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La biotecnología,
con inclusión de
los organismos modificados
genéticamente

La mayor parte de las culturas han desarrollado numerosas biotecnologías. Algunas de ellas tienen miles de años de antigüedad, otras son de origen muy reciente. Las biotecnologías nuevas y modernas aparecidas en los últimos 30 ó 40 años -como el cultivo de tejidos, el aislamiento de células, los diagnósticos moleculares y la ingeniería genética- son poderosos instrumentos que pueden utilizarse con diferentes fines. La mayor parte de ellas no suscitan polémica y pueden utilizarse sin peligro para aumentar la seguridad alimentaria. Un subconjunto importante de biotecnologías modernas es la ingeniería genética, o la manipulación de la dotación genética del organismo introduciendo, redistribuyendo o eliminando genes específicos mediante técnicas modernas de biología molecular. Un organismo modificado genéticamente, conocido también con el nombre de organismo vivo modificado u organismo transgénico, es todo organismo vivo que posee una nueva combinación de material genético obtenida mediante el uso de biotecnología moderna.

El Cuadro convino en que la ciencia y la tecnología han aportado grandes beneficios en el pasado y probablemente continuarán haciéndolo en el futuro, siempre que se administren y apliquen debidamente. Observó a este respecto que los derechos humanos internacionales estipulan que todos tienen derecho a participar en los beneficios del progreso científico y en sus aplicaciones (Declaración Universal de los Derechos Humanos, Artículo 27).

Considerando que las biotecnologías clásicas y modernas de reproducción de plantas, animales y peces comprenden una serie de instrumentos que utilizan como materias primas genes que se producen naturalmente, el mantenimiento de la biodiversidad o los recursos genéticos es un motivo de preocupación de alcance mundial de gran importancia para la FAO.

La aceleración de los acontecimientos en el campo de la biotecnología moderna ha dado lugar a un intenso debate público, en el que muchas veces se adoptan posturas encontradas. Convendría tratar de distinguir entre diferentes aspectos del debate. Una serie de preocupaciones es la que se relaciona con los riesgos e incertidumbres así como los posibles beneficios directamente asociados con las consecuencias biológicas del uso de productos generados por esas tecnologías. Otras se refieren a las dudas, temores y esperanzas sobre el contexto social y económico en que se introducen y utilizan estas biotecnologías, y las consecuencias que pueden tener para el desarrollo social y económico. Durante su primera reunión, el Cuadro no se encontraba en condiciones de examinar todas las cuestiones implicadas; no obstante, decidió adoptar un triple procedimiento: i) indicar los riesgos, incertidumbres y dudas existentes; ii) reflexionar sobre los posibles beneficios que los productos de las biotecnologías modernas, incluidos los organismos modificados genéticamente, puedan arrojar en el futuro, y iii) examinar algunas de las condiciones que deberían cumplirse para garantizar que los beneficios, si los hubiere, recaigan sobre los más necesitados, en particular los países en desarrollo y, dentro de ellos, los agricultores más pobres y otros grupos vulnerables.

El Cuadro señaló que la biotecnología, en sentido amplio, ofrece muchas alternativas a la producción de organismos modificados genéticamente y que dichas alternativas deberían preferirse cuando hay en la actualidad importantes riesgos o incertidumbres referentes al uso de dichos organismos, sobre todo cuando los beneficios previstos de estos últimos son pocos. Debería otorgarse preferencia a la tecnología más idónea.

RIESGOS, INCERTIDUMBRES Y DUDAS EN EL USO DE LOS ORGANISMOS MODIFICADOS GENETICAMENTE

Si bien los efectos de la mayor parte de los productos de la biotecnología son relativamente previsibles, los organismos modificados genéticamente (OMG) presentan riesgos para la salud humana y el medio ambiente y suscitan considerables incertidumbres, en particular con respecto a sus efectos ambientales. En este caso, debería respetarse el principio de precaución. Cuando hay motivos razonables de preocupación, aun cuando no se disponga de una documentación científica completa, los países deberían resistirse a introducir un OMG mientras no se disponga de mayores conocimientos3. En lo que respecta a los países en desarrollo, existe también el peligro derivado del hecho de que las pruebas sobre el terreno de los OMG se están llevando a cabo en países que todavía tienen escasos o nulos dispositivos normativos sobre la liberación de OMG. Éstos deben ser objeto de control y comprobación adecuados. No deben liberarse sin un análisis de riesgos si no hay previa garantía de ulteriores actividades de supervisión y gestión de riesgos y sin la debida responsabilidad por el posible daño derivado de su utilización. El Cuadro destacó que en el caso de los OMG no está justificado un respaldo indiscriminado.

