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Participación de los agricultores en la selección de las prioridades de la investigación agroforestal en las granjas

J.B. Raintree

John B. Raintree es el científico social de la Red asiática de especies multipropósito del proyecto Forestry/Fuelwood Research and Development (F/FRED) del Winrock International Institute for Agricultural Development, Kasetsart University, Bangkok, Tailandia.

Investigadores toman medidas junto con un agricultor en Kenya occidental

Evaluación de las distintas formas de interacción posibles entre los investigadores y los agricultores, basada en las investigaciones llevadas a cabo por el Centro Internacional para Investigación en Agrosilvicultura (ICRAF).

La investigación en las granjas comprende ya sea experimentos rigurosos desde el punto de vista estadístico que pruebas de observación informal realizadas por agricultores. Algunos profesionales llegan a incluir dentro de la investigación determinados casos de seguimiento y evaluación de proyectos. Tal como observaron Hocking e Islam (1990), la característica fundamental de la «investigación» en el sentido amplio del término, es la observación y la obtención de resultados que permitan tomar nuevas medidas.

Los distintos tipos de investigación llevados a cabo en las granjas comportan distintas formas de interacción entre investigadores y agricultores, y estas últimas determinan finalmente quién dirige la investigación. En el Cuadro, p.14, se describen cuatro posibles formas de interacción entre investigadores (y otros profesionales no pertenecientes a la comunidad), por un lado, y «agricultores» (y otros pobladores locales que reciben ayuda externa) por otro.

Las cuatro formas de interacción son en cierta forma «participativas», si bien existe una clara diferencia entre ellas en el grado de participación de la población que contemplan.

En los apartados siguientes, se examinan las ventajas y limitaciones de los tres planteamientos más participativos, basados en las experiencias del ICRAF en investigación agroforestal en las granjas.

EL PLANTEAMIENTO CONSULTIVO

Durante el decenio de 1980, los investigadores del ICRAF idearon un planteamiento de «sistemas de explotación», para llevar a cabo investigaciones agroforestales en granjas, basado en la metodología de diagnóstico y diseño, (Raintree, 1987a; Raintree, 1987b; Rocheleau, Weber y Field-Juma, 1988; Scherr, 1990). Con este tipo de planteamiento ha aumentado de forma significativa la participación de los agricultores en las investigaciones. Sin embargo, los investigadores del ICRAF han descubierto que el paradigma consultivo encierra limitaciones significativas como enfoque para desarrollar técnicas verdaderamente eficaces para la agrosilvicultura. Será instructivo repasar brevemente las principales nociones aprendidas.

Formas de interacción entre investigadores y agricultores


Planteamiento prescriptivo

Planteamiento consultivo

Planteamiento participativo

Planteamiento catalizador

Interacción

Los investigadores indican a los agricultores qué tienen que hacer basándose en sus conocimientos, u opiniones, acerca de lo que es mejor para los segundos; todas las investigaciones corren a cargo de profesionales cualificados mientras que los extensionistas intentan «.vender» los resultados a los agricultores.

Los investigadores y los extensionistas efectúan consultas a los agricultores con el fin de comprender mejor su situación; a continuación, los investigadores emplean esta información para crear técnicas destinadas a los agricultores. Normalmente, los investigadores deciden qué cuestiones son prioritarias y dirigen la investigación, pero son los agricultores quienes toman la decisión final de utilizar o rechazar los resultados, y a menudo se les incluye en las listas de colaboradores en la investigación en granjas.

Los investigadores y/o los extensionistas dialogan con los agricultores acerca de sus problemas y necesidades de investigación; los agricultores y las comunidades locales señalan cuáles son sus prioridades; y, en función de ellas, los investigadores y los agricultores dirigen conjuntamente la investigación, a menudo formando grupos de agricultores con problemas o Intereses comunes.

Los impulsores de la investigación se relacionan estrechamente con los agricultores, permitiendo el acceso a información externa y/o actuando como catalizadores en los procesos experimentales de aprendizaje y toma de decisiones de los agricultores, con ayuda de los agentes catalizadores, los agricultores realizan sus propios experimentos dentro de la comunidad.

