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12. México

12.1. Su extensión territorial abarca 1 967 183 km2 con una población de 88,6 106 habitantes en el año 1990 de los cuales 71,2 por ciento viven en el medio urbano. La tasa media de crecimiento demográfico, promedio 1970-1980 fue 2,92 por ciento anual y la del lapso 1980-1990 2,32 por ciento. La población urbana en el año 1970 constituía el 59 por ciento del total, pero en el año 1990 se elevó al 71,2 por ciento como consecuencia de un alto ritmo de urbanización ano inconclusa.

12.2. La PEA abarcó en 1990 el 31,2 por ciento de la población total y en el año 1970 el 27,3 por ciento, pudiendo en ello observarse el resultado de las diferencias entre las tasas de crecimiento de la población durante el lapso 1960-1990, así como el mantenimiento de las condiciones favorables a la migración de PEA. En 1980 la PEA en actividades propias de la agricultura constituyó 36,6 por ciento de la PEA total, lo que implicó 17,0 por ciento menos que en 1970 como resultado de un proceso semejante al desarrollado en la mayoría de los países de la región. No obstante ello, la subocupación de la PEA en la agricultura es altamente significativa como en casi la totalidad de los países de América Latina, tanto por el proceso de tractorización en particular y mecanización en general, como por el de concentración de la propiedad de la tierra y la persistencia de un importante número de unidades de producción minifundiarias.

12.3. Entre 1970 y 1980 la PEA en la industria, respecto a la PEA total, pasó de 24,3 por ciento a 29 por ciento como resultado de una fuerte expansión de la producción del sector. El PBI de ésta pasó de 28 080 106 dólares estadounidenses (dólares de 1980) a 60 892,4 106, entre los años 1970 y 1989, creciendo en consecuencia a una tasa promedio anual acumulativa 8,05 por ciento, o sea superior a la del PBI nacional que resultó 3,90 por ciento y a la del PBI de la Agricultura (2,0 por ciento), pero inferior a la de los Servicios Básicos que fue de 6,3 por ciento, integrando en consecuencia el selecto y pequeño número de países de la región que no disminuyeron la participación de su PBI Industrial en el PBI nacional. En consecuencia la PEA en los Servicios también creció significativamente, contribuyendo en la disminución del desempleo urbano que pasó de 7,2 en 1970 a 2,8 por ciento en 1990. En lo referente al empleo en el sector Industrial, el crecimiento de sectores muy intensivos en capital limitó la expansión deseable 19.

19 Poder Ejecutivo Federal, Secretaria de Programación y Presupuesto. Plan Nacional de Desarrollo 1983-1988. México, mayo de 1983.

12.4. Según la OLADE 20, la producción y el consumo de LE y BZ (en 103 Tep) evolucionaron según las magnitudes siguientes:

20 OLADE. SIEE, 1992 (información que incluye el año 1990).

AÑO

LE

CV

PRODUCCION

CONSUMO

PRODUCCION

CONSUMO

1970

6398,4

6398,4

1454,2

1288,4

1975

7007,3

7007,3

1670,9

1362,0

1980

7153,9

7153,9

1964,9

1629,7

1985

7443,8

7443,8

2149,3

1861,1

1990

6983,0

6983,0

2207,9

2009,5

Tasa de crecimiento aa promedio 1990/70 (%)

0,44

0,44

2,11

2,25

El consumo de LE está asociado exclusivamente al Sector Residencial, Comercial y Público y el de BZ de caña al sector Industrial, pero si se comparan las tasas de crecimiento de la población con las del consumo de LE se puede asumir la presencia de un fuerte proceso de sustitución entre fuentes, en lo que incide, entre otras causas, el proceso de concentración de la población en los centros urbanos.

La OLADE estima que en 1990 el potencial energético de la LE era equivalente a 47,5 por ciento 106 t, el BZ correspondía a 14,4 106 t y el de los RB a 933,0 106 (SIEE, 1992).