Los riesgos para la salud humana son, entre otros, la posible transferencia de compuestos alergénicos alimentarios a productos que anteriormente no los contenían, y las incertidumbres acerca de otras consecuencias. En lo que se refiere a las cuestiones ambientales, un motivo fundamental de preocupación es la protección de la biodiversidad. Ésta es de gran importancia para el equilibrio del ecosistema en el futuro y es fundamental para que los agricultores pobres y las comunidades locales puedan disponer de alimentos y medios de vida para los grupos vulnerables. A su vez, la conservación y desarrollo de la biodiversidad llevada a cabo por estas comunidades -dentro de un proceso de adaptación continua a las nuevas condiciones ambientales y necesidades humanas-es fundamental para la sostenibilidad de la agricultura y los intereses de las generaciones futuras. El riesgo de perder este tipo de gestión de la biodiversidad es obvio en los casos en que se están multiplicando las agroempresas. Si los OMG se desarrollan y aplican sin tener en cuenta la protección de la biodiversidad, en particular si se desarrollan exclusivamente para los monocultivos intensivos, representarán un peligro todavía mayor para una agricultura basada en la diversidad.

El Cuadro manifestó su preocupación acerca del contexto en que se promueven los OMG. Muchos países en desarrollo tienen dos tipos de agricultura: una de subsistencia y otra para la exportación. Como es probable que los OMG se utilicen en el subsector destinado únicamente a la exportación, las poblaciones locales quizá no puedan comprar esos productos. Como ejemplo se mencionó la introducción en África del algodón de monocultivo basado en el uso de alta tecnología y abundantes insumos, ya que esta práctica no representa ningún beneficio para los pequeños agricultores que no pueden permitirse estas innovaciones. El contexto en que se está desarrollando esta tecnología no tiene necesariamente en cuenta los problemas de los grupos vulnerables y condenados a la inseguridad alimentaria. Además, los países pobres quizá no se beneficien de los OMG tal como existen actualmente, ya que podría crearse una dependencia de las semillas importadas.

Las modernas biotecnologías, incluidas las menos complejas, como la del cultivo de tejidos, se están utilizando actualmente sobre todo para promover monocultivos. Por ejemplo, los clones de la palma aceitera se están difundiendo ahora en algunas partes de América Latina donde varias empresas emplean esta técnica, lo que repercute negativamente en la biodiversidad. Por el contrario, las técnicas de cultivo de tejidos podrían beneficiar a la conservación de la biodiversidad y a los programas de mejoramiento genético de varias maneras en los países en desarrollo (por ejemplo, transporte, compilación y conservación de germoplasma).

Otro riesgo es que, cualquiera que sea el uso previsto, los genes transferidos pueden introducirse en las hierbas y especies silvestres similares de las plantas cultivadas, con posibles efectos negativos en las explotaciones y, sobre todo, en el equilibrio del ecosistema local. Debería prestarse especial atención al uso de un determinado cultivo modificado genéticamente en la zona de origen, donde se encuentra la mayor parte de las variedades silvestres similares del cultivo.

Los países en desarrollo deben superar dificultades adicionales para evaluar los riesgos de estas tecnologías debido a que el conocimiento tecnológico relacionado con ellas forma con frecuencia parte de la propiedad intelectual exclusiva de las empresas de países desarrollados.

El Cuadro examinó los aspectos éticos de las tecnologías de restricción del uso genético (TRUG), que inicialmente parecen haberse concebido para proteger físicamente los derechos de propiedad de las empresas (esterilizando las semillas cosechadas), cuando en la práctica no funcionan las restricciones jurídicas que impiden a los agricultores plantar las semillas cosechadas. Después de las fuertes críticas recibidas, las empresas implicadas no han comercializado las TRUG, llamadas también "tecnologías terminador", pero tienen todavía patentes y buscan otras nuevas, lo que permite pensar que podrían intentar comercializar nuevas TRUG. La misma naturaleza de estas tecnologías haría innecesarias las patentes de las semillas. Además, mientras que las patentes ofrecen sólo un período limitado de protección jurídica, las TRUG podrían representar una protección física perpetua. El Cuadro declaró unánimemente que las "semillas terminador" son en general antiéticas, ya que se considera inaceptable comercializar semillas cuyo fruto no pueda ser utilizado de nuevo por los campesinos porque las semillas no germinan. Las TRUG no forman parte intrínseca de la ingeniería genética. Si bien las empresas tienen derecho a conseguir beneficios, no debería obligarse a los agricultores a depender del abastecedor de nuevas semillas cada campaña agrícola.