Ventajas

Es una forma eficaz y poco costosa de transferir un bloque definido e invariable de información a receptores que lo aceptan de buen grado funciona mejor cuando son los receptores quienes solicitan la información (por ejemplo cuando la industria moderna compra tecnología avanzada o cuando los agricultores participan en planes de producción de cultivos para la exportación que obtienen buenos resultados).

La planificación de la investigación se adecua mejor a la realidad gracias a los datos suministrados por los agricultores, los investigadores sienten que su trabajo adquiere mayor sentido y tienen la ventaja de poder consultar a los agricultores sin perder por ello el control sobre las prioridades de la investigación; es más costosa que la simple transferencia de información técnica pero sigue siendo una forma suficientemente económica de dirigir la investigación en función de las necesidades locales.

La participación directa de los agricultores en la toma de decisiones sobre las prioridades de la investigación y el diseño de las nuevas técnicas tiende a aumentar las posibilidades de aplicación de estas últimas, y prepara el terreno para que el resto de la comunidad las adopte más rápidamente.

Puesto que se basa en la forma tradicional indígena de investigación informal, tan antigua como la propia agricultura este planteamiento constituye la mejor forma de conseguir resultados válidos localmente.

Inconvenientes

Cuando se lleva a cabo por iniciativa del grupo que elabora a información, pueden llegar a imponerse «a la fuerza» técnicas dañinas o impracticables a receptores que no las desean o no las esperan, lo que hace que no se apliquen suficientemente y/o que se produzcan resultados negativos imprevisibles.

A posar de que se presta mayor atención a las necesidades locales, es posible que el grado de aplicación de las técnicas propuestas por los investigadores no sea muy alto, ya que éstas siguen siendo en cierta medida «ajenas,, a los agricultores o bien éstos tienen formas más sencillas, o que les son más familiares, de solucionar los mismos problemas.

La participación de la comunidad en la toma de decisiones requiere tiempo, no es fácil disponer de personal profesional con la formación adecuada, dado que la dedicación exclusiva de los profesionales de la investigación suele ser prohibitiva y los extensionistas normalmente no están capacitados para llevar a cabo investigaciones.

Los agentes catalizadores deben residir períodos prolongados de tiempo en las comunidades locales; los costos del personal de campo con una alta cualificación profesional son elevados, resulta difícil encontrar personal semiprofesional cualificado para desempeñar la función de agente catalizador; puede ser necesaria ayuda externa para tratar las cuestiones de sostenibilidad a largo plazo.

Los agricultores y los investigadores discrepan a menudo en la prioridad de los problemas

En los primeros ensayos en granjas realizados por el ICRAF, los investigadores tendían a considerar poco importantes algunos problemas identificados por los agricultores, como por ejemplo, la falta de árboles de sombra o la falta de árboles frutales, porque, en aquel momento, no consideraban que planteasen interrogantes interesantes para la investigación. Concedían mucha más importancia al diagnóstico de la disminución, a largo plazo, de la fertilidad del suelo, pues ésta afectaba a la productividad de todo el sistema de explotación y les ofrecía, factor nada desdeñable, un ámbito mayor donde realizar interesantes investigaciones. Por su parte, los agricultores coincidían con los investigadores en señalar como problema la fertilidad del suelo aunque, en realidad, no pensaban que pudiera hacerse gran cosa para solucionarlo, por lo que no le daban demasiada importancia.

Lo que los agricultores necesitaban, según su escala de prioridades, era una solución de extensión, es decir, una respuesta logística inmediata para aumentar el suministro local de plantones de árboles de sombra y frutales. En un enfoque más participativo, donde los propios agricultores hubieran establecido las prioridades, estas cuestiones se habrían tratado desde el principio, con lo que los agricultores hubieran podido concentrarse en participar activamente en las tareas de investigación más interesantes.

