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El plan de acción forestal en los trópicos: Prioridades regionales para Asia y el Pacífico

Personal de la FAO

Este artículo, basado en un documento preparado para la Comisión Forestal de la FAO para Asia y el Pacífico, determina un orden de preferencia para confrontar los problemas y desarrollar las posibilidades de los bosques de la región en el marco del PAFT. Aunque este último interesa concretamente a los países en desarrollo, es esencial que las naciones industrializadas, y en particular las de Asia y el Pacífico, le presten el debido apoyo político, técnico y financiero.

La región de Asia y el Pacífico es un complejo mosaico de una enorme diversidad de condiciones sociales, económicas, culturales, políticas y ecológicas. La población de la región, que ya alcanza 2 600 millones de personas - la mitad de la población mundial - será para el año 2000 de unos 3 200 millones. La densidad media de población es de aproximadamente 135/km2, pero en realidad oscila entre menos de 10/km2, en algunas islas del Pacífico y 800/km2 en Bangladesh.

En esta región se encuentran 8 de los 15 países más pobres del mundo. Se ha calculado que en 1983 había 290 millones de malnutridos. El ingreso medio per cápita de la región es de 341 dólares EE.UU. a los precios de 1980. No obstante, varia mucho de unos países a otros; es de 105 dólares en Bhután y las Maldivas, y de 1 600 dólares en Malasia. Un problema muy grave es la falta de tierra cultivable; hay sólo 0,8 hectáreas de tierra laborable por cada trabajador de la tierra.

Con excepción de unos cuantos países, como la República de Corea y Singapur, la industrialización ha sido lenta. El crecimiento y el desarrollo económicos de la región seguirán dependiendo en muy gran medida de los resultados del sector agrícola. En 1985, alrededor del 67 por ciento de los puestos de trabajo era del sector agrícola.

La extensión incontrolada de la agricultura y la recogida de enormes cantidades de leña causadas por la fuerte presión demográfica, así como la defectuosa explotación maderera y en general la falta de ordenación, han dado lugar a una general deforestación con acumulación de efectos adversos sobre el medio ambiente. La degradación de las cabeceras alteró los regímenes hidráulicos, con lo que se multiplican las avenidas y otros problemas provocados por la sedimentación y el azolve de los sistemas de regadío, así como por los deslizamientos de tierra. La desertificación, la erosión de los suelos, el anegamiento, el ensalitramiento y la alcalinización, así como la pérdida de recursos genéticos vegetales y animales, socavan las posibilidades de alcanzar una seguridad alimentaria duradera. Hay que juzgar la función presente y futura de los montes a la luz de todo lo dicho.

LOS MONTES EN ASIA Y EL PACIFICO

Los montes de la región cubren 620 millones de hectáreas, es decir, alrededor del 32 por ciento de la superficie geográfica o el 25,2 por ciento si se excluyen los barbechos forestales y el monte bajo. Se calcula que la pérdida anual de cubierta forestal en esta región en 1981 -85 promedió 2,0 millones de ha. Aunque la plantación ha adquirido cierto ímpetu, todavía se lleva a cabo a ritmo de sólo un quinto del de deforestación. No obstante, tomando también en cuenta lo que plantan los agricultores con los plantines que se les distribuyen, es posible que la plantación alcance el equivalente de un millón de ha sólo en la India, y probablemente tres veces más en Asia en general.

La ordenación forestal en Asia y el Pacífico es muy diversa de un lugar a otro de la región. De los 300 millones de ha de monte espeso, sólo 190 millones de ha son productivos. La explotación hecha sin prever debidamente la regeneración es un problema grave, sobre todo en la parte insular del sudeste de Asia y en Oceanía. Las superficies desmontadas por actividades madereras con frecuencia se convierten, sin sujeción a ningún plan, a una agricultura practicada muchas veces por intrusos. La baja productividad propia de los suelos forestales tropicales unida a la falta de inversión para mantener su fertilidad son causa de que con este tipo de conversión el cultivo no sea sostenible.

La producción total de madera en la región fue en 1987 de 965 millones de metros cúbicos, de los cuales el 80 por ciento se dedicó a leña. La exportación de productos forestales aumentó mucho en los últimos 20 años, de modo que en 1987 el valor de las exportaciones superó al de las importaciones en 500 millones de dólares. No obstante, hay que atribuir este resultado a la tala en gran escala del monte alto natural existente en las islas del sudeste de Asia, que sólo se prolongará sostenidamente si se reinvierte mucho en la regeneración. En todas las demás subregiones, excepto Oceanía, las importaciones superan con mucho a las exportaciones.

A pesar de que la región tiene ya importancia como proveedora de madera aserrada y contrachapada, necesita importar para satisfacer las necesidades de papel y cartón. En 1987, de los 6 870 millones de dólares de productos forestales importados, alrededor de 2 900 millones de dólares eran de papel y cartón.

La demanda de madera y leña supera ya con mucho la cantidad que puede extraerse sostenidamente y, dado el ritmo a que aumentan la población y los ingresos, la diferencia será aún mayor en el futuro. La escasez de leña es un problema particularmente grave que provoca la explotación excesiva de los recursos accesibles e incluso absorbe residuos agrícolas y estiércol de vaca.

Aunque se reconoce la importancia de los productos forestales distintos de la madera para el trabajo y el ingreso rurales, aún no se aprovechan todas las posibilidades de esos productos. Los montes de la región se caracterizan por una gran diversidad biológica y son repositorio de parientes silvestres de plantas cultivadas que ofrecen una infinidad de posibilidades para la filotecnia.

El papel crucial que ya desempeñaban el bosque y el árbol en el mantenimiento de un ambiente estable y productivo, y especialmente en la conservación de las cabeceras, en la prevención de la desertificación y en el restablecimiento ecológico de las tierras degradadas, no puede sino aumentar en importancia en esta región al finalizar el siglo XX.

La rapidez con que crece la población multiplicará el número de conflictos de aprovechamiento de los recursos que exijan sopesar con todo cuidado los objetivos de las distintas formas de uso de la tierra. A menos que se imponga un sistema bien equilibrado de aprovechamiento de los recursos forestales, se acelerará la depauperación en perjuicio de sistemas que son base de la vida y se desembocará en la inestabilidad económica y social.

