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PARTE II - LA INFORMACIÓN COMO UN VALIOSO INSUMO PARA LA PRODUCCIÓN AGRICOLA - Una experiencia piloto en Sonora, Mexico

1 - LOS AGRICULTORES DE SONORA EN LA LUCHA POR COMPETIR

El Estado de Sonora, en el norte de México, es una de las áreas agrícolas más importantes del país. Es árida, y la temperatura puede llegar hasta 50˚C en verano, pero, al igual que en muchas áreas desérticas, puede producir excelentes cultivos cuando hay disponibilidad de riego. Aquí fue donde Norman Borlaug, ganador del Premio Nobel de la Paz, y su equipo cultivaron por primera vez nuevas variedades de trigo de alto rendimiento, que condujeron a la Revolución Verde. Pero Sonora también produce cebada, soya, algodón, garbanzos, cártamo, forraje, vegetales, uvas, cítricos, aceitunas, y otros.

Los cambios substanciales que han ocurrido en México durante la última década han afectado profundamente a los agricultores de Sonora. Ellos se han visto expuestos a una dura competencia, debido a la crisis económica mexicana desde comienzos de los años ochenta, y a la política gubernamental de apertura de mercados y de reducción de sus intervenciones en el sector agrícola.

Por desgracia, esta competencia es desigual. Los precios en el mercado internacional están distorsionados debido a los enormes subsidios que los países industrializados, exportadores de alimentos, pagan a sus agricultores. En esta forma, la producción de esos países se puede vender a precios más bajos en los mercados mundiales que la de aquellos que no tienen subsidios. Los agricultores mexicanos, afectados por el incremento en los costos de producción (por ejemplo, altos costos del agua para riego, y de los insumos agrícolas importados), y quienes, al mismo tiempo, enfrentan las reducciones de los subsidios, se han visto forzados a competir en condiciones desiguales en los mercados nacionales e inter-nacionales.

Otro factor que incide en contra de los agricultores mexicanos es el Tratado de Libre Comercio (TLC). Los cereales que se producen en Canadá y en Estados Unidos de América en zonas de temporal, son forzosamente mucho más baratos que los que se producen en México, los cuales se cultivan solamente bajo riego. Pero a pesar de todos estos problemas, en 1995 se estimó que se exportaría el 60 por ciento del valor de la producción agrícola de Sonora.

En 1993, el Estado de Sonora realizó un estudio sobre su situación agrícola, con apoyo técnico de la FAO y financiación del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo. Entre los principales hallazgos figuran los siguientes: estancamiento en los rendimientos por hectárea de los principales cultivos; retrasos en tecnología; uso ineficiente del agua para riego; incremento de la salinidad que afecta los acuíferos; y descapitalización de los agricultores. Todos estos factores estaban ocasionando un crecimiento lento de la productividad.

Además, los productores no estaban lo suficientemente organizados, especialmente como para encargarse del manejo de postcosecha y de la comercialización de sus productos. Se encontró que los agricultores de Sonora eran mucho mejores para producir cultivos que para venderlos, aunque habían logrado abrir algunos mercados en los Estados Unidos, especialmente para frutas y verduras en algunas épocas del año.

Todo el asunto de la comercialización era de especial preocupación para los gobiernos estatal y federal. Había pocas perspectiva de reducir los costos de producción, pero una mejor comercialización podría contribuir grandemente a mejorar la rentabilidad agrícola. Como un ejemplo de los costos de comercialización, se estimó que los agricultores recibían como máximo el 33 por ciento del precio de venta de sus productos en el mercado de mayoristas, mientras que el 67 por ciento era para los intermediarios, el transporte y otros. Además, el productor típicamente recibía sólo entre el 10 y el 15 por ciento de lo que pagaba el consumidor final en los Estados Unidos.

