Métodos sistematizados


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Un método de pastoreo sistematizado es aquél en que los diferentes pastizales o unidades del sistema se pastorean o no en un programa fijo o en fechas específicas. Estos llevan denominaciones tales como rotación, pastoreo diferido, rotación-diferida, rotación de descanso, intensidad alta, baja frecuencia, duración breve del pastoreo, pastoreo por células y posiblemente muchos más. A veces el sistema lleva el nombre del diseñador original como Hormay, Merril o Savory. Esta abundancia de nombres a menudo crea confusión.

Un método de pastoreo sistemático requiere pastizales con capacidad de pastoreo más o menos igual. Esto no significa necesariamente que sean del mismo tamaño dependiendo de los sitios de pastoreo y las condiciones involucradas. Por ejemplo, un sitio en malas condiciones con una superficie de 143 hectáreas, en una ladera como aparece en el cuadro 7, sería igual a 100 hectáreas de un sitio común de tierras en las mismas condiciones. Por lo tanto, los planificadores deben tomar en cuenta los sitios y la condición de los pastizales cuando diseñan métodos sistemáticos. Asimismo cada pastizal deberá tener agua para beber lo que también se debe tomar en cuenta.

La capacidad total de pastoreo de todos los pastizales en un sistema se divide por partes iguala en el número de hatos involucrados. Se da como ejemplo un sistema de rotación diferida con tres hatos y cuatro sitios de patoreo para ilustrar este punto. Supongamos que cada sitio tiene una capacidad para 60 unidades animal, esto se dividiría en tres hatos con 80 unidades animal cada uno. Se crea ciato sobreutilización de los pastizales pero esto no se continúa a través de los años. De este modo la frecuencia de la sobreutilización no es seria y cualquier daño temporal que se haya causado se puede reparar con la postergación subsiguiente. Los períodos de postergación se basan en las temporadas cuando las plantas son más vulnerables debido a la defoliación (fig. 7) y cuando a más probable que tenga lugar la sucesión secundaria.

Las divisiones actuales de muchas explotaciones no son compatibles con la implementación inmediata de la mayor parte de los métodos sitemáticos. Esto también se aplica a la disponibilidad de aguajes. El costo de cercos y aguajes adicionales podría ser prohibitivo, pero tomando en cuenta el éxito de numerosos métodos sistemáticos, sería posible amortizar el costo en el largo plazo. También se podría reducir los costos mediante el uso de cercos de suspensión y/o de cercos vivientes.

Los sistemas de rotación diferida de tres hatos - cuatro pastizales, dos hatos - tres pastizales y un hato - dos pastizales, han dado buenos resultados bajo ciertas circunstancias. En el anexo I se dan sus diseños fundamentales. Hormay y Talbot (1961) determinaron que algún pastoreo después de la formación de la semilla ayudaba a diseminarla y a enterrarla y que la extracción de las hojas y tallos marchitos estimulaba la formación de materia orgánica. Así es como se originó el sistema de pastoreo Hormay con un hato y un sitema de pastoreo rotación - descanso, que involucra tres tratamientos en un año. Se utiliza extensa y exitosamente en tierras de pastoreo temporal áridas y semiáridas en el oeste de los Estados Unidos. Se puede realizar sin cercos, con buena planificación y mantención de hatos. Se estima que el sistema es aplicable en gran cantidad en tierras de pastoreo estacional de la región. El diseño aparece en el anexo II.

Un ejemplo de sistemas de alta intensidad - baja frecuencia se tiene en la "Texas Range Station", que tuve la oportunidad de diseñar. Se establecieron seis potreros y se definió la capacidad total de pastoreo, de los seis, para un hato de ganado vacuno y de ovejas. El total de unidades animal estaba compuesto de 60% vacunos y 40% ovinos. Se utilizó un pastizal durante 25 días dejándolo descansar 125 días antes de utilizarlo nuevamente. En consecuencia, cada pastizal se utilizó durante 75 días y se dejó descansar durante 290 días del año. Se produjo un mejoramiento espectacular y rápido de los pastizales, pero la producción del ganado, especialmente del ganado vacuno, fue baja. Se han obtenido resultados similares en otros ensayos en diversos lugares. Es un buen sistema para el mejoramiento rápido si se está dispuesto a sacrificar productividad animal. Se puede modificar en el futuro para aprovechar la condición mejorada del pastizal y al mismo tiempo alcanzar niveles más altos de producción ganadera. La factibilidad y la rentabilidad de los sistemas que involucran un mayor número de potreros y una frecuencia reducida de pastoreo son cuestionables.