Por este motivo, en los primeros ensayos realizados sobre cultivo en franjas y otras técnicas de aprovechamiento del suelo, la participación de los agricultores fue muy escasa. Al no tratar las cuestiones que los agricultores consideraban más importantes, los investigadores corrieron el riesgo de no lograr entablar un diálogo válido con ellos, por lo que podría concluirse que todo proyecto de investigación en granjas debe tener por lo menos un pequeño componente de extensión.

Incluso cuando agricultores e investigadores están de acuerdo en los problemas prioritarios, a menudo tienen estrategias muy distintas para solucionarlos

En el planteamiento consultivo, el investigador, al captar la situación local, a menudo no se percata de las estrategias existentes o no aprecia suficientemente el grado de empeño de la población local con dichas estrategias. Aunque se tengan las mejores intenciones, puede resultar difícil evitar este problema. Un buen ejemplo de ello lo tenemos en los primeros ensayos en granjas llevados a cabo por el ICRAF en el distrito de Machakos, Kenya, donde los investigadores, que fomentaban la utilización de «abonos verdes» para mejorar el suelo (cultivo en franjas), se encontraron con que los agricultores ya estaban utilizando abono animal (estiércol de ganado alimentado en establos), (Vonk, 1983).

El principal medio de comunicación con los agricultores es el propio experimento en las granjas

A pesar de que los primeros investigadores del ICRAF intentaron seriamente obtener la participación de los agricultores locales en actividades basadas en la metodología de diagnóstico y diseño, la mayor parte de las primeras aplicaciones tenían las limitaciones propias del planteamiento de carácter consultivo, dado que normalmente eran los investigadores quienes tomaban las decisiones finales acerca de las técnicas prototipo que debían emplearse en la fase inicial de los experimentos.

Este enfoque será adecuado siempre que el diseño inicial no se conciba como solución final sino como introducción a un extenso diálogo en el que los agricultores puedan expresar sus opiniones y efectuar modificaciones en los prototipos. En el ejemplo de Machakos, en los cultivos en franjas, los agricultores introdujeron una modificación utilizando los setos de leguminosas arbóreas de los contornos como forraje y no como abono; de este modo, los agricultores apreciaron mejor el sistema agroforestal. Además, los setos conservaron parte de su eficacia como medio para frenar la erosión, y la fertilidad del suelo se mejoró, según el sistema de los agricultores de utilizar abono animal, recogiendo mayores cantidades de estiércol.

Se podría objetar que el grado de discrepancia entre investigadores y agricultores es excesivo, incluso en la fase inicial, y que podría reducirse fácilmente dejando que los agricultores hallaran sus propias soluciones técnicas desde el principio. Sin embargo, reducir la participación de los investigadores en el diseño inicial no implica necesariamente mejores resultados para los agricultores. En el ejemplo de los cultivos en franja, los demás agricultores locales quizás nunca hubieran pensado en emplear los setos como forraje si los investigadores no les hubieran demostrado la conveniencia.

Condiciones ideales frente a condiciones reales

Hasta ahora hemos considerado la investigación de carácter consultivo en «condiciones ideales», es decir, cuando los investigadores tienen auténtico interés en el debate y están abiertos al diálogo con los agricultores acerca de las nuevas técnicas. Sin embargo, en la práctica esto no siempre es así.

Tal como explica un investigador de larga experiencia en granjas de Zimbabwe, la limitación más grave del planteamiento consultivo puede ser la actitud individual del investigador sobre lo que habría que hacer después de la ronda inicial de consultas:

«Los investigadores tienden a sobrevalorar sus aptitudes y creen, que una vez señalados el diagnóstico y diseño y las 'intervenciones agroforestales', ya tienen todas las soluciones y que, una vez comprobadas y demostradas en las granjas, los agricultores las aplicarán. En realidad, la situación es mucho más compleja de lo que puede parecer durante las tareas de diagnóstico iniciales; para alguien de fuera, será necesario pasar por lo menos un año viviendo y trabajando en la zona para poder determinar las soluciones adecuadas. Dado que ésto no es posible para la mayoría de investigadores profesionales, debe señalarse una vez más la importancia de la participación de la población local en el proceso de investigación en curso» (Clarke, 1990).

