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PREFACIO

La muerte prematura de Jean Carroz, en la plenitud de su vida y de su carrera, es una pérdida inmensa para la Organización. Durante casi 30 años ha servido al sistema de las Naciones Unidas, y sobre todo a la FAO, con una dedicación y una competencia excepcionales.

Ya había decidido retirarse para vivir en su segunda patria, en Asia, entre las pacíficas poblaciones a las que había servido durante tantos años con el espíritu de sacrificio, el sentimiento del deber y la lealtad que le caracterizaban, cuando le pedí que se encargara, como Secretario General, de organizar la Conferencia Mundial de la FAO sobre Ordenación y Desarrollo Pesqueros de 1984. A esa tarea, y luego al cargo de Subdirector General del Departamento de Pesca, aplicó su enorme capacidad de trabajo, su espíritu de precisión, su honradez intelectual y su habilidad para suscitar el consenso conciliando opiniones y aspiraciones diversas. El éxito extraordinario de la Conferencia es quizás el mejor homenaje a su memoria.

Colega y colaborador absolutamente seguro e infatigable, dio siempre pruebas de una gran competencia profesional: en suma, era un modelo de funcionario internacional. Modesto y reservado personalmente, estaba dotado de una gran humanidad y de un raro sentido del humor. En todas sus actividades era un perfeccionista: políglota brillante, magnífico pianista y experto fotógrafo.

Jean Carroz y su contribución al sector pesquero pervivirán en la memoria de sus colegas y amigos en todo el mundo. Me complace, pues, presentar esta colección de ensayos que constituye un homenaje apropiado y permanente a su vida y a su obra.

Edouard Saouma
Director General


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