EL PLAN DE ACCION FORESTAL EN LOS TROPICOS

Composición de las subregiones

1. ASIA SUDORIENTAL CONTINENTAL: Camboya, Laos, Myanmar, Tailandia, Viet Nam.

2. ASIA ORIENTAL: China, República Democrática Popular de Corea, República de Corea, Hong Kong.

3. ASIA SUDORIENTAL INSULAR: Brunei Darussalam, Indonesia, Malasia, Filipinas, Singapur.

4. ASIA MERIDIONAL: Afganistán, Bangladesh, Bhután, India, Maldivas, Nepal, Pakistán, Sri; Lanka.

5. OCEANIA TROPICAL: Samoa Americana, Fiji, Polinesia Francesa, Guam, Kiributi, Nueva Caledonia, Isla Niue, Micronesia, Papua Nueva Guinea, Samoa, Islas Salomón, Tonga, Vanuatu.

Composición de las subregiones

El PAFT es una iniciativa internacional sin precedente adoptada para poner coto al abuso de los bosques tropicales. Proporciona una estrategia flexible que responde a necesidades identificadas con todo cuidado. Los elementos clave de esa estrategia son medidas de acción que permiten erradicar las causas de la deforestación y de la degradación; coordinación todas las actividades locales, nacionales e internacionales para conseguir el beneficio de su acción concertada, y la participación activa de los habitantes y del sector privado en la conservación y ordenación de los bosques y otros recursos arbóreos. El Plan tiene cinco sectores prioritarios: función de la silvicultura en el aprovechamiento de la tierra; desarrollo industrial basado en los bosques; leña y energía; conservación de ecosistemas forestales, y fortalecimiento de las instituciones adecuadas para promover la conservación y el aprovechamiento racional de los bosques.

Si bien con esos cinco elementos se pueden encarar debidamente los problemas planteados en los montes tropicales, la importancia relativa de cada uno de ellos depende de las condiciones concretas de las subregiones o países de que se trate. Lo que sigue de este artículo identifica el problema del desarrollo forestal en cada uno de los cinco componentes del PAFT y sugiere prioridades, con especial referencia a las subregionales (véanse en la figura los países que componen cada subregión).

LOS BOSQUES Y EL USO DE LA TIERRA

La FAO ha calculado que en 514 millones de ha, es decir, el 27 por ciento de la región, la tierra está degradada. Para la mayor parte de los países, causa de especial preocupación es el deterioro de las cabeceras o cuencas hidrográficas de montaña, que constituyen alrededor del 60 por ciento de la superficie geográfica de la región.

AGROSILVICULTURA EN CHINA integrar la agricultura y la silvicultura mediante palmas Livistona chinesis

Las consecuencias de la degradación de las cuencas de montaña, y particularmente la sedimentación, azolve de embalses y avenidas, están bien documentadas. Aunque Asia tiene sólo el 29 por ciento de la superficie mundial, vierte en el mar el 79 por ciento del total de los sedimentos que descarga anualmente todo el mundo. Sólo en la India se inundan todos los años 4,9 millones de ha, de los cuales no menos de 2,1 millones de ha son tierra laborable. En la totalidad de la región sistemas hidroeléctricos y de regadío se están azolvando con rapidez, con lo que se les acorta su vida útil.

La desertificación es otro de los problemas importantes en la región. Hay condiciones desérticas en 150 millones de ha en Afganistán, China, India y Pakistán, y otros 79 millones de ha corren peligro inminente de desertificación. La productividad de casi todas las zonas áridas ha disminuido por haberse explotado en exceso sus recursos.

No menos de 56 millones de ha, casi todas en la China, India y Pakistán, están afectadas de salinización o alcalinización, en la mayoría de los casos por un manejo erróneo del agua en suelos sin el necesario avenamiento.

Los motivos de que se degrade la tierra son múltiples. Aunque hay factores climáticos, geológicos y fisiográficos que influyen en su vulnerabilidad, son antropogénicos los factores que en mayor medida contribuyen a desencadenar y acelerar el proceso. En efecto, entre las principales causas de degradación en Asia y el Pacífico, cabe citar la agricultura migratoria con períodos cortos de reposo; el cultivo de laderas muy pendientes sin haber previamente hecho todo lo necesario para conservar el suelo y el agua; las actividades madereras sin control y el corte abusivo de madera para leña; la invasión de suelos forestales de baja productividad por la agricultura de subsistencia; el sobrepastoreo; la minería, etc.

Con el fin de remediar la escasez de tierra laborable, varios países han organizado programas de colonización que implican el desmonte de bosques. Por desgracia, los han emprendido sin haber evaluado previamente la capacidad de la tierra y adoptado sistemas de cultivo inapropiados para las condiciones locales, todo lo cual ha conducido a depauperación de la tierra, a que baje la productividad e incluso al abandono del cultivo.

Función de la silvicultura en el aprovechamiento integrado de la tierra

Dado que no es fácil confrontar una de las causas de la degradación, es decir, la demanda de tierra por parte de una población siempre creciente, conviene invertir el proceso e incrementar la productividad adoptando prácticas apropiadas para el cultivo. Es inevitable que la agricultura siga extendiéndose todavía más a tierras nuevas con el fin de satisfacer la creciente necesidad de alimentos, pero será indispensable incorporar al sistema de aprovechamiento de la tierra árboles y parcelas arboladas con el fin de proteger los recursos de tierra y agua.

Ya se reconoce en la región la importancia del papel de los bosques y del árbol en apoyo de la agricultura. Los proyectos de ordenación integrada de cuencas hidrográficas invariablemente incluyen la plantación de árboles y se hace creciente uso de sistemas como técnicas agrícolas de plantación en pendientes, en que los árboles contribuyen muy destacadamente a detener la erosión y a cubrir de residuos el suelo.

Prioridades subregionales para los bosques en el aprovechamiento de la tierra

ASIA SUDORIENTAL CONTINENTAL

· Concentrarse en cultivo de conservación y en agrosilvicultura como alternativa de la agricultura migratoria.

· Dado que no es posible evitar por completo la agricultura migratoria, mejorar los métodos actuales y ofrecer otras posibilidades de empleo e ingreso.

· Promover y apoyar las plantaciones silvícolas, especialmente en fincas particulares y en zonas densamente pobladas.

ASIA ORIENTAL

· Repoblar cuencas degradadas y combatir la desertificación, especialmente en China.

· Extender y diversificar combinaciones en los sistemas agroforestales para mejorar la productividad e incrementar la oferta de leña y otros productos.

ASIA SUDORIENTAL INSULAR

· Ordenación de cuencas hidrográficas y adopción de sistemas agrícolas con base en el árbol, en zonas recién colonizadas con arreglo a programas de tansmigración.

· Extender y mejorar programas para la promoción del cultivo estable en cabeceras, análogos al que se ensaya en el proyecto de silvicultura social integrada de las Filipinas.

· Apoyo al cultivo de árboles en fincas particulares para asegurar su viabilidad económica.

ASIA MERIDIONAL

· Ordenación de cuencas hidrográficas y reforestación de cabeceras degradadas.

