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Las ONG, la mujer y las actividades forestales en Africa

P.J. Williams

Paula J. Williams es una socióloga especializada en cuestiones forestales que lleva nueve años trabajandos en el Africa subsahariana. Ahora está en Zanzíbar, República Unida de Tanzanía. La Dra. Williams coordinó el Proyecto sobre la Mujer la Silvicultura al que se hace referencia en este artículo.

En toda Africa las mujeres desempeñan gran parte de las labores agrícolas, recogen la leña y procuran el agua para usos domésticos, y además administran activamente los recursos naturales. En el curso de los últimos 20 años los especialistas en desarrollo forestal han dado importancia creciente a la función que desempeña la mujer en la gestión de los recursos forestales y naturales en general. Muchas actividades forestales comunitarias y agrosilvícolas han reconocido su valor y se ha buscado promover su participación. Las ONG han sido particularmente activas en el trabajo con mujeres.

Este artículo se concentra en algunos de los asuntos más importantes en la relación entre las mujeres, las ONG y las actividades forestales en Africa. Cita principalmente material de un proyecto sobre participación de las mujeres en actividades forestales en Africa, en adelante denominado Proyecto sobre la Mujer y la Silvicultura, que abarca varios proyectos forestales y dos reuniones de ONG (véase el recuadro). El artículo examina la participación de la mujer en las actividades forestales y lo que tiende a limitarlas, y discute el papel de las ONG que trabajan con mujeres en la gestión de los recursos forestales.

LA MUJER Y LA SILVICULTURA EN AFRICA

En toda Africa las mujeres participan en una amplia gama de actividades relacionadas con el bosque, tanto espontáneas como originadas por proyectos y programas de desarrollo. En realidad, si se exceptúan la producción de madera industrial y de carbón, las mujeres son las principales protagonistas de actividades relacionadas con la gestión y el aprovechamiento de los recursos forestales. Particularmente importantes son la recolección de leña para energía doméstica, de frutas, hojas, gomas y productos medicinales tanto para consumo doméstico como para su venta en los mercados locales. La participación de la mujer en actividades relacionadas con la producción y difusión de fogones modernos, con la agrosilvicultura, con viveros y con horticultura, está también muy bien documentada (Abega, 1991; FAO, 1985a; FAO, 1985b; FAO/ASDI, 1988; Gumbo, Maramba y Mukamuri, 1989).

En Africa, las mujeres participan en una multitud de actividades relacionadas con el bosque; el aprovisionamiento de leña para sus hogares es una tarea particularmente importante

El Proyecto sobre la Mujer y la Silvicultura

Aprovechando la experiencia sobre participación de la mujer en actividades forestales obtenido por la FAO, el Banco Mundial y el Centro de Enlace para el Medio Ambiente (CEMA), se inició el Proyecto sobre la Mujer y la Silvicultura, para documentar y difundir ampliamente información sobre la participación de la mujer en actividades forestales en Africa, sobre las limitaciones con que se tropieza para extender esa participación y sobre estrategias aptas para vencer esos obstáculos. Proporcionaron fondos para el Proyecto el Programa Bosques, Arboles y Comunidades Rurales de la FAO, el Banco Mundial, el Instituto Mundial sobre Recursos (WRI),el CEMA, la Red Africana para el Desarrollo Integrado (RADI), la Fundación Ford, el Instituto de Asuntos Mundiales Contemporáneos (ICWA) y la Fundación de Servicios Generales.

Un grupo de investigadores, la mayor parte de ellos mujeres de Africa, llevó a cabo los estudios. Cinco de estos grupos sirvieron para documentar proyectos de ONG en Kenya (Chavangi, 1988), Sudán (Furfey y Osheik, 1990), Camerún (Abega, 1991), Zimbabwe (Gumbo, Maramba y Mukamuri, 1989) y Botswana (Walker, 1990). En el seminario se discutió también sobre un proyecto de ONG en Somalia (Lewis, 1991). También se examinaron tres casos de proyectos forestales bilaterales en la República Unida de Tanzania (Khatibu y Suleiman, 1991), Senegal (Niang, 1992) y Malí (Diarra y Berthé, 1991).

