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Silvicultura urbana en Beijing

El presente artículo examina la estructura, condición y otros aspectos importantes de la ordenación de los bosques urbanos de Beijing, China.

Este artículo ha sido adaptado por S. Dembner, Redactor de Unasylva, basándose en material original proporcionado por Su Ming, Jefe Adjunto de la División de Programas Internacionales, Departamento de Relaciones Exteriores, Ministerio de Actividades Forestales de la República Popular de China, y por George Profous, Departamento de Conservación Ambiental del Estado de Nueva York.

Desde el establecimiento de la República Popular de China en 1949, el Gobierno ha dado la máxima prioridad a la forestación urbana. A principios del decenio de 1950, el Presidente Mao Zedong inició una campaña para promover el cultivo de árboles y flores en todo el país, campaña que obtuvo una calurosa respuesta, tanto por lo que respecta a las plantaciones planificadas como a las realizadas de forma espontánea, Por ejemplo, en esos años se construyeron, con la ayuda de especialistas soviéticos, numerosos bloques de casas, en su mayor parte de tres pisos y dispuestos en torno a jardines alineados con árboles. Sin embargo, se reconoció que sería necesario aplicar medidas e incentivos adicionales para que la actividad de plantación de árboles avanzara al mismo ritmo que el aumento de la población. Durante los dos últimos decenios se han aprobado numerosas medidas legislativas y diversas normativas referentes a la arboricultura, ya sea en general que en relación con las zonas urbanas.

En 1979, el Comité Central designó el 12 de marzo como fiesta nacional del árbol, y en 1981, el Quinto Congreso Nacional del Pueblo aprobó en su cuarta sesión la «Resolución sobre la realización de una campaña nacional de plantación voluntaria de árboles». Esta resolución, aún vigente, estipula que todos los ciudadanos sanos de entre 11 y 60 años deben plantar de tres a cinco árboles cada año, o realizar un volumen de trabajo equivalente en actividades relacionadas con el cultivo de plantones, el cuidado de árboles u otros servicios. En la documentación que apoyaba esta resolución se daban instrucciones para que se facilitaran a los comités locales de forestación las estadísticas de población que permitieran asignar las tareas. Además, se establecía que quienes no cumplieran con el trabajo que se les había encomendado, deberían compensarlo aportando una cantidad de dinero equivalente al valor del trabajo exigido o pagando multas muy elevadas. Por consiguiente, la campaña de plantación de árboles es obligatoria, y el término «voluntario» que aparece en la resolución se refiere al hecho de que quienes plantan los árboles hacen «voluntariamente» el trabajo. Se afirma que desde 1982 se plantan en China al menos 1000 millones de árboles cada año.

Una vista panorámica de Beijing, en la que se destaca la presencia relativamente densa de árboles

En 1982, las «Normas y reglamentos provisionales sobre la ordenación de los bosques y jardines de las ciudades» (documento del Ministerio de Construcción Urbana y Rural y de Protección del Medio Ambiente) determinaron que los árboles centenarios y los ejemplares raros de gran tamaño eran propiedad del Estado y que se debía documentar, señalar y proteger su existencia. Todas las zonas arboladas urbanas están ahora protegidas y se continúa plantando nuevos árboles para mantener el equilibrio ecológico, mejorar el medio ambiente y embellecer la ciudad. Para poder eliminar árboles es necesario obtener un permiso de la autoridad municipal competente.

En todas las grandes carreteras y avenidas de Beijing se encuentran hileras de árboles de por lo menos dos especies (en la foto se ven cuatro especies)

En el documento «Puntos de vista respecto a la necesidad de intensificar el cuidado de los árboles centenarios y de los ejemplares raros de gran tamaño de las ciudades y las zonas panorámicas», de 1982, el Ministerio de Construcción Urbana y Rural y de Protección del Medio Ambiente declara que esos árboles han sido dañados durante mucho tiempo porque no se les dispensaba la protección y el cuidado necesarios. El Ministerio propone definir mejor cuáles son los árboles centenarios y los ejemplares raros de gran tamaño, inventariarlos, conseguir la participación de expertos y del público en ese proceso, llevar a cabo acciones de protección, establecer nuevos incentivos y multas y educar a la población.

