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RESUMEN: ESTADO DEL TIEMPO Y PERSPECTIVAS DE LAS COSECHAS

En Africa septentrional, unas lluvias torrenciales caídas en octubre y las precipitaciones generalizadas entre ligeras y moderadas recibidas últimamente en Argelia y el nordeste de Túnez impulsaron la siembra temprana de los cultivos de invierno. En cambio, el tiempo seco registrado en octubre en las principales zonas productoras de Marruecos retrasó la siembra de los cereales de invierno. En Egipto ha comenzado la siembra del trigo de regadío. La mayoría de los países de la subregión obtuvieron cosechas inferiores a lo normal en 1997, debido a las malas condiciones del tiempo. La producción de trigo de 1997, situada en 9,2 millones de toneladas fue inferior en un 44 por ciento a la cosecha superior a la media del año pasado mientras que la de cereales secundarios disminuyó en alrededor de 4,4 millones de toneladas.

En Africa occidental, los resultados de la cosecha de cereales de 1997 en el Sahel son variados. Tras un comienzo temprano de las lluvias, desde mediados de julio los cultivos del Senegal, Gambia y Mauritania se vieron gravemente afectados por una prolongada racha seca. Aunque las precipitaciones caídas en agosto limi-taron algo las pérdidas, la producción de los cultivos de secano descendió de forma pronunciada. Las con-diciones de crecimiento fueron más favorables en otros países, salvo en algunas partes de Burkina Faso y el Níger. La FAO/CILSS calcula la producción de cereales de 1997 en los nueve países del CILSS en 9,1 millones de toneladas, 1,1 por ciento menos que en 1996 y 0,6 por ciento menos que la media. Se prevé una producción superior a la media en Guinea-Bissau, Malí y el Chad, casi normal en el Níger e inferior a la media en Burkina Faso, Cabo Verde, Gambia, Mauritania y el Senegal. En comparación con 1996, la producción aumentó significativamente en Guinea-Bissau, Mauritania y el Chad, pero fue semejante a la de 1996 en el Níger y Cabo Verde, donde nuevamente se prevé una cosecha muy mala. La producción descendió también en Burkina Faso, Gambia y el Senegal respecto a 1996. En los países costeros del Golfo de Guinea, las condiciones de crecimiento fueron en general favorables, pero en algunas partes la estación seca se prolongó más de lo normal. En el sur de Côte d'Ivoire, Ghana, Togo, Benín y el sudoeste de Nigeria no llovió desde mediados de julio hasta finales de septiembre, lo que retrasó considerablemente la siembra de las cosechas de la segunda temporada, cuya recolección ya está a punto de comenzar, previéndose una producción en torno a la media. Las perspectivas para las cosechas de Liberia y Sierra Leona son mejores que en años anteriores debido a una mejora de la seguridad en Liberia y en las principales zonas agrícolas de Sierra Leona. No obstante, la situación de los suministros de alimentos sigue siendo crítica en Freetown, debido al embargo comercial impuesto por el ECOWAS, la poca seguridad, y el comercio limitado que existe entre las zonas rurales y urbanas.

En el Africa central, las condiciones de crecimiento de la primera temporada son favorables en la mayoría de los países. Los cultivos de la segunda temporada están creciendo satisfactoriamente en el Camerún, el Congo, y la República Centroafricana. En la República Democrática del Congo, la situación de los suministros de alimentos sigue siendo crítica en el este, debido al gran número de personas desplazadas.

En el Africa oriental, unas lluvias intensas caídas desde mediados de octubre provocaron inundacio-nes y pérdidas de cosechas en varios países. En Somalia, se prevé una menguada cosecha "Deyr" de 1997/98 debido a las pérdidas causadas por las inundaciones. En Kenya, unas lluvias muy superiores a la media causa-ron pérdidas localizadas en las zonas agropecuarias del este y en las principales zonas productoras del oeste. En Etiopía, unas lluvias torrenciales caídas durante la recolección limitaron también el potencial de rendimiento de las cosechas de cereales de la temporada principal de 1997. En el este de Uganda y Tanzanía, se señalan pérdidas localizadas de las cosechas de cereales de "lluvias cortas" de 1998 debidas a las inundaciones. En otras partes, ya ha comenzado la recolección de las cosechas de cereales de la temporada principal de 1997 en el Sudán y las perspectivas siguen siendo en general favorables. En cambio, las perspectivas son malas en Eritrea debido al cese temprano de la estación de las lluvias. En Rwanda y Burundi, unas lluvias abundantes mejoraron últimamente las perspectivas para las cosechas de la primera temporada de 1998.

