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Principios de política forestal

Reproducimos a continuación el texto íntegro de la Resolución que trata de los Principios de Política Forestal (Resolución No. 26) y a la cual se hace referencia en nuestro articulo de fondo. Esta Resolución fué adoptada unánimemente por la Conferencia de la FAO durante su Sexto Periodo de Sesiones celebrado en Roma en Diciembre de 1951. En las páginas 32 y 33 publicamos un informe completo de esta Reunión.

La conferencia

DECLARA su convicción de que el bosque es un factor de primordial importancia para la estabilidad económica, social y física del mundo. Bajo un régimen conveniente de conservación y utilización, constituye una fuente indefinidamente renovable de productos indispensables al hombre. El mejoramiento de las condiciones de vida y el crecimiento de la población mundial acrecientan las necesidades de dichos productos, y numerosos países cuyos recursos forestales son insuficientes tienen que depender de otros países para abastecerse. Además, como brinda o puede brindar oportunidades de empleo para muchos trabajadores y es una fuente de materias primas para un gran número de industrias, el bosque constituye un elemento importante para la estabilidad social y para el progreso del mundo. Ejerce, asimismo, una importante función protectora en relación con el suelto, el agua y el clima, y en consecuencia, influye en la economía agrícola, en el desarrollo de las industrias hidroeléctricas y en el bienestar general de las poblaciones rurales y urbanas, tanto en el propio país como en los países vecinos.

Las funciones protectora y productiva pueden ser entorpecidas por una explotación irracional y descuidada. Para poder disfrutar plenamente de todos los beneficios que los bosques pueden proporcionar, es esencial que cada país, tanto para provecho propio como para el del mundo en general, formule una política forestal bien cimentada.

RECONOCE que los bosques presentan características muy diversas de un país a otro. Los regímenes de propiedad a los cuales están sometidos son muy diferentes. La explotación racional de los bosques y el aprovechamiento eficaz de sus productos necesitan la aplicación de técnicas y de procedimientos administrativos distintos, de acuerdo con las perspectivas características forestales.

AFIRMA, sin embargo, que hay ciertos principios básicos que gobiernan la formulación y la ejecución de una buena política forestal en cualquier país;

RECOMIENDA, por tanto, a los gobiernos adoptar los siguientes principios:

Parte I. Principios que gobiernan la formulación de toda política forestal

1. Cada país debe determinar y reservar las superficies que se van a destinar a bosques, ya sea que estén arboladas o no. En caso necesario, esta determinación debe hacerse en forma progresiva, pero siempre de acuerdo con la política económica y social del país y tomando en cuenta la estrecha interdependencia que existe entre las distintas formas de utilización de la tierra.

2. Cada país debe aplicar los mejores métodos prácticos al tratar de obtener que los beneficios máximos que se derivan del valor que tienen los bosques como elementos de protección, fuentes de producción o de otra índole, sean disfrutados, a perpetuidad, por la mayoría de la población. Esto implica:

(a) asegurar la protección contra los daños o la destrucción causados por el hombre o por otros agentes, tales como incendios, insectos o enfermedades;

(b) organizar la producción de los bosques, en cantidad y calidad, con miras a obtener por lo menos un rendimiento constante, lo más pronto posible, prestando atención, en primer lugar, a la función de protección que se les ha asignado, y después a las necesidades mundiales, regionales, nacionales o locales a que los bosques deben servir. El país interesado deberá decidir él mismo el orden en que deban subordinarse las unas a las otras, considerando, además, que el bosque puede prestar múltiples servicios, tales como el de brindar lugares de esparcimiento, proteger a los animales silvestres y proporcionar una serie de productos diversos;

(c) estimular la aplicación de métodos económicos y racionales para la explotación de los bosques y para la transformación y aprovechamiento de sus productos, a fin de aumentar, en el mayor grado posible el volumen y la diversidad de los materiales obtenidos de las materias primas que proporcionan.

3. Es indispensable tener un conocimiento apropiado de los recursos forestales, de la silvicultura, y del consumo y aprovechamiento de los productos forestales. Esto comprende, en amplitud variable, según las diferentes etapas del desarrollo de la política forestal, el conocimiento de los recursos que existen en los terrenos boscosos, así como de los que podrían obtenerse mediante la forestación de las tierras baldías; de las necesidades nacionales de productos forestales; de las leyes naturales a que están sujetos los bosques y de las técnicas que deben emplearse en la producción forestal y en su aprovechamiento. Con este fin, deben organizarse y ampliarse los programas de investigación para que guarden relación con los adelantos alcanzados en los campos respectivos, y debe asimismo, estimularse sistemáticamente la aplicación de los resultados que se hayan obtenido mediante la investigación.

4. Es indispensable despertar, por todos los medios posibles, la conciencia pública sobre el valor e importancia de los bosques.

Parte II. Principios que gobiernan la ejecución de toda política forestal

5. Para la ejecución de una sabia política forestal es indispensable adoptar leyes sobre la materia, en consonancia con las costumbres y las normas jurídicas del país respectivo. La legislación forestal debe guardar armonía con el progreso económico y social del país y aún prever tal progreso.

6. Deberá establecerse un Servicio Forestal con personal suficientemente preparado en todas las categorías, a fin de desarrollar y poner en práctica la, política forestal, en colaboración con cualesquiera otras organizaciones afines que puedan existir, y para aplicar las leyes forestales. Este servicio deberá estar organizado sobre bases permanentes, provisto de una autoridad suficiente y de adecuados recursos financieros, y deberá realizar sus labores en estrecha cooperación con los organismos gubernamentales pertinentes.

Deberá haber una organización eficaz para realizar las labores de investigación, la coordinación de las mismas y la divulgación de los resultados.

7. Deberá proporcionarse suficiente preparación técnica a todos los que tengan a su cargo el manejo de los bosques o su aprovechamiento y la elaboración de los productos forestales. En particular, deberá prepararse un número suficiente de técnicos forestales y de otros especialistas en actividades conexas, para que integren el personal de los servicios públicos y el de otras entidades interesadas en los bosques y en los productos forestales.

La enseñanza técnica del personal superior debe darse en escuelas de nivel universitario, que cada país ha de establecer en su propio territorio, siempre que le sea posible. El personal subalterno debe recibir una preparación básica que le permita cumplir eficazmente sus tareas.


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