FAO/SMIA: Perspectivas alimentarias no 10/11/12, diciembre 1997

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CRÓNICA ESPECIAL: REPERCUSIONES DE EL NIÑO EN LA AGRICULTURA, LA PESCA Y LAS ACTIVIDADES FORESTALES



ANTECEDENTES

"El Niño" es el nombre con el que se conoce el fenómeno del calentamiento de la capa superior del Océano Pacífico ecuatorial centro-oriental. Los vientos de la superficie del mar soplan de este a oeste en dirección al ecuador y acumulan agua caliente en la capa superior del oceáno Pacífico tropical occidental, cerca de Indonesia y del continente australiano. Como consecuencia de esta acumulación de agua caliente, se calienta la atmósfera y se crean condiciones favorables para las precipitaciones. La primera señal del fenómeno es la disminución de los vientos, acompañada de una acumulación de agua más caliente de lo normal a la altura del Ecuador y el Perú que culmina en torno a Navidad. Los pescadores que lo observaron por primera vez lo llamaron "El Niño" ("El Niño Jesús"). Existe también el equivalente frío de El Niño que se llama La Niña.

Desde comienzos de marzo de 1997 se ha observado un calentamiento de la superficie del mar en el Océano Pacífico, fenómeno que permitió reconocer el comienzo de El Niño, que suele ocurrir cada 2 a 7 años, con diversos grados de intensidad y duración. Por lo general alcanza su punto máximo hacia finales de diciembre, y se lo suele relacionar con cambios importantes que se producen en las temperaturas y las precipitaciones en algunas partes del mundo, que pueden influir positiva o negativa-mente en la agricultura y los recursos hídricos. El cambio de temperatura de la superficie del mar afecta también las condiciones naturales de los ecosistemas marinos.

Las dos últimas veces que se produjo este fenómeno fueron en 1982/83, cuando causó grandes inundaciones y cuantiosos daños en América Latina y sequías en algunas partes de Asia, y en 1991/92, cuando provocó una grave sequía en el África austral. El Niño de este año es considerado por diversos expertos como uno de los más graves del siglo, que está registrando temperaturas sin precedentes en la capa superficial del Pacífico. Diversos centros meteorológicos de todo el mundo señalan también que los peores efectos de El Niño deberían sentirse en los próximos meses y hasta bien entrado el año 1998.

No se ha determinado ninguna relación cuantitativa precisa entre la aparición de El Niño y los cambios en la producción agrícola, y es difícil pronosticar con exactitud las repercusiones del fenómeno en zonas específicas. En los últimos meses la FAO ha seguido de cerca las anomalías atmosféricas y evaluado los posibles efectos que pueden tener en la producción agrícola en diversas partes del mundo con objeto de advertir sobre el desarrollo de situaciones negativas y permitir la adopción de medidas preventivas.


EL MAPA: ANOMALÍAS CLIMÁTICAS QUE SUELEN RELACIONARSE CON EL FENÓMENO DE EL NIÑO

 
 

Nota: El gráfico superior muestra las probables repercusiones de El Niño en el período comprendido entre octubre y marzo, mientras que el gráfico inferior ilustra las del período comprendido entre abril y septiembre. S indica condiciones más secas de lo normal, Ll significa más lluvias de lo normal, y C indica períodos anormalmente cálidos. El gráfico se basa en dos ilustraciones tomadas de la página web sobre El Niño, del laboratorio del NOAA sobre el mediomarino del Pacífico. 


REPERCUSIONES EN LA PRODUCCIÓN Y LOS MERCADOS DE CEREALES

a) Producción

En el plano mundial, se prevé que la producción de cereales de 1997 se verá poco afectada por El Niño, pese a una cierta disminución de las cosechas en algunos países de la zona ecuatorial así como en el hemisferio sur debida al mal tiempo relacionado con dicho fenómeno. Sin embargo, como el impacto más intenso se prevé a partir de diciembre, la mayor preocupación se refiere a la amenaza que El Niño pudiera representar para los cultivos que se plantarán en los meses venideros y que se recogerán en 1998.