En colaboración con CEMA y RADI, el Proyecto realizó dos reuniones de ONG e investigadores. La primera reunión, celebrada en Nairobi en enero de 1990, examinó los informes de los diferentes casos, discutió los problemas, y planeó un seminario de mayor envergadura. La segunda reunión fue un seminario bilingüe de ONG y se celebró en M'Bour, Senegal, en octubre de 1990. Asistieron 35 participantes de Sudán, Kenya, Tanzania, Zimbabwe, Namibia, Malí, Benin, Burkina Faso, Senegal y Ghana. Se presentaron siete proyectos de los cuales se visitaron tres. Los participantes determinaron cuales eran los principales problemas, estrategias y lecciones de cada caso y recomendaron la manera de intensificar las actividades en curso.

Sobre la base de aquellos casos y del seminario, CEMA está preparando un documento de política y una guía para ONG, que serán publicadas en inglés y en francés. Los resultados de algunos de los estudios han sido ya resumidos (Williams, 1991a; 1991b), y ahora se procura publicar los estudios de casos.

Todas esas actividades revelaron ideas comunes sobre el desarrollo, la silvicultura y las mujeres en Africa. Sugieren la necesidad de que las ONG cuenten con estrategias más amplias que van fuera de los límites de un simple proyecto forestal.

IDEAS SOBRE EL DESARROLLO

Los participantes en el seminario coincidieron en que el desarrollo debe ser centrado en la gente y sostenible. El desarrollo tiene que ser un proceso participatorio de abajo hacia arriba. La mujer tiene que participar no sólo como mano de obra de las actividades forestales, sino también en la toma de decisiones y en la administración de los recursos. Por lo que respecta a la participación de la mujer en actividades de desarrollo de recursos naturales, lo más importante es su acceso a los recursos naturales y al control sobre los mismos. En las discusiones se puso de manifiesto la importancia de dos tipos principales de recursos: tierra, árboles y otros recursos naturales; información y conocimientos. Es fundamental ampliar los conocimientos de las mujeres y su experiencia administrativa para su propio mejoramiento. Este punto de vista sobre el desarrollo es ampliamente apoyado por muchas ONG africanas.

IDEAS SOBRE LA SILVICULTURA

Por lo general las discusiones sobre participación popular en actividades forestales giran en torno a los temas de silvicultura comunitaria, o agrosilvicultura. Los participantes en el seminario hicieron resaltar tres aspectos: el primero, la necesidad de ponderar más cuidadosamente si las mujeres y otros participantes se benefician realmente de su participación en las actividades forestales y de plantación de árboles. Los participantes ¿retienen o ganan acceso a los recursos? Segundo, la necesidad de concentrarse más en generación de ingresos y otros beneficios inmediatos. Aunque las mujeres pueden aportar mano de obra voluntaria para las actividades de rehabilitación ambiental, también necesitan algún ingreso. Es típico que los proyectos forestales ofrezcan empleo asalariado a los hambres, pero que esperen trabajo voluntario gratis de las mujeres. Tercero, la necesidad de ensanchar la silvicultura comunitaria para que abarque la silvicultura comercial. En muchos países de Africa las actividades forestales comunitarias abarcan sólo una mínima parte del sector forestal. Para entender el uso que hace el ser humano de los árboles y para determinar si la silvicultura responde a las necesidades populares debemos considerar toda la orientación y financiamiento de las actividades forestales y el papel respectivo de los gobiernos y las ONG.

En toda Africa hace falta capacitar a muchas mujeres en actividades forestales y en recursos naturales para intensificar su participación a todos los niveles, desde el aldeano hasta el de política internacional (Williams, 1989a). Las ONG juegan un papel vital en la capacitación de extensionistas y participantes rurales. También pueden influir en los gobiernos para que cambien la enseñanza profesional y técnica del personal forestal de manera que tome más en cuenta a la gente con que trabaja.

