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La financiación del desarrollo en Africa

J-L. Blanchez e Y.C. Dubé

Jean-Louis Blanchez es oficial forestal, especialista en inversiones.

Yves C. Dubé es oficial forestal, especialista en planificación, de la Subdirección de Planificación y Estadísticas Forestales de la FAO.

Basándose en dos encuestas realizadas por la FAO y en las conclusiones de dos reuniones celebradas en Sudáfrica sobre la financiación del sector forestal, este artículo describe los niveles, ámbitos y fuentes de financiación del sector forestal y concluye con una síntesis de las propuestas formuladas para ampliar la financiación en Africa.

En Nigeria, se ha registrado el más alto incremento de la financiación global del sector forestal de estos últimos años

La financiación del desarrollo forestal es un elemento central en la aplicación de los principios forestales y de las decisiones adoptadas en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo (CNUMAD), celebrada en Rio de Janeiro. Con frecuencia, se señala la falta de fondos como una de las causas principales de la degradación de los bosques y de la mala situación del sector forestal en general. No obstante, se ha hecho muy poco para movilizar recursos financieros suficientes y para suprimir los obstáculos que dificultan el desarrollo sostenible de los bosques en el continente africano.

La financiación del sector forestal en los países africanos

En el marco de la 10a reunión de la Comisión Forestal y de la Flora y Fauna Silvestres para Africa, la FAO llevó a cabo una encuesta (FAO, 1996) sobre el conjunto de los países africanos en relación con la financiación del desarrollo del sector. La finalidad de la encuesta era determinar, para el período 1990-1994, el origen y cuantía de la financiación nacional y extranjera, tanto pública como privada (véase el cuadro) y establecer las principales oportunidades y dificultades de la inversión en el sector forestal. Los resultados de la encuesta son muy incompletos porque sólo respondieron a ella 29 países y porque la mayor parte de la información recogida procedía de la administración forestal. Por ello, es posible que las respuestas a los cuestionarios pasaran por alto la financiación externa que no depende administrativamente de los organismos que facilitaron la información. De todas formas, las respuestas compiladas dan indicaciones suficientemente claras para conocer las tendencias actuales.

Fuentes y tipos de financiación para el desarrollo del sector forestal

Tipos de financiación

Nacional

Extranjera

Pública

Administración pública, instituciones, sociedades estatales, impuestos, subvenciones, ventas

Asistencia oficial para el desarrollo Préstamos o donaciones de organismos multilaterales y bilaterales

Privada

Particulares, cooperativas, ONG, empresas grandes y pequeñas

Inversiones directas o de cartera por las sociedades financieras internacionales

Niveles y fuentes de financiación

Casi el 70 por ciento de los países que respondieron al cuestionario señalaron que la financiación global del sector forestal había aumentado durante el período 1990-1994. El incremento más alto se había registrado en Nigeria (un 75 por ciento), Kenya (un 60 por ciento), Madagascar (un 40 por ciento), Níger (un 40 por ciento), Etiopía (un 30 por ciento) y Namibia (un 30 por ciento) y se debía fundamentalmente al aumento de la asistencia oficial para el desarrollo (AOD). En efecto, los países africanos disponen frecuentemente de ayuda externa para completar la financiación interna. Sin embargo, no todos los países acceden por igual a esta forma de financiación, pues los fondos de la AOD tienden a concentrarse en algunos países, mientras que otros sólo reciben sumas muy reducidas o no obtienen ayuda alguna. Esta distribución desigual podría reflejar la capacidad de algunos países para elaborar proyectos atractivos para los bancos de desarrollo, así como la existencia de relaciones privilegiadas con algunos donantes de fondos.

En más del 60 por ciento. de los países que respondieron al cuestionario, la parte más sustancial de los fondos destinados al sector forestal procedió de fuentes extranjeras durante el período analizado. El Congo, Egipto, Etiopía, Kenya, Marruecos, Namibia y Togo figuran entre los pocos países que indicaron que la financiación interior era mayor que la procedente de fuentes externas. En la mayor parte de los casos, la financiación interna procede principalmente del sector público y sólo en el Congo y Egipto los fondos privados son más cuantiosos que los públicos. Salvo en dos países (el Congo y Côte d'Ivoire), también la financiación extranjera es de procedencia pública.