· Control de la desertificación y protección de las tierras de labranza contra la erosión y desecación mediante cortinas rompevientos en las zonas áridas y semiáridas.

· Rehabilitación de eriales y sobre todo de los afectados de salinidad y alcalinidad.

· Reorientar la silvicultura agrícola para que participen en ella los pequeños agricultores, con particular referencia a los sistemas silvopastorales.

· Incrementar el apoyo al cultivo de árboles en fincas particulares.

OCEANIA TROPICAL

· Protección de cabeceras para conservar los recursos de tierras y aguas.

· Fortalecer los sistemas de cultivo con base en árboles y especialmente el cultivo de árboles en fincas particulares.

· Participación de la población local, especialmente donde la tierra suele ser de propiedad comunitaria.

Algunas de las tentativas más notables que se han hecho para incorporar la agricultura a la silvicultura son: el programa de silvicultura social integral de las cuencas de montaña en las Filipinas; el programa de colonización voluntaria para los agricultores migrantes de Tailandia; y el programa de silvicultura social de Perum Perhutania, en Java. A la inversa, se ha introducido el cultivo de árboles en proyectos de desenrollo rural y agrícola, como es el caso de la silvicultura social en la India, el programa de repoblación de Upazila, en Bangladesh y el programa de cinturas rompevientos y control de los desiertos en la China.

Estrategia de acción

Toda estrategia para la restauración de zonas degradadas tiene que abordar la resolución del problema encajándolo en un conjunto de medidas de desarrollo rural. Es de la mayor importancia incrementar la productividad en las tierras actualmente cultivadas como medio de calmar la exigencia de nuevos desmontes. Es indispensable hacer más productivos los recursos de propiedad comunal, garantizando al mismo tiempo su acceso a los sectores más pobres de la sociedad, que dependen de ellos en muy gran medida para subsistir. El aprovechamiento sostenido a perpetuidad debe ser responsabilidad común de todas las organizaciones, por lo que es indispensable que se apoyen mutuamente en vez de competir como acostumbraban.

La conservación de las cabeceras mediante una ordenación integrada de las cuencas hidrográficas es la prioridad más importante de Asia y el Pacífico. En lugar de métodos curativos intensivos hay que adoptar sistemas preventivos extensivos. Con el fin de asegurar la participación continuada de la población en la rehabilitación de las cabeceras es absolutamente indispensable prestar atención a las necesidades locales. La agricultura migratoria intensiva tal como se practica, con períodos de reposo cada vez más cortos, da lugar a considerable depauperación, pero su eliminación total no es factible ni aconsejable, dadas sus dimensiones socioculturales. Será más conveniente mejorar gradualmente la labranza e introducir el cultivo de árboles, tal como se hace en el sistema taungya.

La rehabilitación de áreas degradadas y especialmente de las que están afectadas de desertificación, anegamiento, acidez o alcalinidad, es otro enfoque clave. Dado que la mayor parte de los procesos de degradación son de origen biótico, para enfrentarse con ellos será indispensable emprender tratamientos técnicos adecuados, a cargo sobre todo de las instituciones competentes.

La incorporación de la silvicultura a los sistemas agrícolas en forma de agrosilvicultura, de ordenación silvopastoral y de haciendas para el cultivo de árboles necesita ser estimulada. Es preciso idear tecnologías apropiadas para los agricultores pequeños y marginales y crear los mecanismos adecuados para ponerlas a su alcance.

DESARROLLO INDUSTRIAL BASADO EN LOS BOSQUES

La producción industrial de madera en la región depende en muy gran medida de los bosques naturales, a pesar del largo historial que tiene la silvicultura de plantación. La principal fuente de madera industrial son los bosques higrofíticos de la parte insular de Asia y Oceanía. Se estima que en 1985 se talaron 59 millones de ha, el 75 por ciento de las cuales en las islas. En esos bosques la norma dominante fue la corta selectiva de las especies comercialmente importantes, con un mínimo de reinversión. Obstáculos de política, instituciones, finanzas y tecnología son causa de que se posponga el tratamiento de las áreas explotadas. El problema se plantea con particular gravedad en las zonas confiadas a concesionarios; hay pocos incentivos para regenerar y los mecanismos existentes no bastan para garantizar el respeto de los requisitos oficiales de regeneración. El problema se complica por la invasión de campesinos en las áreas taladas.

En el resto de la región y particularmente en la parte oriental y meridional de Asia, la deforestación ha socavado todo el recurso. El agotamiento de los bosques es tal que la India y Tailandia han impuesto restricciones a la corta de especies productoras de madera comercial y estimulan la importación de trozas para aliviar la presión sobre los bosques.

Puede calcularse que las plantaciones existentes en la región cubrían en 1985 una superficie de 22,3 millones de ha. Aunque su productividad potencial es elevada, por ahora la madera de las plantaciones no significa ni siquiera el cinco por ciento de la producción total de madera industrial. Esto puede atribuirse a que es elevada la proporción de especies de madera dura de crecimiento lento, y a que los rendimientos son bajos por no gastarse lo suficiente en técnicas apropiadas para elevar la productividad.

Las zonas de monte claro - 57 millones de ha, incluyendo rodales de bambú - son también objeto de una explotación no regulada, con muy poca reinversión. Las plantas en fase de crecimiento y la densidad de esos rodales han disminuido verticalmente y el proceso de degradación y la consiguiente baja de la producción se aceleran por una multiplicidad de causas de origen biótico, entre ellas el fuego.

Aparte los bosques naturales, cada día se atribuye mayor importancia como fuentes de madera a las plantaciones de caucho, cocotero, etc., así como a los árboles que crecen en haciendas particulares. Alrededor del 80 por ciento de la madera de Bangladesh se obtiene en haciendas. Esto repercute adversamente sobre la disponibilidad de leña y materias primas para la pequeña industria.

Prioridades subregionales para el desarrollo de industrias con base forestal

ASIA SUDORIENTAL CONTINENTAL

· Aumentar la producción de madera aserrada y de pasta y papel.

· Extender la ordenación sistemática de bosques con base en planes a largo plazo.

· Incrementar sustancialmente la reforestación de zonas degradadas.

ASIA ORIENTAL

· Ordenar intensivamente las plantaciones existentes e incrementar la producción de madera mediante la repoblación de áreas degradadas.

· Dado el incremento de las actividades de construcción de viviendas, invertir capitales en aserraderos que presten debida atención a los progresos técnicos.

ASIA SUDORIENTAL INSULAR

· Ordenación sostenida de los bosques naturales de modo que se mantenga la producción de madera aserrada y trozas para chapas de buena calidad.

· Hincapié en el tratamiento de áreas ya explotadas para favorecer la regeneración.