Uso comunal


Este es efectivamente un sistema de pastoreo que se refiere al uso de un pastizal por más de un tipo de ganado, ya sea al mismo tiempo o en tiempos diferentes dentro de la misma temporada. También se le llama "de doble uso.. Por ejemplo, se puede pastorear conjuntamente ganado vacuno y ovino; vacuno y caprino; ovinos y caprinos; vacunos, ovinos y caprinos; alpacas, llamas u ovinos; alpaca y llama. El uso unitario se refiere al pastoreo de un solo tipo de ganado; solamente ganado vacuno, solamente ovejas, etc. El uso comunal no es aplicable en todas las tierras de pastoreo por razones climáticas, de vegetación y culturales. Algunos ganaderos no criarán ovejas ni cabras aunque estas especies podrían contribuir significativamente a una mayor productividad del ganado vacuno y al ingreso neto.

Cuando es aplicable la utilización común, resulta más eficiente el uso de los recursos forrajeros (pastos, malezas, ramoneo), se obtiene una mayor producción animal total e ingresos más seguros que cuando se utiliza para una sola especie. Esto último se debe a la mayor versatilidad con respecto a los mercados. Cuando los precios de los productos de un tipo de animal están bajos, pueden estar mejores para los productos de otro tipo o tipos. Con frecuencia es posible aumentar la capacidad total de pastoreo en 20 a 25% con el uso comunal en comparación con el uso para un solo tipo de ganado. Las tasas apropiadas de ocupación se basan en el total de unidades animal y la proporción entre los distintos tipos de ganado depende de los componentes de la vegetación.


Flexibilidad de la tasa de ocupación


Se reitera que cualquier sistema de pastoreo debe ir acompañado de una tasa apropiada de ocupación. De lo contrario, es seguro que fracasará. La flexibilidad se refiere a las características de un plan de manejo que le permite adaptarse a condiciones cambiantes (SRM, 1989). Esto se refiere particularmente a los cambios en las capacidades de pastoreo debidos a las fluctuaciones climáticas. Las fluctuaciones menores en la producción de forraje no constituyen motivo de gran preocupación. Estas tienden a contrarrestarse mutuamente con tasas apropiadas de ocupación. Las fluctuaciones mayores, especialmente aquellas asociadas con sequías prolongadas, son motivo de gran preocupación. Aun las tasas promedio de ocupación apropiada pueden resultar en una sobreutilización grave durante estos perlados produciendo daños, de tal magnitud, a la vegetación, que tomará años recuperarla. La subutilización en años con pluviosidad da como resultado, sobre el promedio, una cantidad de forraje sin utilizar. Mientras que esto puede representar una pequeña pérdida económica, no representa una pérdida ambiental. La materia orgánica y humas adicional más el aumento del vigor y reproducción de las plantas prepara mejor el pastizal para los años secos venideros.

Griffiths y Orton (1968) calcularon que las probabilidades de recibir lluvias promedio y superiores tanto en las áreas de clima semi-árido y como en las de clima húmedo, en Texas, son del 40%, es decir, que en el 60% de los años la pluviosidad estará por debajo del promedio. Por lo tanto la tasa de ocupación basada en la pluviosidad media, en 60 años de 100, resultaría en una sobreutilización, variando desde leve a grave, que contribuirán significativamente a la desertificación .