Ambitos a los que se destina la financiación

El 57 por ciento de los países señalan que el principal destino de los fondos es la conservación de los bosques y de la fauna, aspecto que comprende las actividades forestales de protección y la lucha contra la desertificación. El desarrollo industrial, en el que se inscribe el manejo de los bosques de producción y las plantaciones industriales, ocupa el segundo lugar en el orden de prioridades.

En el 10 por ciento de los países, los ámbitos principales de financiación son las actividades forestales comunitarias (Níger, Togo y Malí) o las industrias y el comercio forestal (el Congo y el Zaire).

El 52 por ciento de los países afirman que en 1993 menos del 10 por ciento, en promedio, del gasto forestal total se dedicó al fortalecimiento institucional. Por el contrario, Mozambique declaró que destinaba a ese concepto el 40 por ciento de la financiación del sector, Malí el 30 por ciento y Burundi el 26 por ciento.

Oportunidades y dificultades principales en la inversión forestal

La encuesta pedía a los países que señalaran las principales oportunidades de inversión en el sector forestal, así como las principales dificultades, tanto en relación con las inversiones nacionales como extranjeras.

Más del 68 por ciento de los países citaron el ámbito general de las industrias forestales, el comercio y la utilización de productos forestales como posibilidad interesante de inversión. Mencionaron, a continuación, la conservación de los bosques, la protección de la fauna y la ordenación de las plantaciones forestales.

Más de dos tercios de los países consideran que la industria forestal es el sector más interesante para las inversiones

Sólo una minoría de países señalaron la silvicultura en tierras marginales, la lucha contra la desertización, la fijación de dunas y los productos forestales no madereros como sectores atractivos a los que dirigir las inversiones.

Respecto a las causas del escaso incremento de la inversión en el sector forestal de la región, más del 80 por ciento de los países lo atribuían a la falta de capitales derivada de la debilidad de la base económica.

Se indicaban otras dificultades, como la falta de competencia para preparar los proyectos y determinar las prioridades de inversión, las políticas gubernamentales y las limitaciones institucionales, la falta de coordinación entre los donantes y los problemas relacionados con la aplicación de las directrices emanadas de los organismos de financiación. Algunos países se refirieron también a la ausencia de una política de incentivos en favor de los inversores extranjeros, las deficiencias de las infraestructuras, la pequeña dimensión de los mercados interiores y la devaluación de la moneda.

La participación del sector privado

Los resultados de la encuesta no aportan indicaciones suficientemente fiables como para estimar el nivel de participación del sector privado en el desarrollo forestal de Africa, participación que en todo caso es significativa. Los pequeños inversores particulares del medio rural o urbano, empresas nacionales, ONG y cooperativas-contribuyen de forma importante, aunque poco visible, a movilizar los recursos financieros internos y constituyen un potencial nada desdeñable para la financiación del desarrollo forestal. Ultimamente, grandes empresas forestales han demostrado un interés real en la creación y gestión de los recursos (plantaciones de eucaliptos en el Congo y ordenación sostenible de bosques naturales en el Gabón y el Camerún). Sin embargo, resulta difícil disponer de una información exacta sobre la magnitud de la intervención del sector privado.

La financiación internacional

Son numerosos los organismos de desarrollo y los mecanismos de financiación que apoyan financieramente las actividades forestales en Africa. Se trata de organismos multilaterales y bilaterales, ONG e instituciones públicas o privadas. La FAO ha llevado a cabo una encuesta sobre la situación y la evolución de la cooperación internacional en el sector forestal en 1993 (FAO, 1995), que forma parte de una serie de encuestas que realiza desde 1987 con periodicidad bienal. El 80 por ciento de la AOD procede de los seis países siguientes: Estados Unidos, Alemania, Japón, Francia, Reino Unido y Canadá. La ayuda bilateral sigue siendo la principal fuente de financiación exterior (aporta el 70 por ciento de la misma) del sector forestal en Africa; el resto procede de la asistencia multilateral. Se ofrecen a los gobiernos fondos en forma de préstamos, créditos o donaciones para ejecutar proyectos de grande o pequeña envergadura y para hacer frente a las situaciones de urgencia. Sin embargo, se exige que los proyectos propuestos por los gobiernos beneficiarios ocupen un lugar prioritario en sus propias políticas y estrategias nacionales de desarrollo y que los proyectos o programas se ajusten a las prioridades del organismo de financiación (FAO, 1996).

