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Taller regional: "Una educación e población para jóvenes rurales a nivel comunitario"

EDUARDO GARRIDO
CAROLINA DE LA GALA
MINISTERIO DE SALUD DEL PERU

En el Perú cada año hay 100 mil nuevos jóvenes, configurando un importante grupo de presión social sobre el mercado de trabajo y los servicios como salud y educación. Las precarias condiciones que tiene el joven, se acentúan en las áreas rurales del país, tanto de la sierra como de la selva, y más aún en las mujeres jóvenes. En la sierra, por cada joven analfabeto hay 3 mujeres jóvenes en esa condición. Según UNICEF, en el Perú, el 3% de la población total de 10 a 14 años trabaja, pero en el sector rural, este porcentaje se eleva a 5.9%.

En cuanto a salud reproductiva, la actividad sexual y la maternidad en las adolescentes va en ascenso, el 8% de las mujeres entre 12 y 19 años son ya madres. Las madres jóvenes, sobre todo de las zonas rurales, están sometidas a la exposición precoz de la experiencia sexual no protegida y el embarazo no deseado, lo que implica un gran riesgo por tener hijo o buscar aborto ilegal. El matrimonio o la maternidad, con mayor fuerza en las zonas rurales, pone fin a la educación de la mujer y en esas condiciones, los hijos tienen alto riesgo de enfermar, morir y quedar abandonados.

Desde el punto de vista del desarrollo nacional, la mujer sin educación implica una pobre contribución a la economía de los países; la sociedad no alcanza el beneficio de la inversión en s educación. La maternidad precoz con la paridad alta en toda la vida reproductiva de la mujer condiciona el alto crecimiento poblacional que resulta un freno para el desarrollo. En las zonas rurales sobre todo, el uso de métodos anticonceptivos inefectivos y la exposición a las enfermedades de transmisión sexual inciden directamente en la afectación de los jóvenes rurales, especialmente en las mujeres.

En el Perú es todavía incipiente la educación en población para jóvenes rurales. Se han priorizado cambios fundamentales en la economía desde hace sólo 6 años y no es explícita aún una propuesta en los aspectos de salud y educación. La idea es intervenir mediante programas como Salud Escolar y Adolescente (SEA) y el Servicio Rural y Urbano-Marginal de Salud (SERUMS), para la puesta en prácticas de alternativas viables en la solución a viejos problemas del país. Se están destinando equipos integrales de atención conformados por médicos, enfermeras, psicólogos y otros profesionales de la salud para atender a familias en riesgo. Recién están en fase de implementación los servicios de atención integral al adolescente en Lima y algunas ciudades; sin embargo, en las zonas rurales no existe todavía este servicio. Se pueden establecer planes anuales de actividades con los siguientes contenidos:

- Normas básicas de higiene.
- Disposición de basura y excretas.
- Planificación familiar.
- Información de métodos naturales y artificiales.
- Facilitación de los medios de planificación familiar.
- Consejería para adolescentes.
- Cultura, arte, deporte y recreación.
- Trabajo, producción y empresa.

Por otro lado, se están estableciendo otros mecanismos de intervención en las zonas rurales que tengan en cuenta a las poblaciones de comunidades campesinas. Se ha preparado un proyecto inicial de trabajo con familias campesinas para llegar a las poblaciones dispersas, o sea las que se encuentran en condiciones de pobreza extrema. Obviamente, los jóvenes o las jóvenes en alto riesgo no están separados o aislados. Forman parte de comunidades (entorno mediato) y de familias (entorno inmediato). Una propuesta que tenga en cuenta la familia permitirá intervenir con un tratamiento integral a los problemas de los jóvenes como personas.

Hay dificultades en la intervención social en salud para afrontar los problemas de las familias en condiciones de pobreza extrema. Al respecto, se puede plantear el modelo de los grandes ámbitos poblacionales. Desde este punto de vista, en el Perú existen 3 ámbitos poblacionales:

- Urbano-Marginal
- Rural de campesinos de sierra
- Rural de nativos de selva

Esta integración de la población trasciende la división geográfica o jurisdiccional y más bien tiene en cuenta la clasificación de grandes grupos poblacionales desde el punto de vista de las necesidades prioritarias del país.

En las zonas urbano-marginales, ocurre la acumulación poblacional por efecto de las grandes migraciones existentes desde hace varias décadas en el Perú, especialmente en Lima, la capital de la República, procedentes de las áreas de "expulsión" de la sierra. Sin embargo, hay que definir dos grupos: los que llegaron "antes" y alcanzaron a participar de las posibilidades que brindaba Lima como la gran ciudad en desarrollo, y los que llegaron "después" a una Lima saturada, en donde las posibilidades tienen lugar en un ambiente de dura competencia por los limitadísimos espacios, los escasos servicios y las pocas posibilidades de trabajo.

