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Ayuda a los países en desarrollo

HABLANDO al personal de la FAO en mayo, el Príncipe Felipe, Duque de Edimburgo, recordó la reunión de la Sociedad de las Naciones en 1935 donde por primera vez se fijaron oficialmente los objetivos que habían de servir de precedente a la FAO. Citó el telegrama que el pequeño grupo de patrocinadores de la resolución envió a Lord Boyd Orr - que, con el tiempo, había de ser el primer Director General de la FAO - y que parafraseaba una expresión famosa: «Hermano Orr, hemos encendido hoy en Ginebra, por la gracia de Dios, una vela tan luminosa que confiamos en que jamás se extinguirá.»

El Príncipe Felipe siguió diciendo que hoy la mayoría de la gente culta comprende, aunque sólo sea de un modo vago, que una gran parte de la población mundial está a la vez subalimentada y mal alimentada. Pocos, sin embargo, aprecian realmente los tristes hechos y comprenden cuán desesperadamente reñida es la carrera entre el crecimiento demográfico y el suministro de suficientes recursos alimenticios.

«Es relativamente fácil reunir y ordenar hechos y cifras elocuentes para demostrar el grave desequilibrio de la situación alimentaria del mundo», afirmó, «pero otra cosa completamente distinta es determinar las causas fundamentales de esta situación trágica y peligrosa. Sin embargo, para que la cura sea realmente eficaz, es indispensable definir tales causas. El hambre se debe sin duda alguna a falta de alimentos, pero esta falta de alimentos puede, a su vez, deberse a muchas razones, unas puramente técnicas y otras muy humanas. La técnica puede lograr maravillas, pero sólo si se adapta con tacto y sensatez a las condiciones locales. No hay cambio, de cualquier clase que sea, que pueda lograrse sin dolor, pero al menos ha de procurarse que no produzca trastornos ni desorganización. Esto significa que el experto ha de reunir un sólido conocimiento técnico con otro vivo y práctico de la naturaleza humana, si quiere aliviar la opresión de una tradición paralizadora. Es una verdad bien sabida que, si bien las gentes de todas las razas y culturas pueden ponerse de acuerdo acerca de las cosas prácticas y técnicas, disienten de modo radical en lo que se refiere a costumbres y prejuicios.»

El Príncipe Felipe habló de la Campaña Mundial contra el Hambre lanzada por la FAO y de la oportunidad que ofrece a los pueblos de buena voluntad de convertir su preocupación por el prójimo menos afortunado en una acción bien dirigida. Sus palabras, citadas más arriba, sin embargo, se refieren igualmente a las actividades que se están ahora intensificando gracias al Fondo Especial de las Naciones Unidas para el Desarrollo Económico.

Esta nueva forma de asistencia técnica se creó en 1958 y empezó a funcionar en enero de 1959. En el año y medio transcurrido el Fondo Especial de las Naciones Unidas ha concedido cerca de 60 millones de dólares para proyectos en los países en desarrollo. La FAO ha sido nombrada organismo ejecutante para una gran parte de dichos proyectos - hasta el momento, 25 proyectos que están en marcha y 45 proyectos que han sido ya aprobados y esperan la iniciación de las operaciones. Han sido presentados por los gobiernos muchos más proyectos relativos a los diferentes campos de actividad de la FAO, para su estudio en los futuros períodos de sesiones del Consejo Ejecutivo del Fondo Especial.

La Dirección de Montes y Productos Forestales de la FAO tiene ahora la responsabilidad directa de 9 proyectos aprobados y se interesa atentamente en otros 11 proyectos a cargo de otras Direcciones. Estos proyectos pueden dividirse en cuatro categorías generales. La primera, de encuestas preliminares a la inversión, actualmente las que se derivan del Proyecto de Fomento Mediterráneo de la FAO - en la región de Adalia en Turquía, el Rif Occidental en Marruecos, el Peloponeso Occidental en Grecia, y en Túnez Central. La segunda categoría se refiere al desarrollo directo de los recursos e industrias forestales, con proyectos en Chile, Honduras y México. El tercero se refiere a la encuesta sobre aprovechamiento de tierras y colonización - en Bolivia, Brasil, Ecuador, Etiopía, Perú, Sudán y Venezuela. La categoría final abarca la educación, la capacitación y la investigación e incluye asimismo la creación de nuevas instituciones en la Argentina, Brasil, Pakistán y Sudán.

Todo esto constituye, según se espera, sólo un principio. Significa un rápido cambio de acento en la naturaleza de la labor de la FAO, aunque no habrá abandono de los servicios básicos para el desarrollo forestal mundial establecidos conforme al llamado Programa Ordinario de la Organización.

FIGURA 1. - Plantón deshojado (a la izquierda) y toconcillos de Parapara (Jacarandá copaia) de plantas repicadas de unos nueve meses. Los toconcillos dan resultados mejores cuando a la plantación sigue un tiempo seco; asimismo son más fáciles de manejar

FIGURA 2. Crecimiento rápido de Eucalyptus citriodora de quince meses, después de plantada a 2,5 por 2,5 m. en una zona talada a hecho y quemada.


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