De un estudio realizado en 1991 en 439 ciudades se desprende que la superficie total de espacios verdes urbanos es de 380 000 hectáreas. Esto supone una media de 4,1 m2 per cápita, y una media de espacios verdes urbanas del 20,1 por ciento para el conjunto del país, aunque aproximadamente en un 40 por ciento de las ciudades la cubierta vegetal es superior al 30 por ciento.

Azufaifo común (Ziziphus jujuba) en un patio en el distrito de Haidia

La ciudad de Beijing

Beijing, situada en el extremo septentrional de la llanura del norte de China, está rodeada de montañas, que se elevan hasta unos 900 metros de altura. El clima es monzónico continental con inviernos fríos y secos (la temperatura media de enero es de 4,7 °C) y veranos cálidos y húmedos (la temperatura media de julio es de 26,1 °C). La zona metropolitana tiene una superficie de 16 800 km2 y más del 60 por ciento es terreno montañoso. La zona urbanizada central de la ciudad tiene una extensión de 400 km2 y forma parte de una zona administrativa más amplia de 750 km2, que cuenta con más de 9,2 millones de habitantes.

Beijing está enclavada en una zona de bosques tropófitos latifoliados, pero la corta exagerada que ha tenido lugar en toda China durante varios siglos ha determinado que la superficie forestal per cápita sea muy reducida. En 1949, la cubierta forestal de Beijing alcanzaba el 3,2 por ciento y la mayor parte de las superficies arboladas se encontraban en zonas próximas a los templos budistas y taoístas. Las restantes zonas arboladas hablan sido destruidas casi en su totalidad en el curso de los enfrentamientos con el ejército invasor japonés. Asimismo, durante el período de la Revolución Cultural (1965-1975) fue destruido o dañado un número muy elevado de árboles centenarios y de gran tamaño. De cualquier forma, en la zona metropolitana de Beijing se han localizado más de 40 000 árboles de más de 100 años de edad y algunos árboles de más de 1 000 años.

En el curso de la campaña «voluntaria» de plantación de árboles se ha plantado un gran número de árboles y arbustos - tal vez unos 500 millones (Oficina Forestal de Beijing, 1989)- de especies muy variadas, primero en Beijing y luego en los alrededores. El estudio realizado por Profous (1990) inventarió más de 90 especies diferentes en la zona metropolitana de Beijing. Se estableció que cuatro géneros (Populus, Sabina, Sophora y Robinia) abarcan el 55 por ciento del total de especies. El 24 por ciento está formado por e] olmo siberiano (Ulmus pumila), el gingko (Gingko biloba), el arce de Shantung (Acer truncatum), el árbol del cielo (Ailanthus altissima), Koelreuteria paniculata, el lila (Syringa spp.), el sauce de Pekín (Salix matsudana), el fresno (Fraxinus spp.), Paulownia spp., el pino (Pinus spp.), el árbol de la seda (Albizia julibrissin) y el sicomoro (Platanus orientalis y P. acerifolia). Los árboles frutales forman el 16 por ciento del bosque urbano de Beijing, siendo los más abundantes Ziziphus jujuba, Toona sinensis y Diospyros kaki. Las especies arbustivas ocupan el 18 por ciento de bosque urbano. En la actualidad, la cubierta vegetal de Beijing alcanza el 26 por ciento, aproximadamente 6 m2 por persona (Yu, comunicación personal).

Especies de árboles y arbustos y cantidades plantadas en el vivero de Tongbeiwan en 1989

ARBOLES

Ailanthus cv.

7 000

Pinus tabulaeformis

10 000

Ailanthus altissima

5 000

Populus tomentosa

15 000

Albizia julibrissin

10 000

Prunus cerasifera cv.

4 000

Buxus sinica

25 000

Robinia pseudoacacia

33 000

Buxus sinica cv.

5 000

Robinia cv.

12 000

Catalpa bungei

800

Sabina chinensis

20 000

Eucommia ulmoides

8 000

Sabinensis cv.

15 600

Euonymus alata

5 000

Salix babylonica

10 000

Euonymus alata cv.

500

Salix babylonica cv.

10 500

Fraxinus bungeana

10 000

Sophora japonica

10 000

Ginkgo biloba

3 000

Sophora cv.

2 300

Koelreuteria paniculata

10 000

Toona sinensis

1000

Maackia amurensis

100

Ulmus pumila cv.

