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Recursos Forestales del Mundo


Resumen y conclusiones
Notas y definiciones útiles para los cuadros 4 y 5
Notas y definiciones útiles para los cuadros 6 al 10


EL MUNDO entero sufre escasez de productos forestales. En algunas regiones el déficit data de hace mucho tiempo; en otras, del comienzo de la segunda guerra mundial, pero en todas partes significa un estorbo para la realización del programa tendiente a lograr una mayor prosperidad y un nivel de vida mejor. ¿Tienen los bosques del mundo la potencialidad suficiente para rendir cantidades más abundantes de sus productos en los años venideros, o el hombre habrá de resignarse para siempre a la situación actual?

Desde las épocas más primitivas hasta hoy, la mayor parte de los habitantes del mundo ha confiado en los bosques para abastecerse de combustible. La madera fue siempre uno de los materiales de construcción más importantes y la época industrial moderna trajo consigo una nueva demanda para usarla directamente en las industrias manufactureras y en la fabricación de envases y cajas que protejan los productos durante el transporte. Los enormes progresos logrados durante el siglo pasado en el uso de la pulpa de madera, han hecho que los bosques sean la fuente principal de la mayoría del papel y de una parte importante de los productos textiles que se usan en el mundo. La química está descubriendo constantemente nuevos productos derivados de la madera; por tanto, a cada paso que avanza la civilización, aumenta, en vez de disminuir, la necesidad de productos forestales.

Los bosques son un recurso renovable, pero también destructible. Cuando se administran hábilmente, pueden rendir a perpetuidad cosechas anuales de madera; pero si el ritmo de explotación es demasiado rápido, puede sobrevenir la destrucción de dicho recurso. Todavía continúa reduciéndose la superficie forestal del mundo por la explotación inmoderada llevada a cabo sin pensar en el porvenir o en la regeneración de las reservas.

La situación sería menos grave si el único motivo de devastación fuera el aprovechamiento poco prudente de los productos forestales Desgraciadamente hay otros muchos. Todavía se talan, sin sensatez alguna, bosques de suelos que en realidad son forestales, para hacer sitio a granjas pobres e improductivas; en los trópicos se han destruido grandes zonas boscosas por el ciclo de los cultivos alternados (shifting cultivation); el pastoreo excesivo del ganado ha eliminado por completo los últimos vestigios de bosques en algunas regiones; repetidos incendios han reducido a baldíos estériles las que antes eran superficies forestales; y al ser alterado por el hombre el delicado equilibrio de las fuerzas naturales en el bosque, se ha provocado con frecuencia la aparición desastrosa de insectos perjudiciales y de enfermedades de los arboles.

Si el único recurso con que contáramos para el porvenir fuera el volumen de madera que existe en pie, probablemente los recursos forestales del mundo quedarían agotados en el transcurso de unas cuantas décadas. Pero la capacidad de los bosques para reproducirse y crecer tiende a contrarrestar las fuerzas destructivas y permite la recolección de cosechas periódicas de madera en todas las zonas donde hay bosques fecundos. De aquí que en todo estudio de los recursos forestales del mundo, la determinación de la extensión de las superficies productivas, y sobre todo, la determinación del ritmo a que pueden producir madera a perpetuidad, es mucho más importante que el cálculo de los volúmenes de madera que hay ahora en pie. Sin embargo, éstos son también necesarios para orientar las políticas forestales actuales y como base para futuras comparaciones.

En muchos sitios, la falta de bosques en sí misma es ano mucho más seria que la escasez de sus productos. Importantes regiones que en otro tiempo mantenían a grandes poblaciones y civilizaciones muy avanzadas, han quedado convertidas en desiertos por las fuerzas de la erosión del suelo que, a su vez, fueron provocadas por la destrucción implacable de la protección proporcionada por los bosques En el Medio Oriente pueden encontrarse ejemplos de casos extremos, pero en otros muchos países se ven fases diferentes del mismo desastroso proceso.

Hay que mantener bosques para proteger las vertientes y las cuencas de desagüe, para regular la corriente de los ríos e impedir la erosión y para proteger a la agricultura. Esas cualidades protectoras de los bosques tienen efectos locales y no es fácil resumirlas en forma regional o global Sin embargo, la necesidad de mantener algunos bosques con fines primordiales de protección, junto con la aspiración social cada vez mayor de reservar otros más para fines recreativos, son factores que afectan a las disponibilidades mundiales de madera