Los bancos de desarrollo

Los bancos de desarrollo cumplen una función importante en la definición de las políticas de inversión del sector forestal, pues influyen fuertemente en las decisiones que adoptan los restantes organismos multilaterales y bilaterales. El Banco Mundial y el Banco Africano de Desarrollo (BAfD) son los principales bancos que conceden préstamos al sector público para ejecutar proyectos de desarrollo forestal en Africa. Por lo general, los préstamos se conceden por un plazo de 15-20 años, con un período de gracia de 3-5 años y un tipo de interés variable, que se sitúa actualmente en torno al 7 por ciento. Los países más pobres pueden obtener créditos en condiciones particularmente favorables, con una duración de 50 años, un período de gracia de 10 años y un tipo de interés del 0,75 por ciento para las sumas no desembolsadas. Cada uno de los bancos posee una sección especial para la asistencia y los préstamos al sector privado.

El Banco Mundial definió en 1991 su política forestal, que se asienta en tres principios básicos: las reformas políticas e institucionales, la gestión óptima del suelo y la ordenación sostenible de los bosques. El Banco no financia operaciones de explotación comercial en los bosques tropicales húmedos primarios. Hasta 1994. había concedido préstamos por un monto total de 583,9 millones de dólares EE.UU. a 21 países africanos, para financiar 24 proyectos forestales (Banco Mundial, 1994).

El BAfD elaboró su propia política forestal en 1994, con el objetivo de solucionar los problemas derivados de la mala gestión de los recursos naturales y de afrontar las causas de la deforestación y de la degradación del medio ambiente en Africa. Hasta 1993, había financiado 14 proyectos de ordenación de bosques y de los recursos naturales en 13 países africanos, por un total de 336,6 millones de dólares. Para el período comprendido entre 1995 y 1997, el BAfD ha asignado al sector forestal 245 millones de dólares. De esta forma, la inversión del BAfD pasaría de 20,5 a 82 millones de dólares anuales, para financiar proyectos de conservación y de silvicultura social, con una intensa participación de las comunidades (BAfD, 1995).

Los fondos internacionales

También existen fondos internacionales, como el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA), que conceden préstamos y créditos en condiciones favorables. Por su parte, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y la Unión Europea (UE), a través del Fondo Europeo de Desarrollo (FED) conceden financiación no reembolsable para proyectos de desarrollo forestal 0 de fortalecimiento institucional. También los organismos técnicos especializados de las Naciones Unidas, en especial la FAO, disponen de fondos propios limitados y utilizan fondos fiduciarios que ponen a su disposición países y organismos donantes.

El Programa Mundial de Alimentos (PMA) efectúa importantes inversiones en el sector forestal, sobre todo en las zonas que sufren déficit de alimentos. Apoya las actividades forestales en régimen de alimentos por trabajo y una parte de la ayuda que suministra puede ser monetizada. Recientemente se han creado mecanismos de financiación, como el Fondo para el Medio Ambiente Mundial, gestionado en régimen de cooperación por el PNUD, el Banco Mundial y el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) para ayudar a los países a resolver los problemas medioambientales de ámbito regional.

La financiación bilateral

La financiación bilateral se lleva a cabo en su mayor parte mediante un acuerdo directo entre el país donante y el país beneficiario o por intermedio de un organismo técnico, como la FAO, o de organismos privados como las ONG. Las condiciones y procedimientos relativos a la asistencia bilateral pueden ser modificados fácilmente, puesto que dependen de acuerdos de cooperación que se negocian anualmente. Por lo general, todos los países donantes conceden prioridad, en su labor de asistencia, a la protección del medio ambiente y participan de buen grado en la financiación de programas de desarrollo forestal.