Por eso, tratándose de las zonas urbano-marginales, existe una diferenciación bien definida desde el punto de vista socio-económico: una parte "más urbana" en donde existen condiciones de vida mejores que en varios sectores de Lima metropolitana, y otra realmente marginal, donde está presente la pobreza extrema.

En las poblaciones campesinas de sierra, existen en el país zonas en donde la pobreza extrema está presente en condiciones más alarmantes. Por ejemplo, no ha sido casualidad que el senderismo se iniciara y se extendiera rápidamente en el sur-andino del Perú - conocido como "trapecio andino" -, y en la sierra norte. Estas macro-regiones presentan extensas zonas de comunidades campesinas de altura, con características económicas atrasadas en condiciones de sobrevivencia. Cualquier plan de desarrollo socio-económico debe mirar con verdadero interés a estas poblaciones. Se calcula que en el trapecio andino y en la sierra norte existe una población rural de 3 millones 500 mil habitantes. Y precisamente es ahí donde la población joven sufre mayormente las carencias y los riesgos descritos.

Las poblaciones nativas de selva, conformadas por 65 etnias, constituyen una población aproximada de 300 mil habitantes; un 20% de esta población está ubicada en comunidades distantes y de difícil acceso; la tercera parte del total de la población nativa está conformada por jóvenes de 10 a 29 años, de los cuales el 20% es analfabeto. Esta población nativa enfrenta un choque intercultural con los migrantres (colonos), los que presionan por un espacio territorial que tradicionalmente ocupan las etnias indígenas. La presencia de empresas atractivas, de los recursos de flora, fauna, exploración y explotación de los recursos mineros y pe Troleros, ocasionan deterioro en el medio ambiente, limitando la generación de recursos de subsistencia además de la grave pérdida de su territorio. A esto hay que agregar la presencia agresiva del narcotráfico y de los grupos terroristas que luego de su desarticulación se han adentrado en varias zonas de selva con grave afectación de las poblaciones nativas, como ha ocurrido con las poblaciones ashaninkas en la selva central. En las poblaciones nativas de selva es donde se da con mayor discrepancia la correspondencia entre jurisdiccionales distritales y ámbitos poblacionales étnicos; los 300 mil nativos de selva en el Perú están así más lejos de la organización estatal y de su integración a los grandes procesos nacionales.

Una estrategia de intervención en la sierra y en la selva tiene que pasar por trabajar con las comunidades campesinas y nativas. Esto implica una política clara y expresa para efectuar un contrato social con las organizaciones campesinas. En el Perú existen 6 mil comunidades campesinas, cada una con su Consejo de Administración, que es el que gobierna la comunidad (Poder Ejecutivo); y su Consejo de Vigilancia, que es el encargado de fiscalizar la labor del Consejo de Administración (Poder Legislativo). Las jurisdicciones territoriales, sean distritos o provincias o sub-regiones o regiones, son más modelos ideales de distribución poblacional. La verdadera organización poblacional en la sierra del Perú es la comunidad campesina, que se distribuye territorialmente a despecho de las jurisdicciones distritales o provinciales.

Si apreciamos la distribución distrital, vamos a encontrar en lo que se refiere a condiciones de desarrollo y atención con servicios - incluyendo la salud - que la situación desmejora hacia la periferie. En una estrategia de intervención para trabajar cobertura que va de la capital provincial y de ésta a la capital distrital, ocurrirán importantes falencias para la población marginal. En las comunidades campesinas, que obedecen a otra lógica poblacional y no a la lógica "del centro a la periferie", funciona mucho el carácter "microregional"; la aproximación del hombre y la mujer a la tierra se da a través de las relaciones familiares y comunales, con el desarrollo de actividades participativas en determinado ámbito geográfico que integra varias comunidades y que generalmente trasciendo o deja de lado las circunscripciones territoriales distritales o provinciales. Esta es la denominada "microcuenca" o "microregión", que no sólo tiene un carácter socio-demográfico, sino, y tal vez fundamentalmente, económico.

En efecto, una "microcuenca" o "microregión" es un ámbito poblacional integrado por razones históricas, culturales, económicas, sociales, políticas, con circuitos comerciales propios intra-comunitarios y con el entorno. Este es un buen modelo para aplicar los criterios de atención primaria y sistema local de salud y desarrollo sustentables.