Como análisis final, es improbable que la participación de la población local en el proceso de investigación y desarrollo de la tecnología pueda sustituirse con mejoras en el planteamiento consultivo. Incluso en condiciones ideales, es poco probable que los investigadores sean capaces de prever todos los aspectos de la respuesta de los agricultores a las nuevas técnicas. Si bien en los procedimientos de consulta iterativos es posible efectuar correcciones, puede resultar más eficaz tratar de evitar los problemas que solucionarlos. Ello puede lograrse haciendo que, desde el principio, el proceso sea más participativo.

Fases de los experimentos de investigación en granjas realizados por el ICRAF en la zona occidental de Kenya

Actividad de investigación

Participación

Investigadores

Agricultores

Extensionistas

Reunión de diagnóstico

Ö

Ö

Ö

Taller de diseño

Ö

Ö

Ö

Visitas a los centros experimentales

Ö

Ö

Ö

Selección de las granjas

Ö

Ö

Ö

Diseño de los experimentos

Ö

Ö

Ö

Plantación

(Ö )

Ö

Ö

Labores en los cultivos


Ö


Labores en los árboles

(Ö )

Ö


Evaluación posterior a la plantación

Ö

Ö

Ö

Supervisión de los experimentos

Ö

Ö


Evaluación de los agricultores

Ö

Ö


Nota: El signo (Ö ) indica que los investigadores han participado sólo como consejeros. Fuente: Ndufa, Ohlsson y Shepherd, 1992.

EL PLANTEAMIENTO PARTICIPATIVO

En este tipo de investigación, los investigadores deben estar dispuestos a renunciar a una parte de SU tradicional autonomía para tomar decisiones en favor de un diálogo más productivo con sus colegas agricultores. A lo largo del tiempo, las variantes participativas de los procedimientos de Diagnóstico y Diseño han evolucionado dentro (Rocheleau, 1984) y fuera del ICRAF (Buck, 1989). Una de las principales características de los nuevos modelos participativos es el empleo de métodos de trabajo en grupo para lograr que los procedimientos de diagnóstico y diseño sean más participativos y delegar la toma de decisiones a las comunidades.

Investigación más participativa en las granjas: la importancia del trabajo en grupo

La forma más sencilla de hacer que el proceso de consulta sea más participativo es invertir la proporción habitual de investigadores y agricultores. Normalmente, en la investigación consultiva, un equipo multidisciplinario de 3 a 7 investigadores entrevista a un solo agricultor. Ello puede resultar abrumador para la mayoría de agricultores que, como consecuencia, no se expresan libremente. En cambio, cuando uno o dos investigadores participan en una reunión de 10 a 20 agricultores, los comportamientos son completamente distintos. Los agricultores discuten más entre sí en lugar de responder únicamente a los investigadores, y la información que se obtiene es mucho más fiel a lo que los agricultores piensan.

En la variante participativa de diagnóstico y diseño ideada por CARE International (Buck, 1989), los agricultores pueden participar más activamente en la toma de decisiones, ya que se realizan entrevistas en grupos, reuniones de la comunidad para decidir cuáles son los problemas prioritarios y qué temas investigar, y se recurre a los grupos de ayuda locales ya formados como base de las actividades de investigación y extensión.

El empleo de grupos de trabajo permite también utilizar de forma más eficaz los limitados recursos de investigación. En las reuniones, se pueden proponer y estudiar experimentos, distribuir información y coordinar de ferina efectiva la recolección de datos. La respuesta de los agricultores, cuyos datos son de capital importancia para la investigación en las granjas, también se acelera con debates de grupo. Según los datos de Norman et al. (1988), la existencia de grupos proporciona mayor interés y vitalidad al trabajo en el campo y estimula la competencia entre ellos (un factor positivo para motivar a los agricultores).

