En 1995, en Sudáfrica se dio inicio a una revisión de la política forestal. Sus resultados fueron un libro verde, un libro blanco, un programa de acción forestal nacional y, por último, en 1997 y 1998 la completa revisión de la legislación forestal. Este proceso implicó la separación de la legislación de incendios de veld y de bosques de la legislación forestal general.
Veld es un término utilizado en Sudáfrica para designar las praderas y otros tipos de vegetación apropiados para el pastoreo del ganado. Probablemente un sinónimo de la palabra veld es pastizal.
Considero que por el hecho de que los bosques y, especialmente, las plantaciones de árboles, son más vulnerables a las pérdidas y los daños ocasionados por los incendios, el diseño y la de la legislación que trata de éstos se asignaron al organismo forestal gubernamental. Cabe destacar que la legislación no hace distinción entre los tipos de cubierta vegetal.
Se ha dedicado una gran cantidad de trabajo y consultaciones para la compilación del proyecto de ley nacional sobre los incendios de veld y de bosques, que está por convertirse en ley, y del que he traído algunas copias. Entre las cuestiones normativas que pueden ser de interés para los participantes figuran las siguientes:
1. El terrateniente en gran medida tiene la responsabilidad de impedir que un incendio se propague de su tierra a aquella colindante. La definición de propietario es muy amplia.El terrateniente debe contener el fuego en su tierra mediante la preparación de cortafuegos en los límites de su propiedad y el mantenimiento de un equipo que sea razonablemente suficiente para extinguir un incendio ya sea a través de personal capacitado, como a través de una persona responsable de extinguir o contener el incendio, en caso el terrateniente no se encuentre en su propiedad. El propietario puede nombrar a un agente para que cumpla con lo que se le requiere.
2. Con el reciente desarrollo constitucional en Sudáfrica, las autoridades locales han asumido la responsabilidad de los distritos. Anteriormente, por lo general, las autoridades locales eran responsables únicamente de los servicios antiincendio en las ciudades, pueblos y aldeas. Naturalmente, los servicios antiincendio de las autoridades locales no logran cubrir todas las zonas de los distritos a tiempo para extinguir los incendios, sean éstos en edificios, en los veld o en los bosques. Por tanto, es necesario mejorar las relaciones entre los servicios antiincendio locales y los terratenientes y sus asociaciones. Los servicios antiincendio cuentan con su propia Ley de servicios de las brigadas antiincendio (Fire Brigade Service Act). Cuando esos servicios y los terratenientes entablen una relación de trabajo satisfactoria, puede ser posible y conveniente consolidar la legislación.
3. Los terratenientes que sufren daños y pérdidas a causa de la propagación de un incendio procedente de la propiedad colindante pueden presentar una demanda contra sus vecinos. El demandante tiene que probar que el incendio se propagó desde la propiedad colindante y que el demandado causó injustamente pérdidas como resultado de dicho incendio. En ese caso se presume que el demandado es culpable de negligencia hasta que se pruebe lo contrario.
4. El Gobierno fomenta la formación de asociaciones para la prevención de los incendios a través de ayuda económica (aún por establecer), el condono de la presunción de negligencia si el demandado es un miembro de una asociación de prevención de los incendios en el área donde ocurrió el incendio de veld, y la asistencia administrativa.
5. El sistema descrito hace que sea innecesario disponer de oficiales para hacer cumplir la ley con respecto a las responsabilidades de los terratenientes.
6. El Gobierno se comprometió en determinar el índice de peligro de incendios y comunicar esta evaluación a la población. Se trata de un nuevo campo que debe ser desarrollado.
7. Uno de los deberes de las asociaciones para la prevención de los incendios es proveer servicios de manejo, capacitación y apoyo para las comunidades que ocupan la tierra como un grupo. Este es un atributo constante de las políticas actuales que aspiran a atribuir el poder a los grupos de población que en el pasado han sido injustamente discriminados.