No obstante, hay situaciones en que la evaluación puede efectivamente ser diferente. Cuando lo que preocupa es el posible cruce de cultivos, por ejemplo, OMG que pudieran causar daños en las poblaciones vegetales silvestres, quizá estén justificadas las TRUG. Esto puede aplicarse también en otros contextos: cuando la preocupación primaria es evitar la reproducción de pescado cultivado con poblaciones silvestres, las TRUG podrían ser útiles para proteger a las poblaciones silvestres.

En relación con el tema de las TRUG, el Cuadro manifestó su preocupación acerca de los posibles riesgos de difusión inadvertida o no deseada, mediante el polen, de complejos de genes responsable de las características de la esterilidad; la posibilidad de venta o intercambio de semillas no viables para la siembra, y los posibles efectos negativos que el uso de órganos modificados genéticamente tiene en la diversidad genética. Destacó la importancia de las semillas que los agricultores guardan para sembrar en años próximos, en particular para los agricultores con pocos recursos, y de las actividades de selección y mejoramiento realizadas por los agricultores para la agricultura sostenible.

Se indicó que los OMG podrían compararse con la tecnología nuclear en cuanto que ésta puede aplicarse para objetivos pacíficos, aunque sus riesgos han demostrado ser reales y podrían ser mortíferos para la humanidad y la biosfera. Debería hacerse todo lo posible para garantizar que se eviten esos riesgos.

POSIBLES BENEFICIOS Y PROBLEMAS

El Cuadro reconoció que la utilización de las biotecnologías adecuadas ofrece considerables posibilidades para la seguridad alimentaria y para los países en desarrollo, y que hay cierto margen para el optimismo. Debería hacerse una distinción entre la producción de organismos modificados genéticamente y las otras biotecnologías. La biotecnología moderna, incluso sin la ingeniería genética, hace posible multiplicar las plantas y animales con mayor rapidez y de forma más controlada que antes. En el caso de los organismos modificados genéticamente, el Cuadro estuvo de acuerdo en que, más que tratar de conseguir cambios espectaculares, el progreso en este terreno debería lograrse mediante pequeños avances graduales, con la modificación de un solo gen, quizá dentro de especies idénticas o estrechamente relacionadas, para conseguir mejoras muy específicas.

El Cuadro destacó también la necesidad de trabajar más con razas de animales y variedades de plantas tropicales y subtropicales. Las biotecnologías no deberían desarrollarse exclusivamente para los grandes cultivos y animales comerciales. En muchos casos, las tecnologías adecuadas podrían contribuir a que algunas especies prometedoras pero insuficientemente utilizadas produjeran más y en forma más económica y a mejorar el consumo local. Si se realizan los esfuerzos adecuados, se podrían mejorar estas plantas tradicionales e incrementar su rendimientos, y su valor de mercado y de elaboración, lo que las haría más competitivas y les permitiría contribuir a la diversidad de la alimentación. El Cuadro observó que, si estos cultivos y animales fueron más productivos con un costo más bajo en condiciones marginales, habría también posibles beneficios ambientales. Además, en determinadas condiciones locales, podría haber menos riesgos que los asociados con la tecnología de intensificación tradicional.

Hay posibilidad de mantener, introducir y conservar variedades de cultivos y animales de diversas culturas que de lo contrario podrían disminuir. Algunas biotecnologías podrían utilizarse para proteger e incluso desarrollar la biodiversidad, sobre todo si se aplican a cultivos y animales localmente adaptados y culturalmente valiosos. La biotecnología ofrece la posibilidad de mejorar una serie de cultivos y animales.

Las empresas, así como las instituciones públicas de investigación, de los países en desarrollo tienen posibilidades de encauzar la tecnología mediante alianzas estratégicas con las compañías de los países desarrollados, al mismo tiempo que evitan la explotación de la investigación pública en beneficio de las empresas privadas. Si contraen los debidos compromisos éticos, las empresas podrían ayudar a los países en desarrollo a utilizar esta tecnología.

Es todavía demasiado temprano para saber qué beneficios específicos pueden aportar los organismos modificados genéticamente a los países en desarrollo, en particular a los agricultores en pequeña escala y otros grupos vulnerables. No obstante, el Cuadro convino en que las tecnologías de la ingeniería genética están cambiando con rapidez y, como consecuencia de esta rápida evolución, es probable que la tecnología resulte menos costosa. Una posible consecuencia de este desarrollo acelerado es que, en un plazo de 10 a 15 años, la tecnología podría escapar del control de las grandes empresas y estar a disposición de los países en desarrollo.