Dado que el abastecimiento adecuado de madera es esencial para el bienestar de toda la comunidad, cualquiera que sea su grado de desarrollo industrial o cultural, la escasez mundial de hoy, en lo que respecta a productos forestales y la escasez local de bosques, suscita cuestiones muy importantes a la larga. Aunque algunas de las insuficiencias se han acentuado por los trastornos de la guerra, las causas básicas pueden ser de naturaleza más permanente. Tres factores, a saber: la rapidez con que crece la población del mundo, el universal deseo de mejorar el nivel de vida y los nuevos progresos técnicos presagian el aumento de la demanda. El problema de si los recursos forestales del mundo bastan o no por su extensión y por su capacidad de producción para satisfacer las necesidades actuales y las futuras, se agrava por el hecho de que la explotación excesiva conduce inevitablemente a la devastación. Una vez que un bosque ha sido destruido, no se puede restaurar sin tener que hacer grandes gastos y, en ciertas condiciones, el restablecimiento puede ser imposible. Estos hechos demuestran ampliamente la importancia de avaluar con precisión los bosques del mundo y el volumen de producción que de ellos puede esperarse.

CÁLCULOS ANTERIORES DE LOS RECURSOS FORESTALES

La primera tentativa amplia para calcular los recursos forestales del mundo fue hecha por el doctor Raphael Zon y por el señor William A. Sparhawk, de los Estados Unidos de América, inmediatamente después de la primera guerra mundial. Los resultados de sus investigaciones fueron publicados en 1922 y sirvieron como referencia en toda la época comprendida entre ambas guerras. Los profesores Ilvesallo y Jalava, de Finlandia, hicieron otras investigaciones en 1929, y en 1931 el profesor Thorsten Streyffert, de Suecia, publicó un importante estudio de los recursos mundiales de coníferas (maderas blandas). El paso siguiente lo dió el Instituto Internacional de Agricultura de Roma, que publicó estimaciones proporcionadas por los gobiernos nacionales en una serie de anuarios que aparecieron desde 1933 a 1938. En 1946, los datos disponibles respecto a los bosques fueron resumidos en un informe presentado a la Segunda Reunión de la Conferencia de la FAO bajo el título Bosques y Productos Forestales. Situación Mundial, 1937-1946. En el mismo año, sir Hugh Watson, de la Gran Bretaña, hizo un estudio independiente que apareció en el Manual Imperial Británico de Silvicultura.

Todas estas investigaciones aportaron muchos datos de valor a nuestros conocimientos, pero adolecían de ciertas deficiencias fundamentales; las más importantes eran la falta de información precisa sobre inventarios forestales, tal como existía y sigue existiendo en muchos países, y la carencia de definiciones comúnmente aceptadas de algunos de los términos más importantes de la silvicultura. De modo que, además de lo endebles que eran algunos de los cálculos cuantitativos, había dudas acerca del verdadero significado de algunas de las descripciones cualitativas.

La cuestión de las definiciones en la silvicultura fue examinada por un comité conjunto designado por el Instituto Internacional de Agricultura (IIA) y por el Instituto Internacional de Estadística (IIE). El informe del comité fue publicado en 1936 en los anales del IIE. Sus resultados no parecen haber sido aceptados de una manera muy general en los medios internacionales, y es evidente que para hacer un inventario completo de los bosques del mundo se necesita abordar el asunto de una manera verdaderamente internacional, lo que implica la aceptación mundial de las definiciones, así como esfuerzos concertados y sostenidos para estimular la terminación de estudios en las zonas boscosas sobre las que se carezca de datos dignos de confianza. La organización y la promoción de esta importante tarea ha sido confiada a la Dirección de Silvicultura y Productos Forestales de la FAO.

PREPARATIVOS PARA EL INVENTARIO DE BOSQUES, 1947

En la primera Reunión de la Conferencia de la FAO, celebrada en el otoño de 1945, se reconoció plenamente la necesidad de contar con información reciente sobre los recursos forestales del mundo, y se recomendó hacer un inventario lo antes posible. En mayo de 1946 se creó la Dirección de Silvicultura y Productos Forestales de la Organización, e inmediatamente comenzó a trabajar en el ya mencionado informe sobre la situación mundial. Se resumieron los datos estadísticos concernientes a los bosques y a los productos forestales y se discutieron minuciosamente las condiciones tal como entonces se presentaban. Reconociendo que la mayor parte de los datos estadísticos forestales de que entonces se disponía eran incompletos y atrasados, la segunda reunión de la Conferencia recomendó que

"Se pida a todos los países que proporcionen a la FAO, lo antes posible, sus datos estadísticos más recientes sobre recursos forestales, crecimiento anual, merma anual y productos forestales."