1 000

Moras alba cv.

100

Xanthoceras sorbifolium

1 000

Paulownia elongata

5 000



ARBUSTOS

Berberis spp.

31 500

Prunus armeniaca

1 000

Clerodendrum trichotomum

1 000

Prunus armeniaca cv.

50 000

Cornus alba

2 000

Prunus cerasifera

500

Cotinus coggygria

3 000

Prunus cerasifera cv.

500

Ellicarpa japonica

3 000

Prunus mume

600

Forsythia suspensa

2 000

Prunus mume cv.

10 000

Hibiscus syriacus

12 000

Prunus persica cv.

13 000

Hibiscus spp.

3 000

Prunus spp.

15 200

Lagerstroemia indica

10 000

Rosa spp.

138 000

Lagerstroemia spp.

2 000

Rubus spp.

2 000

Ligustrum quihoui

2 000

Sorbaria sorbifolia

15 000

Lonicera maackium

15 000

Syringa spp.

2 200

Lycium chinensis

100

Syringa oblata

500

Malas spp.

3 000

Tamarix chinensis

1 000

Malas spectabiles

5 00

Wisteria sinensis

2 000

Philadelphus incanus

3 000

Ziziphus jujuba

20 000

Arboles en las calles

En 1982, Beijing tenía unos 64 000 km de calles con árboles dispuestos a escasa distancia unos de otros: tres a cuatro metros (Hill y Mahon, 1982). Una serie de razones culturales y prácticas explican por qué la distancia entre los árboles es tan reducida. Una de ellas es, sin duda, el mandato del Gobierno de aumentar rápidamente la cubierta vegetal. Además, al plantar los árboles muy cerca unos de otros, las raíces están a la sombra y la corteza y las copas están protegidas de las temperaturas extremas y del viento. Desde una perspectiva histórica, el origen de esa configuración remonta, al menos en parte, a las disposiciones dictadas por Kublai Khan en el siglo XIII para que se plantaran árboles, separados por una distancia de dos pasos, a ambos lados de todos los caminos públicos, de manera que proyectaran sombra e indicaran el camino durante las nieves del invierno. Este modelo es muy diferente del que predomina en Occidente, donde son las copas de los árboles las que determinan el efecto visual. En China, son los troncos los que dominan el panorama.

En todas las grandes vías de comunicación existen al menos dos especies arbóreas, frecuentemente en dos o más hileras, y en las grandes avenidas las fajas arbóreas son ano más anchas. En las principales vías que atraviesan la ciudad y en las carreteras que se alejan del centro metropolitano las fajas de árboles alcanzan los 30 metros de ancho. En los barrios extremos de la ciudad existen grupos de bosques concéntricos, aunque independientes entre sí, y en zonas próximas a la ciudad se han plantado más de 10 000 ha de bosques de protección que permiten reducir los efectos del viento y el polvo en la ciudad (Yu, comunicación personal).

Arboles frutales

El Departamento Forestal Municipal ha favorecido el cultivo de árboles frutales y de árboles productores de nueces. En las zonas inventariadas en el estudio de Profous (1990), los árboles frutales suponían más del 17 por ciento de la superficie arbórea total. En las zonas residenciales más antiguas de la ciudad, donde predominan las construcciones de un solo piso, el 23 por ciento de las especies arbóreas son árboles frutales y en algunos lugares el porcentaje llega a ser de hasta el 42 por ciento (p. ej., Hutung occidental). Existen más de 40 variedades de árboles frutales en la zona metropolitana.

Los árboles viejos e históricos están concentrados en los jardines y parques de palacios y templos. Esta robinia japonesa (Sophora japonica) dícese tener más de 1000 años de edad

Profous (1990) encontró que los árboles frutales más comunes eran el azufaifo (Ziziphus jujuba), Toona sinensis, el caqui (Dyospiros kaki), el granado (Punica granatum), el albaricoquero (Prunus armeniaca), el melocotonero (Prunus persica), el nogal (Juglans regia), el manzano (Malus spp.), la morera (Morus spp.), y el espino chino (Crataegus pinnatifida). Con raras excepciones, todos estos árboles se encuentran en los jardines de las casas residenciales o en sus proximidades; y con la excepción ocasional del nogal, no suelen plantarse en las calles. El gobierno municipal los suministra a los residentes que lo solicitan, cuando hay existencias, a través de viveros del Gobierno o privados, pero la plantación, cuidado y recolección corresponden a los residentes. Algunas especies de árboles frutales no sólo proporcionan alimentos sino que son valiosas por sus propiedades medicinales. Por ejemplo, el gingko (Gingko biloba) produce nueces comestibles y se utiliza también en el tratamiento de la tuberculosis. No obstante, está prohibido plantar en las calles el gingko productor de fruta (es decir, el árbol hembra) para evitar los problemas de suciedad y malos olores que puede provocar la fruta.

