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Marcel Leloup

Marcel Leloup

MARCEL LELOUP se retira de la FAO cuando sus energías y su intelecto se conservan tan lozanos como la primera vez que fue llamado a regir la Dirección de Montes y Productos Forestales, hace doce años. Pero Leloup es hombre de principios. También, un auténtico bretón, y, por tanto, obstinado. Siempre ha sostenido que la vejez debe ceder oportunamente el paso a una generación más joven. Ya antes, se le había persuadido para que prolongase el ejercicio de sus funciones más de lo que pensara; ahora cree que ya ha llegado al límite.

La perseverancia en los principios es, sin duda, su rasgo más característico, y está en la raíz de su triunfo en la vida. Ciertamente, ha sabido imprimir una personalidad propia a la Dirección de Montes y Productos Forestales, por él creada, y un sello a la política que este departamento de la FAO ha seguido. Sus principios han servido de cimientos a un vasto margen de actividades, y su actitud ante los problemas regionales ha permitido abarcarlos en un plano mundial, pese a la complejidad del programa desarrollado por la Dirección. Si la FAO ha podido arrogarse algún éxito feliz en sus tareas en pro de la silvicultura universal, se debe, en primer lugar, a Marcel Leloup.

Es hombre capaz de llevar adelante grandes ideas porque no se deja enredar en los detalles. Trazadas las directrices, confía el cumplimiento de los planes a los colegas por él mismo elegidos y en quienes delega la responsabilidad. Sin embargo, al proceder así, jamás vacila en hacerse responsable de las ideas que está convencido deben cristalizar. He aquí la medida de las cualidades del hombre, gran mutilado de guerra, que se convierte en forestal y que vuelve después a los asuntos internacionales.

Inevitablemente, un hombre tan íntegro tiene que tropezar con oposiciones. Ello no obstante, sale a menudo triunfante por su seguridad en los argumentos que debe esgrimir y su agudo sentido de la oportunidad. Sabe también que las fuerzas de su posición tienen su límite. Y pasado éste, brusco' pero recto. estricto, pero esencialmente justo, enojado a veces, pero con oculta sonrisa, se capta amigos y admiradores ano entre quienes no subscriben su dictamen.

Al dejar la FAO, Leloup comprende perfectamente que muchas de las metas por él señaladas están todavía por alcanzar. A voces, se muestra impaciente por ello, y, quizás, un tanto desilusionado. Se ausenta, sin embargo, con la satisfacción de haber podido decir que en ninguna de sus batallas se ha rendido abdicando de sus principios.

Deja tras de sí un equipo de colegas que él ha preparado para que desempeñen su labor y alcancen sus propios objetivos. Y la Dirección de Montes y Productos Forestales continuará recabando el consejo y la inspiración de esta notable personalidad que, en el sosiego de su retiro, seguirá siendo su jefe espiritual.

FIGURA 1. - Expertos leñadores africanos, en equilibrio sobre frágiles estructuras que les permiten actuar por encima de los gigantescos contrafuertes, apean con habilidad los árboles del bosque africano. (Escena de la película Unilever The Twilight Forest).

FIGURA 2. - A una buena altura sobre la masa forestal dos indígenas sujetan una garrucha de cable a un árbol de fuste alto que se utiliza como mástil para izarlos troncos y cargarlos en el correspondiente medio de transporte. (Fotografía facilitada por la United Africa Company).


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