En el Africa austral, la producción de cereales de 1997 es un 16 por ciento más que la media pero un 10 por ciento menos que la excelente cosecha de 24,4 millones de toneladas del año pasado. En Angola, la producción disminuyó en un 15 por ciento debido a la escasez de precipitaciones, mientras que debería ser menor que el año pasado en Botswana, Lesotho, Malawi, Sudáfrica, Zambia y Zimbabwe debido al tiempo desfavorable. El suministro de alimentos es difícil en algunas partes de Malawi debido a unas cosechas reduci-das por la sequía. En cambio, se estima que la producción de Mozambique aumentará en un 11 por ciento debi-do al incremento de la superficie plantada y a un tiempo favorable. En Namibia se prevé una cosecha sin prece-dentes de cereales secundarios, gracias al aumento de la superficie plantada y a unas precipitaciones abundan-tes. En Madagascar, los daños causados por las langostas a los cultivos en el sur se verán compensados por las buenas cosechas obtenidas en otras partes. Se prevé que los países que disponen de una cantidad relativa-mente grande de existencias remanentes de la cosecha del año pasado, tales como Sudáfrica y Zimbabwe, abastecerán a otros países de la subregión. Sin embargo, dada la preocupación por la posibilidad de que en la próxima campaña se produzca una sequía relacionada con El Niño, es probable que se revisen los planes de exportación e importación. Por lo tanto, es posible que se tenga que importar una cantidad mayor de maíz de fuera de la subregión.

En Asia, unas graves anomalías atmosféricas relacionadas con el fenómeno de El Niño siguen afec-tando a varios países. En Indonesia, una grave sequía, incendios forestales y el smog perjudicaron la pro-ducción agrícola, y amenazan la seguridad alimentaria de miles de personas. En Filipinas, los informes indican que hasta 36 provincias se consideran muy vulnerables a las anomalías atmosféricas relacionadas con El Niño, particularmente la sequía prolongada que, según los pronósticos, se extenderán hasta abril del año próximo. En las provincias más afectadas, las precipitaciones fueron menos del 40 por ciento de lo normal. En Tailandia, se prevé que la sequía relacionada con El Niño limitará la producción de los cultivos principales en los próximos meses. La segunda cosecha de arroz debería descender en alrededor del 38 por ciento a 2,8 millones de toneladas. En China, las partes septentrionales del país siguen afectadas por la sequía, que ya ha mermado la producción de maíz de este año y constituye una amenaza para la siembra del trigo de invierno. En la India, se señala que el monzón es en general normal otra vez. Una grave sequía registrada en la RPD de Corea provocó un considerable descenso de la producción interna de cereales por tercer año consecutivo, amenazando ulteriormente la seguridad alimentaria. En Viet Nam, un tifón causó a principios de noviembre alrededor de 285 víctimas y daños a 453 000 hectáreas de arroz de invierno-primavera. En el Afganistán, la producción total de 1997 aumentó en un 18 por ciento respecto al año pasado como consecuencia de unas lluvias buenas, mientras que en el Iraq la producción de 1997 fue inferior a lo normal por la escasez de insumos esenciales. Debido a unas condiciones atmosféricas favorables, la producción de trigo de 1997 aumentó en Arabia Saudita.

En América Central y el Caribe, se están recolectando las cosechas de la segunda temporada en la mayoría de los países. En Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Nicaragua y Panamá hay pocas probabilidades de recuperación después de las pérdidas de cosechas de la primera temporada causadas por El Niño. Sin embargo, en Honduras y México se prevé una producción de maíz entre media y superior a la media. En la República Dominicana, unas lluvias abundantes caídas desde octubre favorecieron a los cultivos de secano afectados por la sequía y repusieron los embalses para la cosecha de arroz, principalmente de regadío. En Cuba, se pronostica una escasa producción de arroz debido a la continua escasez de insumos. En Haití, las condiciones para el arroz de regadío de la segunda temporada son favorables, pero la producción total debería ser escasa debido a las pérdidas sufridas en la primera temporada.