12.5. En el Plan citado (19) fueron incorporados por primera vez en la estrategia de desarrollo criterios ecológicos y ambientales, tendiendo a inducir un aprovechamiento sostenido de los recursos naturales en horizontes a mediano y largo plazo. En el diagnóstico se destaca que hasta 1979 se habían deforestado unas 12,0 106 ha de bosques templados y alrededor de 5,0 106 ha de selvas tropicales, sin explicitar el periodo de ocurrencia pero puntualizando que dicha superficie fue habilitada para el desarrollo de actividades ecológicamente menos productivas. Además, se estima que casi "la mitad de las tierras cultivadas se deterioran gradualmente a causa de la destrucción de los bosques", entre otros motivos, y que aproximadamente 200 mil ha se desertifican anualmente por iguales motivos. También resalta que una parte sustancial de las áreas ecológicas protegidas y las reservas se perdieron por la ampliación de la frontera agropecuaria y la expansión de las ciudades.

12.6. El mismo Plan (19) explícita que la superficie forestal ocupa 20 por ciento de la superficie del país y contiene alrededor de 10,0 106 habitantes, definidos como los "más rezagados" desde el punto de vista socioeconómico. El diagnóstico puntualiza que "en vista de la destrucción del recurso causada tanto por el inadecuado cambio de uso del suelo como por los cortes con fines domésticos", durante el lapso 1940-1957 el Estado asumió una política conservacionista forestal que dio lugar a la total prohibición de aprovechamiento de esta masa. El Estado estableció vedas, creó reservas e instaló un sistema de control. Pero para abastecer de materia prima a la industria, otorgó permisos de aprovechamientos a corto plazo y concesiones de largo plazo, dando lagar a una no deseable combinación de conservacionismo con explotación excluyente mercantil. A partir de 1969 se crearon empresas paraestatales que no dieron los resultados esperados. Mas recientemente se constituyeron empresas ejidales y unidades productoras de materia prima, habiéndose, además, levantado las vedas forestales.

En síntesis, la estrategia seguida tiene alta responsabilidad en las características actuales de la actividad forestal, entre las que se destacan: "creciente deterioro de los niveles de bienestar de la población" involucrada en ella; "uso y manejo inadecuado del recurso", "falta de integración e ineficiencia productiva y comercial de empresas forestales"; "sistemas de comercialización obsoletos con fuerte intermediarismo"; "contratación inadecuada y altos volúmenes de desperdicios en las áreas de corte y en los aserraderos"; resultando además insuficiente para atender la demanda interna de productos forestales e inadecuada para superar el deterioro ecológico.

12.7. Entre las conclusiones del citado diagnóstico se destaca la referencia a la pérdida de 12 millones de ha de bosques y 26 millones de ha de selvas ocurrida en el transcurso del lapso 1900-1983, equivalentes al 14,2 por ciento de la superficie total del país. Esta información complementa lo dicho en el punto 2.5 respecto a deforestación.

12.8. En el Programa Nacional de Modernización Energética 1990-1994 21, la LE y el BZ de caña de azúcar aparecen en consideraciones casi marginales y tratadas como parte de un conjunto (Carbón, LE y BZ) denominado Otras Fuentes, enfatizando en cambio, como resulta obvio en el caso mexicano, en el consumo de los hidrocarburos y electricidad. No obstante lo dicho, el Programa explícita que como complemento al "programa tradicional de electrificación rural" se promoverá la utilización "de fuentes alternas como la microhidráulica y las no convencionales (como la solar, eólica y biomasa)". Por ello, si bien la evolución histórica de la participación (por ciento) de la energía de BZ y LE respecto a la producción total de energía primaria exhibe un comportamiento definidamente decreciente, en las proyecciones hacia el año 1994 se supone una suave modificación del mismo:

21 Secretaría de Energía, Minas e Industria Paraestatal. Programa Nacional de Modernización Energética 1990-1994. Enero de 1990.