De acuerdo con la recomendación de la Conferencia, la Dirección preparó un proyecto de cuestionario para el inventario forestal. Sólo se incluyeron preguntas esenciales para estimar la situación forestal en cada país y se evitaron especialmente las preguntas que no era razonable esperar que pudieran ser contestadas por muchos países. Con cada pregunta se facilitaron notas explicativas. La selección de las preguntas y la definición de sus significados fue difícil, ya que por la naturaleza misma de la empresa habían de ser aplicables en la medida de lo posible a todas las regiones del mundo y a una gran variedad de condiciones forestales y administrativas.

La investigación se restringió deliberadamente a las zonas hoy cubiertas de bosques y a las taladas o incendiadas recientemente, pero que se repoblarán pronto. Se reconoció que en muchos países hay grandes extensiones de suelos desprovistas de vegetación, que deberían ser cubiertas de bosques a la mayor brevedad por razones de producción o de protección. Con todo, el futuro progreso de la repoblación forestal en cada país tiene que depender en grado tan considerable de la política estatal, de las condiciones económicas generales, de la competencia que le hagan otras actividades, como el pastoreo, y de consideraciones económicas, que pareció imposible escribir y definir preguntas de aplicación universal en las que se pudiera confiar para conseguir información sobre esta materia más conclusiva que las opiniones personales de los corresponsales.

Al preparar el proyecto de cuestionario, la Dirección se benefició con el asesoramiento de la Dirección de Economía, Mercadeo y Estadística de la Organización. Con posterioridad se sometió el proyecto a la crítica de dos conferencias internacionales especializadas sobre estadística forestal. La primera de éstas se reunió en Wáshington, en febrero de 1947, y asistieron a ella representantes de quince países de Norte y Sudamérica, del Extremo Oriente y de Oceanía, así como también un representante de la Comisión del Caribe La segunda reunión se celebró en Roma a fines de marzo; asistieron a ella representantes de trece países de Europa y del Medio Oriente, así como también el Secretario del Subcomité de la Madera del Comité Económico de Emergencia para Europa. Esas dos conferencias aprobaron la disposición general del cuestionario, pero propusieron determinadas enmiendas que se incorporaron después al documento impreso. Finalmente, el cuestionario fue presentado en agosto de 1947 a la tercera reunión de la Conferencia de la FAO, que lo aprobó. De modo que el cuestionario, en su forma final, recibió la aprobación internacional en muy amplia medida.

Se prepararon versiones en inglés, francés y español, y el Director de la FAO envió el cuestionario a los gobiernos de todos los países, solicitando que lo contestaran y devolvieran a Wáshington antes del 31 de diciembre de 1947. Aunque algunos países no están todavía en situación de contestar todas las preguntas que se hicieron, y aunque algunos no han contestado, se espera que todos aceptarán el esquema que forma parte del cuestionario de la FAO como el programa básico mínimo que se debe buscar en cualquier estudio e inventario forestal de carácter nacional. Muchos países ampliarán considerablemente la información proporcionada partiendo de esa base y algunos ya lo han hecho.

La intención es repetir periódicamente, en el futuro, las investigaciones relacionadas con los inventarios forestales. Este procedimiento hará posible mostrar los cambios en las situaciones forestales de los países que poseen ya datos razonablemente precisos sobre inventarios forestales.

En lo que respecta a otros países, en los que la información concerniente a los recursos forestales es hoy inadecuada, los cuestionarios futuros mostrarán el progreso logrado en la obtención de nuevos conocimientos.

No se ha tomado ninguna decisión final sobre la fecha de la próxima investigación en escala mundial. Se sabe que se están realizando considerables trabajos de reconocimiento y que probablemente, con motivo del Censo Agropecuario Mundial de 1950, se recogerán valiosos datos respecto a los bosques pequeños incorporados en los límites de las granjas Posiblemente, si se progresa en esas direcciones, quedará justificado un segundo inventario de la FAO en 1952.

En su conjunto, el cuestionario utilizado en la investigación presente ha llenado bien su finalidad. Con todo, es evidente que será conveniente revisarlo antes de repetir las investigaciones y la FAO acogerá con agrado y estudiará minuciosamente las sugestiones que se hagan para mejorarlo.

ALGUNAS DEFINICIONES

Uno de los problemas más difíciles que se encuentran en un estudio mundial como el presente, se debe a las diferencias del significado que se asigna a términos específicos en diferentes regiones. Esas dificultades aumentan por la necesidad de traducir cada término a diferentes idiomas. Por ejemplo, se ha averiguado que en un país la expresión "inventario forestal" puede incluir las zonas boscosas, el volumen de madera y el crecimiento anual, mientras que quizá en otro sea usado en un sentido más limitado refiriéndolo tan sólo a la estimación de la madera en pie. Tal como la usa la FAO, la expresión "inventarío forestal" incluye información respecto a la extensión y clasificación de las zonas boscosas, la distribución de las diferentes formas de propiedad de los bosques, cálculos del volumen de madera en pie, y comparaciones de crecimiento anual en el bosque con la merma anual debida a causas naturales y a la tala.