Reunión de agricultores y extensionistas en Kenya

INVESTIGACIONES DEL ICRAF: UNA COMBINACION DE LOS PLANTEAMIENTOS CONSULTIVO Y PARTICIPATIVO

La labor reciente del equipo del ICRAF en Maseno, en la zona occidental de Kenya, recoge muchas de las innovaciones antes mencionadas a la vez que propone nuevas formas de interacción entre los agricultores, investigadores y extensionistas. No coloca en primer plano la participación de los agricultores, ni tampoco en último la de los investigadores profesionales.

Con este enfoque, los agronomistas y estadísticos del ICRAF tratan de vencer las dificultades estadísticas de la investigación agroforestal en las granjas, donde el elevado número de interacciones y factores incontrolados de los sistemas de agrosilvicultura suele producir grandes divergencias experimentales (Shepherd y Roger, 1991). Las preguntas relativas al contenido de las interacciones forestales exigen experimentos controlados estrictamente, y probablemente son demasiado delicadas y simplificadas desde el punto de vista agronómico para ser útiles a la investigación en granjas, por lo que es mejor confiarlas a los centros de experimentación. El equipo del ICRAF concluyó que la investigación en las granjas debe señalar cómo y por qué los agricultores son capaces de adoptar determinados métodos agroforestales y no otros. Estas son las preguntas que afectan de forma directa al diseño de técnicas agroforestales eficaces, y sólo pueden responderse a través de la investigación en las granjas.

El resultado práctico de esta nueva evaluación supuso un fundamento más riguroso de la investigación con una metodología en la que el agricultor pasa a primer plano y se valora la importancia de su evaluación como resultado fundamental de la investigación agroforestal en las granjas, sin relegar por ello a los investigadores a segundo plano. Esta metodología reconoce también la importante función de los extensionistas. En la p. 16 se señalan las fases de la aplicación de esta metodología en los experimentos del ICRAF en granjas de la zona occidental de Kenya.

La generación actual de investigadores del ICRAF se ha ocupado de que los intereses de los agricultores estén representados adecuadamente al diseñar los experimentos. Las técnicas en las que se está investigando son las siguientes: cultivo en franjas, mejoras en el barbecho, bancos de forraje, plantación en los márgenes y experimentos específicos para granjas. La finalidad y el contenido participativos del programa de investigación son evidentes.

Una parte importante de la metodología fue concebida para aprovechar las ventajas del trabajo en grupo. Después de la labor de diagnóstico, los investigadores realizan una selección inicial de los grupos que se ocuparán de las distintas técnicas. A partir de este momento, son los grupos de agricultores e individuos quienes toman todas las decisiones importantes, incluida la selección previa de una serie de familias de agricultores para que participen en las actividades de experimentación en las granjas. A continuación, los investigadores realizan la selección final y las actividades de cada grupo continúan durante las pruebas.

Riego de plántalas para experimentos agroforestales en Kenya

Se llevan a cabo reuniones de los grupos, debates en subgrupos y visitas al lugar de los experimentos con el fin de obtener la respuesta del planteamiento participativo, recoger las opiniones de los agricultores y extensionistas sobre la ejecución de los experimentos, explicar los procedimientos de recogida de datos y solicitar sugerencias a los agricultores. Durante el transcurso de los experimentos se realizan diversas mediciones y observaciones.

A aquellos agricultores que desean mantener un registro de las labores, otros insumos y rendimientos, se les distribuyen cuadernos y bolígrafos y se les enseña cómo llevarlo. Al final de cada campaña agrícola, se solicita a los agricultores que evalúen las nuevas técnicas. La evaluación de los agricultores, las modificaciones que han realizado y las razones que han motivado sus decisiones son los datos más importantes que se obtienen con los experimentos.