· Mejorar los sistemas de apeo y transporte para reducir al mínimo los daños y el desperdicio.

· Mejorar la utilización de especies secundarias.

· Incrementar la capacidad nacional de transformación apoyada por infraestructura y establecimientos de capacitación adecuados.

· Promover la ordenación para el aprovechamiento sostenido de productos distintos de la madera, especialmente rotén, con participación de la población local.

ASIA MERIDIONAL

· Creación de nuevos recursos madereros mediante plantaciones, mejorando la productividad de éstas de modo que lleguen a ser la principal fuente de madera para las industrias de aserraderos y de pasta y papel.

· creación de productos forestales distintos de la madera con la consiguiente promoción de instalaciones para la transformación a base, sobre todo, de pequeñas empresas.

OCEANIA TROPICAL

· Ordenación de los recursos forestales de modo que su rendimiento sea sostenido a largo plazo.

· Incrementar la capacidad nacional de transformación.

· Seguimiento atento de las concesiones madereras para que reporten el máximo provecho a los países y a los propietarios locales del bosque, y para asegurar el rendimiento sostenido a largo plazo mediante medidas apropiadas de regeneración.

· Establecer bosques artificiales ordenados intensivamente.

· Incrementar los capitales invertidos en infraestructura física y desarrollo de los recursos humanos.

PEQUEÑOS ASERRADEROS en Afganistán

Los productos forestales distintos de la madera - rotén, resinas, gomas, taninos, lacas, oleaginosas y un elevado número de plantas medicinales - desempeñan un importante papel en la economía rural; un gran número de personas trabaja y obtiene sus ingresos con la recogida, transformación y comercialización de dichos productos. Nunca se ha prestado la debida atención al fomento de los productos forestales distintos de la madera, a pesar de la importante función que desempeñan en la economía rural. La mayor parte de ellos son de crecimiento natural y el sistema seguido para su recogida rara vez toma en cuenta la necesidad de aprovecharlos a perpetuidad.

Industrias basadas en los bosques

En el curso del último decenio han experimentado un cambio significativo la magnitud, estructura, composición y distribución geográfica de la producción industrial de Asia y el Pacífico. Entre 1976 y 1987 la producción industrial de madera en rollo aumentó de 170,5 millones de m3 a 216,7 millones de m3. La exportación de madera industrial en rollo absorbió el 12 por ciento de la producción y casi el 92 por ciento de lo exportado era madera aserrada y para chapas. Malasia es ahora el principal exportador de trozas, ya que en 1987 exportó el 91 por ciento de las trozas que salieron de la región y el 33 por ciento de las exportaciones mundiales de trozas para aserrar y para chapas.

Por su volumen, la principal industria maderera de la región es el aserrado; se calcula que su producción en 1987 fue de 68,0 millones de m3. Los principales productores son China, India, Indonesia, la República de Corea y Malasia pero, con la excepción de Indonesia, la mayor parte de lo producido se vende en el mercado nacional. En 1987 las exportaciones fueron de 9,0 millones de m3, el 90 por ciento de los cuales procedentes de las islas del sudeste de Asia.

Las técnicas usadas en los aserraderos son muy diversas; puede decirse que varían entre sierras de mano y modernas instalaciones a base de sierras de hoja. Excepto en el caso de la producción orientada a la exportación, predominan los pequeños aserraderos. A pesar de lo mucho que puede hacerse para mejorar el rendimiento y reducir el desperdicio, esas pequeñas instalaciones tropiezan, para adoptar técnicas más modernas, con obstáculos debidos a limitaciones del mercado, disponibilidad de materia prima y acceso al crédito. Se prevé que el aumento del consumo de madera aserrada alcance alrededor de 100 millones de m3 en el año 2000; que sea de 40 millones de m3 el aumento sobre el consumo de 1986; y que en lagar de los bosques naturales sean las plantaciones la principal fuente de madera, todo lo cual hace indispensable dicha modernización.

También es importante en la región la producción de tableros a base de madera; alcanzó 14,7 millones de m3 en 1987, el 64 por ciento de los cuales en las islas del sudeste de Asia. Casi el 80 por ciento de los tableros es madera contrachapada; se producen muy pocos tableros de partículas o de fibras.

La industria del contrachapado es muy variada. El desperdicio es considerable, sobre todo en las pequeñas empresas, por falta de un tratamiento adecuado de las trozas después de apeadas y por ser anticuada la maquinaria. El consumo de tableros a base de madera en la región alcanzará, según se espera, los 18 millones de m3 para el año 2000. Si bien las islas del sudeste de Asia y Oceanía seguirán abasteciéndose de materia prima en los bosques vírgenes, los países de las otras subregiones tendrán que recurrir cada vez en mayor medida a madera de plantaciones.

En 1987 la región produjo 17,3 millones de toneladas de papel y cartón; se importaron otros 4,0 millones de toneladas, que exigieron un gasto en divisas de 2 900 millones de dólares. Se calcula que para el año 2000 el consumo de papel y cartón alcanzará 43,3 millones de toneladas. Dado lo que esto implica en materia de divisas, urgen las inversiones para ampliar la industria y extender las plantaciones.

También hay un gran número de pequeñas empresas que utilizan madera y productos forestales distintos de la madera. Algunos estudios, aunque incompletos, han puesto de relieve su importancia como fuente de empleo e ingresos en el campo. Los principales problemas con que se enfrentan son:

· se contrae la oferta de materia prima y suben correlativamente los precios, con lo que disminuye la viabilidad de las actividades de transformación;

· son insuficientes los conocimientos de gestión y comercialización, con lo que las empresas tienen que confiar excesivamente en traficantes e intermediarios;

· las posibilidades de mejorar y de diversificar la producción quedan limitadas por la insuficiente generación de valor agregado y por la falta de acceso a nuevas técnicas y procesos;

· se aumenta a veces inmotivadamente la producción sin haber evaluado debidamente las posibilidades del mercado.

Estrategia de acción

Enfrentarse de manera bien equilibrada con la ordenación forestal y con la industrialización puede contribuir muy positivamente al desarrollo socioeconómico. Toda estrategia para el desarrollo sostenido de los bosques y de las industrias forestales tendrá que concentrarse en lo siguiente:

Aumentar el abastecimiento de materia prima. Merece elevada prioridad la regeneración de bosques naturales ya explotados, ya que éstos continuarán siendo la principal fuente de trozas para madera aserrada y para chapas. No menos importante es aumentar la productividad de las plantaciones. Es indispensable una ordenación más intensiva de las plantaciones mediante mejoras genéticas, aplicación de fertilizantes y adopción de técnicas de conservación del suelo y del agua. También hay que prestar más atención a la prevención y al control de los incendios forestales y al tratamiento de plagas y enfermedades.