IDEAS SOBRE LA MUJER

Las mujeres son una clave del desarrollo de Africa y de los recursos africanos. Es vital para el desarrollo forestal sostenible facultarlas para el uso, gestión y control de los recursos. Muchas ONG han tomado la iniciativa de llevar a cabo sus actividades forestales con mujeres para obtener ese resultado.

Que la mujer participe no quiere decir que se excluya a los hombres. Según sea la situación cultural y social, y dependiendo de la actividad particular de que se trate, los hombres y las mujeres pueden, y muchas veces deben, trabajar juntos en los grupos comunitarios.

El elemento más importante en la participación de las mujeres en actividades forestales no es el árbol sino la mujer. La principal finalidad de dar realce a la participación de la mujer en actividades forestales es mejorar su nivel de vida . La mujer misma tiene que decidir cuáles son sus necesidades, prioridades y posibilidades de acción. Los funcionarios del gobierno y los dirigentes de las ONG pueden ayudar concretamente a las mujeres a tomar las debidas decisiones en materia de manejo de recursos.

El Green Belt Movement, patrocinado por el Consejo Nacional de Mujeres de Kenya, contribuye a superar los obstáculos que limitan la participación de la mujer en actividades de plantación de árboles

Aunque menos estudiados en el contexto africano, hay ejemplos de participación de la mujer en actividades de conservación de suelos y aguas, así como de ordenación de cuencas hidrográficas (Cabo Verde, Burkina Faso, Senegal y Sudán); por ejemplo, en un proyecto para el control de la erosión en Noogo Yatenga, Burkina Faso, el 75 por ciento de la mano de obra fue femenina.

Obstáculos a la participación de la mujer en la silvicultura

Hay una serie de obstáculos que limitan la plena participación de la mujer en las actividades forestales. Algunos de los que han sobresalido en los estudios realizados (FAO, 1989) y en las discusiones celebradas en el marco del Proyecto sobre la Mujer y la Silvicultura son:

· (imitación del acceso a los procesos productivos y, en particular, a los derechos de tenencia de la tierra y de los árboles;

· escasa libertad de movimiento como producto de las responsabilidades del hogar y de las costumbres ancestrales;

· falta de tiempo debido a otras responsabilidades;

· oportunidades limitadas de información, capacitación, educación, canales de crédito y comercialización, etc.

Tenencia de la tierra. De todos esos obstáculos, los más importantes son los relacionados con la tenencia de la tierra. En muchos países de Africa, programas recientes de reforma agraria han asignado a hombres, en su calidad de cabezas de familia, tierra tradicionalmente manejada por mujeres, retirándolas del proceso de toma de decisiones. En Burkina Faso, por ejemplo, las mujeres perdieron una valiosa fuente de aprovisionamiento de nueces, que recogían tradicionalmente para consumo y venta, cuando las tierras comunales fueron despejadas de arbustos con el fin de establecer plantaciones de árboles de rápido crecimiento. En una hambre región de Kenya no se suele dejar que las mujeres planten árboles porque cuando se plantan árboles, según la tradición, se crean derechos de propiedad de la tierra que los hombres temen perder.

La Mujer y la Silvicultura:
éxitos de las ONG

Programa de fomento de la leña en Kenya occidental

En esta parte de Kenya hay una gran escasez leña a pesar de lo cual se prohibe a las mujeres por tradición encargadas del abastecimiento familiar de leña - plantar árboles porque éstos confieren la propiedad de la cera. Con el fin de superar este obstáculo, introdujo la plantación de especies exóticas polivalentes de crecimiento rápido que D están sujetas a ningún tabú cultural. Las estrategias de comunicación adoptadas para i comunidad en su conjunto - esencial ya que el factor clave era lograr el consentimiento del hombre - terrateniente - tenían la nulidad de provocar la discusión acerca el bosque y los árboles. Se recurrió al teatro, videopelículas y tiras cómicas para alcanzar sensibilizar a los miembros de la Comunidad (Chavangi, 1988)

