes, políticos, industriales, trabajadores, líderes, banqueros y personas particulares.

Las condiciones naturales del país organizador han servido como marco singular, especialmente apropiado para un encuentro mundial de ese carácter. En sus 2 millones de km2 de territorio, México tiene grandes zonas de bosques templados de coníferas, de bosques tropicales de frondosas y de formaciones subtropicales desérticas y subdesérticas. El potencial está muy lejos de ser plenamente utilizado; las poblaciones no se benefician suficientemente de los recursos naturales; el país en su conjunto padece un déficit de productos forestales elaborados que contrasta con su potencial productivo y, al propio tiempo, continúa progresando la deforestación, de modo especial en la zona de los bosques tropicales.

Teniendo como marco de discusión el lema del Congreso «Los recursos forestales en el desarrollo integral de la sociedad», se analizaron durante 10 días la situación del sector forestal en el mundo, sus problemas y los nuevos avances y tendencias en la gestión de los recursos, la productividad y las instituciones forestales y el desarrollo rural. El Congreso se inició con la primera sesión general correspondiente a una solemne ceremonia inaugural en el Auditorio Nacional de México, D.F., presidida por el Sr. Lic. Miguel de la Madrid, presidente constitucional de México, el Sr. Edouard Saouma, Director General de la FAO, y el Sr. Lic. Pesqueira Olea, Secretario de Agricultura y Ganadería y Presidente del Comité Organizador. En su mensaje de bienvenida el Lic. Pesqueira resaltó la importancia de los recursos forestales como patrimonio de la humanidad y su papel estratégico en el equilibrio ecológico, en el desarrollo socioeconómico de las zonas rurales y en el desarrollo mismo de las naciones.

El Sr. Saouma enfatizó que «el bosque es a la vez instrumento y víctima del desarrollo, y su supervivencia nunca se ha visto tan amenazada en una superficie tan extensa». Mencionó la proclamación por parte de la FAO de 1985 como Año Internacional del Bosque, e hizo un recuento de los principales problemas que afectan a los bosques en el mundo. Señaló que para su solución la responsabilidad debe ser compartida por los técnicos forestales, los planificadores, los políticos y otras personas, quienes deben tomar iniciativas y realizar acciones inmediatas, y concluyó que «el futuro de los bosques es vital para el porvenir de la humanidad. No hay un instante que perder».

Durante las 20 sesiones de las tres comisiones técnicas en que se dividió el Congreso, se discutieron los 20 temas del orden del día, con la presentación de 22 documentos básicos y 160 especiales.

Entre la larga lista de temas analizados podrían destacarse la destrucción acelerada de los bosques tropicales, la dramática escasez de leña en las zonas áridas y semiáridas, la amenaza planteada por las zonas degradadas de montaña, la contaminación atmosférica de los bosques y el deterioro del medio natural en países fuertemente industrializados, y los incendios forestales. Asimismo, entre los medios y técnicas estudiados para hacer frente a tan graves problemas, pueden enumerarse los nuevos avances en el campo de la telepercepción, de la genética forestal, la dendroenergia, la prevención y manejo del fuego, la hidrología forestal, la industrialización de la madera, etc.

Se resaltó la importancia del fortalecimiento institucional para hacer frente a los retos que enfrenta el sector, incluida la mejora y desarrollo de los servicios forestales, el perfeccionamiento de la enseñanza y la investigación y la participación conjunta de los sectores público, privado y social en las actividades forestales. Se puso también un énfasis especial en la mejora de los canales de comunicación entre el poder político y las instituciones forestales, y entre éstas y la sociedad en general. Quizás entre todos los planteamientos realizados debe ocupar lugar preferente la necesaria participación popular en los proyectos forestales, participación activa y convenientemente estimulada, para conseguir la incorporación de los más directamente interesados en el desarrollo forestal.

Además de las reuniones del Congreso, se celebraron una serie de reuniones satélite como la Consulta de expertos sobre el papel forestal en la lucha contra la desertificación, el Foro internacional de programas forestales para la juventud, la reunión sobre Perspectivas de Financiación Internacional de Programas Forestales, el primer Simposio Internacional de Fauna Silvestre, la XIII reunión del Comité

Asesor de la FAO sobre enseñanza forestal, la Mesa redonda de América Latina sobre recursos genéticos forestales, y la reunión de la Sociedad Internacional de Expertos Forestales del Trópico. Estas actividades, sumadas a las del propio Congreso, contribuyeron a hacer de México el foco de la atención mundial del sector, convirtiéndolo en un activo taller en el que se estudiaron los problemas y posibles soluciones de la silvicultura.

Toda la información de los trabajos, conclusiones y recomendaciones del Congreso fue pasada al Comité de Políticas, el cual en base a ella dio forma al documento cumbre del Noveno Congreso Forestal Mundial con el nombre de «Manifiesto de México», aprobado por unanimidad y que expone sucintamente las inquietudes de los participantes sobre el destino de los recursos forestales y su influencia directa en el desarrollo y supervivencia de la humanidad.

El Manifiesto toma en consideración los resultados y recomendaciones de reuniones previas, como el Octavo Congreso Forestal Mundial de Yakarta que reconoció que el bosque debería estar al servicio de la colectividad; la 86a Reunión del Consejo de la FAO que recomendó se otorgara especial prioridad a la conservación y uso apropiado de los bosques; el contenido del Plan de acción sobre los bosques tropicales, aprobado por el Comité de la FAO de Desarrollo Forestal en los Trópicos, y los objetivos de la declaración de 1985 como Año Internacional del Bosque, por parte del Consejo de la FAO. El Manifiesto hace suyas estas recomendaciones e insta a los gobiernos a apoyarlas.

Con base en estas y otras consideraciones, el Congreso manifiesta en el contenido de 23 párrafos las acciones que deben adoptar los países para resolver los graves problemas planteados; señala la necesidad de un cambio de política siguiendo la filosofía de que sólo a través del marco del desarrollo rural integrado, incluyendo el manejo y aprovechamiento forestales en armonía con las actividades agropecuarias, se podrá contribuir simultáneamente al progreso social y a la conservación de los recursos naturales. También menciona la importancia de la participación de todos los sectores sociales, en especial la mujer, en todo tipo de actividades forestales.

Dentro de este mismo grupo de acciones se señala la necesidad de adaptar la profesión forestal y la tecnología a los nuevos desafíos que plantea el sector como parte de los cambios que afronta la humanidad, señalándose la necesidad de otorgar prioridad a la investigación y difusión tecnológicas, con especial atención a las zonas críticas y a la necesidad de una cooperación internacional más intensa.

ESTUDIANTES EN ECUADOR se necesita más personal forestal en todo el mundo (S. LARRAIN/FAO)


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