Corta y transformación. Urge idear técnicas más eficaces para la tala y mejorar los métodos con vistas a limitar el desperdicio, a aprovechar lo mejor posible el recurso humano y a reducir al mínimo los daños al medio ambiente. En toda la región está atrasada la tecnología para el tratamiento de la cosecha, tanto de madera como de productos distintos de la madera. Las pérdidas debidas a hongos e insectos son extraordinariamente graves. Es imperioso idear cuanto antes tratamientos sencillos y económicos que puedan ser aplicados con facilidad sobre el terreno.

Programa para pequeñas empresas. Algunos de los aspectos que más atención requieren para fomentar las pequeñas empresas son: facilitar el acceso a la materia prima y a adelantos técnicos apropiados para mejorar la calidad del producto y diversificarlo; enseñar nociones de gestión de empresas, sobre todo de empresas comunitarias; conceder más facilidades de créditos. Es preciso concentrarse individualmente en el elevado número de aspectos de importancia local e inventar sistemas polivalentes de ordenación forestal con participación de los campesinos.

LEÑA Y ENERGIA

La principal fuente de energía doméstica para casi el 80 por ciento de la población del Asia meridional es una biomasa que incluye la madera. Aunque con la rápida industrialización ya no dependen de biocombustibles en tan elevada medida como solían algunos de los países recientemente industrializados, es poco probable que en el próximo porvenir haya muchos que cambien de combustible.

Si bien en algunas zonas hay leña sobrante, en el conjunto de la región la situación es alarmante. Ya en 1980, vivían en condiciones de extrema carencia 39 millones de pobladores de las zonas áridas, semiáridas y montañosas del Afganistán, Pakistán y Nepal. Tenían déficit de leña 700 millones de personas en Bangladesh, Indonesia, India, Nepal, Pakistán, Filipinas, Tailandia y Viet Nam. No se ha evaluado la situación más recientemente, pero todo parece indicar que la carencia de leña se ha agudizado en todos esos países. Dado que este problema se plantea poco a poco, muchas veces no se toman medidas correctivas hasta que los efectos adversos son manifiestos y para entonces la situación puede ser irreversible. Es, pues, importante tomar medidas preventivas incluso donde haya leña de sobra.

Prioridades subregionales de leña y energía

ASIA SUDORIENTAL CONTINENTAL

· Incrementar la oferta y reducir el consumo mejorando el rendimiento de la conversión.

· Dedicar especial atención a una agrosilvicultura con base en pequeños agricultores y en bosques comunitarios que tengan leña como un elemento componente.

· Intensificar el programa de fogones para cocinar, con participación popular.

· En zonas en que hay superávit de leña (Laos, Camboya y partes de Myanmar) evaluar las posibilidades de producir energía transformada.

ASIA ORIENTAL

· Incrementar la disponibilidad de leña mediante plantaciones de especies apropiadas y agrosilvicultura.

· Fortalecer los programas para la reducción del consumo mejorando los fogones e incrementando el uso de biogás.

· Mejorar el rendimiento en el uso de otros biocombustibles.

ASIA SUDORIENTAL INSULAR

· Apoyar el cultivo de árboles en fincas particulares y mejorar el rendimiento de la conversión incluyendo el de otros biocombustibles.

· Aprovechar los residuos madereros convirtiéndolos en carbón y briquetas.

· Mejorar el aprovechamiento de la leña mediante plantas dendrotérmicas en conexión con plantaciones de especies para leña que sean económicamente viables.

ASIA MERIDIONAL

· Incrementar la disponibilidad de biomasa mediante una agrosilvicultura apropiada para el pequeño campesino y para las comunidades.

· Acelerar el programa de fogones para cocinar, con participación popular.

· Mejorar el rendimiento de los combustibles tradicionales incluidos los residuos agrícolas y el estiércol de vaca.

OCEANIA TROPICAL

· Ordenar los recursos existentes de modo que rindan sostenidamente un superávit.

· Instalar plantas dendrotérmicas y de gasificación de la madera para resolver las dificultades de transporte y producir energía comercial ordinaria.

· Prestar especial atención a las necesidades urbanas, sobre todo en los sectores más pobres en que el acceso a la energía comercial es limitado. Se necesitan plantaciones para leña cerca de áreas urbanas, mejor rendimiento de la producción de carbón vegetal y acelerar la introducción de mejores fogones para cocinar.

Las industrias rurales son también importantes consumidoras de dendroenergía; según un estudio hecho en Nepal, llegan a absorber hasta 20 por ciento del total consumido. Usan principalmente leña alrededor de 25 industrias diferentes, entre las que se cuentan las de fabricación de ladrillos y tejas, las herrerías, las alfarerías, y las de curación de tabaco y té.

Fomento de la producción de leña

Inicialmente se fomentaron las plantaciones, sobre todo las oficiales, a cargo de los departamentos forestales y hechas en tierra del estado. Si bien este tipo de producción concentrada puede bastar para hacer frente a la demanda urbana e industrial, no ha contribuido mucho a resolver la crisis energética en el campo. Ahora se impulsa la plantación de bosquecillos en fincas privadas o de propiedad común, de dimensiones apropiadas para los agricultores pequeños marginales. Se insiste en que se aprovechen los rebrotes y desmoches, que pueden aportar un volumen considerable de leña sin que sea necesario cortar todo el árbol.

Mejorar el rendimiento de los biocombustibles

Todo lo que sea perfeccionar las cocinas o fogones contribuirá a mejorar el rendimiento de la energía doméstica en la región. Hay en marcha alrededor de 170 programas con objetivos de esa naturaleza y se han instalado más de 2,5 millones de cocinillas, casi todas en la India. A pesar de tan considerable número, la escala y el ritmo de adopción del programa es bajo con relación a la magnitud del problema. Para acelerar la adopción de mejores cocinas hay que inventar modelos apropiados para cada lugar que tomen en cuenta la necesidad de calor, seguridad, facilidad de uso, etc. La participación de los usuarios en los procesos de invención y producción es esencial si se tiene el propósito de fabricar el modelo en gran escala a nivel local.

HORNILLOS MEJORADOS para reducir la combustión de leña

Depender de la dendroenergía no implica que se deba seguir usando como era costumbre. Donde hay leña de sobra las plantas dendrotermales y las de gasificación tienen considerables posibilidades; se están experimentando en Indonesia, Filipinas y Tailandia. La generación de gas pobre con residuos vegetales mejorará la situación energética de industrias como los aserraderos y molinos de arroz, pero ano no existen técnicas que permitan generalizar el uso de este procedimiento.