Una moda en una serie de datos estadísticos es un promedio de los factores que se presentan con mayor frecuencia. La moda de pluviosidad en zonas áridas y semiáridas siempre se encuentra por debajo del promedio; siendo de aproximadamente 20% menos. Consecuentemente, también existe una moda de producción forrajera y una moda de capacidad de pastoreo. Una ocupación de acuerdo con la moda, reduciría las probabilidades de uso excesivo del pastizal, durante unos 30 a 40 años de 100, en lugar de 60 o más años. La formación de un hato reproductor de elite basado en la moda de capacidad de pastoreo, constituye un paso importante hacia el establecimiento de un sistema flexible de pastoreo, para evitar la desertificación Nada se pierde. Estará asegurada la producción máxima del hato de elite por una cantidad de años muy superior a lo que sería de otro modo. Sería posible retener los animales de fácil venta durante los años buenos para aumentar las utilidades. Los animales viejos y de baja o ninguna productividad se seleccionarían y venderían durante los años malos.


La suplementación


La falta de suplementación puede ser un factor indirecto causante de desertificación Para alcanzar una productividad animal superior se requiere nutrición adecuada durante todo el año, lo que el forraje del pastizal por sí solo no siempre puede proporcionar. Con frecuencia es necesaria una suplementación con minerales y, en ciertas épocas con proteínas. La falta de suplementación electa adversamente la productividad. Al no tener consciencia de esto, los ganaderos, como en el caso del sobre-pastoreo, piensan que se requiere un mayor número de animales para aumentar la producción total, lo que a su vez provoca desertificación y una baja en la productividad de los animales. Es necesaria una suplementación apropiada para cosechar todos los beneficios de la mayor capacidad de pastoreo y de una tasa de ocupación apropiada.


Integración de pastizales naturales y cultivados


Se está prestando mayor atención al establecimiento de pastizales cultivados en zonas con climas y suelos favorables. Las tecnologías son conocidas y se están aplicando. La capacidad de pastoreo de estos pastizales es varias veces superior a la de la vegetación natural, sin embargo los costos de establecimiento y mantenimiento son altos. Estudios realizados en Venezuela indican que las operaciones vaca/ternero en pastizales cultivados no son económicas.

Las demostraciones realizadas en Venezuela indican que un sistema global de producción en que se utilizan las tierras de pastoreo como áreas de reproducción y los pastizales cultivados como áreas de crianza y engorda, no sólo resulta económico, sino que también es una manera más eficiente de utilizar los recursos forrajeros. Con una suplementación oportuna, las vaquillas en los pastizales cultivados, alcanzan un tamaño adecuado para la primera cría a una edad inferior que la usual. Los toros también alcanzan pesos apropiados para la matanza a una edad inferior que aquellos en los pastizales naturales. Actualmente, los hatos en las tierras de pastoreo tienden a incluir un gran porcentaje de machos y hembras en desarrollo. Esto se eliminaría con la integración de estos dos tipos de pastizales permitiendo destinar más espacio a las vacas reproductoras y proporcionando una oportunidad para establecer tasas apropiadas de ocupación en las tierras de pastoreo. La producción animal total también sería mayor y más eficiente.


Utilización de los subproductos agrícolas e industriales


Una mejor utilización de los subproductos de la región como suplementos o alimentos para animales puede reducir el consumo de granos por el sector ganadero. Las investigaciones han revelado que la región es más rica en recursos alimenticios para animales de lo que se piensa. Debido a que por limitaciones de espacio no es posible analizar este tema en forma amplia, se señala algunos ejemplos para ilustrar este punto. Los subproductos que se obtienen de los cultivos oleaginosos tales como el algodón, el sésamo, el maní, los cocos, la palma africana, el ricino y la maravilla son excelentes fuentes de proteína, así como las partes no comestibles del pescado y del ganado.

