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El mundo forestal

15a Conferencia Forestal del Commonwealth

Relato personal de un participante

Generalmente, a los especialistas forestales que asumian la importancia de la política en la práctica de su profesión sus colegas les miraban con desconfianza o en el mejor de los cases con un respeto poco entusiasta. Fue el malogrado Jack Westoby quien llamó la atención de los escépticos sobre la politización de la profesión forestal. Doce años después de este primer intento de concienciar a sus colegas, la 15a Conferencia Forestal del Commonwealth confirmó que hay en día se acepta que exista un estrecho vinculo entre el sector forestal y la política, al adoptar para la Conferencia el tema «Las actividades forestales en un media político cambiante: los desafíos para el siglo XXI».

Las conferencias forestales del Commonwealth, de periodicidad cuatrienal, reúnen a 53 países del Commonwealth, que agrupan a 1 600 millones de personas, aproximadamente la cuarta parte de la población mundial. La 15a Conferencia, que tuvo lugar en mayo de 1997, contó con 360 participantes de 30 países del Commonwealth, 5 países ajenos a esa institución y varias organizaciones internacionales, regionales y nacionales. Se celebró en las cataratas Victoria, Zimbabwe, era solamente la tercera vez que se celebraba en Africa. Tanto la Conferencia como el Congreso Forestal Mundial, que tuvo lugar mesas más tarde en 1997, coincidieron en un año de gran importancia política para los bosques del mundo, con la reunión de la Asamblea General de las Naciones Unidas para hacer balance de los progresos conseguidos en la aplicación de las resoluciones y compromisos de la CNUMAD, examinar el informe de la Comisión sobre el Desarrollo Sostenible (CDS) de Las Naciones Unidas sobre los bosques y considerar las disposiciones relativas al funcionamiento de un organismo claramente político, el Grupo Intergubernamental sobre los Bosques.

1Westoby, J.C. 1985. Foresters and politics. Documento presentado al IX Congreso Forestal Mundial. Commonwealth Forestry Review, 64(2): 105-116.

La Conferencia Forestal del Commonwealth se organizó en sesiones plenarias y grupos de trabajo. Estos últimos debatieron tres subtemas, a saber, la interconexión entre la comunidad, el Estado y el sector privado; los medios tecnológicos para asegurar el desarrollo forestal sostenible; y los productos y servicios de los bosques.

En conferencias anteriores algunos participantes habían criticado que no tenían suficientes oportunidades para participar en las presentaciones formales y en la declaración final. Por esa razón se estableció el sistema de grupos de trabajo, que se consideró que había sido una opción acertada para facilitar la participación de todo el mundo en los debates y en las conclusiones de la Conferencia. El hecho de que el número de participantes fuera reducido, en comparación con Las 2 500 personas presentes en el Congreso de Paris en 1991 (y las 3 000 que se esperan en Antalya) o las 2 000 que tomaron parte en el Congreso Mundial de la Unión International de Organizaciones de Investigación Forestal (IU FRO) en 1995, favoreció los contactos entre los presentes y, par otra parte, el uso del inglés como único idioma de la Conferencia facilitó la comunicación.

La toma de conciencia política de la importancia de los bosques se reflejó no sólo en el hecho de que Su Excelencia el Presidente de la República de Zimbabwe, C.R.G. Mugabe, estuvo presente en la inauguración de la Conferencia y de que el Jefe Emeka Anyaoku pronunció la alocución principal, sine también en la asistencia a los debates del primero de los subtemas. Uno de los participantes señaló que el número de personas presentes en las deliberaciones del primer subtema fue nueve veces mayor que en las discusiones del segundo.

El mundo forestal

La habitual presentación par los diversos organismos de las actividades que habían realizado desde la última Conferencia (Instituto Forestal de Oxford, Secretaria de la Commonwealth, Oficinas de Agricultura del Commonwealth (CAB) Internacional y Asociación Forestal del Commonwealth) tuvo un mayor realce internacional porque estuvo acompañada del examen de las actividades de la Secretaria del Grupo intergubernamental ad hoc sobre los bosques (Jag Maini), el Departamento de Montes de la FAO (D. Harcharik) y la Comisión Mundial sobre los Bosques y el Desarrollo Sostenible (J. Spears). En la presentación de carteles y en los seis puestos comerciales existentes se pudo observar material realizado con gran profesionalidad. La celebración de la Conferencia se conmemoró con una plantación de árboles, en el curse de la cual un grupo de estudiantes dio la bienvenida a los participantes interpretando una canción compuesta especialmente para la ocasión y luego ayudó a los representantes de coda país u organización a plantar sus árboles.

En la Conferencia se presentó el Premio de la reina para actividades forestales, que se otorga a una persona que haya hecho una contribución destacada en el sector forestal. Aunque no se trata del Premio Nobel del sector forestal que algunos quisieran que se instituyera, porque sólo se concede a ciudadanos de los países del Commonwealth, es un premio prestigioso, que este año ha recaído en J. Vanclay (Australia) del CIFOR, par su contribución al conocimiento del crecimiento de los recursos arbóreos y forestales mediante la elaboración de modelos. La medalla Tom Gill, por la contribución a la silvicultura tropical (se otorga en memoria del distinguido especialista en silvicultura estadounidense de renombre internacional y se puede conceder a un no ciudadano del Commonwealth) recayó en C.T.S. Nair, de la India, coordinador del Programa de apoyo a la investigación forestal de la FAO para la región de Asia y el Pacífico.

El número relativamente reducido de participantes contribuyó a la brillantez de todas estas actividades y de los actos celebrados al margen de las sesiones oficiales, como las cenas ofrecidas generosamente par el Gobierno de Zimbabwe.