En vista de que no es probable que en el próximo porvenir aumente sensiblemente la oferta de leña, la gente del campo en grandes números, sobre todo en el este y el sur de Asia, tendrá que seguir contentándose con biocombustibles distintos de la madera, tales como residuos vegetales y estiércol de vaca. La China y la India han adelantado bastante en el uso del biogás; no obstante, por ahora varias dificultades técnicas y económicas obstaculizan su adopción en gran escala.

Estrategia de acción

Todo lo que se ha logrado hasta ahora, resultado de muchos esfuerzos inconexos, representa una multitud de posibilidades. Subsisten algunos obstáculos, pero lo cierto es que el problema ya no es insoluble. La tecnología ha adelantado significativamente y las actividades en curso la harán adelantar aún más. Las medidas de acción deberán incorporar los siguientes elementos:

· en zonas muy densamente pobladas con elevada demanda de leña será preciso concentrar los esfuerzos en intensificar el cultivo en plantaciones de especies polivalentes que produzcan leña;

· en zonas de moderada densidad de población que todavía tengan recursos forestales, convendrá concentrar los esfuerzos en lograr que participen los usuarios en su ordenación, para que la producción se sostenga a perpetuidad.

En todos los casos habrá que prestar especial atención al rendimiento; si éste aumenta, se contraerá la demanda de leña. Dada la creciente tendencia a comercializar la leña, será preciso adoptar políticas de precios que vinculen la leña, la energía y los planes de fomento forestal.

CONSERVACION DE LOS ECOSISTEMAS FORESTALES

A pesar de que, en general, no se sabe mucho de los ecosistemas forestales de los trópicos ni de los recursos genéticos de sus plantas y animales, la situación es mejor en la región de Asia y el Pacífico que en otras. Hay conciencia de que es indispensable conservar la diversidad interespecífica e intraespecífica de las especies vegetales por sus valores económicos, sociales, culturales y científicos, tanto actuales como potenciales. En el Dominio Biogeográfico Indo-Malasio dentro del cual se encuentran varios países de la región, había en 1985 no menos de 572 áreas protegidas: 27,5 millones de ha, es decir, el diez por ciento de la superficie mundial protegida. Del total, 161 áreas protegidas con 9,3 millones de ha son sabana arbolada árida, y 150 se encuentran en 13,3 millones de ha de bosque higrofítico denso.

En otros países se está ya estableciendo una red más amplia de parques nacionales y otras categorías de reservas que incluyen muestras representativas de los ecosistemas. Ejemplo, en términos generales, de la estrategia a este respecto son el Plan Corbett de Acción para Areas Protegidas del Dominio Indo-Malasio, preparado durante la 25a Reunión de la Comisión de Parques Nacionales y Areas Protegidas de la UICN, y la Estrategia de Acción para las Areas Protegidas de la Región del Pacífico Meridional formulada durante la Tercera Conferencia de Parques Nacionales y de Reservas del Pacífico Meridional. Se han establecido varias reservas de la biosfera como iniciativa para integrar los objetivos de la conservación y de la ordenación, ideando modelos para la ordenación sostenida a perpetuidad. Se han designado Patrimonio de la Humanidad lugares como el Parque Nacional de Sargarmatha (Everest), en Nepal.

Algunas instituciones nacionales de la India, Malasia y Tailandia han iniciado experimentalmente actividades para la conservación in situ de especies vegetales. Crece el interés por conservar los recursos genéticos de las especies arbóreas de zonas áridas y semiáridas, en vista de las posibilidades que ofrecen para la rehabilitación de ecosistemas y para proporcionar múltiples beneficios a los campesinos.

CONSERVACION EX SITU DE LOS RECURSOS GENETICOS FORESTALES en Indonesia

Gracias a que se han adoptado medidas especiales para proteger especies anuales amenazadas de extinción, ha mejorado considerablemente su situación. Notable a este respecto es el caso del tigre de la India, cuyo número ha aumentado significativamente en virtud de los esfuerzos desplegados por el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF). De todos modos, la ordenación de la fauna continúa concentrándose en protegerla de la caza furtiva y de otras interferencias bióticas; apenas se ha hecho nada en materia de ordenación activa de los hábitat, en gran parte por las lagunas existentes en los conocimientos de la reacción de los ecosistemas a la manipulación. Una excepción es la ordenación del cocodrilo en India, Indonesia y Papua Nueva Guinea.

Conservación ex situ

En la región hay varios antiguos jardines botánicos y zoológicos que contribuyen a la conservación ex situ de la fauna y la flora. También se han plantado rodales para la conservación ex situ de plantas de origen selecto de especies usadas en las plantaciones de los géneros Araucairia, Pinas, Eucalyptus y Teictona. En varios países se han creado organizaciones nacionales encargadas concretamente de los recursos fitotécnicos, pero se concentran en las especies agrícolas y apenas se ocupan de las forestales.

Problemas de conservación de ecosistemas forestales

En la conservación de los ecosistemas forestales en la región se plantean varios graves problemas. No hay bastantes áreas protegidas, particularmente en las islas del Pacífico meridional, y algunos de los principales ecosistemas, como por ejemplo los bosques higrofíticos húmedos del bajo trópico, en Malasia, están casi totalmente destruidos. Las zonas protegidas muchas veces son a modo de islas rodeadas de áreas densamente pobladas, con usos incompatibles de la tierra. La falta de interés directo de los habitantes que no tienen nada que ver con esas zonas, es causa adicional de que resulte extraordinariamente difícil protegerlas.

EL PARQUE NACIONAL DE SARGARMATHA (EVEREST) en Nepal ha sido designado como Patrimonio de la Humanidad

Casi todos los esfuerzos se encaminan a la protección contra interferencias bióticas; raramente se intenta manipular activamente el hábitat. Es insuficiente lo que se sabe de la dinámica de los ecosistemas y de cómo responden a las intervenciones. Se suele descuidar la conservación en áreas destinadas a otros fines y casi no se intenta conciliar, en lo posible, objetivos incompatibles.

Estrategia de acción

La diversidad de las necesidades hace difícil indicar prioridades para la conservación por subregiones. A continuación se ejemplifica una estrategia básica.

A nivel regional es preciso hacer hincapié en identificar qué ecosistemas no están protegidos en parques nacionales o reservas análogas, con el fin de promover su protección. Merecen atención prioritaria los bosques higrofíticos del sudeste de Asia, tanto de la parte continental como insular. En el Asia meridional urge ocuparse de los bosques de los Ghats occidentales y del sur del Himalaya. Para todos los países de la subregión de Oceanía tropical la primera prioridad debe ser formular una estrategia nacional de conservación.