La inversión extranjera privada

La inversión extranjera privada se efectúa directamente mediante la creación de empresas, o a través de participación en el capital financiero, para la transformación y comercialización de los productos forestales. El sector privado internacional representa un potencial importante desde el punto de vista de la transferencia de tecnología y aportación de divisas a los países africanos. Africa se beneficia todavía de la financiación tradicional procedente de las empresas forestales extranjeras establecidas desde hace largo tiempo. Por otra parte, las perspectivas de que se produzca, a escala mundial, un problema de escasez de fibra de celulosa despiertan un interés nuevo en los recursos forestales africanos, fácilmente accesibles. Están surgiendo nuevos inversores, procedentes, por ejemplo, de Asia, que sin embargo, muestran gran discreción y prudencia con respecto al volumen y estrategia de sus inversiones, lo que hace que la información sobre esta cuestión sea muy escasa.

Los obstáculos para la financiación

Sin duda, el nivel de financiación interna y externa destinada al sector forestal africano es insuficiente y ello no se debe únicamente a la falta de recursos financieros. En efecto, el hecho de que en la mayor parte de los países africanos no se conceda una atención prioritaria al sector forestal en los planes nacionales de desarrollo no induce a los organismos financieros multilaterales y a las instituciones y países donantes a destinar mayores recursos para el desarrollo de este sector.

En muchos países de Africa, los gobiernos se deben ocupar de múltiples necesidades, algunas de ellas de carácter urgente, y por ello se preocupan más de satisfacer las necesidades alimentarias inmediatas de la población que de administrar de manera sostenible los recursos naturales. El crecimiento demográfico y la aplicación de técnicas y políticas agrícolas inadecuadas contribuyen a la gravedad de la crisis alimentaria y, por otra parte, la situación de endeudamiento de algunos países constituye un freno para solicitar préstamos para programas forestales cuyo rendimiento financiero no es muy atractivo y que sólo dan beneficios a largo plazo.

De todas las regiones en desarrollo, Africa es la que dispone de una menor capacidad institucional para ejecutar con éxito programas de desarrollo sostenible de los recursos forestales. La introducción de programas de ajuste estructural y las reformas aceleradas del sector público tienden muchas veces a debilitar aún más a las instituciones. Frecuentemente, las políticas de ordenación del territorio están mal concebidas y mal aplicadas, y las administraciones no pueden hacer frente por sí solas a todas sus responsabilidades.

Existen importantes contradicciones entre la orientación del desarrollo decidida por los países y las políticas de asistencia propuestas por los organismos de financiación. Así, para los países el desarrollo industrial y comercial es una esfera de inversión prioritaria, mientras que los organismos de financiación conceden mayor importancia a la conservación y protección de los bosques. Mientras que los países atribuyen los problemas del sector a la falta de capital, la ayuda exterior insiste fundamentalmente en la necesidad de acometer reformas institucionales y políticas. La ausencia de diálogo entre los países africanos y los organismos donantes sobre las prioridades de desarrollo definidas por los gobiernos africanos reduce la eficacia de la cooperación, que se ve afectada muchas voces por las condiciones que imponen los organismos externos. Por último, la escasa coordinación entre los propios organismos donantes se traduce en la distribución desigual de unos recursos financieros muy escasos, que no tiene en cuenta aspectos de importancia crucial como la capacitación o la extensión.

Propuestas para incrementar la financiación

Las propuestas que se presentan a continuación dimanan directamente de las principales conclusiones y recomendaciones formuladas por los representantes de los países africanos (véase el recuadro) con ocasión del seminario sobre la financiación del desarrollo forestal organizado durante la 10a reunión de la Comisión Forestal y de la Flora y Fauna Silvestres para Africa, que se celebró en noviembre de 1995 en Sanbonani (Sudáfrica).

