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Capitulo 1
Introducción

Dos son los procedimientos por los que un piscicultor puede aumentar la producción de peces: el primero consiste en incrementar el tamaño de la piscifactoría, y el segundo en aumentar el rendimiento, es decir, el peso de los peces producidos en cada estanque. Con frecuencia, es imposible aplicar el primero de los procedimientos citados, ya sea porque no existe tierra disponible, porque es exageradamente costosa o porque la tierra que puede utilizarse o el abastecimiento de agua de que se dispone son tan insuficientes que harían que los costos de producción fueran mayores que el valor de la cosecha. Pero aunque el piscicultor pueda disponer de nuevas tierras, muchas veces es importante aumentar la eficiencia productiva y obtener mayores rendimientos (kg/ha). Existen dos formas de aumentar los rendimientos: la primera consiste en modificar determinados aspectos ambientales, como incrementar el uso de cal, fertilizantes y piensos y/o mejorar la calidad del agua. La segunda es producir peces mejorados genéticamente. Si se conjugan los dos procedimientos, los rendimientos pueden aumentar de forma espectacular.

Para conseguir una población íctica mejorada pueden utilizarse diversos programas de cría. La cría selectiva y el cruzamiento (conocido también como “hibridación”) son los sistemas tradicionales que han utilizado los agricultores durante miles de años y que les han permitido mejorar los principales cultivos y el ganado. Con frecuencia, en los programas de cruce se combina la endogamia con la hibridación para conseguir mejores resultados. Recientemente, se han comenzado a utilizar tres sistemas adicionales: la manipulación cromosómica, la producción de reproductores de sexo revertido y la ingeniería genética.

Aunque hace ya miles de años que los agricultores utilizan programas de cría para el ganado, los piscicultores apenas están comenzando a aplicar la selección, la hibridación y otros sistemas de cría para mejorar las especies de peces cultivadas para fines alimentarios. Aunque ya se han conseguido algunos progresos, son muchos, todavía, los piscicultores que cultivan peces silvestres no mejorados.

La cría selectiva es un sistema para mejorar el valor reproductor de la población, seleccionando y apareando únicamente los peces mejores (los de mayor tamaño y peso, los que poseen el color deseado, etc.) con la esperanza de que los reproductores seleccionados transmitan a su descendencia la superioridad que poseen. Si tal cosa ocurre, la generación siguiente será más valiosa porque los peces crecerán más deprisa (lo que permitirá aumentar los rendimientos), o mejor (lo cual reducirá el costo de su alimentación), o porque todos los peces tendrán un color corporal más apreciado, que aumentará su valor comercial.

El cruzamiento es un sistema de cría cuya finalidad es encontrar combinaciones de apareamiento entre diferentes poblaciones de peces para conseguir una descendencia superior en cuanto al crecimiento y de la que se dice que posee vigor híbrido. Aunque el cruzamiento es un método experimentado y eficaz de incrementar el rendimiento, es imposible prever sus resultados (salvo en el caso de que los apareamientos ya se hayan experimentado con anterioridad), por lo cual conseguir una descendencia superior es, en buena medida, fruto del azar. En muchos casos, se han de evaluar numerosas combinaciones antes de descubrir aquella que permitirá conseguir descendientes con vigor híbrido. Por lo general, los programas de cruce se aplican a estirpes diferentes dentro de una misma especie (hibridación intraespecífica), pero también pueden tener lugar entre especies distintas (hibridación interespecífica). Hasta el momento presente, la actividad de cría en el sector de la piscicultura se ha centrado en la hibridación de especies diferentes de tilapia para conseguir una población híbrida monosexual de machos a efectos del crecimiento.

En general, el cruzamiento se utilizan para obtener peces superiores desde el punto de vista del crecimiento (peces de producción) y la selección para conseguir peces reproductores superiores. Normalmente, los híbridos que se obtienen en un programa de cruzamiento se cultivan y se venden como alimento. Es raro que el piscicultor conserve los híbridos para que engendren una nueva generación de peces de producción. En cambio, la obtención de reproductores en un programa de cría selectiva tiene como única finalidad originar la siguiente generación de peces de producción cuya descendencia conservará y seleccionará, a su vez para continuar el proceso.

En los últimos años, la investigación biotecnológíca ha desarrollado tres nuevos programas de cría que pueden incrementar los rendimientos. En el ámbito de la piscicultura, uno de los más comunes es la producción de reproductores de sexo revertido para originar poblaciones monosexuales con miras al crecimiento. Esto se hace porque uno de los sexos es superior o más conveniente que el otro, o para impedir la reproducción durante el período de crecimiento. Por ejemplo, el esturión hembra es más valioso que el macho porque produce caviar; el salmón hembra es más valioso que el macho porque los machos, que presentan precocidad sexual, mueren antes de que puedan ser capturados; la tilapia macho es más apetecida que la hembra porque crece dos veces más deprisa. En el cultivo de la tilapia, el principal objetivo es impedir la reproducción durante la fase de crecimiento y para ello se produce una población monosexual de machos.

Para obtener una población de reproductores de sexo revertido se administran estrógenos o andrógenos (hormonas sexuales) a alevines sexualmente indiferenciados con el fin de modificar su sexo. Los peces con reversión sexual son individuos que, fenotípicamente tienen un sexo y genéticamente el sexo contrario. Si la reversión sexual se realiza adecuadamente, estos peces son capaces de producir poblaciones monosexuales. El tipo de hormona utilizada (estrógenos o andrógenos) para conseguir hembras o machos revertidos, respectivamente, depende del sistema de determinación del sexo de la especie y de si se quiere conseguir una población monosexual de machos o de hembras.