AÑOS

PARTICIPACION DE LE + BZ EN LA PRODUCCION DE ENERGIA PRIMARIA(%)

SEGUN EL PROGRAMA

SEGUN BE DE OLADE (SIEE. 1992)

1970

14,0

14,7

1975

11,3

12,4

1980

5.6

7.5

1985

4.6

7,0

1988

4.9

-

1990

4,9 (año de proyección)

7,2

1992

5.2

-

1994

5.3

-

Como puede inferirse, aún teniendo en cuenta las diferencias entre ambas fuentes de información, el consumo de LE + BZ se mantiene en niveles significativos y aproximadamente constantes desde 1980.

12.9. En el Diario Oficial del 6/2/1986 se informó la creación de la Comisión Nacional Forestal como ente intersecretarial permanente. Entre sus objetivos se destaca la intencionalidad de lograr ´'la coordinación del conocimiento, atención y resolución de los asuntos de naturaleza forestal en que competa intervenir a las Secretarías de Estado que la integran". Los considerandos enfatizan en los propósitos de "lograr un cambio de la calidad de vida de los pobladores de las zonas forestales", realizar aprovechamientos racionales de estos recursos, satisfacer la demanda del mercado interno, conservar el equilibrio ecológico, incentivar la participación directa de los citados pobladores en la explotación integral de los recursos forestales, pero no se encuentra referencia alguna a su importancia como fuente de energía. Lo mismo sucede en la parte dispositiva.

12.10. En el Diario Oficial del 30/05/1986 se dio a conocer la Ley Forestal. En el Capitulo Quinto ("De los aprovechamientos y...") establece que la Secretaria de Agricultura y Recursos Hidráulicos (SARH) regulará y fomentará el cultivo de los recursos forestales con objeto de asegurar su permanencia, su regeneración, aumentar la producción, elevar la productividad y satisfacer las necesidades futuras de materia prima. Además, clasifica los aprovechamientos y entre las categorías distingue, entre otros: los "no comerciales", que incluye los realizados para satisfacer las necesidades del medio rural, tales como:..., leñas para combustible; y los "de plantaciones", defiendo a éstos como los realizados en reforestaciones para fines industriales, para leña combustible,... Todos los aprovechamientos están sujetos a permisos otorgados por la SARH con base en los estudios de manejo integral y atendiendo a las restricciones de protección ecológica que emita la Secretaria de Desarrollo Urbano y Ecología.

12.11. Las disposiciones sobre la organización de la Secretaria de Energía, Minas e Industria Paraestatal (SEMIP) dadas a conocer en el Diario Oficial del 9/03/1989 no incluye a la LE, ni a otra fuente de energía de biomasa, por lo que cabe suponer que éstas están en el área de competencia de la SARH.

12.12. En noviembre de 1988 la SEMIP informó los resultados del análisis de la estructura de consumo de energía en el medio rural mexicano 22. La investigación correspondiente estuvo inscripta en el marco del Programa Nacional de Desarrollo del Gobierno Federal (1983-1988). Los resultados de ésta muestran que en el año 1987 el consumo total de energía en el medio rural alcanzó aproximadamente un nivel de 10 x 106 TEP, equivalentes a un consumo medio per cápita (en las áreas rurales) de 1,1458 Kep, mientras que el consumo total nacional per cápita fue 2,6112 Kep.

22 Secretaria de Energía, Minas e Industria Paraestatal. Comisión de las Comunidades Europeas. ENERGIA RURAL EN MEXICO. Análisis de la Estructura de Consumo de Energía en el Medio Rural Nacional. México, noviembre de 1988.

12.13. En la investigación citada (22) el territorio mexicano se dividió en diez (10) macroregiones. Los valores de consumo medio per cápita, comparativamente entre las macroregiones, van desde 0,9419 Kep en la Central (comprende los Estados Querétaro, Hidalgo, Puebla, Tlaxcala, México y Morelos) a 2,2814 Kep en la Península de Baja California (integrada por los Estados Baja California y Baja California Sur), pero el consumo total de energía de la Central constituyó el 18 por ciento del consumo total en el medio rural nacional en razón de su alta densidad de población.