Propuestas dirigidas a los países

El desarrollo sostenible de los bosques y de los recursos naturales contribuye eficazmente al desarrollo económico nacional. A largo plazo, la cuantía de los recursos disponibles para el desarrollo forestal estará determinada por la capacidad de los países africanos para movilizar dichos recursos. Por consiguiente, la cuestión de la financiación es ante todo un problema para el que Africa debe encontrar sus propias soluciones. Los gobiernos deben crear las condiciones adecuadas para atraer más fondos hacia el sector forestal y reforzar su compromiso político y su interés a este respecto. Para ello, los especialistas forestales deben poner en evidencia que las actividades forestales contribuyen al desarrollo económico del país y esforzarse en «vender» mejor el concepto de este sector a los políticos, para que esté mejor integrado en los planes nacionales de desarrollo. El ministerio de recursos naturales del Senegal supo convencer a su gobierno y conseguir, gracias a ello, cuantiosos apoyos exteriores para el desarrollo del sector. En este sentido, podría resultar de interés la elaboración de programas regionales de desarrollo forestal como el proyecto «Los bosques y la seguridad alimentaria» preparado entre Malí, Burkina Faso y Cabo Verde (FAO/Italia), el centro de formación para las industrias forestales de los países del Africa austral (SADC) instalado en Zimbabwe (FAO/Italia) 0 el programa de conservación y utilización de los ecosistemas forestales (financiado por la Unión Europea) que abarca a cinco países del Africa central.

Una base política y estratégica de desarrollo forestal es un requisito indispensable para la inversión. Es necesario actualizar y dotar de mayor realismo a las políticas y estrategias de desarrollo, en particular los planes de acción en vigor, a la luz de la financiación interior disponible y de lo que es razonable esperar de las fuentes externas. Una mejor selección de las prioridades permitirá reducir la dispersión de los proyectos. Muchos países han adoptado un programa forestal nacional (13 de ellos se hallan en fase de ejecución) o planes de acción medioambiental. La estabilidad económica, la existencia de planes de utilización de la tierra y la definición clara de los derechos de la población a la tierra y a los espacios arbolados contribuyen a crear un clima favorable a la inversión. Côte d'Ivoire consiguió movilizar entre 1990 y 1995 una suma de más de 100 millones de dólares para financiar un programa sectorial forestal apoyando la gestión del terreno forestal con la participación de la población rural y del sector privado.

La financiación del sector forestal en Africa

Conclusiones y recomendaciones formuladas por el seminario organizado en el curso de la 10a de la Comisión Forestal y de la Flora y Fauna Silvestres para Africa, en Sanbonani, Sudáfrica, del 27 de noviembre al 1° de diciembre de 1995.

Las principales conclusiones y recomendaciones del seminario sobre la financiación del desarrollo forestal en Africa se hicieron llegar a la Comisión, que preparó un informe cuyo contenido se reproduce a continuación.

Reconociendo la importancia de las fuentes extranjeras, tanto públicas como privadas, la Comisión hizo hincapié en que la cuestión de la financiación es ante todo un problema para el que Africa debe encontrar sus propias soluciones en el ámbito nacional. En general, consideró que los gobiernos deberían crear las condiciones necesarias para conseguir fondos más cuantiosos para el sector, por lo que formuló las observaciones y recomendaciones siguientes:

RECOMENDAClONES A LOS GOBIERNOS AFRICANOS

La Comisión recomendó que los gobiernos africanos:

· refuercen su empeño político y su interés hacia el sector forestal y procuren «vender» mejor a los políticos el concepto de este sector;

· examinen sus políticas y estrategias, especialmente los planes de acción en vigor, con el fin de actualizarlos y dotarlos de mayor realismo, teniendo en cuenta la financiación interior disponible y lo que es razonable esperar de las fuentes externas. Se invitó también a los gobiernos africanos a seleccionar mejor sus prioridades;

· favorezcan la formación de recursos para contribuir así a financiar el sector forestal, entre otras cosas mediante arma mejor comercialización de los productos de las plantaciones y, llegado el caso, la privatización, así como con una recaudación más eficaz de los ingresos. Se formularon también observaciones sobre la creación de fondos forestales autónomos,

· aseguren activamente la promoción de sus planes de acción, proyectos y programas y hagan todo lo posible para suscitar el interés del sector privado y de los donantes de fondos externos a este respecto. Para conseguir esa financiación complementaria, los gobiernos deberían dar muestra de su voluntad de compromiso comenzando por asignar a esos fines sus propios recursos públicos;

· den seguridad a los donantes de fondos sobre la seriedad de su compromiso, mejorando la gestión del sector forestal, particularmente en lo que respecta a la justificación del empleo de los fondos.

