EL PRECIO DEL AZÚCAR EN EL MERCADO MUNDIAL Y SU IMPACTO SOCIO ECONÓMICO SOBRE LOS EXPORTADORES


Ms Iris Nocedo, Vice-President, Cubazúcar, Cuba.

 

El tema que se nos ha asignado probablemente resulte demasiado ambicioso. Los impactos socio económicos son cuantificables más bien a largo plazo, y por otra parte rara vez responden a un solo factor, por lo cual más bien nos limitaremos a algunas reflexiones sobre la posible repercusión de los bajos precios actuales en las economías azucareras de los exportadores del tercer mundo, sin pretender, otra cosa que provocar a su vez algunas reflexiones sobre el tema en el auditorio.

Teóricamente una reducción de los precios de cualquier producto debe traer consigo la retirada de los productores no competitivos y un aumento de la demanda que se hace más atractiva, lo que balancea nuevamente la situación.

La situación en el azúcar no se ha comportado así durante los 90, (Gráfico 1), sino más bien ha ocurrido lo contrario, por mucho que han bajado los precios en el mercado mundial, las exportaciones siguen aumentando.

En este gráfico, además mostramos la situación específica de los países del Tercer Mundo, que a los efectos socio-economicos hemos definido como el total, menos los que clasifican como Países Desarrollados en N.U. Cuando se les separa como grupo se ve que, si bien sus exportaciones no han aumentado, tampoco han mostrado una reducción sensible con motivo de la caida de los precios. Como se puede ver, ellos representan el 67% del tonelaje total exportado en 1998, por lo que resultan decisivos para el comercio internacional azucarero. (Gráfico 2)

Las industrias en estos países, en particular aquellas que presentan una exposición considerable a los precios el mercado mundial son, por supuesto, las más afectados por los bajos precios mundiales, desde el punto de vista de su sustentabilidad, pues en el caso de los Países Desarrollados existen por lo general esquemas de protección que hasta cierto punto los aislan, garantizando la sostenibilidad de sus industrias nacionales.

Por otra parte, también los países del Tercer Mundo son los más vulnerables, en términos de disponibilidad de recursos, alternativas al cambio y peso de la economía agrícola dentro del PIB.

Aunque como grupo, el efecto en el total de exportaciones no ha sido evidente, la situación cambia cuando se analiza la situación país a país. En el trabajo nos concentramos en los principales exportadores del Tercer mundo y hemos escogido cuatro de los mayores para analizarlos. (Gráfico 3).

Como se puede observar, la situación es muy variada en cada uno de ellos.

 

CUBA

El verdadero impacto se produce a partir de 1991, con la desaparición de la URSS y de los acuerdos Especiales. El volumen de azúcar exportado a esos acuerdos y los precios, ventajosos para ambas partes, permitían a Cuba la importación de prácticamente todos los requerimirntos de petróleo, gran parte de los alimentos básicos y también una parte importante de los insumos para la industria azucarera, entre otros renglones. La situación a partir de 1991, aun con el Protocolo azúcar / petróleo entonces vigente, solo permitía importar por esa vía una fracción del petróleo requerido. Probablemente ningún otro país haya tenido que afrontar un cambio tan brusco, en sus condiciones comerciales, en medio además de un bloqueo económico recrudecido, que no permitía buscar alivio en ninguna organización financiera internacional, sino al contrario, ha logrado encarecer el costo del dinero para el país.

Aun así, el efecto de la falta de recursos solo se materializó en la caída de la producción azucarera en 1993, cuando la producción cayó bruscamente en casi 3 millones de TM en comparación con la de la campaña anterior. De aquí dos experiencias: los niveles de producción demoran en reaccionar, aún ante la carencia casi total de recursos para apoyar los cultivos. Por otra parte, los precios del mercado no necesariamente reaccionan al alza, aún cuando se produzca una reducción brusca, de tres millones de TM de un año para otro.