Cabe señalar el elevado grado de interacción entre investigadores, agricultores y extensionistas. Los investigadores permiten a los agricultores expresar ampliamente sus puntos de vista sobre las nuevas técnicas sin renunciar a su papel de miembros activos de la investigación. Además, las estructuras creadas por los investigadores en el proceso de investigación en las granjas fomentan la confianza externa en la validez y aplicaciones de los resultados de la investigación. Los extensionistas están en contacto permanente tanto con los agricultores como con los investigadores, lo que les permite aplicar las nuevas técnicas que resultan satisfactorias, a la vez que colaborar en el proceso de investigación y desarrollo de las técnicas.

Talleres de innovación en Bangladesh

Uno de los principales requisitos de la investigación participativa es la capacidad de identificar las innovaciones satisfactorias de los agricultores y explicar a la comunidad los resultados de los experimentos que tienen una utilidad colectiva. Ello es importante para lograr que los resultados del trabajo en grupo sean mejores que los de un agricultor solo. Los investigadores del ICRAF y los extensionistas están atentos a las innovaciones de los agricultores durante los experimentos en las granjas, y tratan de comprender cómo y por qué los agricultores modifican las técnicas experimentales.

Los investigadores que trabajan en granjas de Bangladesh han ideado un planteamiento más estructurado, en el que se utilizan talleres en las granjas, para identificar las innovaciones (Abedin y Haque, 1991). En estos talleres informales, organizados en centros experimentales, escuelas rurales y centros comunitarios, se invita a los agricultores a que expongan sus innovaciones. Los debates pueden resultar muy animados y en ellos pueden aflorar gran cantidad de innovaciones. A pesar de que hasta ahora el objeto principal de estos talleres ha sido que los investigadores y extensionistas aprendieran de los agricultores, podría hacerse mucho más para que los agricultores aprendieran unos de otros, pues los inicios son prometedores.

EL PLANTEAMIENTO CATALIZADOR

En el planteamiento catalizador, el papel del profesional ajeno a la comunidad es facilitar la investigación informal de los agricultores estimulando el trabajo en grupo y poniendo a su disposición información externa. En los distintos planteamientos catalizadores, varía enormemente la importancia que se da a esta última función.

En el planteamiento llamado «censo de problemas» se destaca la función de los agentes de intervención externa (en este caso descritos como «extensionistas») única y exclusivamente como impulsores del trabajo en grupo, sin aportar prácticamente información externa (Couch, 1991). En opinión de Couch:

«El extensionista no debe interferir en las labores del grupo. Debe ocuparse de que la forma de trabajar sea en grupo, pero no del contenido; es decir, de la forma en que el grupo comunica con sus miembros: quién habla con quién; cuál es la contribución de cada miembro; a qué miembros, si los hay, no se presta atención; quién se erige como líder; comprobar si se suprime información importante; etc. Es absolutamente fundamental que evite la participación en las actividades del grupo y deje que sus miembros realicen solos sus tareas.»

Raintree y Hoskins (1988) han expresado un punto de vista más moderado al describir un modelo de carácter catalizador que combina elementos clásicos de extensión con la investigación participativa, el «agente de extensión de Investigación y Desarrollo (I+D)»:

«Como agente de intervención, el papel del agente de I+D sería el de catalizar el desarrollo local y la adaptación y/o adopción de las técnicas adecuadas. Ello puede hacerse coordinando el acceso de la comunidad a la información de la red internacional que pueda ser útil, y estimulando las actividades de creación donde dicha información puede combinarse con los conocimientos técnicos locales y abarcar nuevos ámbitos... Como miembro (y, a menudo, organizador) de un equipo de I+D formado por miembros de la comunidad, el extensionista de I+D debe ser no un mensajero de una burocracia lejana sino un catalizador interno en un sistema de intercambio de información fructífero. Lo que se plantea no es una solución técnica particular sino un enfoque participativo independiente para solucionar problemas en general.»

Por lo tanto, el agente catalizador puede adoptar el papel de impulsor del proceso de comunicación que Couch describe sin aceptar las limitaciones de su propia participación. La pregunta clave sigue siendo la misma: ¿los procesos mentales de quién se intenta impulsar?, y la respuesta es en ambos casos: los del agricultor.