RECOMENDACIONES FORMULADAS A LOS DONANTES DE FONDOS Y A LOS ORGANISMOS MULTILATERALES DE FINANCIACIÓN

La Comisión invitó a las autoridades competentes de los donantes de fondos y de los organismos multilaterales de financiación a:

· estudiar la posibilidad de convertir o de suprimir la pesada carga de la deuda que soporta Africa, a fin de liberar recursos que puedan ser destinados a la ordenación sostenible de los bosques;

· actuar con flexibilidad en la aplicación de los programas de ajuste estructural para garantizar que las instituciones forestales públicas, que adolecen de debilidad, no resulten ano más erosionadas como consecuencia de la reforma de las instituciones del sector público;

· hacer realidad su voluntad, tantas veces expresada, de coordinar mejor sus programas y proyectos;

· demostrar una mayor flexibilidad en la aplicación de sus propias prioridades, para tomar también en consideración las de los países beneficiarios que solicitan su ayuda.

RECOMENDACIONES FORMULADAS A LA FAO

Aunque la responsabilidad de movilizar fondos procedentes de todas las fuentes posibles incumbe principalmente a los gobiernos, la Comisión recomendó que la Organización, en asociación con otras organizaciones internacionales, cuando proceda:

· ayude a los países a fortalecer su capacidad para movilizar fondos y crear condiciones que hagan aparecer al sector forestal más atractivo en la óptica de la financiación;

· informe a los Estados Miembros sobre las prioridades en lo que respecta a las actividades forestales, las políticas y los mecanismos de los donantes de fondos y de los organismos multilaterales de financiación, especialmente mediante la publicación de un libro sobre este tema;

· aproveche la descentralización que ha experimentado para ayudar mejor a los países africanos a movilizar fondos, a ser posible en cooperación con instituciones regionales como el Banco Africano de Desarrollo;

· procure influir en las decisiones de los responsables internacionales de la comunidad de donantes en favor del sector forestal en Africa.

Aumentar la financiación interior y exterior y garantizar la coordinación adecuada entre los programas de desarrollo. La primera exigencia estriba en utilizar mejor aquello de lo que ya se dispone. Los recursos de los bosques deben contribuir a financiar el sector forestal. Debe considerarse la posibilidad de crear fondos forestales autónomos (por ejemplo, en Malí y Kenya) y nuevos mecanismos de obtención de ingresos (por ejemplo, tasas en concepto de deforestación) o de utilizar fondos públicos. Para conseguir financiación complementaria exterior, los gobiernos deberán asignar al sector forestal un porcentaje mayor de sus propios recursos públicos. La coherencia con los planes macroeconómicos de desarrollo garantizará la coordinación de las iniciativas en el interior de los países.

Obtener la participación del sector privado, no sólo en el sector industrial y comercial, sino también en lo que respecta a la gestión de los recursos. Los pequeños inversores son particularmente sensibles a cuestiones tales la tenencia de la tierra, las normas relativas a las condiciones de utilización de los productos de los árboles y los bosques, la disponibilidad de créditos, la extensión forestal y las subvenciones. Por su parte, los grandes inversores conceden la mayor importancia a la estabilidad política y económica. La introducción de reformas normativas y la adopción de incentivos adecuados permitirán conseguir la participación de los inversores privados en la gestión y el desarrollo de los recursos forestales. Las grandes plantaciones de pinos o de eucaliptos que se han creado en Zimbabwe, Sudáfrica, el Congo, Marruecos y, próximamente, en Mozambique ilustran perfectamente esta cuestión. En el Gabón, en el Camerún y en la República Centroafricana se han implantado empresas forestales industriales que participan activamente en la ordenación sostenible de los bosques sobre los cuales se les concede la jurisdicción, a menudo en estrecha colaboración con centros internacionales de investigación forestal como el Centre de coopération internationale en recherche agronomique pour le développement (CIRAD-Forêts) (Montpellier, Francia) o la Universidad Agrícola de Wageningen (Países Bajos).