12.14. A nivel de nación, la estructura energética rural muestra la importancia de la LE en el abastecimiento de los requerimientos, 69,2 por ciento, seguida por la gasolina (10,4 por ciento), GLP (10,0 por ciento); DO (6,3 por ciento); EE (2,5 por ciento) y petróleo diáfano (1,6 por ciento). El consumo total de LE en el país significó en 1988 el uso de más de 17 106 t.

El consumo rural medio per cápita se estimó en 54,02 kg mensuales, con grandes diferencias entre macroregiones: 90,98 kg/mes en la Pacifico Sur (integrada por los Estados Chiapas, Guerrero y Oaxaca) y 29,63 kg/mes en la Pacífico Norte (compuesta por los Estados Sonora, Sinaloa y Nayarit), como valores extremos. Los consumos más elevados corresponden a las poblaciones localizadas en áreas de clima frío de montaña, así como a las comunidades con menor cantidad de población y con mayores restricciones en cuanto a comunicación con otras áreas, y a los sectores de población de menores ingresos.

12.15. El principal uso de la LE es la cocción de alimentos, seguido por el calentamiento de agua, la calefacción de la vivienda y el calentamiento de hornos. Más de 75 por ciento de los usuarios de LE usa el fogón abierto o de tres piedras, de bajo rendimiento. La utilización de estufas se realiza sólo en algunas comunidades del Norte (integrada por los Estados Chihuahua, Coahuila y Durango) y de la Central.

12.16. La recolección de LE obliga al usuario a recorridos en radios de 1 a 7 km. El principal sustituto de la LE es el GLP, pero su precio y la infraestructura que sus usos requieren restringen las posibilidades de acceso a los sectores de menores ingresos. A nivel nacional el consumo medio per cápita de GLP es 5,77 kg/mes y a nivel rural 2,80 kg/mes, por lo que el consumo total rural de GLP es 814 106 kg/año. En dichos niveles, el consumo medio per cápita de Gasolina es 20,89 lt/mes y 4,39 lt/mes respectivamente, por lo que el consumo total rural es 1 277 106 lt/año. Los consumos más elevados de GLP y de Gasolina corresponden a las áreas que exhiben mayores tasas de crecimiento económico, no obstante lo cual también las áreas con comunidades pesqueras muestran altos consumos de Gasolina per cápita en razón de la naturaleza de sus actividades.

12.17. En las comunidades agrícolas y pecuarias se distinguen dos niveles de consumo: a) trabajo mecanizado, utilizan unos 300 lt/mes de Gasolina por familia y b) trabajo no mecanizado, las familias usan esta fuente de energía sólo en iluminación, con un consumo medio estimado en 2 lt/mes-familia. Más de la mitad de las familias del medio rural no usan GO. El consumo medio per cápita nacional de esta fuente es 11,08 lt/mes y en el medio rural 2,35 lt/mes. Los consumos más elevados de GO corresponden a las macroregiones P. Baja California y Pacífico Norte (7,97 y 4,62 lt/mes), mientras que las macroregiones Norte, Pacífico Sur y Península de Yucatán (esta última integrada por los Estados Campeche, Quintana Roo y Yucatán) presentan los consumos más bajos (0,68, 0,42 y 0,0036 lt/mes). El principal uso del GO es en la maquinaria agrícola y medios de transporte. Se usa también, aunque en menor medida, en bombeo de agua, riego y generación eléctrica.

12.18. A nivel nacional el consumo medio per cápita de EE es 80,81 kWh/mes y a nivel rural 10,09. Las macroregiones P. Baja California y Golfo Norte (esta última compuesta por los Estados Nuevo León y Tamaulipas) muestran los mayores consumos medios (36,92 y 22,33 kWh/mes), mientras que las zonas rurales del Centro y Sur exhiben niveles de consumo medio entre 6,78 y 8,70 kWh/mes. El uso principal de la EE es la iluminación. Otros usos dependen de los niveles de ingresos de las familias y de la estructura productiva de la unidad de producción. Así, por ejemplo, pueden aparecer usos en molinos de nixtamal y en otros motores fijos.