Los productos fibrosos (hojas, tallos, etc.) y/o los productos no fibrosos (frutas, pulpa, melaza etc.) de las bananas, los plátanos, el café, la cocea, el ananá, los cítricos y la caña de azúcar se pueden utilizar como alimento para animales, y el suministro existente es bastante amplio. Al respecto, se ha prestado atención científica especial a la caña de azúcar por su alto rendimiento como alimento para animales, en la forma de calla entera (la que se pica o descorteza para utilizarla como alimento), bagazo o melaza. Las raíces y los tubérculos y los subproductos fibrosos de numerosos también constituyen excelentes alimentos para animales, especialmente en las explotaciones familiares. Se ha prestado especial atención a la mandioca (yuca) debido a su eficiencia para convertir la energía solar en altos rendimientos de almidones en las raíces y proteína simple en las hojas. El estiércol y la materia orgánica de las aves y cerdos constituyen buenos alimentos para rumiantes. Estos se recogen fácilmente en los sistemas de producción donde las aves y cerdos se encuentran concentrados. Los deshechos de los animales representan una fuente valiosa de energía ya que se pueden procesar para obtener biogas, y el residuo se puede utilizar como alimento o como fertilizante.


Pastizales suplementarios


La finalidad de un pastizal suplementario es la de aumentar cuantitativa o cualitativamente el forraje de un área de pastoreo, particularmente durante las temporadas secas. Popularmente, éstos se llaman "bancos de proteína", "bancos de energía" o "bancos de energía - proteína". Un pastizal suplementario es un área de pastizal cuyo forraje no es utilizado durante la temporada en que hay disponibilidad abundante de alimento para los animales, sino que se guarda para utilizarlo en épocas de escasez. Es un forraje de reserva que se deja en el campo hasta que sea requerido por los animales. Por lo tanto representa una forma de pastoreo diferido, ya que no se permite el acceso de los animales a él hasta que sea requerido. Si el banco es lo suficientemente grande, el hato o manada completos pueden aprovecharlo durante la época más mala del año. Si es demasiado pequeño para beneficiar a todos los animales, se deberá dar solamente a los más valiosos o productivos. En todo caso, debe quedar protegido la mayor parte del año para evitar el pastoreo, de manera que pueda acumular material que se utilizará más adelante. Para que sea eficaz, un banco de forraje debe estar bien cercado para impedir el ingreso del ganado durante la fase de crecimiento (Paterson, et al., 1987).

Los arbustos forrajeros leucaena (Leucaena leucocephla) y "quickstick" (Gliricidia sepium) y los pastos altamente productivos tales como la caña de azúcar (Saccharum officinarum) y el zacate elefante (Pennisetum purpureum) se pueden utilizar en los trópicos. Varias especies de "chamiso salado" (Atriplex spp) se pueden utilizar en las áreas áridas y semiáridas. Los pastizales suplementarios reducen, en cierta medida, la presión de pastoreo en los pastizales. Mejor aún, se pueden utilizar como incentivos para la formación de cooperativas de pastoreo.


Pastoreo comunal


Las tierras de pastoreo públicas y comunitarias son sometidas al pastoreo destructivo debido a la falta de reglas y regulaciones y de una autoridad para hacerlas cumplir. Este es un problema muy complejo, y para su solución se requiere el liderazgo y apoyo gubernamental.

Aunque no sea fácil, la formación de cooperativas o asociaciones de pastoreo autónomas constituirá un primer paso hacia la solución de este problema. Estas no pueden ser formadas simplemente por los gobiernos. Los miembros de ellas deben involucrarse en cada etapa de la formación, desde el inicio hasta el final y durante su funcionamiento. Los miembros, con asistencia técnica, formularán las reglas y regulaciones, para ponerlas en vigencia. Deben tener la autoridad para establecer penalidades cuando se cometan violaciones.

La formación de cooperativas de pastoreo se facilita con incentivos. La designación de ciertas áreas de pastoreo para uso exclusivo es muy buen incentivo. Otro es el establecimiento de bancos de proteína y energía para uso exclusivo. Los individuos desarrollarán un sentido de orgullo por la "propiedad" lo que tiende a conducir a un mejor cuidado de las tierras, y, además, se crea una buena disposición hacia las actividades de extensión y asistencia.