De hecho, muchos productos de Sonora se exportan a los Estados Unidos. Para la comercialización de los productos, los agricultores tienen que depender de agentes en ese país, especialmente para los cultivos de alto valor como son las frutas y las verduras. Aunque los agentes tienen éxito en encontrar los mercados de venta, sus transacciones con los agricultores mexicanos están lejos de ser transparentes. Se espera que los agricultores envíen sus frutas o verduras al otro lado de la frontera, empacadas y listas para la venta, sin un acuerdo previo sobre el precio que les van a pagar por ellas. Puesto que con frecuencia los productos son altamente perecederos, y dado que los agricultores no tienen ninguna idea sobre los precios predominantes en el mercado, ellos se ven forzados a vender sus productos a cualquier precio que les impongan los agentes.

El estudio de la FAO recomendó obtener información acerca de otros posibles mercados, tales como Canadá y Europa. Además, hizo una propuesta práctica que fue la de establecer una unidad para suministrar información sobre la producción y comercialización de productos agrícolas. El estudio sugirió dar énfasis a la información sobre costos de producción y de comercialización, precios y mercados potenciales, oportunidades de exportación y probable rentabilidad para el productor.

2 - LA UNIDAD DE INFORMACIÓN TECNICA Y COMUNICACIÓN

Creación de la Unidad

Como resultado de las recomendaciones del estudio mencionado, se tomó la decisión de establecer una unidad de información computarizada dentro del Gobierno del Estado de Sonora, y más específicamente, dentro de un programa que éste estaba ejecutando, conocido como "Modernización Agropecuaria de Sonora" (MAS). La unidad de información tendría el carácter de experiencia piloto, para su posible reproducción en otras partes del país.

El Sistema de Comunicación Rural se encargó de los aspectos técnicos para el establecimiento de esta unidad en Sonora, y también de supervisar su funcionamiento. A finales de 1993 se instalaron los equipos de computación y de módem necesarios, los cuales fueron suministrados por el proyecto de asistencia técnica de la FAO en comunicación para la transferencia de los distritos de riego a los usuarios. La unidad se instaló en un nuevo y magnífico edificio de la administración del Gobierno estatal, en Hermosillo.

La Unidad de Información Técnica y Comunicación (UITC) fue creada con cuatro objetivos operativos en mente:

Se realizó una encuesta detallada con los agricultores para averiguar sobre las fuentes de información existentes, sus opiniones sobre ellas, sus necesidades de información insatisfechas, la forma en la que a ellos les gustaría recibir la información, y su disposición a pagar por ella. Con base en esa encuesta, se decidió producir un boletín periódico que sería distribuido por fax.

Los principales destinatarios del boletín serían las asociaciones de agricultores, quienes lo pondrían a disposición de sus miembros. Sin embargo, en la lista de circulación también se podría incluir agricultores individuales. Para el primer año de funcionamiento se estableció una población objetivo de 200 asociaciones de agricultores, con cerca de 4 000 miembros. La fase piloto fue planeada para operar hasta finales de 1995.

El boletín incluiría tres principales tipos de información:

Adicionalmente al envío del boletín, los agricultores y sus asociaciones podrían llamar por teléfono para solicitar informaciones específicas. La UITC contactaría las fuentes de información adecuadas y respondería lo más pronto posible.

La Unidad de Información Tecnica y Comunicación en acción

La UITC pudo establecer sus vínculos de trabajo con una variedad de bases de datos y fuentes de información. Muchas de ellas eran mexicanas. Se incluyeron, entre otras:

También se establecieron conexiones con fuentes y bases de datos internacionales. Estas incluyeron el Departamento de Servicio de Estadística en Agricultura de los Estados Unidos (para informes mensuales y anuales sobre todos los aspectos de la agricultura de los Estados Unidos); DIALOG (para conexiones con unas 450 bases de datos diferentes de todo el mundo); Reuters (para información de mercados y de futuros); y AGROSTAT y el Estado de la Alimentación y la Agricultura, ambos de la FAO, (éste último para información histórica sobre la producción y la comercialización agrícola mundial).

