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PRÓLOGO

El presente es el tercer número de El estado mundial de la pesca y la acuicultura, que sigue las pautas establecidas por los números anteriores, publicados en 1996 y 1998. Su finalidad sigue siendo proporcionar a los encargados de formular políticas, a la sociedad civil y a quienes obtienen de este sector sus medios de subsistencia una visión amplia, objetiva y global de la pesca y la acuicultura, incluidas las correspondientes cuestiones normativas.

Las preocupaciones de los consumidores y pescadores, que son fundamentales para el estado mundial de la pesca y la acuicultura, se evidencian en varias de las cuestiones que se tratan en esta publicación. El examen de los problemas actuales se complementa con breves informes sobre las actividades nacionales e internacionales emprendidas para afrontarlas. Algunas cuestiones son bien conocidas y ocupan un lugar destacado en el debate internacional, como la cuestión de la calidad e inocuidad del pescado y la de la relación entre los organismos modificados genéticamente y la pesca. También se analizan dos cuestiones importantes que son mucho menos conocidas: la primera es la seguridad de los pescadores, y la segunda la cultura de las comunidades pesqueras. No todos saben que la pesca marítima es probablemente la ocupación más peligrosa del mundo. En El estado mundial de la pesca y la acuicultura se informa sobre esta cuestión con la esperanza de que una comprensión más amplia de este aspecto de la pesca se traduzca en medidas eficaces para mejorar la seguridad de los pescadores. Las últimas tendencias en la administración de la pesca parecen apuntar a una participación mayor de los pescadores en la ordenación pesquera. Sin embargo, para que los pescadores participen efectivamente en esa ordenación, es fundamental un mejor conocimiento de la cultura de sus comunidades. En este número se presentan los aspectos más salientes de un estudio concluido recientemente por la FAO sobre este tema, partiendo del principio de que llegar a conocer mejor tales culturas es imprescindible para la ordenación pesquera y la seguridad alimentaria en casi todas las pesquerías artesanales y en pequeña escala.

La explotación sostenible sigue siendo un objetivo deseable para todas las operaciones de la pesca y la acuicultura. En este número se informa sobre algunos aspectos de los progresos realizados por la comunidad pesquera internacional en la consecución de ese objetivo. Se ofrece información resumida sobre el estado de la ordenación pesquera, y se examinan varios factores que han de tenerse en cuenta al tratar de mejorarla, por ejemplo, los derechos de propiedad, entendidos como un medio para definir y especificar los derechos, prerrogativas y responsabilidades determinados por los diferentes tipos de régimen de ordenación pesquera; la función de los indicadores del desarrollo sostenible y su integración en el enfoque precautorio, ya que la utilización de tales indicadores ha de llegar a ser una práctica que promueva un marco para la ordenación basado en los ecosistemas; un método aceptable para hacer frente a la pesca ilegal, no declarada y no reglamentada; y el ecoetiquetado, cuyos principios básicos se describen aquí en la medida en que se trata de una cuestión algo polémica, y su posible contribución a la ordenación pesquera.

Como en ocasiones anteriores, El estado mundial de la pesca y la acuicultura 2000 empieza por examinar las últimas novedades en la situación de los recursos, la producción de la pesca y la acuicultura, la utilización y el comercio. También se analizan los últimos avances en la tecnología pesquera. Esta información se complementa con un informe -en la Parte 3- sobre la viabilidad económica de determinadas flotas pesqueras comerciales. En la Parte 4 se ofrece una perspectiva general de las últimas tendencias y sus posibles efectos sobre el carácter de la industria pesquera, así como sobre el volumen y la distribución del consumo de pescado en el futuro.

Confío en que El estado mundial de la pesca y la acuicultura 2000 sensibilizará acerca de la creciente interacción mundial que es inherente al sector. A su vez, esta mayor sensibilización debería estimular iniciativas mundiales, personales y nacionales para mejorar las prácticas responsables y promover la sostenibilidad en la pesca y la acuicultura.

Ichiro Nomura
Subdirector General
Departamento de Pesca de la FAO

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