América Latina es una región especialmente expuesta a los efectos de El Niño. En 1982/83, el fenómeno provocó graves daños en varios países causados por sequías e inundaciones. Este año, las cosechas de la primera temporada se han visto afectadas por la sequía en la mayoría de los países de América Central y en algunos países del Caribe. El promedio de las pérdidas se estima en alrededor del 15 por ciento del volumen medio de las cosechas del año pasado, pero en algunos lugares han sido más graves. En América del Sur, la siembra de trigo en las zonas australes se vio afectada por un invierno más húmedo de lo normal, y se señala que en la Argentina y el Brasil la superficie sembrada ha disminuido notablemente. Sin embargo, los rendimientos de la cosecha de trigo dependerán principalmente de la intensidad de las lluvias relacionadas con El Niño que se reciban en los meses venideros. Con respecto a los cereales secundarios, ya se han comenzado a sembrar las cosechas que se recogerán en 1998. Se prevé que la superficie sembrada en los principales países productores disminuirá con respecto a los niveles excelentes del año pasado, pero como en el caso del trigo, el resultado final dependerá mucho de las condiciones atmosféricas de los meses venideros.

En Asia, entre los posibles efectos relacionados con El Niño ocurridos en los últimos meses figu-ran graves sequías en Indonesia, Filipinas y Tailandia, países normalmente susceptibles al fenómeno. Otras graves anomalías atmosféricas registradas en la re-gión, pero no relacionadas con El Niño, han sido una grave sequía en el nordeste de China y la República Democrática Popular de Corea y unas inundaciones en el Pakistán. Estas condiciones adversas del tiempo han afectado algunas cosechas de cereales secunda-rios de 1997 y las cosechas de arroz que se recoge-rán en las próximas semanas. Sin embargo, pese a algunos déficit de cereales previstos en algunos lugares, la producción de 1997 para la región en conjunto estará en torno a la media. En general, se prevé que las repercusiones más intensas de El Niño se registrarán entre diciembre de 1997 y marzo de 1998. En muchos países de la región, se empezará dentro de poco a plantar el trigo de invierno que se recogerá en 1998. En algunos países, las malas con-diciones del tiempo podrían retrasar las operaciones de siembra del arroz, lo que daría lugar a la siembra de variedades de maduración precoz pero menor ren-dimiento. Según los primeros indicios, en algunos paí-ses del hemisferio sur disminuirá la superficie sembra-da con arroz. En cuanto a las otras zonas suscep-tibles a las repercusiones atmosféricas relacionadas con El Niño, las perspectivas dependerán mucho de las condiciones del tiempo en los meses venideros.

En el África austral, las perspectivas para la cosecha de trigo que se están recogiendo actualmen-te son favorables. Sin embargo, hay una gran preocu-pación por los posibles efectos negativos de El Niño en la producción de cereales secundarios de 1998. Los expertos prevén una fuerte posibilidad de esca-sez de lluvias durante la época de la siembra que co-menzará dentro de poco. En consecuencia, la mayo-ría de los gobiernos han preparado planes globales para situaciones de emergencia destinados a aliviar las repercusiones de una posible sequía. En 1991/92 la subregión experimentó una grave sequía relaciona-da con El Niño.