Con el fin de facilitar el acceso a algunas de estas bases de datos, la FAO instaló un nodo en su oficina en Ciudad de México.

El personal de la UITC está integrado por tres personas jóvenes y dinámicas, dos mujeres y un hombre. La mujer que la dirige es profesional en ciencias de la computación, y su colega mujer es profesional en comunicación social.

Su primer boletín fue publicado en febrero de 1994. Inicialmente, éste se producía diariamente, pero después de tres meses, se decidió publicarlo tres veces por semana. Esto se hizo para reducir los costos de distribución, pero además, la experiencia había demostrado que entre un día y otro no había suficientes variaciones en los precios del mercado que justificaran su publicación diaria. A finales de septiembre de 1995, cuando nosotros los autores visitamos la UITC, se había publicado un total de 255 boletines. Este se enviaba por fax a los destinatarios a las 10:00 horas, los lunes, miércoles y viernes.

Los boletines tienen algunas variaciones de acuerdo con el día de su publicación. Por ejemplo, el boletín de los lunes, además de la información sobre precios, tiene un resumen sobre las condiciones del mercado durante la semana anterior. El boletín de los miércoles contiene información sobre siembra de cultivos y un artículo sobre algún aspecto técnico o alguna tendencia económica relacionada con agricultura. Este último con frecuencia es de Reuters o se consigue mediante la red de la FAO.

En septiembre de 1995, había alguna frustración entre el personal altamente motivado y entusiasta, porque no habían podido conseguir acceso a un tipo importante de información que habría sido de gran utilidad para los agricultores, y era la cantidad y la calidad de cualquier producto dado que estuviera en oferta. Por supuesto, esto requeriría un sistema interactivo a través del cual los agricultores pudieran dar a conocer los productos que ellos tienen listos para el mercado.

Los intentos iniciales por utilizar el servicio nacional mexicano de meteorología para los pronósticos del tiempo no tuvieron éxito porque, para los agricultores de Sonora, la información disponible no era lo suficientemente detallada y de relevancia local. Entonces la UITC se suscribió al Servicio de Medio Ambiente (Earth Environment Service), del Estado de California, Estados Unidos. Este servicio, con sede en San Francisco, pudo ofrecer los pronósticos detallados para Sonora y éstos eran muy apreciados por los destinatarios del boletín. Además, éste suministraba información sobre las condiciones del tiempo en la Florida, lo cual era importante porque ese estado estaba en competencia con Sonora por los cultivos de verduras y frutas durante ciertas estaciones. Los problemas del tiempo en la Florida influenciaban los mismos mercados en los cuales Sonora estaba vendiendo sus productos.

Sin embargo, lamentablemente los problemas presupuestales han afectado a la UITC -como a todo lo demás en México- y desde abril de 1995, han estado faltado los 375 dólares mensuales necesarios para pagar este servicio de pronósticos del tiempo de San Francisco.

Para septiembre de 1995, el boletín se estaba enviando, sin ningún costo, a 63 destinatarios, cifra muy inferior a la del objetivo establecido para el primer año, que era de 200 asociaciones de agricultores. De esos 63 destinatarios, 35 eran asociaciones de agricultores o agricultores individuales, 16 eran instituciones del sector agrícola, 6 eran centros de investigación y otros 6 eran medios masivos regionales.

También en septiembre de 1995, la UITC había recibido 20 solicitudes de información específica. Estas cubrían una variedad de tópicos. Una especialmente original trataba sobre el Psyllium Plantago. Las semillas de esta planta producen una fibra natural que es utilizada por la industria farmacéutica para laxantes. En ese momento, ésta se cultivaba solamente en India, y en extensiones limitadas en Sonora. Una asociación de agricultores, en la búsqueda de alternativas de cultivos para ayudar a sus miembros quienes estaban luchando por sostenerse con los cultivos tradicionales, solicitó a la UITC conseguir información acerca del P. Plantago. Ellos querían conocer sobre el estado de su producción en la India y en algunos otros lugares, y los posibles mercados para este cultivo.