Otro programa de cría que se está generalizando es la manipulación cromosómica. Normalmente, el objetivo que se persigue es producir peces estériles. La forma más común de manipulación cromosómica consiste en aplicar choques térmicos o de presión a huevos recién fecundados (pueden utilizarse productos químicos, pero son menos eficaces). Si se realiza adecuadamente, el tratamiento de choque impide que el segundo corpúsculo polar abandone el óvulo, de manera que el óvulo recién fecundado posee un núcleo haploide procedente del espermatozoide, un núcleo haploide procedente del óvulo y otro núcleo haploide del segundo corpúsculo polar. Estos tres núcleos haploides se fusionan y producen un cigoto triploide, que, a su vez, da lugar a un pez triploide, estéril. Este tipo de programa de cría se utiliza para que los piscicultores puedan cultivar especies exóticas cuyo cultivo podría ser ilegal de no mediar este procedimiento, o para inducir la esterilidad en especies que llegan a la madurez sexual antes de alcanzar el tamaño comercial. Por ejemplo, en la mayor parte de los Estados Unidos, el cultivo de la carpa herbívora sólo es legal si se cultivan triploides. Esta técnica puede utilizarse también para mejorar los resultados de la hibridación interespecífica.

Se puede recurrir a la manipulación cromosómica para producir animales de un solo progenitor hembra (ginógenos) o macho (andrógenos). Para ello hay que crear cigotos haploides, a los que se aplica un tratamiento de choque que produce cigotos diploides. Para conseguir cigotos haploides pueden aplicarse dos procedimientos: a) la fertilización de un óvulo normal con espermatozoides cuyo ADN ha sido destruido mediante la irradiación de rayos ultravioletas (ginogénesis); b) la fertilización con un espermatozoide normal de un óvulo cuyo ADN ha sido destruido mediante la irradiación de rayos ultravioletas (androgénesis). La ginogénesis y la androgénesis son técnicas para producir líneas de elevada consanguinidad a efectos reproductivos, y también pueden emplearse para obtener supermachos, capaces de originar poblaciones monosexuales de machos.

En los últimos años, se ha desarrollado un nuevo programa de mejora muy tecnificado: la ingeniería genética. Consiste en transferir un gen o un conjunto de genes de un individuo a otro. Esta transferencia puede realizarse dentro de una especie, entre dos especies o incluso entre reinos distintos. Aunque la ingeniería genética ha sido objeto de gran publicidad, hasta el momento no ha ofrecido a los piscicultores peces superiores desde el punto de vista genético. Además, este programa de cría es muy costoso, está sometido a una regulación muy estricta y requiere científicos muy bien preparados. Sólo deberían aplicarlo científicos de las universidades, centros oficiales de investigación o agroindustrias que pueden financiar costosos proyectos de investigación con instalaciones seguras.

Aunque todos los sistemas de cría destinados a aumentar los rendimientos son importantes y pueden aplicarse individual o conjuntamente para conseguir objetivos específicos, en el presente manual se describirán únicamente los procedimientos de mejora de peces que utilizan la cría selectiva.

La decisión de poner en marcha un programa de cría selectiva debe adoptarla el piscicultor o el centro de producción de larvas/alevines, teniendo en cuenta las circunstancias concretas de cada caso. La decisión de incorporar la cría selectiva en el plan de trabajo del piscicultor no puede adoptarse a nivel regional, pues, si así se hace, fracasará la mayor parte de las veces, porque requiere dedicación, algunos conocimientos técnicos, una tarea de registro de datos y una mano de obra adicional. Además, exige una inversión de dinero. Por último, estos programas no suelen reportar una mejora inmediata. Por lo general, las mejoras no se aprecian al menos durante un período de crecimiento, lo que obliga al piscicultor a ser paciente y a incluir la planificación a largo plazo en el programa de gestión de su explotación. Por ello, en una región determinada, sólo un pequeño porcentaje de piscicultores o de centros de producción de alevines deben utilizar -y utilizarán-programas de cría selectiva.

Un último requisito necesario para que el piscicultor pueda llevar a cabo un programa de cría selectiva es que disponga de instalaciones adecuadas. En este manual se describen sucintamente algunos programas para aumentar la tasa de crecimiento o mejorar otros caracteres en una piscifactoría o un centro de producción de alevines de tamaño medio, que se ha definido arbitrariamente como una explotación con 2 hectáreas de estanques aproximadamente. Los programas de cría esbozados pueden ejecutarse en número variable de estanques, de 1 a 150, según el tipo de selección y el sistema de cultivo utilizados. Será necesario disponer de estanques adicionales para mantener y aparear a los peces reproductores, así como otras instalaciones, como estanques de estabulación.

Por último, en la elección del programa más adecuado hay que dejarse guiar del sentido común. Aun en los casos en que el piscicultor puede y desea llevar a la práctica un programa de cría selectiva para aumentar la tasa de crecimiento, antes de iniciarlo debe sopesar cuidadosamente las características biológicas de la especie y la forma en que se cultiva. Si bien es cierto que la mayor parte de los piscicultores desearían que sus peces crecieran más deprisa, en algunos casos se puede aumentar el rendimiento mejorando otros caracteres con un programa de mejora diferente. Por ejemplo, el mayor problema que se presenta en el cultivo de la tilapia es que llega a la madurez sexual antes de alcanzar el tamaño comercial, reproduciéndose en los estanques de producción. Esa reproducción incontrolada impide comercializar una parte importante de la producción. Los cultivadores de tilapia pueden aplicar programas de mejora para obtener poblaciones monosexuales de machos, en lugar de recurrir a un programa de cría selectiva para aumentar la tasa de crecimiento.


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