Las cooperativas de pastoreo ofrecen muchas otras ventajas. Abren el camino para un desarrollo más rápido de otros aspectos tales como las facilidades de comercialización, la suplementación, el mejoramiento y manejo del ganado y muchos otros. Un plan de manejo y mejoramiento de los pastizales y del ganado sólido y debidamente ejecutado constituye la clave de éxito para una cooperativa de pastoreo. Una vez que los miembros de la cooperativa vean sus beneficios y los obtengan, desarrollarán mayor confianza en el especialista en pastizales y por lo tanto estarán más inclinados a aceptar los programas orientados a la racionalización del uso de las tierras de pastoreo que les fueron asignadas.


Combustibles alternativos


A la luz del hecho de que la recolección de combustibles contribuye de manera significativa a la desertificación tanto en las tierras de pastoreo como en los bosques, es aparente la necesidad de contar con suministros alternativos de combustible. Los combustibles fósiles generalmente no se encuentran disponibles para los recolectores de leña combustible y aún si fuera posible ponerlos a su disposición, serían demasiado caros. Una solución que se ha aplicado con éxito en el cercano oriente, es el establecimiento de "bosques de combustible". Sin embargo, los usuarios de esta reserva de combustible deben controlar su cosecha para asegurar una producción sostenida, lo que no es posible en todos los casos. Los pastizales suplementarios compuestos de arbustos forrajeros también producen cierta cantidad de combustible, lo que constituye otra ventaja de esta práctica.

La verdadera solución para este problema es el desarrollo e implementación de otros recursos de energía aptos para el uso individual y/o de la aldea rural, que no sean la madera o los combustibles fósiles. La generación de metano utilizando los deshechos animales y agrícolas y la energía solar ofrecen las mejores posibilidades. Las tecnologías para la generación de metano son conocidas y el proceso se utiliza ampliamente en la India y China. Se han desarrollado pequeños generadores de un quemador que utilizan estiércol de cerdo. Las tecnologías que utilizan la energía solar para obtener calor también son conocidas. Es posible construir pequeños hornos de bajo costo para preparar alimentos utilizando energía solar. El tema de los suministros de combustibles alternativos merece mayor consideración.


Resiembra artificial


En casi todo el mundo y con demasiada frecuencia, se han enfatizado excesivamente los beneficios de la resiembra artificial de las tierras de pastoreo, como práctica de mejoramiento de los pastos. Muchas veces se ha destruido completamente una cobertura rala, pero resistente de vegetación natural de alto potencial, debido a los esfuerzos por resembrar, muchos de los cuales han fracasado. Sólo se debe recurrir a la resiembra artificial cuando no queda ninguna fuente de semillas u órganos de reproducción vegetativa para que se inicie en forma natural otra generación de plantas forrajeras nativas deseables. Esto queda demostrado en la figura 18, que muestra un área de pastoreo donde se habla recomendado la resiembra artificial. La recomendación estaba basada en observaciones someras. Un análisis crítico reveló que la resiembra no era necesaria porque quedaba una cantidad suficiente de arbustos y de pastos deseables y menos deseables, severamente sobre-pastoreados para la sucesión secundaria. Todo lo que se necesitaba era pastoreo diferido y una tasa de ocupación apropiada. Si se estima que es necesaria la siembra artificial, es aconsejable diferir el área primero para asegurarse de que éste sea el caso.

La resiembra es costosa y arriesgada, especialmente en zonas áridas y semiáridas. Por regla general, no es aconsejable realizar siembras en zonas con menos de 300 mm de pluviosidad media anual, porque pueden fracasar. Sin embargo, se han realizado siembras con éxito en zonas con baja pluviosidad cuando se han combinado con técnicas de recolección de agua, tales como fosos, zanjas de contorno y dispersión del agua, aunque éstas sólo proporcionan beneficios de corto plazo. Gifford (1975) concluyó que éstas y otras prácticas de "mejoramiento" mecánico no son beneficiosas desde el punto de vista de la producción de escurrimiento y sedimento en el largo plazo. Gran parte de los trabajos de investigación indican que no se debe esperar que las prácticas de mejoramiento que involucran alteraciones mecánicas severas mejoren las condiciones hidrológicas. Dado que la duración de la mayor parte de los tratamientos mecánicos es breve, es imperativo que se establezca y mantenga debidamente una cobertura vegetativa deseable.