Existe cierta confusión a causa de las variaciones del uso que se hace localmente de los términos "maderas blandas" y "maderas duras". En este caso, las diferencias pueden encontrarse no sólo entre los países, sino incluso entre localidades de un mismo país A veces se considera que el término "madera blanda" abarca a la madera de todas las coníferas, ano cuando físicamente sea más dura que la de algunas especies de hoja ancha. En los demás sitios, "maderas blandas" incluye a todas las coníferas y además a las maderas de determinadas especies de hoja ancha físicamente blandas, como por ejemplo los álamos y sauces. En el idioma inglés, la FAO utiliza los términos "coníferas" (maderas blandas) y "especies de hoja ancha" (maderas duras), con arreglo a las siguientes definiciones:

Coníferas (maderas blandas). En esta categoría se incluyen todos los árboles clasificados botánicamente como gimnospermas (por ejemplo: pino, Pinus; abeto, Abies; pinabete, Pitea; alerce, Larix; araucaria, Araucaria; ginkgo, Ginkgo).

Especies de hoja ancha (maderas duras). Todos los árboles clasificados botánicamente como angiospermas. Las especies pertenecientes a este grupo tienen en general hoja ancha (por ejemplo: roble, Quercus; haya, Fagus; arce, Acer; guayaco, Guiaicum; ébano, Diospyros; bálsamo, Ochroma; y álamo, Populus)

Quizás los términos forestales de que se haya hecho un uso más libre son "crecimiento" o "incremento" y "rendimiento". Sin embargo, en las estadísticas forestales internacionales no hay ninguno que requiera definición más explícita que éstos. En el cuestionario para el inventario forestal se evitó deliberadamente el empleo de la palabra "rendimiento" para eliminar una fuente posible de confusión. A pesar de todo, puede ser conveniente consignar los significados que le atribuye esta Dirección. Lo importante es que las palabras "crecimiento" y "rendimiento" no son sinónimas. "Crecimiento" es una función de los árboles y de los bosques; "rendimiento" es una medida de la producción de los productos forestales.

Rendimiento es la cantidad de productos que se extrae del bosque.

Rendimiento sostenido es la producción anual o periódica a perpetuidad, de un volumen constante de productos forestales. (El rendimiento sostenido sólo es posible cuando se mantiene el crecimiento continuo del bosque).

Rendimiento potencial (de un bosque inexplotado) es el volumen de productos que se calcula sería posible obtener anualmente, si se administrara el bosque de acuerdo con los principios del rendimiento sostenido.

También los términos "sobreexplotación" y "subexplotación" son objeto de diferentes interpretaciones En este informe se considera que hay "sobreexplotación" cuando los cortes se llevan a cabo con demasiada rapidez para poderlos continuar indefinidamente. Si la distribución, por grupos de edad, en el bosque, es normal, la proporción de árboles que se corten puede aproximarse a la de crecimiento neto; pero si predominan las clases jóvenes, no estará justificado por el momento más que un ritmo de corte muy inferior al del crecimiento. "Subexplotación" quiere decir que se podría aumentar sin inconveniente la rapidez dedos cortes

ELEMENTOS PRINCIPALES DEL INVENTARIO

Los datos que debe proporcionar todo inventario forestal nacional, cualquiera que sea la cantidad de detalles que se desee, se pueden agrupar bajo cinco encabezamientos principales. Estos tratarán de las superficies de los bosques en relación con otras clasificaciones de la tierra, clasificación de los bosques productivos, regímenes de propiedad de los bosques, volúmenes de madera en pie y relación entre el crecimiento anual y la merma anual. Para cada uno de ellos figura un cuadro separado de preguntas en el cuestionario de la FAO. Para que se entiendan como es debido las consideraciones que presidieron la selección de cada pregunta, a continuación se estudia por separado cada encabezamiento. Las definiciones relativas a cada pregunta preceden inmediatamente a los cuadros detallados (Cuadros 4-10).

