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El mundo forestal

Nueva película: Trees of hope

La División de Comunicaciones del Centro Canadiense de Investigaciones para el Desarrollo Internacional (IDRC) ha producido una nueva película en color, de 18 minutos, titulada Trees of hope (Arboles de la esperanza) que pone de relieve las crisis, mutuamente relacionadas, de la deforestación y de la escasez de leña en Africa.

Rodada en Níger, Malí, Senegal y Nigeria, la película examina varias soluciones, como el empleo de la energía solar y la mejora de los hornillos tradicionales. Se pone el acento en la reforestación, dando como ejemplo un proyecto de arboleda para una aldea de Níger, donde los técnicos forestales han aprendido a ser agentes de desarrollo rural en vez de meros guarda-bosques. La película documenta el modo en que puede enseñarse a la población rural a plantar sus propios árboles para producir leña y materiales de construcción.

Pueden obtenerse en préstamo o comprarse versiones en inglés o francés de la película, producida en 16 mm. Pueden comprarse casetas en video de a los sistemas NTSC, PAL o SECAM para formatos U-ma-tic, VHS o Betamax. Para más información, dirigirse a IDRC, o Communications Division, 3 P.O. Box 8500, Ottawa, Ontarío, Canadá.

El eucalipto como fuente de energía en la isla de Pascua

La isla de Pascua es más conocida por sus riquezas arqueológicas que por la abundancia de sus recursos forestales; hasta hace poco, esos recursos se limitaban apenas a algunos bosquecillos dispersos de eucaliptos. Sin embargo, un proyecto de plantación preparado por el Gobierno de Chile, que se ejecutará en breve, pondrá a la isla en el camino de la producción industrial de leña.

Según se indica en el número de Chile Forestal de febrero de 1985, las necesidades actuales de electricidad de la isla son de 2 300 MW/año, producidos íntegramente mediante generadores diesel que consumen 700 000 litros anuales de combustible. Suponiendo una tasa anual de aumento del consumo del 3%, las necesidades llegarán a 3 millones de kW/año en 1993.

Dado el precio elevado que para entonces tendrá el combustible, la Junta de Agricultura y Servicios de la isla de Pascua, en colaboración con el Instituto Forestal y la Compañía Nacional de Electricidad, han estudiado otras posibles fuentes de energía para sustituir al petróleo. La elección se decidió en favor de la gasificación de la madera de eucalipto. Un estudio del Instituto Forestal sobre los recursos existentes de Eucalyptus globulus ha confirmado que los suministros son suficientes para un paso inmediato del petróleo a la madera. Los encargados del proyecto de gasificación afirman que en los primeros diez años sólo se explotarán los bosques de Vaitea. Mientras tanto, se regenerarán los rodales existentes a fin de establecer una reserva de materia prima para la producción de energía, incluyendo un vivero con una capacidad de 100 000 plantines al año.

El Gobierno de Chile confía en que no sólo se lograrán, sino que también aumentarán considerablemente los recursos naturales renovables de la isla.

UN ARBOL DE LA ESPERANZA eucalipto que arraiga en el Senegal (JOHN ISAAC/UN 153466)

Al borde del bosque

«Como lugar de contacto, era zona de rivalidades y conflictos, nacidos de intereses contrapuestos que oponían a los dueños, deseosos de afirmar su plena propiedad forestal, y a las comunidades, defensoras de los valores tradicionales de uso.» Así definía J.P. Husson el borde del bosque en su artículo «Los linderos de los bosques en el siglo XVIII; el ejemplo lorenés» (Revue forestière française, no. 5, 1984).

El artículo pone de relieve la fragilidad de las zonas en que hay a menudo una falta total de demarcaciones, una situación jurídica imprecisa y una propiedad incierta. Codiciado y vulnerable, el borde del bosque se ha venido degradando constantemente, lo que explica su «aspecto endeble» y su vegetación deforme. En Lorena, como en otros lugares, el borde del bosque ha sido siempre la primera zona atacada por la ganadería. Al ser la prolongación de las tierras agrícolas, que ya eran escasas, estaba desatendido y sobreexplotado por los campesinos.

El borde del bosque ha sufrido también los ataques de los consumidores de leña, en particular de las grandes fábricas que la usaban como combustible aplicando el sistema de monte bajo regular. Los campesinos han recogido tradicionalmente hojas, ramas, musgo y humus para enriquecer sus campos. Asimismo, los pobres han obtenido leña para calentarse y cocer el pan. En consecuencia, los suelos de los bordes de los bosques han llegado a ser frágiles y a sufrir los efectos de la erosión, y a juzgar por las descripciones contemporáneas, arenosos y lixiviados también, formando un terreno donde «no crecen más que el brezo y el junípero».

La conclusión del autor es que esa descripción del borde del bosque en el siglo XVIII refleja con bastante fidelidad los principales problemas con que se enfrentaba una sociedad todavía en gran parte rural

Desertificación en Malí

Los historiadores describen a Malí como tierra de historia y de cultura, de mitos y leyendas. Sin embargo, ha sido también durante mucho tiempo un importante centro comercial, con prósperos mercados en los que convergían las rutas de las caravanas que transportaban oro, hierro y cola del norte, y sal del sur.