El Cuadro consideró el ejemplo concreto de la biología molecular aplicada como instrumento de diagnóstico de bajo costo en el sector de la salud en algunos países de América Central y del Sur. Reconoció también aplicaciones similares de la tecnología del ADN como medio de diagnóstico en la patología animal y vegetal agrícola y en la producción de vacunas, fármacos y equipos de diagnóstico para la salud humana en Cuba. De la misma manera, reconoció los resultados conseguidos mediante el establecimiento de secuencias de genomas fitopatógenos y la caña de azúcar en el Brasil. No obstante, un problema importante es que, en la actualidad, la comercialización de la biotecnología, incluidos los organismos modificados genéticamente, está sobre todo en manos de las grandes empresas que, lógicamente, tratan de multiplicar sus beneficios. Esta es una de las razones por la que los grupos más pobres y más vulnerables no se han beneficiado de la ingeniería genética ni es probable que lo hagan a no ser que se cumplan algunas condiciones importantes. Parte de las críticas formuladas contra los organismos modificados genéticamente, si bien hacen mención a los riesgos, se derivan del hecho de que los beneficios parecen ser bajos o inexistentes para los agricultores pobres o los consumidores de bajo ingreso. Es necesario ir más allá de los intereses de las compañías e instituciones de investigación asociadas con ellas, y tener en cuenta el bienestar de los pobres, sobre todo en los países en desarrollo.

El hecho de que los derechos de propiedad intelectual incluyan las patentes significa que los países en desarrollo no pueden obtener fácilmente acceso a la tecnología. Se requieren mecanismos para facilitarles este acceso, también en condiciones preferenciales y/o concesionarias. El Cuadro consideró que hay un uso excesivo de los derechos de propiedad intelectual, que es perjudicial para la producción de alimentos y para el desarrollo de la agricultura. Consideró también que las patentes de alcance amplio que ofrecen protección más allá de la utilidad comprobada de un producto desalientan la investigación y favorecen el desarrollo de monopolios.

El Cuadro estimaba que no deberían autorizarse los sistemas relacionados con los derechos de propiedad intelectual que restringen el uso del material genético de origen natural en un espectro muy amplio, desde los genes a los organismos y especies. El acceso de las instituciones internacionales y nacionales de investigación agraria a las tecnologías y procesos básicos importantes para la agricultura sostenible y la seguridad alimentaria no deberían restringirse mediante el uso de sistemas de patentes.

El Cuadro manifestó su preocupación por los actuales sistemas reguladores de los derechos de propiedad intelectual los cuales están promoviendo la uniformidad de variedades, ya que las disposiciones jurídicas del sistema suelen exigir esa característica. También manifestó su preocupación de que la consecuencia involuntaria de ello sea una pérdida progresiva de agrobiodiversidad.

El Cuadro valoró positivamente el consenso que se está formando entre los Estados Miembros de la FAO con motivo de la revisión del Compromiso Internacional sobre Recursos Fitogenéticos, cuyo objetivo es un sistema multilateral negociado para acceder a los recursos fitogenéticos, y la participación en los beneficios derivados de su utilización, incluidas las disposiciones para la realización de los derechos del agricultor, como incentivo para la conservación y desarrollo continuo de la agrobiodiversidad.

CONDICIONES PARA LLEVAR A LA PRÁCTICA LAS POSIBILIDADES DE LAS BIOTECNOLOGÍAS MODERNAS, INCLUIDOS LOS ORGANISMOS MODIFICADOS GENÉTICAMENTE, Y PARA EVITAR SUS RIESGOS

Durante su breve primera reunión, el Cuadro no pudo realizar el análisis necesario para formular recomendaciones firmes. El Cuadro debe seguir trabajando en ese sentido. No obstante, a continuación se presentan algunas conclusiones preliminares, basadas en la perspectiva ética establecida en la introducción del presente informe.

La ciencia ha producido beneficios para la humanidad en el pasado y puede continuar haciéndolo en el futuro, siempre que haya una verdadera preocupación por la equidad. Los resultados de la investigación científica deben compartirse de forma equitativa. La valoración del Cuadro está basada en el imperativo ético de dar prioridad a los efectos y utilización de la ciencia en favor de los pobres, los hambrientos y los vulnerables, incluidos los agricultores en pequeña escala de los países en desarrollo. Normalmente, lo que preocupa a las empresas es el interés de sus accionistas, no las necesidades de los pobres, los hambrientos ni la de los pequeños agricultores. Es probable que estas necesidades sean más tenidas en cuenta por la investigación pública, sin fines de lucro, pero debería alentarse también al sector privado a que tenga presentes las consideraciones éticas mencionadas en el presente informe. Se ha hecho referencia a los esfuerzos actualmente en curso para elaborar un código de conducta para las compañías transnacionales. La FAO debería participar en este proceso y garantizar que se tengan en cuenta las consideraciones expuestas por este Cuadro. Se hizo también referencia al proyecto de Código de conducta sobre la biotecnología en relación con los recursos genéticos para la alimentación y la agricultura.