La UITC consiguió la información e hizo contactos con compañías farmacéuticas en Japón y Alemania a través del Banco de Comercio Exterior. Al momento de nuestra visita, todavía no se había llegado a ninguna negociación, por problemas de precios, pero el asunto del P. Plantago aún estaba sobre el tapete.

<>Otras solicitudes de información fueron menos exóticas, pero mostraron concretamente algunas de las necesidades de los agricultores de la zona. Estas incluyeron temas tales como el uso de telas plásticas en agricultura, los futuros del algodón, los precios y mercados potenciales para los espárragos, los precios para las hortalizas de producción orgánica, el control de insectos en los frijoles y el maíz almacenados, los usos alternativos y los mercados para las naranjas, y la calidad y salinidad del agua para riego.

De las 20 solicitudes de información, la UITC pudo contestar 15 en forma satisfactoria. Sin embargo, el personal dijo que esas solicitudes individuales de información específica eran todavía muy difíciles de resolver, porque las fuentes a las que podían recurrir eran limitadas o desconocidas para ellos. Cada caso requería improvisación.

Cómo reciben y usan los agricultores la información?

En junio de 1994, la UITC realizó una evaluación del boletín con sus destinatarios. Los comentarios recibidos fueron favorables casi unánimemente. Muchos de sus destinatarios comentaron que éste era una herramienta importante y que estaba llenando un vacío. El único comentario ligeramente negativo fue que el boletín contenía demasiada información que no era pertinente a los intereses particulares de usuarios específicos; por ejemplo, que una asociación de productores de cítricos, interesada primordialmente en la comercialización, no necesitaba información meteorológica.

Naturalmente, puede darse el caso contrario, por ejemplo, con un productor de algodón, para quien los pronósticos del tiempo podrían ser el aspecto más importante de todos. Con esta clase de boletín, sin duda es imposible separar y distribuir la información de tal manera que los intereses de cada grupo se atiendan individualmente.

Desde junio de 1994 no se han realizado otras evaluaciones, pero de las extensas conversaciones sostenidas en septiembre de 1995 con representantes de las asociaciones de agricultores y con los mismos agricultores, surgieron algunas impresiones interesantes.

En primer lugar, el valor que se le da a la información como insumo de la empresa agrícola varía considerablemente. Una asociación estimó que el boletín era de la mayor importancia para sus operaciones, y realmente estaba fundamentando en él sus decisiones de comercialización. Otra dijo que seguramente sí se necesitaba información de mercados, pero en la práctica continuó comercializando los productos de sus miembros como lo había hecho siempre. Su representante dijo también que los agricultores no cambiarían sus sistemas de producción ni tomarían otras decisiones a causa de la información del boletín.

En el caso de la primera de estas asociaciones, ésta había notado que los futuros del trigo habían estado subiendo constantemente desde principios de 1995. Cuando sus miembros cosecharon el trigo, el precio en el mercado estaba alrededor de 138 a 140 dólares por tonelada. Debido al comportamiento del mercado de futuros, que ellos habían estado siguiendo en el boletín, la asociación tomó la decisión de almacenar el trigo y esperar mientras tanto. El precio continuó subiendo, entonces ellos compraron más trigo de otra asociación. Después de unos pocos meses, vendieron su propio trigo, y también el que habían comprado, a más de 170 dólares por tonelada.

Este hecho contrasta con la segunda asociación, la cual vendió el trigo de sus miembros inmediatamente después de la cosecha, "porque los agricultores de Sonora siempre vendían su trigo después de la cosecha".