b) Mercados de cereales

No se prevén efectos importantes de El Niño en las cosechas de cereales secundarios de 1997. Sin embargo, dado el bajo nivel de las existencias mundiales de cereales secundarios, los mercados de dichos cereales, particularmente maíz, serían vulnera-bles si se concretizaran las previsiones sobre los efectos negativos de El Niño en las cosechas del pró-ximo año, especialmente en el hemisferio sur. La si-tuación actual es marcadamente diferente a la de 1982/83 por lo que se refiere a los niveles de suminis-tros y precios. Las cosechas de cereales secundarios de 1982 alcanzaron un volumen récord y el nivel de las existencias remanentes al final de la temporada era muy alto (28 por ciento de la utilización). Esta si-tuación sirvió para amortiguar la fuerte disminución de la producción de 1983 y contribuyó a contener el alza pronunciada de los precios del arroz durante ese año. En cambio, el nivel de las existencias finales del pró-ximo año, especialmente maíz, se pronostica muy ba-jo (12 por ciento de la utilización). Por tanto, la posibili-dad de una disminución de la producción de cereales secundarios en 1998 en importantes regiones produc-toras como consecuencia de El Niño es motivo de preocupación, dada la difícil situación actual del mercado.

Aunque la producción de trigo de 1997 no se ha visto en general afectada por El Niño, el mercado de trigo ha estado reaccionando con nerviosidad a los informes sobre las condiciones atmosféricas, y los precios del trigo se han mantenido fuertes en las últimas semanas. Ello se debe principalmente al interés especulativo a más largo plazo en el trigo, que sigue prestando apoyo al mercado. Aunque los indicios actuales no permiten suponer que el año que viene habrá un déficit de la producción mundial de trigo provocado directamente por El Niño, no se puede descartar la posibilidad de efectos indirectos. Aunque el elemento que con más probabilidad sostendrá el precio del trigo en 1998/99 volverá a ser el bajo nivel de las existencias mundiales, los posibles excedentes de los mercados de otros productos también contribuirán a que los precios del trigo sean más firmes.

Los informes acerca de las posibles repercusiones de El Niño no han afectado mucho el comercio de arroz en lo que va de 1997, y los precios se encuentran actualmente en sus niveles bajos estacionales. Sin embargo, mientras no se vean claramente los posibles efectos en la producción de 1998, la especulación de los comerciantes podría hacer subir los precios en el primer semestre de 1998. En el segundo semestre dependerán mucho de las perspectivas de las cosechas en los principales países exportadores e importadores. Además, los precios del arroz podrían recibir apoyo de los mercados de otros productos afines, según cómo reaccionen al fenómeno de El Niño.


REPERCUSIONES EN OTROS CULTIVOS

La producción mundial de yuca en 1997 no se ha visto muy afectada por El Niño, porque la yuca se adapta mejor que otros cultivos a los suelos defi-cientes de las tierras marginales, al estrés por la falta de agua y a las condiciones adversas del clima, amén de que su sistema de raíces profundas le permite tole-rar períodos largos de tiempo seco. Pero si persistiera la sequía en 1998, resultaría perjudicada la produc-ción en Asia, América Latina y el Caribe, lo que ejer-cería una presión al alza sobre los precios de la yuca y sus productos derivados.

El efecto más importante y visible de El Niño en los sectores de los cultivos oleaginosos, los aceites y las harinas, es la fuerte disminución de la producción de harina de pescado en América del Sur y de las disponibilidades exportables mundiales, lo que, combinado con los bajos niveles de las existen-cias de los países exportadores, debería afianzar en 1998 los precios de la harina de pescado y de otras harinas de alto valor nutritivo. Además, se prevé que debido a unas precipitaciones inferiores a la media caídas en el sudeste asiático disminuirán en 1998 los rendimientos del coco y la palmera y, por consi-guiente, la producción de aceite de palma y aceites láuricos (coco y almendra de palma), redundando po-siblemente en un aumento y una mayor inestabilidad de los precios de dichos productos. Se prevé que los aumentos de los precios que ya se han observado en las dos últimas campañas afectarán en particular el mercado de aceite de coco. Aunque también pueda verse afectada la producción de algunas semillas oleaginosas en algunos de los países de las dos re-giones mencionadas, en los Estados Unidos y Europa los mercados de semillas oleaginosas no deberían acusar efectos importantes.