Desde la perspectiva de los derechos humanos, según la cual todas las personas han de beneficiarse de los avances de la ciencia y la tecnología, el Cuadro observó con gran preocupación que el financiamiento de la investigación pública está disminuyendo de forma constante, tanto en el plano nacional como en el internacional. En un momento en que nuevas y poderosas tecnologías están incrementando de forma espectacular la eficiencia de la investigación, el financiamiento público para investigaciones con fines no comerciales es imprescindible para desarrollar, transferir y utilizar biotecnologías adecuadas. Es también necesario garantizar, mediante investigaciones sociológicas, que estas biotecnologías se encaucen en favor de los intereses de los agricultores pobres, los consumidores de bajo ingreso y las comunidades locales, sobre todo en los países en desarrollo, por ejemplo, destacando la importancia de cultivos y animales locales, insuficientemente aprovechados y en ocasiones marginales, pero prometedores. El Cuadro está convencido de que la investigación tiene grandes posibilidades de mejorar los cultivos y animales autóctonos y locales y, de esa manera, contribuir a la diversidad y a la seguridad alimentarias.

Es importante garantizar que estas investigaciones sean de carácter multidisciplinar y abarquen el contexto social y económico y las consecuencias de la introducción de esas tecnologías así como las formas de corregir las consecuencias sociales negativas. La investigación debería, al menos en parte, estar institucionalmente dirigida en función de las necesidades y beneficios de los agricultores pobres, pastores, silvicultores y pescadores. Debería recabarse, cuando sea posible, la participación de los beneficiarios. La ciencia debería ser abierta y los científicos deberían dar cuenta de sus acciones en lo que respecta a las metas y posibles beneficios o riesgos de su investigación. Sin una investigación amplia, multidisciplinar e independiente y sin iniciativas para su aplicación, la distancia creciente entre los ricos y pobres no podrá reducirse.

El Cuadro destacó la conveniencia de realizar un estudio comparativo de los reglamentos nacionales relacionados con la biotecnología, incluidos los organismos modificados genéticamente, en el que se examine la posibilidad y conveniencia de armonizar esos reglamentos.

La información sobre los resultados de la investigación en los sectores público y privado debería difundirse y ser de dominio público lo antes posible. Los países en desarrollo deben participar y tener acceso a la tecnología de manera que puedan encauzar sus beneficios. Las biotecnologías pueden ayudar al mundo en desarrollo si se toman las decisiones pertinentes y si hay una utilización ética de los materiales y existe un espíritu de solidaridad y cooperación. Debería aspirarse a la cooperación mundial para conseguir que el uso de la biotecnología responda a las necesidades de todos. Los países en desarrollo deberían estar en condiciones de aprovechar plenamente la biotecnología para aumentar la productividad agrícola, al mismo tiempo que preservan la diversidad mediante la promoción de combinaciones adecuadas de métodos modernos, tradicionales y locales.

La FAO debería ayudar a los países en desarrollo a intensificar la investigación y el desarrollo relacionados con biotecnologías socialmente útiles y ambientalmente racionales, incluido, en su caso, el posible desarrollo de determinados organismos modificados genéticamente. Debería prestarse atención a los posibles beneficios para la seguridad alimentaria y la nutrición y, por lo tanto, para la salud humana y el bienestar, por un lado, y a la necesidad de evitar los riesgos para la salud, la justicia social y el medio ambiente, por el otro. Es preciso establecer salvaguardias suficientes para conseguir que se protejan todos los intereses, incluidos los ambientales, al mismo tiempo que se dejan opciones para las generaciones futuras.

La FAO debería respaldar programas destinados a acercar los beneficios de la biotecnología a los agricultores en pequeña escala, especialmente en los países en desarrollo, al mismo tiempo que trata de garantizar que los objetivos y efectos del uso de estas tecnologías sirvan para reducir el hambre y la malnutrición. Estos programas pueden también orientarse hacia el desarrollo de las variedades de los agricultores o razas locales que están ya bien adaptadas a las condiciones de crecimiento de un lugar, lo que multiplicará el valor específico y el interés para los agricultores.


3 Este principio de precaución ha sido adoptado por la Comisión Europea.

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