UNA de las últimas cosas que hizo el Dr. Cardon antes de dimitir el cargo de Director General de la FAO fué preparar el programa de labores para 1957. En esta labor el Dr. Cardon se dejó guiar por la impresión de que era precisamente en lo que atañe a los servicios de asesoramiento y preparación de planes de acción que los Estados Miembros buscaban cada vez más la ayuda de la FAO; gracias a su programa ordinario la Organización, en el curso de los últimos diez años, había formado la base de recursos que le permitían asesorar a sus Estados Miembros sobre las políticas que deben seguir, mientras que su programa de asistencia técnica representaba la aplicación práctica de estos recursos básicos a casos particulares e individuales. La prestación de asistencia, asesoramiento directo y servicios de capacitación de personal a los países insuficientemente desarrollados ha sido siempre reconocida como una de las funciones de la FAO, pero no podo cumplirla efectivamente hasta que no contó con los recursos adicionales que aportó el establecimiento del Programa de Asistencia Técnica de las Naciones Unidas. Aun ahora, a posar de la generosidad de los países que contribuyen a este programa, los recursos disponibles son muy inferiores a las necesidades de los países insuficientemente desarrollados o al coste de los servicios que la FAO desea vehementemente prestar.
Sin embargo, estos recursos adicionales han permitido a la FAO mejorar la eficacia de dicha asistencia directa a los Estados Miembros y modificado en cierta medida la estructura y el carácter de la Organización así como la orientación de sus esfuerzos. En vez de ser un organismo interesado principalmente con las cuestiones generales de carácter técnico y económico, planteadas por medio de reuniones, consultas y publicaciones, su preocupación principal es ahora la de prestar ayuda directa.
La fuerza de la FAO para prestar esta ayuda directa a los Estados Miembros reside en el hecho de que es de por sí un organismo de cooperación. Sus miembros comprenden la casi totalidad de las naciones del mundo, lo mismo las que prestan ayuda técnica y financiera como las que la reciben. La FAO, en virtud de su carácter internacional, tiene libre acceso para buscar en casi todo el mundo los consejos más autorizados y desinteresados.
Fotografía de la portada. Plantitas de eucaliptos en macetas cultivadas bajo sombra en un vivero de Chile. (Foto Victor Bianchi facilitada por Departamento de Bosques, Ministerio de Tierras y Colonización, Chile.)