Las posibles repercusiones de El Niño en la producción del café derivarán primordialmente de los efectos de la sequía en la cosecha asiática que se recogerá el próximo mes de abril y del exceso de precipitaciones en la cosecha del Brasil que ya ha provocado un alza de los precios de mercado para el café de alta calidad. Dada la ya difícil situación de las existencias de cacao, si se repiten los efectos de El Niño de 1982/83 se agravaría la escasez mundial de dicho producto y aumentarían considerablemente los precios. No se prevén repercusiones significativas en los principales productores o exportadores de . La difícil situación actual se debe a la sequía en Kenya y Sri Lanka (no relacionada con El Niño) y al retraso de la recolección en la India debido a una racha de tiempo frío.

Con respecto al azúcar, hasta ahora los precios de 1997/98 se han mantenido constantes dentro de su margen normal de comercialización pero con una tendencia al alza debido a las perspectivas de una cosecha desfavorable en Asia a causa, en algunos casos, de las malas condiciones del tiempo relacionadas con El Niño. Sin embargo, los precios no deberían aumentar de forma pronunciada en 1997/98, ya que las existencias actuales son suficientes. Ahora bien, si éstas disminuyeran más de lo previsto y los efectos de El Niño se prolongaran hasta la campaña agrícola de 1998/99 cabría suponer que los precios superarán su margen reciente de comercialización.

En este momento hay poca preocupación por las perspectivas relativas a la exportación de bana-nas, pero la producción de bananas y plátanos para el consumo local podría verse perjudicada por una se-quía prolongada. Es improbable que se vean afecta-das las otras frutas tropicales de exportación, dado que las cosechas de este año ya se han recogido en gran parte. Los posibles efectos de El Niño probable-mente se observarán en las cosechas del año próxi-mo. Como las existencias de cítricos elaborados son abundantes es improbable que los daños que pudiera sufrir la producción de naranjas en Brasil influyan en los precios en este momento. Podrían producirse al-gunas repercusiones en el precio de la uva y de otros productos hortícolas si El Niño causara problemas a los cultivos de California o al abastecimiento de frutas y hortalizas de Chile y de los otros proveedores de productos de fuera de estación de los mercados del hemisferio norte.

No parece probable que se vean afectadas las existencias mundiales de algodón y yute, mien-tras que podría preverse una disminución de la pro-ducción de algunas fibras duras en el caso de que continuara la sequía en algunos países del hemisferio sur. En general, no se prevén inconvenientes en la producción de caucho.


REPERCUSIONES EN EL GANADO Y LOS PRODUCTOS PECUARIOS

El Niño podría provocar sequías anormales en algunos de los importantes países ganaderos del hemisferio sur y, en consecuencia, podría empeorar la situación de los pastos y pastizales. Si se retrasan o escasean las precipitaciones se sacrificarán más animales, especialmente grandes rumiantes que dependen de pastos y pastizales, y el aumento de la producción de carne deprimiría a corto plazo los precios al productor. En consecuencia, podría aumentar la producción de cueros y pieles. Al mejorar la situación de los pastos y pastizales, disminuirá la extracción de ganado y se repondrán las existencias. La evolución de los precios de los piensos afectará sobre todo la producción de carne de ave y de cerdo.


REPERCUSIONES EN LA PESCA

Dado que el mecanismo de los episodios provocados por El Niño reside en el sistema climático del Océano Pacífico tropical, algunas de las repercusiones ecológicas más fuertes involucra los ecosistemas de esa región. Además, los fenómenos oceánicos de las ondas geofísicas promueven la propagación de las condiciones anómalas hacia el límite oriental del océano y después hacia los polos por las regiones limítrofes continentales tanto del hemisferio norte como del hemisferio sur.