El desarrollo de plantaciones múltiples para la producción de forraje y de madera reviste gran importancia para algunos países

Los bancos de desarrollo están de acuerdo en apoyar a las comunidades forestales y establecer plantaciones, pero no financien la explotación en los bosques naturales

Reforzar la capacidad institucional y humana. En el desarrollo del sector deberán participar una gran variedad de instituciones, como los organismos públicos, las empresas privadas, las organizaciones que representan a las comunidades locales y los institutos de investigación y de extensión. El fortalecimiento institucional ha de ser un objetivo prioritario, y será necesario el mayor esfuerzo posible para suscitar el interés del sector privado y de los donantes de fondos sobre esta cuestión. Son ya muchos los proyectos que contribuyen a este fortalecimiento en el marco de las iniciativas de planificación forestal, como en Zambia y Mozambique, o a través de otros proyectos de desarrollo forestal, como en Túnez. Para conseguir la confianza de los inversores y atraer las nuevas competencias profesionales de las que necesita el sector forestal es indispensable actuar con rigor y con ética profesional en la gestión de los asuntos forestales.

Propuestas dirigidas a los donantes de fondos y los organismos multilaterales de financiación

Los organismos de financiación deben desplegar esfuerzos para armonizar mejor su programa de inversiones y colaborar entre sí. La realización conjunta de un examen sectorial ofrecería la oportunidad de armonizar los programas respectivos de los organismos de financiación, garantizar una mayor cobertura de los aspectos prioritarios de la inversión nacional, intercambiar información y planificar actuaciones conjuntamente para conseguir los mayores efectos en los planos rural, nacional y subregional. Sería necesario también dedicar una atención especial al objetivo de aumentar el número de países beneficiarios, en particular los países más pobres.

Los organismos de financiación deben favorecer las inversiones del sector privado. Sería necesario adoptar programas específicos para informar al sector privado sobre las oportunidades de inversión y prever medidas de apoyo adecuadas -programas crediticios especiales- con objeto de intensificar su participación en el desarrollo forestal. Estos programas podrían dirigirse, por ejemplo, a las pequeñas y medianas empresas y a los empresarios del medio rural.

Los organismos de financiación deben demostrar una mayor comprensión y flexibilidad con respecto a los países africanos asociados. La reducción de la deuda permitiría liberar recursos para la ordenación sostenible de los bosques y dinamizar la inversión en el sector. Una mejor comprensión de los problemas que afectan al continente africano en el momento presente y una mayor flexibilidad en la aplicación de las prioridades y las políticas de desarrollo contribuirían a conseguir la armonía necesaria para mejorar la cooperación. Por otra parte, es necesario facilitar más información sobre las posibilidades y condiciones de financiación. La FAO, en su condición de institución neutral y de carácter técnico, puede cumplir una función determinante en la labor de asesoramiento y aceleración de los procedimientos de inversión en favor del desarrollo forestal en Africa.

Conclusión

Aunque sean limitados, existen los medios financieros necesarios para conseguir el desarrollo forestal en Africa. Para beneficiarse de ellos, los países africanos deben conceder un lugar más importante al sector forestal en su economía nacional. El sector privado aparece como un asociado indispensable del sector público, pero es necesario precisar las reglas del juego de esa asociación. En los próximos años, la AOD continuará aportando un apoyo financiero y técnico sustancial, pero su importancia estará en función del esfuerzo desarrollado por el país. Mucho es lo que queda todavía por hacer para optimizar las estrategias de inversión en el sector, y Africa ya ha puesto manos a la obra, aunque tiene su propio ritmo de trabajo.

Bibliografía

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