Suponiendo que sea realmente necesaria la siembra artificial, se deberá intentar primero en los sitios con el mayor potencial y en suelos favorables. Los campos cultivados abandonados se deben resembrar para restaurar su productividad. Una mala preparación de la cama y las malas prácticas de siembra han causado fracasos de resiembra con mucho mayor frecuencia que las adversidades climáticas, aunque por lo general se culpa a estas últimas. Pero en casi todos los años, sólo se obtendrán resultados con una cama de siembra realmente bien preparada. En términos generales, una resiembra será sólo tan buena como los trabajos de preparación y plantación realizados. Esto no sólo ocurre en las zonas áridas y semiáridas, sino también en las zonas de alta pluviosidad.


Control de matorrales


Muchas de las tierras de pastoreo de la región han sido invadidas por especies indeseables de matorrales. En casi todos los casos, esta invasión se ha producido a causa de la utilización impropia, por la cesación de las quemas y por el uso excesivo. El de los matorrales no constituye deforestación. Es la reducción de especies leñosas indeseables en las tierras de pastoreo para reducir su competencia por el agua, la luz, el espacio y los nutrientes, con las especies forrajeras deseables. En cierto modo, el nombre "control de matorrales" es un error. En realidad se trata de un "reemplazo de especies" ya que el objetivo es el de reducir el matorral (indeseable) y reemplazarlo con especies deseables y menos deseables. Sin embargo, el control de los matorrales no constituye "erradicación" como piensan algunos. En primer término no existen tecnologías de erradicación y si existieran, probablemente serían demasiado caras. En segundo término, el matorral tiene algunos atributos deseables. Proporciona alimento y cobertura para la vida silvestre, y algunas especies proporcionan forraje para ciertos tipos de ganadería, tales como la producción de cabras. Por lo tanto es importante la planificación de programas para el control de matorrales. Los pastos son los productores más importantes de forraje y estabilizadores ambientales de la región. La mayoría de las especies son amantes del sol ya que sencillamente no crecen bien a la sombra. Más aún, los pastos que crecen a la sombra, aún las especies deseables, no son apetecidas por el ganado. Por lo tanto, la intercepción de la luz por el matorral reduce en gran medida la producción de forraje y una de las razones para el control del matorral es la de reducir esta competencia. La competencia entre las plantas leñosas y herbáceas por los nutrientes es discutible, pero probablemente hay algo de competencia.

El matorral denso ocupa mucho espacio, dejando poco para el pastoreo. Además, es difícil manejar el ganado en matorral denso. Mediante el control del matorral, que deja más espacio libre, ha sido posible aumentar las capacidades de pastoreo en varias voces. Sin embargo, un buen plan de manejo dejaría algo de matorral para la vida silvestre. En general las especies de matorral son utilizadores ineficientes del agua. Dwyer y DeGarmo (1970), demostraron que los arbustos del desierto requieren alrededor de 2,5 voces más agua por unidad de crecimiento que los pastos del desierto y que algunas especies de pastos requerían más que otras. Se ha estimado que algunas especies de pastos cortos requieren de 300 a 400 kg. de agua para producir un kilo de forraje secado al aire, mientras que el mezquite (Prosopsis juliflora) requiere entre 1700 y 1900 kg para producir un kilo de crecimiento. Sólo una fracción, si es que la hay, de este crecimiento es forraje. Este uso excesivo de agua por las plantas no económicas, de hecho constituye desertificación. Altera los régimenes de agua deseado. mediante la reducción de la recarga subterránea y el aumento del escurrimiento. Ingebo y Hibbert (1974) informaron que el flujo anual de agua aumentó en 22 % después que se suprimió el matorral mediante medios químicos en dos pequeñas cuencas en Arizona. Sturges (1973) informó que el control del matorral en Wyoming redujo la perdida de humedad del suelo en 24%. Como mencioné anteriormente, he sido testigo del renacimiento de vertientes después del control de los matorrales. No hay duda que el control aumenta la disponibilidad de agua para el crecimiento de forraje. En consecuencia, el control de matorrales seguido por un buen manejo también constituye una práctica para el control de la desertifcación así como una práctica para aumentar la producción animal.