La región del Pacífico oriental

Al estar situada en el extremo oriental de la "guía de la olas ecuatoriales", la región de la corriente del Perú, ubicada a la altura del Perú y el Ecuador, recibe toda la fuerza de las repercusiones de El Niño. La zona de la costa occidental de América del Sur es una de las principales regiones de corrientes ascendentes de todo el mundo, en la que se produce del 12 al 20 por ciento del total de las capturas mundiales. En dichas regiones, las aguas profundas ricas en nutrientes ascienden a la capa superficial iluminada donde se produce la fotosíntesis que favorece la presencia de grandes poblaciones de peces. Antes del colapso de las existencias relacionado con El Niño de 1972-73, la anchoveta peruana era con mucho la captura mayor, con capturas máximas anuales de más de 12 millones de toneladas. Los abastecimientos siguieron disminu-yendo hasta alcanzar su nivel histórico más bajo con ocasión de El Niño de 1982-83, a partir del cual se habían ido recuperando hasta la llegada del actual.

De las diversas predicciones que se pueden hacer acerca de las repercusiones del actual El Niño sobre las poblaciones de peces, quizás la más "segura" podría ser que las poblaciones tan importantes de la anchoveta peruana sufrirán gravemente y podrían pasar años antes de que se recuperen. Otras poblaciones de peces distribuidas en la zona del Pacífico oriental se verán también perjudicadas, aunque habrá también casos de efectos positivos, como por ejemplo el aumento de la pesca de la vieira en Perú en las próximas campañas.

En otras partes del mundo

Las poblaciones de peces que están fuera del ámbito del Pacífico oriental se verán afectadas a través de las teleconexiones atmosféricas. Por ejem-plo, se piensa que El Niño de 1991, que fue más be-nigno, puede haber tenido efectos perjudiciales en la pesca y el ecosistema de Namibia. Sin embargo, a medida que aumenta la distancia del Pacífico, las vinculaciones se hacen menos claras y por lo tanto resulta más difícil separar los efectos de El Niño de los de la pesca y de los efectos ambientales no relacionados con El Niño. En general, cabe esperar un cambio en las pautas meteorológicas en casi todas las regiones del mundo, y eso podría afectar los complejos procesos del ciclo de vida de las especies.


REPERCUSIONES SOBRE LOS BOSQUES Y LAS ACTIVIDADES FORESTALES

El Niño está afectando muchos aspectos del ambiente natural. Ahora bien, dado el período vegeta-tivo relativamente largo de la mayor parte de los re-cursos forestales, los efectos de El Niño pueden pueden ser menos espectaculares en los árboles que en los cultivos agrícolas anuales. La mayor amenaza a los árboles y bosques relacionada con El Niño es la de los incendios, debido a la sequía. La sequía puede aumentar drásticamente la inflamabilidad de la vegetación forestal y, por consiguiente, el número de los incendios, la superficie quemada y la duración de la quema. Los incendios constituyen un peligro particularmente para los densos bosques tropicales.

Las sequías incrementan el riesgo de incen-dios catastróficos que queman grandes extensiones de bosques, causan destrucción en masa e incluso pérdidas de vidas humanas y sirven como un severa advertencia de la capacidad destructiva de los in-cendios, como los de Kalimantan Este (Indonesia) en 1982-1983, que provocaron la destrucción de 3,6 millones de hectáreas de bosques primarios y secundarios húmedos, y en 1997, y los incendios forestales actuales del Brasil. Pareciera que existe una fuerte correlación entre los años de El Niño y la aparición de grandes incendios forestales.

Menos espectaculares, pero con importantes efectos negativos, son los incendios de bosques que se producen en zonas áridas y semiáridas. Estas zonas, ya expuestas a los incendios, son más susceptibles todavía durante los años de El Niño en los que las sequías son más graves o prolongadas de lo normal.

Los cambios climáticos pueden afectar tam-bién la repoblación del bosque y el arraigo y creci-miento de plantaciones hechas por el hombre. Las tensiones causadas por la sequía pueden dar lugar a una disminución de los bosques y a una mayor sus-ceptibilidad a las invasiones de insectos, a las enfer-medades y a una mayor repercusión de la contami-nación sobre los árboles debilitados, con la consi-guiente pérdida de crecimiento o muerte de los árboles.

