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Editorial - Pequeñas empresas forestales

Este número de Unasylva se dedica al tema «Pequeñas empresas forestales». Podría muy bien haber llevado como subtítulo «La mayor contribución del sector forestal a la seguridad alimentaria», porque en muchos países en desarrollo esas actividades son una fuente importante de ingresos fuera del sector agrícola para las poblaciones rurales.

Uno de los problemas más difíciles del desarrollo rural es cómo dar una seguridad alimentaria a la población rural pobre sin tierras, para la que unos métodos agrícolas mejorados carecen de valor práctico. Esa población sin tierras necesita empleo e ingresos si se quiere que tenga alguna posibilidad de lograr la seguridad alimentaria. Por ello, los ingresos del sector forestal pueden ser una alternativa importante, y a veces la única, a la migración a las ciudades o a la tala de los bosques.

Lo que se ha hecho hasta hace poco tiempo para cuantificar la contribución de esa parte del sector forestal al desarrollo rural y a los objetivos socioeconómicos nacionales ha sido relativamente modesto. No se han identificado los puntos fuertes y débiles del sector, como primera medida para formular estrategias encaminadas a apoyarlo y reforzarlo.

Las autoridades forestales se interesan en la cuestión por varias razones. En primer lugar, usar los recursos forestales para mejorar las condiciones de vida de la población rural es un objetivo común de la mayoría de los gobiernos y, por consiguiente, una de las principales responsabilidades de sus administraciones forestales. En segundo lugar, ofrecer unos ingresos a quienes de otro modo podrían dedicarse al cultivo migratorio alivia la presión sobre las zonas forestales. Además, es más probable que las poblaciones que obtienen unos medios de vida permanentes de los bosques apoyen los esfuerzos para proteger y mejorar esos recursos.

Haciéndose eco de las preocupaciones de los gobiernos, la FAO ha comenzado a promover la información sobre la naturaleza de las pequeñas empresas forestales, su contribución al trabajo remunerado en el campo, las limitaciones con que tropieza el pequeño empresario y las oportunidades que las mejoran de este sector representan para aumentar los ingresos en el medio rural.

Un paso inicial fue encargar la preparación de varios estudios de casos. A ello siguió una consulta de expertos en Roma, celebrada en octubre de 1986, que ha servido de base al articulo de fondo de Arnold, Chipeta y Fisseha, y cuya documentación se publicará en la serie FAO: Montes a finales de 1987

Los otros dos artículos relacionados con el tema de este número son un informe de M. Kinyanjui sobre las empresas de producción de carbón vegetal en Kenya, y una evaluación del potencial de las cooperativas forestales, por K. Kilander.

Lógicamente, las autoridades forestales pueden contribuir a superar algunas de las limitaciones, sobre todo las relacionadas con el acceso a las materias primas, la extensión y la información, y la asistencia en materia de comercialización. Otras limitaciones pueden ser abordadas mejor por otros organismos oficiales, de niveles nacional o local,. con el apoyo de las autoridades forestales.

Ello no implica en modo alguno el abandono del sector forestal industrial, sino más bien que, en lo que se refiere a las empresas forestales, empieza a reconocerse que lo «pequeño» es tan importante como lo «grande», para el desarrollo rural y la seguridad alimentaria.

Por otra pare, muchos gobiernos de países en desarrollo estiman todavía conveniente invitar a empresas transnacionales a participar en el desarrollo forestal. Ello entraña costos y beneficios para el país huésped, y es el tema de un articulo de A. Contreras, funcionario de la FAO, que aparece en este número.

Nuestra serie de artículos sobre la ordenación de los bosques tropicales naturales continúa con un informe de H. Maitre, del CTFT, que trata de importantes investigaciones sobre silvicultura en los bosques tropicales de Côte d'Ivoire. Otros artículos tratan de una guía a las redes de investigación forestal, por J. Burley del Oxford Forestry Institute, y de un interesante análisis sobre «leña vs. carbón vegetal» por J. Keita, Oficial regional de montes de la FAO para Africa.

El elemento básico del Programa de montes de la FAO es el Plan de Acción Forestal en los Trópicos. El proceso de ejecución de ese Plan está ya bastante adelantado, con el apoyo y la participación de muchos países y organizaciones de asistencia al desarrollo y de otros grupos internacionales interesados. El Director General de la FAO, Edouard Saouma, describe el Plan y el proceso en las páginas iniciales de este número. Señalamos encarecidamente ese mensaje a su atención.

Asimismo, se publica en este número el índice de Unasylva correspondiente a los años 1981 a 1986.


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