Indice Página siguiente


Un reto a la industria

En un estudio reciente sobre los Recursos y Perspectivas Mundiales de la Pasta y del Papel, que redactó la FAO en cooperación con la UNESCO, la CEE y la CEPAL, se calcula que el consumo mundial de papel, cuyo promedio anual de 1950 a 1952 fué de 47 millones de toneladas, aumentará a 65 millones de toneladas, cada año, a principios del decenio de 1960.

Unos 13 millones de toneladas de este aumento se producirán en Europa y en América del Norte, regiones ambas que satisfacen hoy una proporción considerable de las necesidades del resto del mundo. No es probable, por esta razón, que su excedente de producción disponible para las exportaciones aumente con gran rapidez.

La América Latina, el Cercano y el Lejano Oriente, el Oriente Medio y Africa, juntamente con Oceanía, consumen en la actualidad unos 4 millones y medio de toneladas de papel al año. Más de la tercera parte de esta cantidad se importa de Europa y América del Norte, así como medio millón de toneladas más de pasta. En los próximos 10 años, se espera que las necesidades de papel de esas regiones aumenten casi otros cuatro millones de toneladas.

En todas esas regiones se construyen o están en estudio muchas fábricas nuevas de pasta y de papel, pero la expansión industrial prevista para el decenio venidero no equivale sino a poco más de la mitad del esperado aumento de las necesidades.

Así, pues, continuará intensificándose la necesidad de importar. Pero el ritmo a que pueda aumentar el consumo en los próximos años lo determinará no tanto la cuantía de las nuevas importaciones que sea posible hacer como la marcha del ascenso de la producción nacional. A la larga, de no obrar enérgicamente para estimular el ensanchamiento de la producción nacional la falta de un suministro adecuado de papel podría llegar a obstaculizar el progreso económico.

Todas estas regiones, con la excepción del Cercano Oriente y del Oriente Medio, poseen amplios recursos de materias de fibra que, según se ha demostrado, son adecuadas para la fabricación de papel. En términos generales, puede decirse que los obstáculos que se oponen a un desarrollo más rápido son económicos y ambientales, más que técnicos.

La situación, pues, exige que se efectúen investigaciones más concretas para estimular el desarrollo de una nueva capacidad de producción en las localidades más convenientes, precaviéndose a la vez contra el riesgo de las malas inversiones.

Figura 1. - Escolares plantando eucaliptos cerca de las oficinas principales de la FAO en Roma en ocasión de la última Festa degli Alberi (Día del Arbol), en noviembre de 1953.

Figura 2. - Explicando los principios dasocráticos aplicables a terrenos forestales de poca extensión, a un grupo de propietarios de la localidad durante la «semana forestal» celebrada en un pueblo de Carolina del Norte, E.U.A.


Inicìo de página Página siguiente