Los bosques y árboles desempeñan una fun-ción importante en la seguridad alimentaria además de los valores económicos, sociales y ambientales que posee, Las actividades forestales contribuyen a la seguridad alimentaria de tres maneras: mediante el suministro directo de alimentos, la protección de la base agrícola para la producción de alimentos, y la creación de oportunidades de empleo y de ingresos. Los sectores más pobrees de la sociedad dependen mucho de los bosques como fuente directa de alimentos, así como de combustible y diversos productos no madereros. Los incendios forestales en las zonas críticas de cuencas hidrográficas pueden tener un efecto indirecto pero importante en la produc-ción agrícola de las tierras aguas abajo. Por último, la pérdida de oportunidades de empleo e ingresos derivada de la pérdida de bosques puede reducir la capacidad de la población para comprar alimentos. Dado el vínculo que existe en los bosques y la seguridad alimentaria, el aumento de los riesgos de incendios y los consiguientes daños forestales rela-cionados con El Niño tiene repercusiones potenciales sobre la seguirdad alimentaria nacional y familiar.


LA FUNCIÓN DE LA FAO EN EL ALIVIO DE LAS REPERCUSIONES DE EL NIÑO

Hasta ahora la FAO se ha dedicado sa ayu-dar a los países a estar preparados para contrarrestar el impacto negativo de El Niño.

Prevención a largo plazo

La FAO ha prestado asistencia a países para la ejecución de medidas preventivas a largo plazo contra fenómenos relacionados con la sequía y las inundaciones, gracias a las cuales los países afectados por El Niño están mejor preparados para hacer frente a dichas situaciones. Ejemplos de dichas medidas son los siguientes:

Por lo que se refiere a las medidas preven-tivas a largo plazo en el sector pesquero, la FAO ha promovido la sensibilización sobre las fluctuaciones de las poblaciones ícticas provocadas por factores ambientales y sus consecuencias sobre la pesca. Se suele aconsejar a los Estados Miembros que adopten un enfoque basado en el principio de precaución en sus planes de ordenación y desarrollo pesqueros cuando las poblaciones ícticas están sujetas a grandes fluctuaciones provocadas por factores am-bientales, tales como las causadas por el fenómeno de El Niño en el Pacífico oriental tropical y, en menor medida, también en otras partes.

Alerta temprana y previsión

Desde marzo de 1997, la FAO ha intensifi-cado el seguimiento de la evolución de las condicio-nes meteorológicas y de las perspectivas para las cosechas en todo el mundo mediante su sistema mundial de información y alerta (SMIA). El Sistema ha publicado dos informes sobre las repercusiones de El Niño en la producción agrícola en América Latina y Asia. Actualmente se centra en el África austral donde el período vegetativo de 1997/98 recién ha empeza-do. El SMIA ha examinado con el PMA la posibilidad de emprender, con la aprobación conjunta del Director General (FAO) y la Directora Ejecutiva (PMA), operaciones de urgencia anticipadas y destacar misio-nes de evaluación de cultivos y suministros alimenta-rios de la FAO y el PMA al África austral en abril/mayo de 1998, si continúa la sequía. Las evaluaciones reali-zadas por el Sistema sirven como guía para empren-der actividades de rehabilitación de la agricultura en los países afectados.

Rehabilitación temprana

En los últimos seis meses, la FAO ha hecho arreglos para evaluar los insumos agrícolas esencia-les necesarios para restablecer la producción en cuatro países perjudicados por El Niño. Se distribuirá a la comunidad internacional de donantes un llama-miento para pedir ayuda financiera destinada a la ejecución de intervenciones de socorro de urgencia, rehabilitación a corto plazo y preparación para afron-tar situaciones de emergencia. Con respecto a la si-tuación en Indonesia, el 26 de septiembre del co-rriente año, la FAO hizo un ofrecimiento oficial de asistencia al Ministerio de Actividades Forestales de ese país. En el pasado, la FAO ha ejecutado en Indonesia proyectos relativos a políticas en materia de incendios forestales, extinción de incendios, educa-ción y extensión.


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