En América del Sur, unas lluvias torrenciales atribuidas a El Niño perjudicaron la recolección de la cosecha de trigo de 1997 en las zonas australes y retrasaron la siembra de la cosecha de maíz de 1997/98. En Argentina, la siembra de trigo fue limitada debido a las condiciones húmedas. En el Brasil, se señalan pérdidas de cosechas debidas a las inundaciones en uno de los principales estados productores, mientras que en el nordeste las condiciones están comenzando a ser más secas de lo normal y se prevé que continuarán en los meses venideros. También se señalan lluvias superiores a lo normal en el Uruguay. Las perspectivas para el trigo y el maíz dependen mucho de las repercusiones de El Niño en los próximos meses. En los países andinos, la siembra de las cosechas de cereales de 1998 han comenzado en Bolivia, Ecuador y Perú, en coincidencia posiblemente con el auge de los efectos de El Niño. En Colombia, la situación es particularmente difícil, ya que un tiempo seco y unas temperaturas elevadas combinadas con lluvias torrenciales perjudicaron en algunas partes los cultivos. En Venezuela, los cultivos se han visto afectados sólo ligeramente y se espera una producción de maíz superior a la media.

En Europa, unos chaparrones generalizados y un tiempo templado favorecieron el arraigo de los cereales de invierno en las partes occidentales, pero un tiempo frío fuera de estación afectó la siembra en el sudeste. La producción total de cereales de 1997 se calcula en 303 millones de toneladas, 12 millones de toneladas más que en 1996. Una ligera disminución de la producción en la CE se vio compensada con creces por el aumento de las cosechas de los principales países productores de otras partes de la región. En los países bálticos, la cosecha de cereales de 1997 superó los buenos niveles del año pasado y la producción total aumentó en un 11 por ciento a 4,8 millones de toneladas. Las perspectivas iniciales para los cereales de invierno que se recogerán en 1998 son satisfactorias en dichos estados.

En la Comunidad de Estados Independientes (CEI), una misión de evaluación de cultivos de la FAO destacada en septiembre estimó provisionalmente la producción de cereales y legumbres de 1997 en 150 millones de toneladas (peso limpio), 18 por ciento más que el año pasado. Se prevé que todos los países de la CEI obtendrán cosechas mayores o semejantes a las del año pasado. La mayor parte del aumento de la producción, estimado en 23 millones de toneladas, se debe a una recuperación registrada en la Federación de Rusia, Ucrania, y Moldova. Pero también debería aumentar de forma pronunciada la producción de Georgia, la República de Kirguistán, Tayikistán y Turkmenistán, como respuesta a los incentivos y a una mayor disponibilidad de insumos. Se prevén incrementos menores en Azerbaiyán (país afectado por inundaciones) y Kazajstán, debido a limitaciones financieras, baja rentabilidad de las zonas marginales y problemas de insumos. Aunque la cosecha total es significativamente mayor, la calidad de los cultivos es menor que el año pasado debido a la poca utilización de insumos y al exceso de lluvias. A raíz de la gran cantidad de suministros los precios de los cereales descendieron de forma pronunciada en la Federación de Rusia y Ucrania, lo que podría determinar en 1998 una disminución de la superficie sembrada. Según los indicios, en la Federación de Rusia la superficie sembrada con cereales de invierno disminuyó marginalmente; en cambio, la superficie arada para la siembra de primavera experimentó una marcada reducción. También hay indicios de una disminución de la superficie sembrada con cereales de invierno en Ucrania.

En América del Norte, ha terminado en los Estados Unidos la siembra de trigo de invierno que se recogerá en 1998. La cosecha de trigo de 1998 se estima oficialmente en 68,8 millones de toneladas, alrededor de un 10 por ciento más que en 1996. El pronóstico oficial para la producción total de cereales secundarios de 1997 ha aumentado a 265,6 millones de toneladas, pero es inferior a los 267,8 millones de toneladas de 1996. En el Canadá, ha terminado la mayor parte de la cosecha de trigo de 1997 y las últimas estimaciones la cifran en alrededor de 23,5 millones de toneladas, 21 por ciento menos que en 1996. También se pronostica una dis-minución de la cosecha de cereales secundarios respecto al volumen de alrededor de 25 millones de toneladas del año anterior.

En Oceanía, las perspectivas para las cosechas de cereales de invierno en Australia siguen siendo favorables tras unas precipitaciones oportunas y copiosas caídas en las últimas semanas. No obstante, la producción será considerablemente menor que el año pasado debido a una disminución de la superficie plantada y a unas condiciones secas registradas anteriormente en algunas partes. Además, en algunas partes de Nuevo Gales del Sur, donde predominan condiciones secas, se han producido grandes incendios que constituyen una amenaza para los cultivos y están trastornando las actividades de recolección. Unas precipitaciones recibidas últimamente en las zonas de cereales secundarios de verano han mejorado mucho las perspectivas para la cosecha que se sembrará dentro de poco y se recogerá en 1998.

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