La UITC también ha logrado incrementar el poder de negociación de los agricultores y sus asociaciones. A principios de 1995, una asociación tenía cebada maltera para vender, pero una cervecería le estaba ofreciendo el mismo precio del año anterior, 700 nuevos pesos mexicanos por tonelada. Había solamente dos cervecerías que podían ser clientes potenciales para la cebada, pero ambas pertenecían al mismo grupo financiero, de tal forma que la asociación de agricultores no podía ponerlas a competir una contra otra.

En cambio, la asociación llamó a la UITC y le pidió conseguir toda la información que pudiera sobre el mercado de la cebada maltera en el país en ese momento. La asociación, armada con toda la información, la cual indicaba que sin duda la oferta de la cervecería era escandalosamente baja, pudo negociar un precio de 830 nuevos pesos por tonelada.

Otro ejemplo tiene que ver con un agricultor individual que recibe su copia del boletín por mensajero. El fue un entusiasta defensor del boletín, y nos dijo que éste le proporcionaba la información necesaria para negociar precios justos. Nos contó cómo había estado siguiendo los futuros del algodón cuando se aproximaba el momento de la cosecha. También le había pedido a la UITC información acerca de posibles compradores de algodón en Italia, pero al final comenzó a negociar con un comprador local. Este comprador le ofreció 70 dólares por paca. El agricultor le dijo que él estaba fuera de órbita, y le mostró el boletín para reforzar su argumento. Finalmente llegaron a un precio de 82 dólares por paca.

Costos de la Unidad de Información Tecnica y Comunicación

Los costos precisos del montaje y el funcionamiento de la UITC en Sonora no están disponibles. Esto se debe, en parte, a que una buena cantidad del equipo le fue transferido de la Unidad Central de Comunicación en Cuernavaca, y dado que éste no era nuevo, es muy difícil establecer sus costos. Sin embargo, se ha aceptado que, en términos generales, el costo total de una operación similar a la de la UITC, incluyendo el equipo, los salarios del personal y los gastos de funcionamiento durante un año, podría ser de 100 mil a 120 mil dólares. Los costos de una actividad similar en Chile confirman estas cifras.

Es evidente que una cantidad como la mencionada podría ser fácilmente recuperable de los agricultores comerciales que utilicen el sistema. Aún en países en desarrollo podría ser fácil conseguir mil agricultores que paguen entre 100 y 120 dólares al año cada uno.

Problemas de la Unidad de Información Tecnica y Comunicación

Episodios como los que se acaban de describir indican que la UITC ha demostrado su utilidad en relativamente poco tiempo. Sin embargo, todavía está lejos de llegar a una cantidad considerable de agricultores en Sonora.

En teoría, y de acuerdo con el plan original, las asociaciones que reciben el boletín deberían dar a conocer el contenido a sus miembros. En la práctica, esto generalmente no sucede. Algunas asociaciones le sacan unas pocas fotocopias y las dejan sobre una mesa en sus oficinas. Esto es mejor que nada, pero en realidad los agricultores no visitan sus asociaciones muy a menudo.

En las zonas agrícolas más pobres de las colinas de Sonora, hay ejidos que producen frutas y verduras. Hay unos 7 000 pequeños agricultores involucrados. Para ellos, la información sobre precios de sus productos, la cual se incluye en el boletín, sería extremadamente valiosa, pero el boletín sólo llega a la oficina de la Confederación Nacional Campesina en Hermosillo. Las oficinas de campo de la confederación no tienen fax, y la información no puede ser enviada donde se necesita.

Como ya se mencionó, el objetivo de llegar a 200 organizaciones en el primer año está todavía lejos de ser logrado. Esto se debe, en parte, a que ha habido pocos intentos por promover la UITC con sus usuarios potenciales. El personal responsable mencionó la falta de fondos como una de las razones para no promover la UITC, porque si ésta llegara a ser muy grande, los costos de distribución aumentarían en forma proporcional. Pero tanto la evaluación de junio de 1994, como los contactos que nosotros tuvimos con los destinatarios del servicio, indicaron que ellos estarían dispuestos a pagar una suma razonable por él. Un agricultor mencionó la cantidad de 100 nuevos pesos mexicanos por mes (cerca de 16 dólares) como razonable.