Las ONG han ideado maneras de cambiar las costumbres que podrían restringir/as actividades femeninas fuera del hogar o en compañía del

Falta de libertad de movimiento y de tiempo. En varias culturas africanas las mujeres viven estrechamente vinculadas al hogar, ya sea por costumbre que por las responsabilidades familiares. Las actividades forestales que exigen viajar suelen excluir a las mujeres por ese motivo. No sólo les falta libertad de movimiento, sino también tiempo. En casi toda Africa a los hombres corresponde despejar y acondicionar la tierra, mientras que para todas las demás actividades -cuidado y alimentación de la familia, transformación, almacenamiento y venta de productos agrícolas, cría y uso de animales domésticos, etc.- la responsabilidad recae por igual, y en muchos casos casi por entero, sobre las mujeres. Las actividades forestales que tiendan a darles más trabajo sin reportarles beneficios que les permitan reducirlo por otro lado, no resultan aceptables.

Información, capacitación, educación. Muchas de las formas actuales de divulgar información técnica no pueden ser bien aprovechadas por la mujer. Por ejemplo, las reuniones o explicaciones de los extensionistas, hechas en el curso del día, a menudo entran en conflicto con los deberes del hogar. Además, los extensionistas e instructores son hombres, que podrían ser poco sensibles a las prioridades de la mujer y puede ser que las costumbres no les permiten reunirse con mujeres. Con frecuencia, los extensionistas no saben hablar los dialectos locales, lo que constituye un problema adicional para las mujeres, pues su nivel de instrucción suele ser inferior al de los hombres.

La Mujer y la Silvicultura:
éxitos de las ONG

Proyecto de silvicultura comunitaria SOS Sahel en el arte del Sudán

El objetivo de este proyecto es combatir la desertificación creando para ello viveros, plantaciones de madera para leña y cinturas rompevientos. Dado que no se permite a las mujeres mezclarse libremente con los hombres fuera de los límites de su hogar, el Proyecto capacitó a jóvenes locales para fue actuaran como asistentes forestales ante las mujeres del lugar. Además, se separó una parte de la parcela dedicada a producir ña para uso de las mujeres. Las dificultades relacionadas con la limitación de movimientos se superaron promoviendo la plantación de viveros domésticos. En 1988, más e 2 000 mujeres en 18 aldeas habían plantado árboles en viveros domésticos. Es digno e especial mención el hecho de que concentrándose en resolver problemas de la mujer e resolvieron muchos problemas comunes también a los hombres. Por ejemplo, el problema de los danos causados por los insectos particularmente por las termitas) fue resuelto por las mujeres poniendo hojas de margosa (Azadirachta indica) cerca de los semilleros, cosa más segura que los plaguicidas comerciales, a la vez que más económica. Para 1990 el proyecto trabajaba con mujeres en 29 aldeas. Cuenta con un aren programa de extensión que utiliza funciones con marionetas. (Williams, 1987; Furfey y Osheik, 1990; El Amin, 1990).

Otra importante dificultad es la falta de acceso al crédito. Por la falta de libertad de movimiento y de acceso a la información, las mujeres no están adecuadamente informadas sobre los requisitos necesarios para obtenerlo. Incluso cuando saben que hay programas de crédito, muchas veces no pueden conseguirlo por no tener bienes raíces o alguna otra forma de garantía.