Toda la región debe considerar prioritaria la protección de las marismas y áreas pantanosas, integrando su ordenación con la de los recursos de agua y con el aprovechamiento de la tierra.

De las 400 especies de la región a las que, según el Cuadro de Expertos de la FAO en Recursos Genéticos Forestales, hay que conceder prioridad, 77 merecen «Prioridad 1» para su conservación in sita. Es preciso prestar más atención a estas especies preferenciales, tanto en el plano nacional como internacional. Conviene completar las listas globales y regionales que han compilado el Cuadro con listas nacionales más detalladas que incluyan también especies de importancia socioeconómica local que requieran atención.

Las actividades que se hagan necesarias en el plano nacional dependerán de lo que ya se esté llevando a cabo. En algunos países lo más urgente será un inventario nacional para catalogar los ecosistemas y especies que exigen protección y ordenación. Los países que ya disponen de una red nacional de áreas protegidas para la conservación in situ deben concentrar los esfuerzos en consolidarlas y ordenarlas eficazmente.

A la larga, la conservación de la diversidad biológica depende de que se inventen expresamente para cada lugar técnicas y sistemas para la ordenación de las especies y ecosistemas forestales tropicales que sean compatibles con los objectivos de conservación de las especies y de los recursos genéticos y que, al mismo tiempo, aseguren la producción sostenida de bienes y servicios localmente importantes.

Es indispensable establecer áreas de demostración ordenadas como se ha indicado antes y producir y divulgar información sobre las técnicas y procedimientos usados. Las redes internacionales lo facilitarán.

Las estrategias de conservación tendrán que insistir enérgicamente en que la población participe y se beneficie de las áreas protegidas. La clave serán zonas de transición ordenadas de manera que produzcan utilidades para los pobladores, compensando así los perjuicios que sufran por perder el acceso a los recursos de la zona protegida.

Actividades para la conservación ex situ

Es preciso adoptar un procedimiento más positivo y deliberado con respecto a la conservación ex situ, como complemento de la conservación in situ, de los recursos forestales tropicales. Habrá que establecer oficinas regionales y nacionales de recursos genéticos forestales y formular programas regionales coordinados con una gama ampliada de especies y orígenes. Por lo que hace a la fauna silvestre convendrá hacer especial hincapié en coordinar las iniciativas de cría en cautividad. La eficacia del programa aumentará mucho si se crean bancos de datos y redes para el intercambio de información entre las instituciones respectivas.

INSTITUCIONES

Para aplicar eficazmente en la práctica las estrategias, programas y proyectos citados es necesaria toda una estructura de políticas e instituciones en que puedan apoyarse.

Aunque las políticas forestales en general tendían a reflejar el punto de vista de la administración forestal, con escaso o nulo empeño por parte de otras organizaciones o departamentos, la verdad es que en materia de política forestal, en esta región se han registrado varios cambios muy significativos. Los más importantes son: la reforestación por el sistema de responsabilidad contractual, en la China; la nueva política forestal nacional de la India, que hace hincapié en la conservación del medio ambiente; la estructura centralizada para la ordenación de cuencas hidrográficas, en el Pakistán; el real decreto que restringe las actividades madereras en Tailandia; la formación de fincas madereras en Indonesia; la reorganización de las cooperativas forestales en Viet Nam; el establecimiento de plantaciones compensatorias en Malasia. Por lo que se ve, poco a poco se atribuye cada vez mayor importancia a las funciones sociales y ambientales.

Otra importante novedad en la región de Asia y el Pacífico es la transferencia de competencias administrativas a instituciones locales. La descentralización se ha llevado ya a cabo en varios países que han responsabilizado diversos órganos a nivel de distrito (upzilas, juntas distritales, panchayats, etc.), aunque todavía no hayan adoptado a este nuevo sistema las estructuras departamentales y los sistemas de planificación antes existentes.

PLANTACIONES COMPENSATORIAS han sido introducidas en Malasia como consecuencia de los cambios de política forestal

Dondequiera que la propiedad de los árboles está bien definida y se han proporcionado medios técnicos y económicos a las comunidades locales, han tenido pleno éxito las actividades de plantación y manejo de los árboles con participación de la gente del campo. La concesión de derechos de tenencia a los campesinos sin tierra, proponiéndoles al mismo tiempo incentivos adecuados, sería un importante paso adelante para rehabilitar las extensas áreas degradadas que hay en la región, mejorando su productividad.

Fomento de los recursos humanos

No se ha hecho recientemente en esta región ningún cálculo preciso del personal forestal que hace falta. En cualquier caso, la ampliación de actividades forestales que prevé el PAFT implica un considerable aumento de la demanda de personal calificado. Este será particularmente sensible en el sudeste de Asia y Oceanía, donde el insuficiente personal de los departamentos forestales no alcanza ya a supervisar y ejecutar eficazmente las actividades madereras y de regeneración. La reforestación en gran escala que proyectan Afganistán, India, Nepal, Pakistán y Viet Nam exige un refuerzo sustancial de sus centros de capacitación técnica.

Todo lo forestal que no sea el bosque propiamente dicho requiere otro tipo de formación profesional y técnica. Se ha dado un importante paso en este sentido con el establecimiento del Centro Regional de Capacitación en Silvicultura Comunitaria en la Universidad de Kasutsart, en Tailandia. Entre los asuntos que exigen atención más urgente se cuenta la actualización de los programas de estudio para la formación de técnicos forestales y de guardas. Hay en la región muy pocos establecimientos apropiados para capacitar personal para las industrias primarias. En la mayoría de ellas se capacitan aprendices en el propio trabajo, por lo cual son muy escasas las posibilidades de innovar

¿Cuánto costará?

Financiación del PAFT en la región de Asia y el Pacífico

El cálculo de los fondos que haría falta invertir todos los años para llevar a cabo el PAFT en la región de Asia y el Pacífico se ha hecho para tres modelos a que verosímilmente puede sujetarse la evolución de las industrias forestales de la región. El primer modelo se basa en el estudio de la FAO «Productos forestales: proyecciones mundiales para 1987-2000». Para el segundo, se da por supuesto que la autosuficiencia regional al nivel de 1984 es aplicable hasta el año 2000. La hipótesis de que sea total la autosuficiencia para el año 2000 es la base del tercer modelo.

El desarrollo y la ordenación de los recursos forestales exigirá anualmente entre 1740 y 2 230 millones de dólares. De éstos, entre 550 y 1040 millones se invertirán en la producción de madera industrial. Se prevé que incrementar la producción de leña por medio de varios programas, incluyendo agrosilvicultura, costará 760 millones.