Parece haber otras, y más profundas, razones para la falta de promoción de la UITC y su desarrollo general. Estas razones se relacionan con su contexto institucional. Cuando la UITC estaba comenzando, tal como ya se mencionó, fue ubicada en el programa estatal para la modernización de la agricultura de Sonora (MAS). Sin embargo, el MAS ha desaparecido y la UITC, aunque físicamente continúa en la Secretaría de Agricultura del Estado, tiene escasas relaciones con ella. Su personal se encuentra de alguna manera aislado, y algunas propuestas y planes que ha presentado -incluido uno para promover la UITC- no han recibido respuesta.

El hecho de que la UITC no aparezca en el organigrama de la Secretaría puede ser un detalle, pero es quizás un indicativo de su falta de reconocimiento. Este hecho deja la impresión de que, a pesar de su evidente importancia y de la iniciativa y motivación de su personal, la UITC no tiene un apoyo efectivo dentro del Gobierno estatal que le ayudaría a desarrollar su pleno potencial.

Afortunadamente, a finales de 1995 se estaban abriendo nuevos horizontes para la UITC; parecía que se estaba arreglando un matrimonio por conveniencia entre ella y una institución nacional llamada ASERCA. Esta es la sigla de Apoyos y Servicios a la Comercialización Agropecuaria. Fue fundada en 1991, como un instituto descentralizado, bajo el paraguas de la SARH, y como parte del programa de Gobierno para la modernización del sector agrícola.

ASERCA parece ser una organización dinámica. Sus principales objetivos son:

ASERCA limita sus actividades a los servicios de apoyo y asesoría; ésta no compra por sí misma ningún producto agrícola.

Originalmente, ASERCA planeó suministrar a los agricultores información de mercados y precios a través del sistema de teletexto. Este sistema permite a las personas que tengan un aparato especial de televisión, el cual incluye un decodificador, tener acceso a diferentes fuentes de información. El sistema es muy parecido al Videotel, el cual está en funcionamiento en muchos países europeos. Sin embargo, después de los arreglos preliminares para el uso del teletexto, hubo grandes cambios en la industria de la televisión en México, que hicieron que éstos fracasaran. ASERCA había efectuado la mayor parte de los pasos necesarios para reunir la información de mercados que los agricultores necesitaban, pero entonces se encontró sin la forma de hacérselas llegar.

Evidentemente, la UITC podría proporcionar el mecanismo de difusión de información que estaba faltando. En septiembre de 1955 se realizaron conversaciones que condujeron a un acuerdo mediante el cual ASERCA asumiría los salarios y los costos de operación de la UITC, los cuales estaban siendo financiados por el proyecto de asistencia técnica de la FAO. Así, ésta se convertiría en una empresa conjunta entre ASERCA y el Gobierno estatal de Sonora.

Al mismo tiempo, se llegó a un acuerdo sobre los planes para establecer una estructura organizativa adecuada, la que agrupará a las asociaciones de agricultores y a otros interesados bajo una Asociación Estatal de Usuarios. Esta estructura, con un comité directivo que incluirá también representantes del sector público, controlará la UITC. Por último, y de acuerdo con el plan, la Asociación de Usuarios asumirá su financiación.

Las asociaciones de agricultores formarán comités por cada uno de los principales cultivos (por ejemplo, trigo, algodón) y por grupos de cultivos (por ejemplo frutas, verduras) los cuales identificarán las necesidades de información de sus productores y mantendrán los vínculos necesarios con la UITC.