POSIBILIDADES DE LAS ONG PARA FACILITAR LA PARTICIPACION DE LA MUJER EN LAS ACTIVIDADES FORESTALES

En Africa hay una amplia gama de ONG que se interesan activamente por los asuntos forestales, incluyendo pequeñas organizaciones de base, organizaciones nacionales e internacionales, ONG interesadas en el desarrollo y el medio ambiente, y ONG consagradas a la investigación. Existen numerosos directorios y listas que elencan las ONG africanas con actividades relacionadas con el medio ambiente y la gestión de los recursos naturales, por ejemplo la publicación A Directory of NGOs in the Forestry Sector. Second Africa edition, publicado en 1987 por la International Tree Project Clearing-house contiene una lista de 210 ONG africanas que en aquel año participaban en actividades forestales, y no cabe duda que su número debe haber aumentado en los últimos cinco años.

Con frecuencia las mujeres son más eficaces que los hambres como agentes extensionistas

La participación de ONG en actividades de desarrollo en general y forestales en particular es muy diversa. En algunos países africanos, Senegal y Kenya, por ejemplo, el sector de las ONG está bastante desarrollado. En algunos casos los gobiernos y las ONG trabajan en muy estrecha colaboración; por ejemplo, el gobierno puede prestar ingenieros forestales a proyectos forestales llevados a cabo por ONG. En otros países, la participación de las ONG es reducida o reciente, pues los funcionarios gubernamentales parecen desconfiar de las ONG, considerándolas contrarias al gobierno, y en consecuencia tratan de controlar o limitar sus actividades.

La Mujer y la Silvicultura: éxitos de las ONG

Proyecto del sur de Zimbabwe sobre gestión comunitaria de los bosques indígenas de Chivi-Zvishavane (ENDA)

El proyecto emplea hombres y mujeres en 38 aldeas y lleva a cabo actividades de rehabilitación del medio ambiente y gestión de bosques indígenas. Poniendo particular interés por alcanzar a las mujeres, los extensionistas del proyecto tuvieron que vencer prejuicios de los hambres de los comités de desarrollo aldeano. Aunque el proyecto no estaba especialmente dirigido a las mujeres, éstas han hecho la mayor parte del trabajo de establecimiento de las plantaciones (Gumbo, Maramba y Mukamuri, 1989).

Proyecto hortícola de Tlhareseleele, en el sur de Botswana

Este proyecto está a cargo de una pequeña cooperativa aldeana que cuenta con 13 miembros femeninos y dos masculinos. La cooperativa está cultivando árboles para madera y para fruta, así como hortalizas. Los miembros ganan dinero y pueden comprar frotas y verduras de la cooperativa a mitad de precio. Al constituirse en cooperativa, el grupo ganó acceso a recursos de tierras y aguas que no se le hubieran concedido a personas particulares y sobre todo a mujeres. La estructura cooperativa también permite al grupo una mayor flexibilidad en sus decisiones sobre la producción que la que tienen los comités de fomento aldeano (Williams, 1989b; Walker, 1990). Iniciativas análogas están siendo lanzadas en otras muchas comunidades.

Algunas ONG femeninas africanas han participado muy activamente en programas forestales, como por ejemplo, el Green Belt Movement del Consejo Nacional de Mujeres del Kenya, o las actividades de reforestación iniciadas en Zimbabwe por la Asociación de Clubes Femeninos. El Programa Conjunto de Ambiente y Energía de Uganda tiene un programa especial para actividades femeninas y muchas otras ONG trabajan con mujeres como parte de sus programas de desarrollo rural. La mayor parte de las ONG africanas interesadas en asuntos ambientales está dirigida por hombres, pero cada día es más frecuente encontrar mujeres en puestos directivos.

A pesar de su diversidad, en muchos casos las ONG tienen considerables medios para superar los citados obstáculos facilitando así la participación de las mujeres en las actividades forestales y la gestión de los recursos naturales. En los párrafos subsiguientes (cf. Pandey, 1991) se examinan los puntos fuertes y las debilidades de las ONG en el contexto de los programas forestales en Africa y se muestran estudios en que las ONG han tenido éxito en la superación de las dificultades citadas (véanse los recuadros).