12.19. La utilización de petróleo diáfano a nivel nacional implica un consumo medio per cápita de 3,06 lt/mes y a nivel rural 0,61 lt/mes lo que equivale en este último a un consumo total de 179 106 lt/año. Los usos principales son iluminación, y encendido de fogón. En el Norte, el uso es calor (en invernáculos) para la producción de hortalizas en los meses con ocurrencia de heladas.

12.20. A nivel de macroregión se identificaron tres tipos de estructura energética:

a) LE 36 a 57 por ciento; Gasolina, más de 30 por ciento; GO, alrededor de 10 por ciento; GLP, alrededor de 10 por ciento; EE, más de 4 por ciento y PE diáfano, escasa significación. Este tipo corresponde a las macroregiones P. Baja California, Pacifico Norte, Golfo Norte y Centro Norte (esta última integrada por los Estados San Luis Potosí y Zacatecas).

b) LE 60 a 75 por ciento; GLP 9 a 15 por ciento; EE 2 a 3 por ciento; gasolina y GO el resto, disminuyendo en consecuencia la importancia de éstos respecto al tipo a). Esta estructura corresponde a las macroregiones Pacífico Centro (compuesta por los Estados Aguascalientes, Colima, Guanajuato, Jalisco y Michoacán), Central, Golfo Norte y Golfo Centro (ésta, integrada por los Estados Veracruz y Tabasco).

c) es el tipo característico de las zonas de menor desarrollo, como las macroregiones Pacífico Sur y P. de Yucatán. LE, más de 88 por ciento; Gasolina, aproximadamente 4 por ciento; GLP 1 a 4 por ciento; EE alrededor de 1,5 por ciento; PE diáfano, entre 1 y 2 por ciento y escasa participación del GO.

12.21. En el Programa Nacional de Energéticos 1984-1988 (PRONE) 23, como objetivos, se explicitó la necesidad de coadyuvar al desarrollo social a través de la ampliación de la cobertura energética, y la de diversificar las fuentes primarias utilizadas a fin de alcanzar un BE más racional y reducir la participación de los hidrocarburos en el consumo nacional de energía. El PRONE destacó la continuidad del Programa de Electrificación Rural, la diversificación en el uso de fuentes de energía y el aprovechamiento más eficiente de las denominadas fuentes tradicionales, como la LE y otros RV (residuos vegetales).

23 Gobierno Federal. Programa Nacional de Energéticos 1984-1988. México, 1984.

El documento señala que el Programa de Electrificación Rural durante el lapso 1982-1986 benefició a unos cuatro millones de habitantes localizados en más de siete mil aglomerados rurales y colonias. Pero la Comisión Federal de Electricidad informó en 1986 la existencia de poco más de 87 000 localidades desprovistas de EE, de las cuales unas 69 000 eran asentamientos de menos de 100 habitantes. Para abastecer las mismas, en el futuro, destacaba la posibilidad de utilización de fuentes alternativas de energía para la generación eléctrica: microhidráulica, eólica, solar y biomásicas. Pero la insuficiencia de información a nivel de los potenciales usuarios era tal que determinó la necesidad de realización del estudio citado en (22), previo al diseño de programas de "energetización rural".

12.22. En un documento publicado por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) 24, al referirse a las características y disponibilidad de los recursos biomásicos, en lo concerniente al recurso forestal, se explícita que en 1975 alrededor de 30,6 106 ha (aproximadamente 15,5 por ciento de la superficie total del país) estaban ocupadas por bosques. De este total, 60 por ciento correspondía a especies maderables y el resto a no maderables.