Clasificación de la tierra

Para describir los recursos forestales de un país, lo primero que hay que hacer es determinar la superficie total de bosques. Hasta que no se conozca ésta, al menos con cierta aproximación, es virtualmente imposible formular una política forestal nacional. Sin embargo, no basta con un cálculo de la superficie total en que la vegetación dominante esté compuesta por árboles, ya que no todos los bosques son susceptibles de ser administrados sobre una base de rendimiento sostenido. Hay que reconocer dos clases generales, a saber: "bosques productivos" y "otros bosques". Es en los bosques productivos donde hay que poner la confianza para el abastecimiento de madera en el porvenir. Los "otros bosques" comprenden zonas en las que hay más o menos árboles, pero en las que las condiciones son tan desfavorables que los árboles son de crecimiento muy lento o de formas enanas o raquíticas. Los bosques de esa clase ocupan vastas regiones próximas a los límites meridionales de las tundras desprovistas de árboles o "desiertos helados", del extremo norte, y de las sabanas áridas que bordean los "desiertos cálidos" de Africa. Se encuentran otros a gran altura, cerca de los limites superiores de crecimiento de los árboles y en sitios mal desaguados donde la acidez es elevada Algunos de los del grupo mencionado en último lugar pueden ser transformados en bosques productivos mediante obras de drenaje, pero es muy improbable que los demás grupos nunca puedan suministrar otros productos forestales aparte de cantidades pequeñas e irregulares de leña. En algunos continentes la superficie total de bosques (es decir, la superficie total cubierta de árboles) no sirve para indicar su productividad potencial, debido a la preponderancia de las zonas que en realidad caen dentro de la categoría improductiva que acabamos de describir.

Para poder apreciar la importancia relativa que tienen los bosques dentro de un país es necesario saber la superficie de tierra cultivada, de pastizales, y de otras tierras que no se utilicen para fines productivos. Es también necesario saber a cuánta gente pueden tener que servir esos bosques. Las cifras de población utilizadas en este informe se obtuvieron de fuentes oficiales ajenas a los cuestionarios para el inventario forestal.

Clasificación de los bosques productivos

Es necesario dividir los bosques productivos en accesibles e inaccesibles, como orientación general para la política forestal, porque la primera de esas clases proporciona en la actualidad todos los abastecimientos de productos forestales, mientras que la última es la reserva potencial que se podrá desarrollar en el futuro. Sin embargo, la clasificación en sí es más bien relativa que absoluta. Existen muchos grados diferentes de accesibilidad y, además, la condición de un bosque particular puede cambiar súbitamente por la introducción de nuevos procedimientos técnicos o por cambios en los precios que se puedan conseguir por los productos forestales. Dentro de un país, la accesibilidad puede verse afectada en la misma medida por la distribución de la población y por el grado de desarrollo de los sistemas de transporte (carreteras, ferrocarriles, etc.) que por las condiciones topográficas y físicas de otra índole del bosque. Es de esperar que la mayoría de las zonas ahora clasificadas como inaccesibles se abrirán con el tiempo a la explotación, aunque, algunas están rodeadas por condiciones físicas tan difíciles que quizá nunca sea posible cosechar y transportar económicamente sus productos.

Es esencial la subdivisión de los bosques productivos en sus zonas componentes de coníferas, especies de hoja ancha y especies mixtas, a causa de la diferencia que existe entre la demanda de coníferas y la de especies de hoja ancha. Algunos de los bosques tropicales de hoja ancha nos proporcionan las especies de madera más valiosas que se conocen en el comercio y, tanto en las zonas tropical como templada, los árboles de hoja ancha son la principal fuente de leña para quemar. No obstante, más del 70 por ciento de la madera que se usa para la construcción, envases, fabricación de pulpa y para otros fines industriales, procede de especies coníferas.

Regímenes de propiedad de los bosques

La información relativa a la distribución de las diferentes formas de propiedad de las tierras forestales productivas, ayuda a determinar la naturaleza y la extensión de los problemas que probablemente se habrían de encontrar si se introdujera la administración más intensiva de los bosques sobre una base de amplitud nacional. Por ejemplo, los métodos de administración y reglamentación de bosques, perfectamente adecuados a grandes zonas forestales propiedad del estado, pueden ser del todo impracticables en otra región en que los bosques sean poco extensos y de propiedad privada.

Volumen de reservas en crecimiento

En los países en que la práctica de la silvicultura sistemática ha alcanzado un alto grado de desarrollo y en los que las estadísticas referentes a los recursos forestales pueden ser calificadas de buenas, en general, existe una gran diversidad en cuanto al grado de perfección y detalle que contienen las estadísticas de volumen de madera en pie. En algunos países se consideran de cardinal importancia las estadísticas de volumen; en otros, en los que el rendimiento anual por hectárea ha sido establecido sobre la base de una larga experiencia, se ha prestado menos atención a los cálculos de volumen propiamente dichos.