Los ejemplos positivos que figuran en la sección siguiente no deben ser interpretados como sanción de la idea de que la participación de las ONG es el único modo de promover la participación de la mujer en las actividades forestales. Aunque la fuerza de las ONG reside en que trabajan con gente del lugar, particularmente con mujeres, lo cierto es que también tienen limitaciones. En Africa muchas ONG existen desde hace relativamente poco tiempo y tienen poca experiencia. Casi todas tropiezan con dificultades orgánicas, institucionales o financieras y tienen conocimientos limitados acerca de las labores forestales y de los problemas de los recursos naturales. Esas limitaciones - que requerirían un estudio más a fondo - deberán ser tenidas siempre en cuenta al analizar la función y la potencialidad de cada ONG en actividades forestales concretas.

Contactos con campesinos

Muchas ONG tienen extensionistas que viven en comunidades rurales, hablan e] idioma local y comparten las inquietudes locales. Esta ventaja puede ser particularmente importante para con las mujeres del campo, las cuales pueden no habla, más que dialectos locales.

En el norte del Camerún, por ejemplo CARE Internacional trabaja con mujeres en 18 aldeas. Solamente el 4 por ciento de las participantes en el proyecto hablar francés. Por su parte, las extensionistas del proyecto hablan los dialectos locales -mafa, kapsiki y fulfudé- además de] francés. Una de estas extensionistas, Dolores Doukoya, refiere que su capacitación en extensión rural «hubiera sido un fracaso total si no hubiera conseguido adaptar el mensaje que debe transmitir el proyecto a un idioma más accesible a la; mujeres del campo» (Abega, 1991).

Para trabajar con las mujeres, el personal de las ONG suele empezar entablando contacto con las autoridades de una aldea, incluyendo líderes femeninos. Después, toman contacto con las mujeres de la aldea, ya sea individualmente, que E través de reuniones de grupos. Unas veces aprovechan los grupos ya constituí dos localmente y otras veces forman un nuevo grupo o comité especialmente dedicado a actividades forestales.

En Louly Bentange, Senegal, una extensionista de la Red Africana para e; Desarrollo Integrado enseñó a algunas mujeres a construir sus propios fogones de tipo mejorado. Estos fogones ahorrar combustible y tiempo y reducen el peligro de que los niños se quemen accidentalmente. Una vez que las aldeanas dominaban los conocimientos necesarios, eran capaces de continuar la fabricación por su cuenta y la extensionista se trasladaba entonces a otra aldea.

La Mujer y lo Silvicultura: éxitos de las ONG:

Proyecto de empresas cooperativas femeninas de CARE Internacional en el norte del Camerún

Indició sus actividades como piloto de un proyecto agroforestal de mayor envergadura; en los dos primeros anos, mujeres extensionistas ayudaron a la población femenina de 18 aldeas a organizarse en cooperativas. Producían semillas de árboles frutales para la venta y actualmente están produciendo también hortalizas. Las mujer res están investigando la manera de diversificar ano más sus actividades (Williams, 1989c; Abega, 1991).

Proyecto Internacional de Silvicultura Comunitaria del Overseas Education Fund en el noroeste de Somalia

Entre 1987 y 1989 empleó refugiados y gente local en actividades de rehabilitación del medio ambiente. Fue la primera tentativa que se hacía en el país para emparejar la entidad nacional encargada de reforestación con la organización nacional de mujeres (Organización de Mujeres Democráticas de Somalia) para superar los prejuicios institucionales acerca del empleo de mujeres en silvicultura. Se organizó un programa de capacitación para enseñar a las mujeres de la Organización algunos conocimientos forestales básicos para que a su vez ellas pudieran capacitar a las campesinas locales. La mitad de los puestos asalariados se destinó a mujeres, se poso particular interés en el fomento de oficios y pequeños negocios. Las mujeres plantaron más de 100 000 árboles de sombra en torno a los campamentos de los refugiados. Un grupo femenino inició una plantación agroforestal destinada a la venta de hortalizas. Otro grupo estableció un vivero comercial de árboles forestales (Lewis, 1991).