Los métodos para el control de matorrales se pueden dividir en cuatro categorías: mecánicos, químicos, quemas y biológicos. Las descripciones que siguen de se dan como información general, y muchos han sido tomados de Welch (sin fecha).


Métodos mecánicos


El equipo que se usa para el control mecánico de los matorrales ha sido diseñado para eliminar, ya sea la parte superior de la planta o la planta entera. Los métodos mediante los cuales se elimina sólo la parte superior de la planta proporcionan un control de las plantas leñosas de corta duración porque la mayoría de las especies rebrotarán. Los métodos mediante los cuales se elimina efectivamente una parte del sistema radicular proporcionan control a más largo plazo. Algunos de los métodos son: extraer las plantas manualmente, extracción con máquinas, la siega o barbecho, picado con rodillo, arado de las raíces, extracción con cadena o rieles. Cada uno tiene su lugar.


Métodos químicos


Los herbicidas se pueden utilizar en forma líquida o en pastillas (pellets) y se aplican por voleo o a cada planta individualmente. La aplicación por voleo se puede hacer desde el aire o en el suelo ya sea manualmente o por aspersores motorizados. La aspersión desde el suelo es factible sólo en los matorrales de baja altura o en matorrales que están brotando como los que se muestran en la figura 19. Existen muchos herbicidas y formulaciones diferentes que se pueden utilizar en situaciones especificas.


Quema prescrita o controlada


Este método consiste en el uso del fuego para quemar un área predeterminada y obtener un resultado deseado, el fuego se mantendrá confinado al área en cuestión. Esto consiste en algo más que encender un fósforo. Estas quemas deben ser planificadas y se deben hacer las preparaciones apropiadas para confinar el fuego.

Una de las mayores limitaciones para una quema prescrita eficaz es la cantidad y distribución del combustible que se necesita para mantener el fuego. Generalmente se requieren de 2000 a 3000 kg/ha. de pasto, hojas secas y desechos distribuidos en forma pareja.

Normalmente es necesario postergar el pastoreo durante la temporada de crecimiento antes de la quema para acumular una carga adecuada de combustible. En numerosos casos, el grado de infección de matorral limita la capacidad del área para sustentar un fuego. Puede ser necesario algún tipo de tratamiento para el control de matorrales antes de la quema para producir cantidades adecuadas de combustibles bien distribuidos. Por lo tanto, la quema prescrita se aplica frecuentemente en combinación con otras prácticas de control de matorrales y como medida de mantenimiento. En la Figura 20, se ilustra una situación ideal para realizar una quema después de un picado con rodillo y control con herbicidas. Las quemas deben ser diferidas para permitir la recuperación del pasto y de otras especies forrajeras.


Métodos biológicos


Las cabras prefieren el ramoneo a otros tipos de forraje y por este motivo se las ha utilizado con éxito para el control de matorrales sin causar daño a los pastos y malezas. Las cabras no comen cualquier cosa y de todo, como se cree comúnmente. Por el contrario' ramonean y pastorean en forma selectiva. Por lo tanto el matorral a ser controlado les debe resultar agradable al paladar. El proceso de control de hecho constituye una defoliación frecuente. En consecuencia todas las hojas y tallos deben ser accesibles al pastoreo y por esta razón, el control con cabras generalmente se combina con otros métodos de control de matorrales que reducen su altura. Por último deben ser pastoreados en una rotación de dos pastizales en forma intensiva y frecuente basado en una decisión. Se las traslada una vez que el ramoneo haya sido intensamente consumido y comienzan a comer pasto por necesidad. La tasa de ocupación por las cabras se reduce de acuerdo con la declinación de los matorrales.