Es de esperar, por diferentes razones, que en el porvenir mejoren las estadísticas de volumen. La comparación directa de los cálculos de volumen, hechos al principio y al final de un período de años, constituye la comprobación más digna de confianza de los resultados obtenidos con las normas de administración forestal vigentes. Se sabe que comparaciones de ese tipo han dado resultados muy diferentes de los que se habían previsto sobre la base de la medida directa del crecimiento anual, y han servido muy a tiempo de advertencia para introducir normas revisadas de administración En la actualidad existe cierta tendencia a suponer que los rendimientos máximos por hectárea dependen del mantenimiento de volúmenes relativamente grandes de árboles en crecimiento, debido a que "la madera crece únicamente sobre madera". También en este caso parecen estar indicadas mejores estadísticas de volumen.

Es muy posible que una nación muestre un equilibrio favorable entre el crecimiento total y la merma total en los bosques, ano cuando en realidad se van deteriorando constantemente la calidad y las clases de madera disponible. Los informes recibidos en la FAO indican que eso es lo que ha ocurrido en realidad en ciertos países. Es, pues, importante que los inventarios periódicos de las reservas en crecimiento muestren, por separado, los volúmenes de coníferas y de especies de hoja ancha, y además que esos volúmenes estén subdivididos para que muestren las cantidades de madera contenidas en árboles suficientemente grandes y por ello aceptables para aserrarse, y en árboles de dimensiones más pequeñas.

En algunos países, los cálculos de madera en pie muestran el volumen total de árboles, incluyendo la madera que quedará en forma de tocones y ramaje; en otros, se acostumbra excluir el volumen correspondiente a los tocones de altura y a la copa de los árboles a partir de cierto diámetro mínimo del tronco En el caso de las especies de hoja ancha, algunos países incluyen en sus cálculos el volumen de las ramas, mientras que otros no lo hacen. Esas diferencias en las prácticas establecidas, introducen ciertas incongruencias cuando se comparan los volúmenes totales de madera en pie de unos y de otros países En sí mismas, tales diferencias no tienen importancia particular, pero es muy conveniente que los cálculos de crecimiento y merma anual sean hechos sobre la misma base que los cálculos de volumen de madera en pie.

Crecimiento y merma anuales

Lo sobresaliente de todo inventario forestal ha de ser la comparación que establezca entre el ritmo de crecimiento de la madera en el bosque y el ritmo a que va siendo destruida por causas naturales y retirada por el hombre: puede mostrar que los bosques son explotados en exceso o que la madera que producen no se utiliza al máximo. Si persiste la sobreexplotación, sobrevendrá la destrucción del bosque y la pérdida de la producción futura. Por otro lado, la subexplotación indica que no se utiliza plenamente la capacidad productiva del suelo de los bosques. Ahora bien, puesto que se reconoce que el más alto grado de bienestar de cualquier sociedad depende de la utilización inteligente de todos los recursos naturales que tenga a su disposición, la explotación en exceso o la subexplotación de los bosques presentan problemas de la mayor importancia, que exigen la atención de las autoridades oficiales y del público en general.

Es fácil ver la importancia que tiene comparar el crecimiento con la merma, pero puede ser extraordinariamente difícil conseguir los datos para poder hacer esa comparación. La medida del crecimiento de los bosques es empresa compleja que requiere un alto grado de pericia técnica y la aplicación correcta de métodos adecuados de análisis estadístico. La medida de las pérdidas debidas a causas naturales es casi igualmente difícil, y los cálculos satisfactorios de las cantidades explotadas deben basarse en los arreglos pertinentes para la compilación de estadísticas nacionales de producción dentro del país en cuestión. Las fluctuaciones de los ciclos climatológicos y económicos restan seguridad a los promedios de períodos cortos, por lo cual los promedios del ritmo de crecimiento y de merma se deben calcular, por lo menos, para períodos de diez años.

La cuestión se complica aún más si se intenta conseguir datos estadísticos comparables de crecimiento y de un continente entero, porque las hipótesis fundamentales en que hay que basar las estadísticas de este tipo pueden diferir de un país a otro. De modo que no se pueden compilar totales regionales más que reuniendo cifras nacionales que probablemente no son comparables por falta de precisión.

Todavía son mayores las dificultades que deben afrontarse para comparar el crecimiento total, el incremento neto y el rendimiento total de productos forestales del mundo. En este caso, las dificultades indicadas en el párrafo anterior se multiplican a causa de las diferencias de la naturaleza de los bosques de las diversas regiones, de las diferencias que existen en la distribución de la población y en los hábitos de consumo, y de las diferencias en el grado de desarrollo de la administración forestal científica. En realidad esas discrepancias son tan grandes que afectan al significado que se puede atribuir a algunos términos comúnmente usados en silvicultura. Además, la comparación de las cifras que representen el crecimiento y tala anuales, podrá conducir o no a la determinación correcta de la situación real de la silvicultura en un país o región, según las diferencias internas de éstos. Por esas razones, se considera que en el estado actual de nuestros conocimientos es imposible compilar cálculos regionales de crecimiento y merma verdaderamente comparables que a su vez se pudieran combinar en totales mundiales. A falta de ellos, nos vemos obligados a confiar en cálculos aproximados de las cantidades de madera que los bosques del mundo podrían producir si todos fueran administrados razonablemente, de acuerdo, con los principios forestales adecuados.