Lo importante de este modelo es que se integra a la población marginal, a la que se encuentra asentada en los confines de las jurisdicciones distritales, en los lugares de "frontera", que se puede denominar la "tierra de nadie". Generalmente, en la sierra del Perú, los límites entre distritos y provincias siguen el "divortium aquarum", en cuyas vertientes viven las familias laneras y ganaderas dispersas en gran número.

Otro beneficio a conseguirse con la participación de las comunidades es la ventaja de su funcionamiento. En las comunidades campesinas están integradas todos los comuneros jefes de familia y por ende todas las familias campesinas. Y teniendo en cuenta sus formas de funcionamiento, todo acuerdo de comunidad es de cumplimiento obligatorio por todos los campesinos. Así, por ejemplo, un acuerdo de comunidad sobre una acción de salud será cumplida por todos sus miembros. Es distinto si las actividades se canalizan solamente por otras organizaciones como los gobiernos locales, cuya influencia es más bien y generalmente citadina. Esta es una estrategia de intervención que permite llegar a la población en condiciones de pobreza extrema.

Existen, entonces, 3 niveles de intervención:

· Desarrollo local
· Atención a la familia campesina y nativa
· Atención a la juventud rural

El nivel del desarrollo local implica un compromiso y una política de gobierno y de estado. En el caso actual del Perú, hay posibilidades de intervenir en proyectos de desarrollo en el que estén convocadas las comunidades campesinas y nativas, para integrarse a un proceso productivo nacional mediante la ampliación de las fronteras de un mercado transparente, con la posibilidad de mejorar el producto interno local, que incida posteriormente no sólo en la reinversión productiva, sino en la solvencia de los servicios básicos. En esta forma se abren las posibilidades de proyectos de desarrollo para el trabajo de los jóvenes rurales. En las comunidades campesinas y nativas se desarrolla una actividad productiva en condiciones de atraso y marginación. Existen experiencias anteriores en que se trabajó la diversificación de cultivos, especialmente de productos alimenticios, a través de los huertos escolares y familiares. Otros proyectos han tratado de desarrollar la aplicación del valor agregado a los productos de la localidad. En fin hay una serie de posibilidades que se pueden tener en cuenta y que pueden significar interesantes formas de desarrollar la vida comunitaria en el Perú.

En cuanto a la investigación se requiere conocer acerca de la salud sexual y reproductiva de los jóvenes y adolescentes rurales. De la misma manera se requiere investigar sobre la problemática de género para revalorar el trabajo de la mujer, establecer la igualdad de oportunidades y condiciones de vida y estudiar el machismo para estimular la autoestima y la asertividad.

Es necesario establecer investigaciones sobre las posibilidades de desarrollo microregional agrario, teniendo en cuenta la mejora de la producción y la productividad, la diversificación de la producción de alimentos, con la participación de Educación, Agricultura, Trabajo e Industria y Turismo.

En cuanto a proyectos de intervención, cabe destacar el Proyecto EDUCACION EN POBLACION PARA LA PROMOCION DE LIDERES JUVENILES RURALES DE LA SELVA DEL PERU, de la Mg. Liliana La Rosa, con la preparación de guías de Educación en Población para líderes juveniles rurales, capacitándolos en el uso adecuado de las guías, mediante talleres y encuentros para seguimiento, evaluación y asesoría. Como consecuencia, se realizó en junio de 1995 el Primer Encuentro Regional de Educación en Población y se ha elaborado, aplicado y procesado una encuesta sobre conocimientos, actitudes y prácticas a nivel de sexualidad y población.

En cuanto a servicios para la juventud, es posible desarrollar los servicios de Centros Juveniles en establecimientos de Salud, aprovechando la presencia de los diversos sub-sectores: MINSA, Sanidades, IPSS, ONGs y otras instituciones. Por ejemplo, se plantea efectuar trabajo juvenil con reclutas o con los jóvenes asegurados de provincias de sierra.

Una estrategia trabajada hace ya varios años en el Perú, es la Educación para la Salud mediante un convenio suscrito entre los Ministerios de Salud y Educación, que está permitiendo desarrollar cursos regulares en los años de primaria y secundaria; pero se requiere afrontar también el reto de la alfabetización y la continuación con la estrategia de promotores rurales.

Como políticas se presenta el establecimiento del contrato social con las comunidades campesinas y nativas, mediante un proceso de concertación de diversos sectores sociales. Sería interesante la constitución de una Comisión de Concertación Regional y otra Comisión Permanente de Coordinación Regional, que permita el monitoreo de los acuerdos del presente Taller.


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