Arboles en los parques y en los templos y palacios

En Beijing, los árboles centenarios e históricos se hallan en los parques y en los jardines de los palacios y templos. El enebro chino (Sabina chinensis), el árbol de la vida (Platycladus orientalis) y el pino chino (Pinus tabulaeformis) son particularmente reverenciados por sus troncos erectos como símbolos de longevidad. Todos los parques de la zona de Beijing están cercados, es necesario pagar para entrar en ellos y sólo se admite el paso de peatones.

No obstante, la mayoría de los parques reciben muchos visitantes, por lo que en muchas zonas se produce compactación del suelo y destrucción de la vegetación del piso inferior, a pesar de que se realiza una intensa labor de mantenimiento. En el Templo del Cielo (construido hacia 1 400 -1 550 d.C.) muchos árboles de gran tamaño sufren la muerte regresiva de las copas y algunos parecen haber sufrido los efectos de los rayos. El Instituto de Ornamentación y Jardines de Beijing ha inventariado y etiquetado los árboles de 100 y más años de edad y aquellos que tienen una significación histórica especial. Se utilizan etiquetas verdes para los árboles que están en buenas condiciones y etiquetas rojas para aquellos que necesitan cuidados especiales. Se está tratando a algunos de estos últimos mediante aireación y fertilización del suelo para intentar detener su deterioro.

En el Palacio de Verano, situado a 10 km al noroeste de las antiguas puertas de la ciudad, hay amplias zonas de suelo de materiales duros y senderos fuertemente compactados en torno a los árboles viejos de los jardines y a los árboles más jóvenes de las colinas y claros del bosque. Se podría afirmar que la mayor parte de los árboles que se alinean a lo largo de los concurridos senderos no sobrevivirían si se plantaran en la actualidad.

Normativas y programas para proteger los árboles de las zonas urbanas

En las ciudades chinas toda la tierra es de propiedad pública, por lo que no existe distinción alguna entre espacios verdes públicos y privados. Sin embargo, la ausencia de propiedad privada de la tierra no parece influir ni en el grado de cumplimiento de las normas ni en los cuidados que reciben los árboles por parte de los residentes, que los aprecian y los tratan como si fueran suyos.

Arboles plantados para dar sombra a un mercado en el centro de Beijing

Desde hace mucho tiempo una serie de normas no oficiales prohiben (tanto a individuos privados como a los organismos administrativos locales) retirar o cortar cualquier árbol que haya llegado a ser «más alto que un edificio» o que tenga más de 100 años de edad, sin permiso del Departamento Forestal de Beijing y sin notificarlo al Instituto de Ornamentación y Jardines de Beijing. Este organismo tiene jurisdicción cuando se trata de retirar menos de diez árboles, pero cuando se trata de un número mayor es preciso contar, además, con la autorización de la administración municipal de ornamentación y jardines. En cualquier caso, para que se conceda el permiso es necesario que un árbol esté enfermo o haya sido dañado de tal forma que pueda provocar una situación de peligro. Una vez concedido el permiso, el ciudadano puede retirar el árbol personalmente o pagar al Instituto de Ornamentación y Jardines para que lo haga. Toda la madera debe ser entregada al Instituto, lo cual contribuye a evitar que se dañen los árboles deliberadamente. Aunque pocas veces es necesario imponerlas, están previstas multas muy elevadas por talar árboles sin permiso. Por ejemplo, la multa por cortar sin permiso un árbol de 10 cm de diámetro es de 300 a 500 Yuan (el salario mínimo mensual es de 150 Yuan, 33 dólares).