3 - ALGUNAS LECCIONES DE LA UNIDAD DE INFORMACIÓN TÉCNICA Y COMUNICACIÓN

Es evidente que la UITC está proporcionando un valioso servicio, pero parece que se podrían haber realizado diferentes acciones para desarrollarla y expandir su alcance e impacto más rápidamente. Por ejemplo, si los recursos para cubrir los costos de distribución del boletín fueron en realidad una limitante para ampliar la lista de destinatarios, algunos de los costos de la UITC podrían haber sido recuperados de los mismos destinatarios del servicio ya existentes, habiendo comenzado a cobrarles por éste desde hace mucho tiempo. A los nuevos suscriptores se les podría enviar gratis durante un período de prueba. Parece que no hay razón para más demoras en hacer que los clientes paguen por este servicio. Un primer paso sería realizar una encuesta sobre las opiniones de los usuarios al respecto. El mismo boletín podría servir para realizar la encuesta, incluyendo en él un cuestionario. Esto sería menos costoso que entrevistar personalmente a los usuarios.

Además, el boletín también se podría utilizar, con cierta regularidad, para obtener reacciones o retroalimentación. Estas reacciones proporcionarían la información necesaria para su mejoramiento.

Aunque el boletín se envía a diferentes medios masivos, se podría realizar un mayor esfuerzo en el futuro para que los medios retransmitan la información a las áreas donde éste no puede ser enviado por fax. Por ejemplo, en las zonas de colinas, la radio es el principal medio de comunicación masiva con los agricultores. Muy probablemente se podría llegar a un acuerdo con una o varias estaciones de radio locales para que transmitan la información sobre precios del mercado que sea pertinente para los agricultores de esa zona. La opinión general expresada en Hermosillo es que a las estaciones de radio siempre hay que pagarles por su tiempo de transmisión, pero de acuerdo con nuestra experiencia, esto no siempre es así. A muchas estaciones comerciales les gusta que la gente se de cuenta de que ellas proporcionan alguna clase de servicio social o económico a sus comunidades, al menos parte del tiempo. Esto es así, especialmente si la información que se les solicita transmitir está bien elaborada y no demanda de ellos mucho tiempo de producción en estudio. El boletín encajaría dentro de esta categoría.

En cuanto a la promoción de la UITC, nada estimulará más rápido los éxitos en el futuros que los éxitos del pasados. Ejemplos como los que se han presentado aquí sobre agricultores que consiguen precios más altos por sus productos porque tienen información de mercados, requieren ser ampliamente difundidos en la zona. Unos buenos artículos de fondo en la prensa y documentales de televisión acerca de la UITC, con entrevistas a agricultores que se han beneficiado de ella, podrían estimular el interés de parte de otros agricultores.

La crítica mínima de algunos de los usuarios en el sentido de que el boletín contiene información que no es específica para sus necesidades, podría superarse si los usuarios pudieran bajar en sus propias computadoras solamente aquella información que quieran de toda la que suministra la UITC. En septiembre de 1995, varias de las asociaciones de agricultores estaban interesadas en hacerlo, pero se imaginaron que el módem que tendrían que adicionar a sus computadoras sería muy costoso. Cuando se les informó sobre el costo promedio de un módem, se mostraron entusiastas ante esta posibilidad.

Las perspectivas para la UITC en Sonora, y para unidades similares en otras partes de México, parecen excelentes. Ya existen planes, diseñados con la asesoría de la FAO, para crear una unidad similar en el Estado de Veracruz. Allí se hará el intento por tener, desde el comienzo, a las asociaciones de agricultores involucradas más de cerca en la financiación y en el funcionamiento de la unidad. Este parece ser el mejor enfoque porque, en realidad, los beneficios que se pueden obtener de un sistema de información como éste deberían convencer fácilmente a los agricultores de que vale la pena pagar por él. De hecho, la información de todo tipo es un insumo esencial para la producción, pero mientras muchos agricultores podrían demorarse en reconocer la importancia de la información de tipo técnico, las ganancias rápidas y visibles debidas al uso de la información de mercados en sus transacciones podrían convencerlos rápidamente de su valor.

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