La caída posterior de los precios en 1998 y 1999, indudablemente ha venido a agravar aun más las condiciones financieras de la agroindustria, que requiere recuperar la utilización de su capacidad instalada en los centrales en busca de calidad, estabilidad y eficiencia y a la vez requiere diversificarse, dentro de la propia industria, para evitar el alto costo social que implicaría cualquier otra alternativa.

En el caso de Cuba la agro industria azucarera es la primera del país, y aunque el turismo y otras alternativas de producción han crecido de forma acelerada, continúa siendo la mejor alternativa dentro del sector agrícola, tanto por nuestras condiciones naturales, como por la tradición y la cultura azucarera del país y la existencia de mercados que tradicionalmente han recibido el azúcar cubana y donde sigue siendo bien recibida. Constituye, además un importante polo de desarrollo, al estar diseminada a todo lo largo de la isla, y generar a su alrededor empleos y ocupaciones diversas, relacionadas con la propia industria y con los núcleos de población que la rodean.

Todo ello ha llevado al reordenamiento que está teniendo lugar en la agroindustria, en busca de la competitividad que nos permita adaptarnos a las condiciones realmente difíciles que se prevén en el mercado azucarero en los próximos periodos, preservando a la vez la capacidad de la industria de continuar siendo el principal polo de desarrollo socioeconómico del país en las áreas rurales.

 

BRASIL

El programa de azúcar y alcohol, cuando fue diseñado, respondía a una estrategia bien pensada que debía proveer a Brasil de una flexibilidad para ambos productos.

El crecimiento desmesurado de la producción de azúcar en Brasil ha sido el resultado de la aplicación de una liberalización incontrolada, estimulada por un flujo considerable de recursos financieros internacionales, aplicados a inversiones individuales, sin una estrategia ordenada, que ya presentaba signos de colapso cuando los precios mundiales tocaron los 8 c/lb. a finales de 1998.

La devaluación del real brasileño vino a neutralizar momentáneamente el efecto de la caída de los precios mundiales para los productores brasileños durante 1999, al permitirles el pago de sus obligaciones en reales, pero la situación del mercado mundial ha continuado empeorando y a la larga continúa afectando a los propios productores brasileños, sin que ellos mismos puedan hacer mucho por evitarlo.

En esa competencia desenfrenada sobreviven los más eficientes, pero el costo social es muy alto. En el Norte-Nordeste la producción de azúcar ha disminuido sensiblemente, con todo lo que ello implica para esa región, de las más pobres del país. En el Centro-Sur, muchos ingenios enfrentan serios problemas financieros, que los obligan a continuar produciendo aún cuando pierdan dinero.

A pesar de las políticas neo liberales, el Gobierno ha debido tomar medidas para tratar de equilibrar la situación, con vistas a mejorar la demanda de alcohol. Quizás eso, unido a la caída de los rendimientos como resultado de la inevitable reducción de las atenciones culturales a la caña, realmente provoque una disminución en la producción para la campaña 2000/2001.

Eventualmente se llegará a un balance, pero entretanto, es Brasil, con el 30% del azúcar que se comercializa internacionalmente, el que está fijando los niveles de precio del mercado mundial, y sus productores, o al menos una buena parte de ellos los que están sufriendo las consecuencias socioeconómicas del efecto de una liberalización a ultranza, junto a productores en el resto del mundo, que aunque produzcan a bajo costo, deben tomar como patrón un precio que pone en peligro la viabilidad de sus industrias nacionales.

 

GUATEMALA

Ha sido de las agroindustrias más dinámicas durante los años 90, que se ha caracterizado por haber ido disminuyendo sensiblemente sus costos de producción, así como mejorando sus condiciones de infraestructura, lo que lo pone en condiciones relativamente mejores en cuanto a competitividad.

Recientemente, sin embargo, se ha visto afectada por condiciones climatológicas adversas, que disminuyeron la producción en las dos últimas campañas, lo cual se ha agravado por la caída de los precios mundiales.