Aun cuando no se pueden combinar en totales globales, los cálculos de la situación en cuanto al crecimiento y merma en cada país tienen mucho interés. En este caso, la formulación de cuestionarios que pudieran ser interpretados y contestados de manera juiciosa por todas las naciones, presentó problemas de considerable dificultad. Se decidió pedir a cada autoridad nacional que indicara el volumen total del crecimiento anual de sus bosques, de ser posible, separadamente las coníferas y las especies de hoja ancha, y deducir de esas cifras los volúmenes de pérdidas naturales causadas por el fuego, los insectos y enfermedades de los árboles, para obtener así cifras que representaran el crecimiento neto. Después se restaría del crecimiento neto el volumen anual talado, lo que daría un resultado positivo o negativo que, dentro de los límites indicados más arriba, indicaría si los bosques han sido explotados en exceso o no. Los cálculos se limitarían a bosques clasificados como productivos y accesibles. Además, se pedía un cálculo aproximado del crecimiento total de los bosques inaccesibles, sin tener en cuenta la compensación de, las pérdidas naturales; de ese modo se tendría una idea aproximada del rendimiento que se podría conseguir en el futuro si se llegare a abrir esos bosques a la explotación y se les administrase racionalmente.

Los cuadros 8, 9 y 10, que presentan los resultados de esta parte de la investigación, deben ser leídos sin olvidar los comentarios expuestos en los párrafos anteriores.

CONTESTACIÓN DEL CUESTIONARIO

Hasta el momento de la publicación de este estudio se han recibido declaraciones oficiales respecto de los recursos forestales de 101 países y territorios no autónomos. Quizás lleguen todavía algunos otros cuestionarios, pero el interés que existe por los resultados de la investigación justifica la publicación sin más retraso de los datos contenidos en este informe.

CUADRO 1. - RESPUESTA AL CUESTIONARIO DE INVENTARIO

Continente o país

Superficie total de tierras
(Millones de hectáreas)

Superficie de los países que informan
(Millones de hectáreas)

Porcentaje de respuestas

Europa (excepto la URSS)

482

332

69

URSS

2,255

-

-

América del Norte

2,347

1,854

79

América del sur

1,755

1,487

85

Africa

3,060

2,245

73

Asia (excepto la URSS)

2,591

1,609

62

Oceanía

855

802

94

TOTAL

13,345

8,329

62

En el cuadro 1 se resumen las respuestas en función de la superficie total. En este cuadro y en el siguiente se han agrupado los datos por continentes, salvo en lo que respecta a la URSS, a la que se trata como una unidad separada para no dividir una sola entidad nacional entre Europa y Asia. Las islas del Caribe están incluidas en América del Norte; Japón, la república de las Filipinas y las Indias Neerlandesas, en Asia; pero se considera que la mitad oriental de Nueva Guinea forma parte de Oceanía.

Si se incluye en los cálculos la superficie que se le calcula a la Antártica, las respuestas recibidas cubren el 58 por ciento de la superficie neta terrestre del mundo. Por otra parte, debido a las grandes superficies como Groenlandia y la mayoría de la península de Arabia, prácticamente desprovistas de bosques, las respuestas cubren el 66 por ciento de la superficie total y aproximadamente la misma proporción de superficie arbolada productiva.

Como era de esperar, las respuestas no podían ser igualmente completas en todos los casos. Aunque todos los países que han informado proporcionaron los datos que se resumen en el cuadro 4, Clasificación de la tierra, un número considerable no pudo proporcionar datas para uno o varios de los cuadros restantes. Las respuestas, calculadas sobre la base utilizada en el cuadro 1, fueron como sigue: cuadro 5, Clasificación de los Bosques Productivos, 61 por ciento; cuadro 6, Régimen de Propiedad, 59 por ciento; cuadro 7, Reservas en Crecimiento, 47 por ciento; cuadro 8, Crecimiento y Merma, 44 por ciento. Hay que reconocer que mientras las respuestas de los países en que la silvicultura está altamente desarrollada resumen uña gran cantidad de conocimientos precisos y detallados, las de otros países descansan sobre una base muy endeble para la información exacta. En el estado actual de las cosas, los cálculos generales, preparados por las autoridades nacionales que se encuentran en mejor posición para hacerlos, son indudablemente de gran valor pero queda por hacer una gran cantidad de estudios forestales.

