Wetzlar (1979) observó en las aguas continentales de Chile una depredación directa por parte de la trucha, que abarcaba principalmente las siguientes familias: Galaxidae, Aplochontidae y, en menor medida, Atherinidae, de talla inferior a 15 cm. Parece, además, que rivaliza por el alimento sobre todo con la especie autóctona Percichthys trucha (Percichthyidae). La alta densidad de la población de trucha tiene graves repercusiones en la especie de fondo Diplomystes chilensis (Siluriformes, Diplomystidae) y, en menor medida, en Trichomycteridae. En los arroyos, su depredación se centra especialmente en las familias Galaxiidea y Aplochitonidae. La trucha también compite fuertemente por el alimento con el aterínido Odontesthes wiebrichi, pero no con la especie lacustre Basilichtys australis (Wetzlar, 1979). Las especies Galaxias globiceps y Diplomystes chilensis parecen hallarse muy amenazadas a causa de la depredación y la rivalidad por el alimento. Sin embargo, resultó difícil establecer con claridad los efectos de todo ello: las pruebas de impactos negativos fueron típicamente circunstanciales y a menudo coincidían otros factores perjudiciales. Hay que investigar todavía las interacciones entre las especies exóticas y las autóctonas.
La fauna íctica de agua dulce de América Latina, al igual que la de Nueva Zelandia, se ha desarrollado en ausencia casi completa de depredadores piscívoros, lo que ha facilitado la invasión sin problemas de las aguas dulces por la trucha y otros salmónidos introducidos. Sin embargo, en el caso de Nueva Zelandia, la creciente toma de conciencia acerca de las graves repercusiones de animales y plantas introducidos ha hecho que las introducciones propuestas se estudien cada vez con más detenimiento y que las normas y reglamentos al respecto sean más estrictos. En América Latina, la COPESCAL señaló a la atención la necesidad de aplicar los principios establecidos en los Códigos de Prácticas para las nuevas introducciones (Turner, 1988). En algunos países latinoamericanos, por ejemplo en Chile y Uruguay, existen actualmente normas especiales para la protección del medio ambiente.