El Programa de Fomento de la Leña de Kenya ha editado un folleto de dibujos cómicos para llamar la atención sobre la escasez de combustible (Palabras: «¡Heh, heh, agarraré un pedazo de silla! ¡Hay más de una manera de conseguir leña!»)

Flexibilidad en abordar el problema del desarrollo

El proyecto ENDA - Zimbabwe recurre a una gran variedad de procedimientos en su trabajo con los residentes en distintas comunidades. En algunas aldeas Medio Ambiente y Desarrollo del Tercer Mundo (ENDA) trabaja directamente con los hogares mientras que en otras hay ayudantes que trabajan con grupos ya existentes - religiosos, de jardinería - que expresan interés por la plantación de árboles. Aunque el proyecto no se concentra concretamente en promover la participación femenina, más de la mitad de los participantes son mujeres. Particularmente afectadas por la degradación del medio ambiente, las mujeres se sienten más motivadas para emprender actividades que la combatan (Gumbo, Maramba y Mukamuri, 1989).

Actividades integradas

Con frecuencia resulta más fácil a las ONG que a los gobiernos adoptar un pro cedimiento integrado (y no sectorial) para el desarrollo. Por ejemplo, con apoyo de un proyecto de silvicultura comunitaria de CARE Internacional en el norte del Camerún, las mujeres se organizaron en cooperativas para producir plantitas de árboles frutales y hortalizas. A medida que las cooperativas progresaban, las mujeres expresaron el deseo de emprender actividades no forestales. CARE las apoyó para iniciar el Proyecto de Empresas Cooperativas Femeninas que desarrolla actividades de perforación de pozos, y de salud y nutrición. Los pozos proporcionan agua para los viveros, y los elementos de salud y nutrición mejoran las posibilidades de que las mujeres participen en actividades forestales (Abega, 1991; Williams, 1989c).

Otro ejemplo de actividades de desarrollo integrado es la producción de materiales de extensión iniciado por el Programa de Fomento de la Leña en Kenya. El proyecto produjo una obra titulada «¿De qué forma la leña puede arruinar un hogar?» y la plasmó en un folleto de dibujos cómicos para presentarlo gráficamente en el idioma local. Aunque se concentraba en la leña, el folleto tocaba varias nociones afines y se hizo tan popular que finalmente fue editado también en inglés para emplearlo en la enseñanza de esta lengua en las escuelas locales (Noel Chavangi, comunicación personal, 1989).

Agentes de extensión forestal femeninos

La mayor parte de las ONG que tienen éxito con las mujeres, tienen extensionistas mujeres. Por ejemplo, las actividades de extensión rural del Programa de Fomento de la Leña en Kenya fueron dirigidas por una mujer; el Proyecto ENDA - Zimbabwe contrata localmente mujeres para que actúen como extensionistas; la cooperativa hortícola de Botswana recibe asistencia técnica de una mujer que es extensionista de la Asociación Forestal de Botswana, y la Red Africana para el Desarrollo Integral tiene extensionistas mujeres. Algunas ONG, tales como SOS Sahel en Sudán, CARE en Camerún y el Overseas Education Fund (OEF) en Somalia, han tenido considerable éxito en la formación de grupos de campesinas especialmente capacitadas para trabajar como extensionistas forestales.

A pesar de todos esos buenos ejemplos, en la mayor parte de los países africanos casi todos los agentes oficiales de extensión forestal son hombres, y existe una evidente resistencia a contratar mujeres, incluso a las que ya tienen considerable experiencia gracias a su trabajo previo con ONG; por ejemplo, el Proyecto Internacional de Silvicultura Comunitaria del OEF en la parte noroccidental de Somalia, que tenía mujeres a todos los niveles de administración, ejecución y capacitación, había adoptado estrategias especiales para vencer los prejuicios contra la participación de la mujer, ya sea como personal del proyecto que como beneficiaria. Una junta especialmente constituida garantizaba que el 50 por ciento de los puestos fuera asignado a mujeres (Lewis, 1991), sin embargo, cuando el proyecto terminó, ni el gobierno ni el nuevo proyecto que patrocinaron los donantes, contrataron a las mujeres extensionistas.