Para muchos países, y quizás especialmente para los que mantienen los registros más completos y detallados, no fue fácil completar el cuestionario de la FAO, debido a las diferencias existentes entre la forma y disposición de las estadísticas nacionales y la presentación uniforme del cuestionario. Por ejemplo, poco antes de iniciarse la investigación de la FAO, los Estados Unidos de América habían completado con gran detalle una nueva valuación de sus recursos forestales, y para ceñirse a la forma internacionalmente aceptada del cuestionario, fue necesario un considerable trabajo de reagrupamiento y redistribución de las cifras, de una manera diferente a todo lo que hasta entonces se había publicado. Lo mismo que en los Estados Unidos ocurrió en otros casos.

PRESENTACIÓN DE LOS RESULTADOS

La información detallada relativa a cada país informante está resumida en los cuadros del 4 al 10, que aparecen al final de este informe. Estos cuadros detallados van precedidos por definiciones relativas a los encabezamientos, y en ellos no hay totales porque no se han recibido datos completos de ningún continente.

Los cuadros detallados presentan el máximo de información que fue posible compilar partiendo de los cuestionarios del inventario sobre una base razonable y consistente Ha sido necesario resumir, hasta cierto punto, la información recibida y no figuran en los cuadros las respuestas a algunas preguntas, en parte debido al corto número de contestaciones. Una variación relativamente pequeña en la interpretación de determinadas preguntas afectó también a las decisiones finales relacionadas con los encabezamientos elegidos para esos cuadros.

Dado que no se han recibido informes oficiales de todos los países, no se puede resumir la situación de los bosques de cada continente partiendo directamente de los datos tabulados. Sin embargo, es esencial llegar, con la mayor aproximación posible, a las cifras totales correctas de cada continente y del mundo. Por esa razón, el personal de la FAO ha investigado todas las fuentes de información de que se dispone, relativas a los recursos forestales de los países que todavía no han informado, y ha preparado cálculos provisionales para cada uno de ellos Esos cálculos tuvieron que limitarse necesariamente a las superficies cubiertas de bosques, porque los datos relativos a propiedad de los bosques, reservas en crecimiento y crecimiento en los países en cuestión eran inadecuados. No se publican los cálculos hechos para que no han informado pero aquellos se incluyen en los totales continentales del grupo.

CUADRO 2. - SUPERFICIE DE BOSQUES DEL MUNDO

Continente

Población

Superficie total de tierra

Bosques productivos

Otros bosques

Total de bosques

Superficie de bosques productivo, por habitante

Superficie

Porcentaje de la superficie total

EUROPA Y LA URSS

(Millones)

(Millones de hectáreas)

(Hectáreas)

Países que informan

278

332

92

6

98

30

0.3

Países que no informan

300

2,405

635

313

948

39

2.1

Totales calculados

578

2,737

727

319

1,046

38

1.3

AMERICA DEL NORTE

Países que informan

167

1,854

465

203

668

36

2.8

Países que no informan

34

493

42

18 60

12

1.2


Totales calculados.

201

2,347

507

221

728

31

2.5

AMERICA DEL SUR

Países que informan

90

1,487

561

78

639

43

6.2

Países que no informan

13

268

103

13

116

43

7.9

Totales calculados

103

1,755

664

91

755

43

6.4

AFRICA

Países que informan

138

2,245

290

527

817

36

2.1

Países que no informan

53

815

16

16

32

4

0.3

Totales calculados.

191

3,060

306

543

849

28

1.6

ASIA (EXCEPTO LA URSS)

Países que informan

990

1,609

264

124

388

24

0.3

Países que no informan

234

982

94

38

132

13

0.4

Totales calculados

1,224

2,591

358

162

520

20

0.3

OCEANIA

Países que informan

10

802

24

16

40

5

2.4

Países que no informan

2

53

26

14

40

76

13.0

Totales calculados

12

855

50

30

80

9

4.2

TOTALES CALCULADOS (SEIS CONTINENTES)

2,309

13,345

2,612

1,366

3,978

30

1.1

ANTARTICA

-

1,388

-

-

-

-

-

TOTAL GENERAL

2,309

14,733

2,612

1,366

3,978

27

1.1

En los cuadros 2 y 3 se combinan las superficies forestales de los países que han informado, calculadas partiendo de los cuadros detallados, con los totales calculados para los países que no informan, con el fin de obtener totales para cada continente y para el mundo. En la preparación del resumen de distribución de coníferas y de especies de hoja ancha que aparece en el cuadro 3, la mitad de las superficies de madera mixtas que se incluyen en el cuadro 5 fue considerada como de coníferas y la otra mitad como de hoja ancha.


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