El proyecto de silvicultura agraria y comunitaria de Save the Children en Nakhon Sawan (Tailandia) es otro buen ejemplo de este tipo de «actividad catalizadora». Sin limitar la aportación de información, el objetivo fundamental de los agentes de intervención en el proyecto es promover las actividades de I+D de la comunidad local, utilizando diversas modalidades innovadoras de trabajos en grupo, basadas en la colaboración con las organizaciones locales existentes; empleando redes de agricultores-demostradores como extensionistas y ofreciendo apoyo flexible a las labores de los agricultores innovadores y líderes de opinión, a través de la aportación de pequeñas cantidades de material, información y asistencia.

La diferencia entre este tipo de acción/investigación catalizadora y la investigación participativa del ICRAF es que, a pesar de que el agente catalizador no tiene que evitar participar en el proceso de I+D, el resultado de la investigación no depende del grado de comprensión que haya alcanzado. Andrew Middleman (comunicación personal) relata el caso de un agricultor, destacado innovador en el proyecto de Nakhon Sawan; no sólo ha convertido su granja en un experimento de agrosilvicultura sostenible que causa la admiración de la comunidad, sino que también ha elaborado una teoría completa acerca de su granja como «sistema vivo», mezclando libremente conceptos modernos sobre ecología con la teoría sánscrita de los humores para articular su nuevo planteamiento. Nadie entre el personal del proyecto puede afirmar que entiende sus ideas, pero ello no resta mérito al papel que han desempeñado como catalizadores de sus experimentos.

CONCLUSIONES

La investigación debe ser adecuada para responder a las preguntas que deben hacerse con el fin de fomentar la silvicultura y agrosilvicultura sostenibles. Para ello, puede ser necesario combinar distintas formas de plantear la investigación. Por lo tanto, ninguna de las cuatro clases de investigación que hemos examinado satisface plenamente las necesidades de «corrección política».

Sin embargo, en el clima actual de responsabilidad creciente, un programa de investigación agroforestal que no incluya la investigación participativa en el conjunto de actividades de investigación estará, en general, en desventaja. Un buen programa deberá mantener un equilibrio entre las distintas clases de investigación y ofrecer posibilidades de intercambio de información y feedback entre los investigadores profesionales, extensionistas y agricultores.

La valorización de los conocimientos de la población indígena y la consagración a los principios participativos no deben ser obstáculo para enfrentar el hecho de que muchas comunidades rurales sufren graves problemas debido a que no utilizan la tierra de forma sostenible. A pesar de que los nuevos sistemas de utilización de la tierra deben basarse e integrarse en los sistemas tradicionales y en los conocimientos prácticos de la comunidad, sin la aportación de nuevas ideas y materiales para la siembra muchas comunidades están condenadas. La historia está llena de ejemplos de culturas que se han extinguido por no haber sabido adaptarse al medio ambiente que cambia. Minimizar los peligros medioambientales con los que se enfrentan las comunidades rurales en nombre de las tradiciones locales es una forma cruel y equivocada de respeto.

Para poder justificar los proyectos de plantación de árboles, éstos tienen que desempeñar un papel activo. No sólo impulsando la aplicación y perfeccionamiento de los conocimientos prácticos de la comunidad, sino también proporcionando nuevos modelos pertinentes con los que los miembros de la comunidad puedan experimentar. Aunque estos últimos son finalmente quienes mejor pueden juzgar lo que les será útil, no es razonable esperar que puedan hacerlo correctamente sin antes haber tenido la oportunidad de ensayar de forma correcta y adecuada las innovaciones.

Debemos reconocer que el planteamiento más práctico y verdaderamente útil a largo plazo es el que considera que la población local y los expertos ajenos a la comunidad tienen ámbitos de conocimiento distintos, y que sumados constituyen una base más sólida para la investigación y el desarrollo que si se emplean por separado,

Bibliografía

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