FAO/SMIAR - Perspectivas Alimentarias No. 1, Febrero 2000 p. 4

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Persisten las dificultades alimentarias en muchos países en desarrollo

En muchos países en desarrollo la seguridad alimentaria continúa viéndose perturbada por las frecuentes catástrofes naturales y, cada vez más, por las catástrofes causadas por el hombre.

En el Africa oriental, las considerables pérdidas agropecuarias sufridas en algunas partes, principalmente debido a la sequía, han causado graves dificultades en el suministro de alimentos. En Eritrea, cerca de 590 000 personas afectadas por la guerra con Etiopía y por la sequía, necesitan asistencia alimentaria de urgencia. En Etiopía, la si-tuación alimentaria se presenta muy difícil para alrededor de 8 millones de personas, incluidas unas 400 000 per-sonas desplazadas por la guerra fronteriza con Eritrea. En Kenya, se necesita asistencia alimentaria para alrede-dor de 1,7 millones de personas en los distritos septentrionales y orientales afectados por la sequía. En Somalia, las lluvias escasas recibidas en la temporada "Deyr" han exacerbado las dificultades alimentarias en algunas re-giones meridionales, ya castigadas por siete malas cosechas consecutivas. En el Sudán, pese a una situación en general estable del suministro de alimentos, unos 2,4 millones de personas afectadas por la sequía y los prolon-gados conflictos civiles necesitarán en el 2000 una ayuda alimentaria calculada en 103 000 toneladas. En Tanzanía, unas malas cosechas localizadas han afectado a miles de personas de diversas regiones. En Uganda, pese a que la situación del suministro de alimentos ha mejorado en la mayor parte del país, las poblaciones sep-tentrionales y occidentales afectadas por los disturbios civiles siguen necesitando asistencia alimentaria. En Burundi, escasea el suministro de alimentos debido a la mengua de la cosecha de la temporada A del 2000, cau-sada por el tiempo seco y la persistencia de los disturbios civiles. En particular, es crítica la situación alimentaria y sanitaria de alrededor de 800 000 personas desplazadas en campamentos. En Rwanda, pese a una mejora de la producción en la temporada A del 2000, los alimentos siguen escaseando en zonas localizadas. En la República Democrática del Congo (RDC), hay una grave escasez de alimentos y malnutrición entre las numerosas personas desplazadas, principalmente en la provincia nordoriental de Katanga y la provincia meridional de Kivu Sur, que si-guen parcialmente inaccesibles debido a la inseguridad. En el Africa occidental, las inundaciones registradas durante la última estación de las lluvias destruyeron cultivos e infraestructuras en zonas localizadas de algunos países sahelianos. En Liberia, aunque la situación alimentaria ha mejorado en general desde que terminaron los conflictos civiles, se informa que escasean los alimentos entre las personas desplazadas en la región septentrio-nal. En Sierra Leona , la situación del suministro de alimentos sigue siendo difícil debido a la persistencia de la inseguridad en las zonas rurales. En el Africa austral, se sigue prestando asistencia alimentaria a 1,1 millones de personas desplazadas en el interior de Angola, como consecuencia de los prolongados conflictos civiles.

En Asia, la situación alimentaria y las perspectivas para la producción de alimentos han mejorado notablemente en Timor oriental, como consecuencia del despliegue de fuerzas internacionales de mantenimiento de la paz, el establecimiento de una autoridad civil de las Naciones Unidas para supervisar la transición, y el suministro de asistencia alimentaria. La mayoría de las personas desplazadas ya ha regresado. En la República Popular Democrática de Corea , pese a alguna mejora de la producción interna de alimentos lograda el año pasado, el país sigue viéndose afectado por dificultades crónicas en el suministro de alimentos causadas en gran medida por las catástrofes naturales y el estancamiento económico. En Mongolia, el descenso de la producción de ce-reales debido a problemas relacionados con la transición económica y a la disminución del sector de las fincas estatales dejó a muchos grupos de la población en situación vulnerable a la inseguridad alimentaria y con necesi-dad de asistencia. En Sri Lanka se sigue necesitando asistencia alimentaria para los grupos vulnerables despla-zados a causa de años de guerra civil. En el Cercano Oriente, pese a unas lluvias beneficiosas recibidas última-mente en algunas partes, una sequía prolongada ha afectado a la producción agropecuaria. En el Afganistán, la difícil situación del suministro de alimentos debida a la sequía del año pasado y a un brote de plagas se ve agra-vada por las condiciones de tiempo seco no estacionales registradas en este invierno, particularmente en el sur, y el constante desplazamiento de miles de personas a causa de los prolongados conflictos civiles. En el Iraq, la persistencia de la sequía ha trastornado las actividades agrícolas en algunas de las principales zonas pro-ductoras. En Jordania, pese a las lluvias recibidas recientemente, la persistencia de la sequía ha afectado a la producción agrícola en varias partes. En Siria, miles de pastores siguen necesitando asistencia debido a la grave sequía del año pasado. En la Comunidad de Estados Independientes (CEI) de Asia, siguen necesitando asis-tencia humanitaria las poblaciones vulnerables de Armenia, Azerbaiyán, Georgia y Tayikistán.

En América Latina, se sigue prestando asistencia alimentaria a Cuba, Honduras, Nicaragua y, desde diciembre de 1999, a Venezuela. También se presta asistencia alimentaria a Haití debido a los problemas económicos estructurales.

En Europa, continúan necesitándose programas importantes de ayuda alimentaria para los grupos económica-mente vulnerables y las personas desplazadas en los Balcanes, especialmente en la Provincia de Kosovo de la República Federal de Yugoslavia. También ha quedado afectada la economía de Bosnia y Erzegovina, y el país hospeda a un número considerable de refugiados. En la Federación de Rusia, la situación crítica de las personas desplazadas en Chechenia y alrededores se ha visto agravada por el tiempo muy frío imperante en el invierno. Los 350 000 refugiados y PID sobreviven con viviendas, alimentos, ropa y atención médica insuficientes, y cada vez más expuestos a las enfermedades, particularmente, la gripe y la tuberculosis. La inestable situación de seguridad de la zona, así como la dispersión de 160 000-185 000 refugiados en Ingushetia, están dificultando la distribución de la ayuda. Las poblaciones que quedan en Chechenia son inaccesibles.


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