Aún así se estima un aumento de la producción para 1999-2000, que sin embargo no llega al récord de 1998, e indudablemente se verá afectada por la continuidad de precios bajos en el mercado, con la consiguiente afectación socio-economica para una industria que representa un peso importante dentro del producto agrícola del país.

 

TAILANDIA

La principal afectación proviene de la crisis asiática, que precisamente comenzara en ese país, e influyó en una caída sensible de la producción azucarera en la campaña del 98.

Aún cuando la devaluación de la moneda y los paquetes de rescate financiero han brindado alguna ayuda, la falta de liquidez ha puesto prácticamente a la industria a merced de las decisiones de los bancos, que tienen en muchos casos el azúcar en prenda.

La caída de los precios mundiales y la lenta reacción de la demanda de la región asiática, han situado a la industria en una situación crítica, para la cual se ha planteado un proceso de reordenamiento en el país, que está en proceso de implementación.

Uno de los principales problemas de Tailandia es el bajo nivel de utilización de su capacidad instalada, por lo cual aumentar la producción se convierte en un requisito para lograr una mayor eficiencia. La disyuntiva será el cierre de algunos de los centrales, con la consiguiente afectación socioeconómica en términos de empleo, desarrollo rural, etc.

A través de estos ejemplos de países particulares, importantes exportadores del tercer mundo se pueden ver factores comunes, que son importantes para la sustentabilidad de la industria azucarera:

  • una de las principales causas de la caida de los precios mundiales ha sido el aumento desmesurado de la producción azucarera de Brasil, como resultado de la aplicación de una liberalización exagerada e incontrolada.
  • la caída de los precios mundiales, lejos de estimular a los productores del Tercer Mundo a disminuir la oferta, más bien los obligan a aumentarla – debido a la necesidad de obtener recursos financieros suficientes para sobrevivir, ya que no existen otras alternativas a corto plazo.
  • de ahí que no resulte probable que el balance oferta demanda se produzca a partir de una reducción de la oferta, provocada por la voluntad de los exportadores, sino más bien dependerá del aumento de la demanda de importación y de la quiebra de aquellas industrias con menor posibilidad de sobrevivir. A menos que la demanda se comporte mejor que lo esperado, ese proceso puede durar al menos dos o tres años. La esperanza de precios altos por un periodo continuado no parece muy factible, dado que en la demanda mundial de azúcar, son precisamente los países del Tercer Mundo los que más crecen.
  • entretanto, la quiebra de muchas industrias - que quizás en condiciones menos agresivas hubieran resultado competitivas - probablemente incidan en un aumento del desempleo en las áreas rurales, y el consiguiente agravamiento de los niveles de pobreza. Esta perspectiva no ayuda precisamente a que se cumpla el objetivo de la FAO de combatir el hambre en el mundo, polarizando aún más la concentración de la riqueza en manos de los que sobrevivan.
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  • por otra parte, parecería que es en aquellos países donde no ha existido, o no ha logrado funcionar un centro que dirija la estrategia azucarera, donde las consecuencias han sido mayores. En muchos de ellos, como Brasil, Tailandia, en definitiva los Gobiernos han tenido que intervenir y tomar medidas para tratar de aminorar los efectos socioeconómicos adversos.
  • en la actualidad, a nivel internacional no parece haber muchas oportunidades para acciones dirigidas a tratar de corregir el balance oferta / demanda a corto plazo, aunque organizaciones como la OIA, GEPLACEA pueden continuar resultando muy útiles como foros de discusión que permitan ir analizando las verdaderas causas de los problemas y ayudar a través del intercambio de experiencias para remediarlas.
  • por otra parte, en nuestro criterio se impone también el intercambio a nivel tecnológico, organizacional, económico, que permita profundizar en las vías para lograr la sostenibilidad de una industria, como la azucarera, que aparte de productora de alimentos es generadora de desarrollo. Ese es el reto.

Gráfico 1.

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 Gráfico 2. Papel de los exportadores del tercer mundo en el mercado internacional

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 Gráfico 3.

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Gráfico 4 

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Gráfico 5

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Gráfico 6.

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Gráfico 7.

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