En cada distrito de la ciudad hay una Oficina de Plantación que se encarga del mantenimiento de los árboles. También estas oficinas necesitan permiso de la Oficina Central de Plantación para retirar, cortar y podar los árboles. Las calles pequeñas son responsabilidad de las oficinas locales y la Oficina de Parques de la ciudad se encarga de las avenidas más amplias. Las decisiones respecto a las especies que hay que plantar corresponden a la Oficina de Plantación de la ciudad, que lleva a cabo las consultas pertinentes con las oficinas de distrito y con el Instituto de Ornamentación y Jardines.

Producción en viveros

El Instituto de Ornamentación y Jardines de Beijing cuenta con cuatro grandes viveros con una superficie total de aproximadamente 670 ha. Existen otros viveros en la zona de Beijing, con una superficie total de 335 ha, cuya explotación está a cargo de los Ministerios de Silvicultura y Agricultura. También existen viveros privados que producen material de plantación para las zonas urbanas y para la reforestación de zonas montañosas. Los agricultores prefieren vender su producción al Instituto de Ornamentación y Jardines de Beijing, que paga un precio proporcionalmente más alto por los árboles utilizados en los trabajos de forestación urbana. En las plantaciones ornamentales urbanas se utilizan plantas de aproximadamente 3 cm de diámetro (seis a ocho años de edad) que es la norma aceptada internacionalmente. Los setos, o «vallas verdes», que se utilizan profusamente en los jardines, zonas de división y en las avenidas como línea de separación del tráfico, tienen cuatro o cinco años de edad cuando se trasplantan. Los plantones utilizados para la forestación de las laderas se plantan cuando tienen de dos a tres años de edad.

El vivero de Tongbeiwan, situado cerca del parque Ziangshan, es uno de los cuatro grandes viveros que tiene a su cargo el Instituto de Ornamentación y Jardines. Este vivero produce más de 180 especies de coníferas, árboles caducifolios y arbustos, árboles frutales, injertos, vid y flores en sus 155 ha de superficie. En 1989, cultivaba una media de 24 000 plantas por hectárea. Los plantones se entregan a mediados de marzo o en octubre, según las especies, en respuesta a la solicitud de las oficinas de plantación de distrito. Dado que las especies que se plantan un año determinado reflejan las peticiones de las oficinas de plantación de distrito, se puede considerar que hasta cierto punto expresan las preferencias del público (véase en la página 15 el recuadro para las especies y cantidades plantadas en 1989).

Conclusión

El programa de forestación urbana de China ha avanzado considerablemente en el curso del último decenio. En muchas ciudades se han conseguido extraordinarias mejoras en el medio en el que se desarrollan la producción y la subsistencia humana. Por ejemplo, en Beijing la cubierta vegetal alcanza ahora el 28 por ciento, en comparación con el 3,2 por ciento de 1949. Sin embargo, en muchas ciudades de China hay todavía grandes extensiones que han de ser aforestadas, e incluso en aquellas ciudades donde la cubierta arbórea es importante es mucho todavía lo que se puede mejorar. Para acelerar la forestación urbana y aumentar la cubierta vegetal en el territorio nacional, el Gobierno chino ha establecido un Comité de científicos especializados para que elaboren un «Compendio del Plan de Forestación Nacional 1989-2000», en el que se determinen los objetivos, el marco general, las prioridades y un plan de trabajo detallado para los esfuerzos de forestación hasta fin de siglo.

Bibliografía

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Hill, J. y Mahon, C. 1982. China's street trees. Places, 3(3): 70-72.

Hook, B. ed. 1982. The Cambridge Encyclopaedia of China. Cambridge, Cambridge University Press.

Oficina Forestal de Beijing. 1989. Beijing Linye Jianshe (Construcción de la silvicultura en Beijing). Beijing (en chino).

Profous, G. 1990. Report: The structure and management of the urban forest in Beijing, the People's Republic of China. Syracuse, Nueva York, Estación Forestal Experimental del Nordeste, Servicio Forestal del USDA.

Richardson, S.D. 1990. Forests and forestry in China: changing patterns in resource development. Washington, D.C., Island Press.

Wang, C.W. 1961. The forests of China, with a survey of grassland and desert vegetation. Cambridge, Maria Moors Cabot Foundation.

Xu, L.A. 1989. Forêts et foresterie en Chine. Revue Forestière Française, 61: 353- 359.


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