Habitualmente, las conferencias forestales del Commonwealth elaboran una Declaración, dirigida a los Jefes de Gobierno de los países del Commonwealth, a organismos internacionales (en este case, con especial referencia al Congreso Forestal Mundial a celebrar en el mes de octubre) y a organizaciones nacionales. Aunque los amamientos para la acción dirigidos a los dirigentes mundiales, tanto los que se hacen en los congresos mundiales como en los de la IUFRO, caen en el olvido, algunas de las recomendaciones formuladas en las declaraciones de anteriores conferencias forestales del Commonwealth, dirigidas concretamente a la Reunión de Jefes de Gobierno de los Países del Commonwealth han tenido un éxito mayor, pares se han concretado, par ejemplo, en la creación del Instituto Forestal del Imperio (en la actualidad Instituto Forestal de Oxford) y de la Asociación Forestal del Commonwealth, así como en los ensayos internacionales de procedencias en los pinos de América Central.

Cuando Westoby escribió que «... para que las políticas forestales nacionales respondan realmente a los intereses de la población, las políticas socioeconómicas han de proceder en la misma dirección. Debe existir el compromiso de alcanzar una mayor justicia social, un acceso más equitativo a la tierra y a otros recursos y la participación de la población en el proceso de desarrollo», no hacia sine expresar un punto de vista que en ese momento empezaba a ganar adeptos. Aunque es posible que haya que recorrer todavía un largo camino para alcanzar esta situación ideal, es indudable que desde 1985 se han hecho enormes progresos en la dirección correcta. El proceso democrático, la libertad de expresión e incluso una mayor justicia social se han abierto camino en muchas regiones donde en 1985 era inimaginable que eso pudiera suceder, pero lamentablemente, mientras que Westoby llamaba la atención sobre la función tradicional de los forestales en la protección de los intereses de las generaciones futuras, los otros grupos de los que afirmaba que necesitaban la atención especial de los forestales, es decir, los desfavorecidos rurales y los pobres de los núcleos urbanos, no han hecho sine aumentar su número, y si es cierto que sus necesidades se tienen en cuenta en la planificación del sector forestal, todavía subsisten las causes sociales y políticos de su pobreza.

En vista de que hay en día se acepta la importancia de las contribuciones sociales, económicas y políticas al manejo sostenible de los bosques, muchos de los participantes en la Conferencia se sintieron defraudados par el lenguaje complaciente y la excesiva amplitud del proyecto de Declaración de la Conferencia que se presentó en la sesión plenaria final, que había sido preparado teniendo en cuenta las conclusiones y recomendaciones formuladas en el curse de los debates de los subtemas en los grupos de trabajo. La Declaración se presentaría a los Jefes de Gobierno de los países del Commonwealth y al Congreso Forestal Mundial y dio la impresión de que se había perdido una oportunidad de influir más allá del ámbito de la Conferencia. Concretamente, las recomendaciones de la Declaración no se presentaron de una forma que pudieran captar la atención de los políticos respecto a la razón par la que los bosques eran importantes para sus países y para la población a la que representan. Análogamente, las recomendaciones formuladas a la comunidad internacional se limitaron prácticamente a pedir que se mantuvieran las tendencias internacionales recientes hacia una menor duplicación de actividades y a una mayor cooperación, a la creación y fortalecimiento de redes para compartir información y a la expansión de las oportunidades en los ámbitos de la educación, la capacitación y la investigación para afrontar los nuevos desafíos de la ordenación forestal sostenible.

Pero la Declaración reconocía la necesidad de un seguimiento de sus recomendaciones entre las conferencias. Uno de los rasgos característicos de las conferencias forestales del Commonwealth es que siempre se ha previsto la continuidad entre las conferencias y la aplicación de las recomendaciones mediante el Comité Permanente sobre las actividades forestales en el Commonwealth. En la Declaración se hacia un llamamiento para que ese órgano se mostrara más active en la aplicación de las recomendaciones de la Conferencia, y uno de los medios para ello seria que interviniera mayormente la Asociación Forestal del Commonwealth (AFC) que, pese a su título, es la única asociación profesional del sector forestal con una perspectiva global. La AFC está representada en el Comité Permanente y en el pasado desempeñaba un cometido, no muy bien definido, en la aplicación de las recomendaciones de la Conferencia. En la Declaración se pedía al Comité Permanente que exhortara a la AFC a fortalecer su función informativa en el Commonwealth, su capacidad de desarrollo de los recursos humanos y su composición internacional. Ciertamente, la AFC ha intensificado en los últimos años su función informativa,, no sólo mejorando la calidad técnica de su publicación principal, The Commonwealth Forestry Review, sine también a través de otras publicaciones. En un taller informal que se celebró al finalizar la Conferencia se debatieron las formas en que podían aplicarse las recomendaciones. Aunque los antecedentes son buenos, queda par ver hasta qué punto una organización estrictamente voluntaria puede hacer realidad la ambiciosa recomendación de la Conferencia.

A pesar del desencanto que suscitó el contenido de la Declaración, el autor de este articulo se sintió impresionado ante la forma en que la Conferencia Forestal del

Commonwealth trata de ampliar su área de influencia fuera de los limites del Commonwealth. Aspira a mantener el impulso en el periodo entre conferencias no sólo en el seno del Commonwealth, sine a nivel mundial mediante arreglos nuevos y de mayor alcance, particularmente ampliando las funciones de la Asociación Forestal del Commonwealth, aunque inevitablemente esto se limitará a quienes puedan, o quieran, comunicarse en inglés.

J. Ball
Jim Ball es Oficial Forestal. Superior (Plantaciones) del Departamento de Montes de la FAO.


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