24 Antonio Alonso Concheiro y Luis Rodríguez Viqueira. Alternativas Energéticas. UNAM, México, 1984.

La misma fuente señala que en 1978 la superficie forestal abarcaba 44 106 ha (aproximadamente 22,4 por ciento de la superficie total nacional) y que de éstas, 66 por ciento correspondía a bosques de clima templado o frío (70 por ciento coníferas y 30 por ciento latifoliadas) y el resto a bosques de climas tropicales y subtropicales. Es evidente que la estimación de 1975 debe ser parcial, mientras que la estimación de la superficie en 1978 coincide con la informada por FAO 25 para 1986. Lo dicho lleva a suponer que los recursos forestales no estaban suficientemente determinados y no se dispone de información que posibilite evaluar la oferta de biomasa forestal con los requerimientos de consumo, excepto si se consideran razonables los resultados informados en el punto 12.4 (fuente: SIEE, 1992, OLADE).

25 FAO. Anuario de Producción, Vol. 41. Roma, Italia, 1988.

12.23. En el año 1987 la SEMIP dio a conocer los Balances Nacionales de Energía para los años del período 1965-1985. En éstos, los poderes caloríficos adoptados para la LE y el BZ fueron 4 400 kcal/kg y 1 684 990 kcal/t (este último, con 52 por ciento de humedad) 26. El documento destaca que entre los años extremos del periodo la producción de energía primaria se quintuplicó. Entre la información cuantitativa de este documento y la de la OLADE 27 existen diferencias resultantes de las respectivas metodologías. Por ello, a fin de posibilitar comparaciones entre los países incluidos en el análisis, en este estudio se asume la información de esta última institución.

26 SEMIP. Balances Nacionales de Energía, 1965-1985. México 1987.

27 OLADE. Balances Energéticos de América Latina y el Caribe, 1970-1986. Quito, Ecuador, agosto de 1988. OLADE. IDEM a cita (20).

12.24. Entre 1970 y 1975 la oferta total de energía primaria pasó de casi 52,93 106 Tep a poco más de 69,58 106 Tep, creciendo en consecuencia a una tasa media anual 5,62 por ciento. A partir de 1975 hasta 1980 el crecimiento se aceleró a una tasa media anual 11,71 por ciento, pero entre 1980 y 1985 el ritmo de crecimiento bajó, realizándose a una tasa anual de 2,34 por ciento. En el último lapso, 1985-1990, la oferta total disminuyó a una tasa media anual de casi 1,44 por ciento. En 1990 la producción primaria total alcanzó un nivel aproximado a 198,9 106 Tep. Por lo tanto la producción primaria total creció durante el periodo 1970-1990 a una tasa media acumulativa anual de 6,4 por ciento. Las tasas de crecimiento de la oferta total de LE y BZ (en términos de energía primaria) en el citado lapso fueron 0,44 por ciento y 2,26 por ciento, respectivamente. Las estructuras de producción y las de oferta total de energía primaria en los años 1970 y 1990 fueron las siguientes (en por ciento):

FUENTES

PRODUCCION

OFERTA TOTAL

AÑOS

AÑOS

1970

1990

1970

1990

Petróleo

49,7

74,3

53,7

60,0

Gas Natural

31,6

15,7

25,8

24,2

Carbón Mineral

2,7

3,8

3,2

6,1

Hidroenergía *

2,3

1,0

2,5

1,6

Geotermia

0,0

0,2

-

0,3

Nuclear

0,0

0,4

-

0,6

Leña

11,2

3,5

12,1

5,5

Bagazo de caña

2,5

1,1

2,0

1,7

Otras

0,0

-

0,0

-

TOTAL

100,0

100,0

100,0

100,0

TOTAL (en 106 Tep)

57,4

198,9

52,90

127,1

* La producción de hidroenergía es muy fluctuante por razones obvias.