No obstante, durante el último decenio, Malí, al igual que sus vecinos del Sahel, se ha visto afectado por una serie de desastres ecológicos dramáticos. Algunos de los factores específicos que han contribuido a esta crisis son examinados por G. Jean, Asesor especial del Director General de Aguas y Bosques de Malí en su artículo «Sequía y desertificación en Malí: situación actual y perspectivas» (Revue forestière française, no. 2, 1985).

Malí ha debido hacer frente no sólo a los problemas comunes a todos los países del Sahel, sino también a otros peculiares de su propia geografía. El Sahel es una zona de pastores nómadas, entre los que figuran una gran parte de la población de Malí. Debido a los efectos de la sequía en los recursos de aguas de superficie, el número de pozos tradicionales de abrevamiento ha disminuido mucho y ha habido una tendencia a concentrar el ganado en torno a los que aún quedan, lo que a menudo conduce a agotar los pastos en torno a ellos. En consecuencia, alrededor de cada punto de agua importante puede haber una faja de desierto que se extiende hasta 25 kilómetros en todas las direcciones.

Sin embargo, hasta hace poco el Sahel era la única fuente verdadera de riqueza de Malí, su válvula de seguridad, ya que el río Níger no sólo atraviesa la zona sino que forma un gran delta interior subdividido en centenares de canales y forma enormes lagos que bañan tierras fértiles de cultivo y ricos pastizales (bourgoutières). Esta es la zona a la que se retira el ganado trashumante durante la estación seca, y también donde se encuentran los arrozales más fértiles.

La situación actual se debe a la combinación de tres factores: la dura lucha entre pastores y agricultores; la baja alarmante del nivel de las crecidas en el delta durante los últimos 15 años, que ha dado lugar a la desaparición de las bourgoutières; la desecación de los bosques de especies espinosas, y el aumento incesante de las concentraciones de ganado.

En consecuencia, la región del delta, que es potencialmente la más rica y poblada de Malí, está sometida a una creciente degradación y la arena que invade las ciudades y aldeas y colma los lagos y canales, amenaza incluso con obstruir completamente el río Níger.

Fay Banoun, Roma

TRABAJADOR EN EL BOSQUE DE FAYA lucha contra la desertificación en Malí (F. MATTIOLI/PMA)

Muerte de los bosques y contaminación del aire

Científicos y especialistas en conservación de la naturaleza de países industrializados de Europa, reunidos en Estrasburgo el 8 y el 9 de junio de 1985 en la segunda Conferencia Internacional sobre Medidas para Combatir la Muerte de los Bosques y la Contaminación Atmosférica, anunciaron el establecimiento de un tribunal internacional para controlar la calidad del aire.

En una «Declaración de Estrasburgo», formulada al final de la Conferencia, se pidieron medidas urgentes; en particular, un repertorio internacional de daños a los bosques; una evaluación completa - incluido su efecto en las economías nacionales - de los daños causados por la contaminación atmosférica; campañas nacionales e internacionales de información; la introducción de impuestos contra la contaminación que graven al mayor número posible de fuentes de emisión; adopción de normas para reducir la contaminación de las centrales de producción de energía y de las instalaciones industriales, a expensas de los empresarios; promoción de medios limpios y baratos de transporte, y uso racional y eficiente de la energía.

Quienes deseen más información pueden dirigirse a: Association fédérative régionale pour la protection de la natura, 7 rue des Balayeurs, 67000 Strastourg, Francia.

Acción común en favor del bosque mediterráneo

A finales de 1978 la Comunidad Económica Europea decidió financiar un ambicioso programa quinquenal para rehabilitar y mejorar los bosques mediterráneos, concretamente en Italia y en Francia. Los objetivos eran ayudar a la agricultura mediterránea reduciendo las limitaciones edafológicas y climáticas causadas por la erosión, la sequía estival, los incendios forestales y la irregularidad de los cursos de agua. Las primeras medidas se tomaron en 1980; las fases finales, iniciadas en 1984, se terminarán en 1989, a más tardar.

En el contexto de esta acción común se celebró en Aviñón, en junio de 1984, la segunda serie de reuniones organizadas por Forêt Méditerranéenne sobre la promoción del patrimonio forestal mediterráneo. Además de Francia e Italia, participaron España, Argelia, Marruecos y Turquía. Un número especial de Forêt Méditerranéenne, de diciembre de 1984, se dedicó a este acontecimiento. En el próximo número de Unasylva se publicará un informe sobre el 12° período de sesiones de Silva Mediterrane - el Comité de las Comisiones Forestales para Africa, Cercano Oriente y Europa sobre Cuestiones Forestales del Mediterráneo - que se celebró en La Grande Motte, cerca de Montpellier, Francia, del 2 al 6 de diciembre de 1985. En esa reunión se exploraron nuevas vías de cooperación entre los países del Mediterráneo sobre problemas de investigación y desarrollo silvícolas.


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