Puede calcularse que el costo de desarrollar industrias con base forestal oscilará entre 3 500 y 6 300 millones de dólares. Hay que atribuir este monto a la elevada inversión de capital que exigen industrias como la de pasta y papel, cuya capacidad es preciso aumentar anticipadamente para evitar graves desequilibrios entre la oferta y la demanda y gastos exagerados de la reserva de divisas. Por ejemplo, en 1987 la cuenta de importación de pasta y papel de la región fue de 2 900 millones de: dólares. Otro importante renglón que exige invertir anualmente 350 millones de dólares es el desarrollo de instituciones.

Las tres fuentes de finanzas para las actividades relacionadas con el PAFT son: asignaciones directas del gobierno, participación del sector privado nacional, y una ayuda internacional que incluya préstamos y subsidios del sector privado, así como de organizaciones bilaterales y multilaterales. A menudo los gobiernos no consideran posible hacer asignaciones para el desarrollo forestal pero, para mantener y mejorar la productividad de los bosques, es esencial reinvertir una más alta proporción de la renta forestal.

Una elevada proporción del capital necesario tendrá que venir del sector privado. Es posible estimularlo con un sistema apropiado de incentivos y programas de apoyo. A base de empresas conjuntas se reduciría considerablemente la necesidad de fondos oficiales del gobierno.

Dado que la movilización de recursos nacionales tiene ciertos límites, será preciso recurrir a fondos del exterior, bien sea del sector privado, o bien de organizaciones bilaterales o multilaterales. Hará falta adoptar las medidas del caso para asegurar la disponibilidad oportuna de los fondos. Particularmente por lo que hace a prestamos será esencial encaminar los fondos hacia las actividades más productivas con el fin de que no aumente la ya elevada carga de la deuda.

Investigación

Para acelerar en la región el ritmo de las investigaciones en materia forestal se tropieza con la falta de personal debidamente instruido. Es indispensable que los investigadores se comuniquen entre sí para intercambiar datos y para evitar una costosa duplicación de esfuerzos. Hay que idear sistemas en que la responsabilidad para con la sociedad se equilibre con la libertad y flexibilidad científicas indispensables. Finalmente hay que resolver los problemas - muy agudos en esta región - de la falta de financiación estable a largo plazo y de perspectivas para el personal, de hacer carrera.

Para impulsar más a la larga la investigación forestal será preciso preparar y utilizar talento local. En efecto, la gente del país conoce bien los ecosistemas y, con sus tanteos, ha adquirido conocimientos y experiencia sumamente valiosos.

Extensión

Aunque durante el pasado decenio se ha prestado considerable atención a la extensión en materia forestal, sigue siendo insuficiente. Además, las pasadas actividades de extensión se concentraron más bien en las necesidades de los grandes agricultores, a expensas de los pequeños y marginales, campesinos sin tierra y mujeres.

Una posibilidad sería confiar esta extensión a organizaciones no gubernamentales. En la región de Asia y el Pacífico hay muchas organizaciones de ese tipo que despliegan considerable actividad creando conciencia acerca del medio ambiente e iniciando programas apropiados de desarrollo. Apenas se ha aprovechado su capacidad para promover la participación de la gente del campo. Oficiales forestales especializados en las diferentes materias podrían asesorar a los extensionistas de formación agronómica.

Estrategia de acción

Es difícil indicar una línea de acción para cada subregión porque los aspectos institucionales son muy distintos de unos países a otros. Sin embargo, he aquí en términos generales lo que hace falta:

Política forestal e instrumentos de política. Es importante revisar las normas y la legislación vigentes en materia de montes a la luz de los cambios que se están operando en el ambiente socioeconómico. La legislación así revisada deberá incorporar importantes elementos que asignen a los sectores más postergados derechos de tenencia de la tierra y de los árboles, con los correspondientes programas prácticos. Es necesario simplificar todo el proceso de formulación de normas con el fin de que las resultantes se armonicen y estén de acuerdo con la política general de aprovechamiento de los recursos.

Reforma de la infraestructura administrativa. Conviene idear un sistema descentralizado que enlace debidamente con otras actividades de desarrollo rural. Es preciso crear un mecanismo eficaz de planificación con líneas de comunicación en ambos sentidos (hacia abajo y hacia arriba). También exige prioridad la modernización del sistema de información sobre los recursos forestales.

Fomento de los recursos humanos. Es indispensable una importante inversión en el establecimiento de centros de formación y capacitación forestales que permitan conseguir una mejora a la vez cuantitativa y cualitativa.

Medidas particularmente importantes son la ampliación de los programas de estudio de modo que incorporen las ciencias sociales, y crear un mecanismo para que el personal, tanto profesional como técnico, pueda poner al día periódicamente su caudal de conocimientos forestales.

Aumentar la capacidad de investigación. Hace falta definir claramente, en los planos nacional y regional, las prioridades para la investigación. También es preciso dar preferencia al fortalecimiento de las instituciones existentes, garantizándoles finanzas a largo plazo, a la adopción de un sistema de gestión que equilibre flexibilidad con responsabilidad social, y a aprovechar y mejorar el caudal de conocimientos locales.

Intensificar la participación popular. Hay que hacer hincapié en que el proceso de extensión promueva la comunicación en ambos sentidos y favorezca la participación activa de los campesinos. También para el seguimiento y evaluación conviene hacer participar a la población local. Y la extensión forestal debe integrarse con los demás sistemas de extensión, y particularmente con el de extensión agrícola, para que sus efectos sean máximos.

Mucho se puede hacer para una más eficaz cooperación regional y subregional, sobre todo en materia de enseñanza, capacitación e investigación forestales; se lograría esa cooperación creando para ello redes regionales y subregionales.

CONCLUSION

El PAFT significa esencialmente propósitos de acción en el plano nacional, con una cooperación técnica complementaria entre los distintos países, sobre todo de la región de Asia y el Pacífico. Los esfuerzos realizados en el pasado han reportado una experiencia muy valiosa para resolver distintos aspectos del problema que significa el aprovechamiento sostenido de los montes. La región tiene, por consiguiente, la ventaja de contar con un caudal de conocimientos indígenas en casi todas las áreas prioritarias que se han citado en este artículo. Las lecciones aprendidas y los conocimientos existentes deben ser base para la colaboración activa en los planos tanto regional como subregional.

Convendría especialmente contar con cooperación técnica para la ordenación de las cuencas hidrográficas y para el desarrollo de las instituciones, sobre todo por lo que hace a investigación, enseñanza y capacitación. Una bien meditada estrategia con el debido apoyo de organizaciones bilaterales y multilaterales contribuirá a acelerar el ritmo de aplicación del PAFT, intensificando así las ya multifacéticas aportaciones de los bosques al desarrollo de los países de la región de Asia y el Pacífico.


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