Complementar las actividades oficiales

Las ONG pueden complementar los enfoques oficiales sobre gestión, repoblación, investigación y políticas forestales. Algunas ONG, como por ejemplo el Consejo Nacional de Mujeres de Kenya (Green Belt Movement) y la Asociación de Clubes Femeninos de Zimbabwe, desempeñaron un papel fundamental al iniciarse las actividades nacionales de reforestación con participación local.

Las ONG de Energía y Ambiente de Kenya (KENGO) han promovido activamente la investigación de especies arbóreas indígenas y han incitado a los departamentos forestales del gobierno para que hagan otro tanto. La Asociación de Mujeres Africanas para la Investigación y el Desarrollo (AAWORD) concentra sus investigaciones en los temas sobre los recursos naturales que son prioritarios para las mujeres, creando contactos entre las mujeres campesinas y las investigadoras, a la vez que asesora a gobiernos y organizaciones multilaterales. Esta asociación organiza con regularidad reuniones, tanto a nivel nacional como internacional, y publica los resultados de sus investigaciones.

Intercambio de información y capacitación

Las ONG pueden desempeñar un papel esencial en el establecimiento de una red y en el intercambio de información. Por ejemplo, desde 1990, el Centro de Enlace para el Medio Ambiente (CEMA),

Kenya, ha estado llevando a cabo un proyecto de investigación sobre la mujer en la gestión del medio ambiente, mientras que su Red sobre la Mujer, el Medio Ambiente y el Desarrollo (WEDNET) publica un boletín -WEDNEWS- que proporciona información sobre la mujer en actividades ambientales y de investigación. La Red Africana de Mujeres en el Desarrollo y la Comunicación (FEMNET) publica un boletín y organiza periódicamente seminarios.

Las ONG también comparten información mediante seminarios, viajes de estudio y cursillos de capacitación. El Green Belt Movement, por ejemplo, ha organizado cursos de capacitación para mujeres de otros países africanos compartiendo así la experiencia obtenido en Kenya (Mathai, 1988). Muchas participantes en el seminario celebrado en el marco del Proyecto sobre la Mujer y la Silvicultura manifestaron particular interés por ideas prácticas aplicables a su propio trabajo. Por ejemplo, no más de tres días después de que acabara el seminario, la Presidenta del Grupo Femenino de Popenguine, Senegal, reunió a las mujeres de su propia aldea para discutir la posibilidad de construir fogones modernos basados en técnicas que acababa de aprender ella misma en el seminario.

CONCLUSION

La silvicultura, evidentemente, no se ocupa solamente de los árboles; por el contrario, aborda el aprovechamiento y manejo de los árboles de manera que satisfagan las necesidades humanas. Para que sean sostenibles, las actividades forestales -aun exigiendo una perspectiva a largo plazo- tienen que proporcionar beneficios inmediatos, sobre todo a nivel local. Además, esos beneficios inmediatos deben extenderse a todos los sectores de la población que tengan influencia sobre el uso, el aprovechamiento y el manejo de los recursos forestales. En Africa, al irse reconociendo la preponderancia que tienen las mujeres en el uso de los recursos forestales, se ha comprendido la necesidad de hacerlas participar más plenamente en las actividades de fomento forestal y, sobre todo, de garantizarles una parte equitativa de los beneficios correspondientes. Aunque no sean una panacea, las ONG han demostrado poseer facultades -tanto independientemente, como en colaboración con los gobiernos- para lograr que las mujeres participen y se beneficien de todas las fases de las actividades de desarrollo forestal.

Bibliografía

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