12.25. En lo referente al consumo energético final total, la estructura (%) de las fuentes en 1970 fue la siguiente:

FUENTES

ENERGIA PRIMARIA

GN

10,5

CM

0,0

LE

20,1

BZ

4,0

SUBTOTAL

34,6

Tep

11,02 106

FUENTES

ENERGIA SECUNDARIA

GL

6,4

NF

21,0

KE TURBO

6,3

DO y GO

12,4

C. PESADOS

8,7

COQUE

3,4

EE

5,8

GASES

1,5

SUBTOTAL

65,4

Tep

20,87 106

Por lo tanto el consumo energético final total fue 31,89 106 Tep. En 1990 el consumo final total fue 76,34 106 Tep y la estructura de las fuentes fue la siguiente:

FUENTES

ENERGIA PRIMARIA

GN

9,8

CM

0,0

LE

9,2

BZ

2,6

SUBTOTAL

21,6

Tep

16,48 106

FUENTES

ENERGIA SECUNDARIA

GL

9,9

NF

25,5

KE TURBO

3,0

DO y GO

13,7

C. PESADOS

11,4

COQUE

2,1

EE

10,4

GASES

2,5

SUBTOTAL

78,4

Tep

59,86 106

En consecuencia el consumo final total fue 76,34 106 Tep. Puede observarse que el aumento de consumo durante el período 1970-1990 se abasteció principalmente con fuentes de energía secundaria, perdiendo importancia relativa la participación de las fuentes primarias y especialmente la LE y el BZ. Este proceso se expendió a lo largo del lapso considerado en el análisis, ya que la infraestructura, la concentración de la población, los usos y equipamientos determinaron significativos incrementos en los consumos de NF, DO-GO y EE, principalmente.

En síntesis, los consumos de LE y BZ aumentan levemente en términos absolutos pero continúan disminuyendo sus respectivas participaciones sobre el consumo final total, mientras persiste la tendencia al aumento del consumo de EE, NF, GL y Combustibles Pesados.

12.26. Como se dijo en puntos anteriores, los prácticamente únicos sectores consumidores de LE y BZ son el Residencial y el Industrial. La evolución de tales consumos, en términos de consumo final energético, en 1970 y 1990, así como la de la estructura (%) de las fuentes, fue la siguiente:

FUENTES

1970

1990

RESIDENCIAL

INDUSTRIAL

RESIDENCIAL

INDUSTRIAL

GN

2,0

30,3

47

25,7

LE

63,8

0,0

42,5

0,0

BZ

0,0

12,5

0,0

7,7

OTRAS

0,0

0,0

0,0

0,0

SUBTOTAL PRIMARIAS

65,8

42,8

47,2

33,4

GL

17,2

0,9

37,8

1,4

KE-TURBO

7,7

1,6

2,1

0,2

DO y GO

0,4

5,3

0,2

4,0

C. PESADOS

3,3

23,0

1,3

30,5

GASES

0,2

4.3

0,8

6,9

EE

5,4

11.5

10,7

17,6

COQUE


10,5


6,0

SUBTOTAL

34,2

57,2

52,8

66,6

TOTAL

100,0

100,0

100,0

100,0

TOTAL (Tep 106)

10,03

10,34

16.43

26,14

Por lo tanto, el consumo energético final del sector Residencial creció en el periodo 1970-1990 a Una tasa promedio acumulativa anual 2,5 por ciento y el correspondiente al sector Industrial aumentó a Una tasa 4,75 por ciento, mientras que las respectivas tasas de crecimiento de la población y del PBI para igual periodo fueron 2,62 por ciento y 4,01 por ciento. En el caso del sector Residencial se registró un aumento del consumo per cápita tanto por los resultados del proceso de energetización rural como por los efectos del proceso de concentración de población en medios urbanos, mientras que en el caso del sector Industrial la incorporación de procesos energointensivos determinó un aumento de la intensidad energética global.

12.27. En cuanto a la participación (por ciento) de los sectores, en el consumo energético final, la evolución entre los años 1970-1990 fue la siguiente:

SECTORES

AÑOS

1970

1989

Transporte

32,3

39,9

Industrial

32,4

34,2

Residencial, Comercial y Publico

31,5

22,4

Agro-Pes-Min

3,8

3,4

TOTAL

100,0

100,0

TOTAL (en 106 Tep)

31,89

76,3


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