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VI. Economías de mercado desarrolladas

PANORAMA GENERAL

Rendimiento económico general

El PIB real medio creció un 3,2 por ciento en las economías de mercado desarrolladas121 en 1999, después de haber registrado una tasa modesta del 2,4 por ciento en 1998. Como la actividad económica mundial se recuperó con relativa facilidad de la crisis de los mercados emergentes de 1997 y 1998, todas las economías de mercado desarrolladas experimentaron un crecimiento del PIB en 1999.

En Estados Unidos siguió la rápida expansión económica alcanzándose un crecimiento del PIB del 4,2 por ciento en 1999, tercer año consecutivo en que el crecimiento real del PIB superó el 4 por ciento. En el Canadá, el PIB aumentó también mucho, el 4,5 por ciento, en 1999. El crecimiento fue algo más moderado en la Unión Europea, donde se registró la tasa relativamente modesta del 2,4 por ciento en 1999. En Japón se interrumpió la reducción del 2,5 por ciento del PIB padecida en 1998, pero su nivel de actividad económica se mantuvo estancado en 1999. Australia experimentó un crecimiento real del PIB del 4,4 por ciento en 1999 tras la elevada tasa del 5,2 por ciento registrada en 1998.

Como se indica en el Análisis mundial de esta cuestión, la actividad económica se fortaleció algo más en las economías de mercado desarrolladas en 2000, ya que se estima que el PIB creció un 4,2 por ciento y la mayoría de los países esperan obtener tasas superiores de crecimiento. Se estima que en el Canadá y los Estados Unidos el producto aumentó el 4,7 y 5,2 por ciento, respectivamente. En la Unión Europea, la fuerte demanda interna y el descenso del tipo de cambio entre el euro y el dólar EE.UU. estimuló el crecimiento económico que se estima alcanzó el 3,4 por ciento. La aceleración del crecimiento real del PIB fue especialmente fuerte en Alemania e Italia. El aumento de la demanda de exportación como consecuencia de la recuperación mundial y la baja cotización del euro fueron los principales factores de la recuperación de las economías de mercado desarrolladas. En Japón, parece que se está produciendo cierta recuperación económica, pues se estima que el crecimiento del PIB será del 1,4 por ciento, pero sigue habiendo muchas incertidumbres con respecto a la recuperación del país. Se calculan tasas de crecimiento relativamente fuertes, de un 4 por ciento aproximadamente, en 2000 para Australia y Nueva Zelandia, país este último que depende más de factores externos favorables.

Producción agrícola

La producción agrícola general de las economías de mercado desarrolladas aumentó el 1,8 por ciento en 1999, tras el modesto incremento de menos del 1 por ciento obtenido el año anterior. En 1999 la producción de cultivos y la ganadera aumentaron el 1,8 y 1,6 por ciento, respectivamente, si bien la de cereales disminuyó un 2,8 por ciento. Las estimaciones preliminares para 2000 indican una expansión más moderada, de menos del 1 por ciento, de la producción agrícola total. Sin embargo, se espera que se recupere la producción de cereales aumentando aproximadamente un 3 por ciento.

Se obtuvieron buenos rendimientos en los países de la CE, donde la producción agrícola aumento el 2,2 por ciento en 1999, tras el estancamiento de 1998. Sin embargo, la producción de cereales disminuyó un 4,6 por ciento y la de trigo, en especial, se redujo un 6 por ciento debido a mayores exigencias de detracción de tierras de cultivo y a condiciones atmosféricas adversas. No obstante, como los rendimientos de otras cosechas fueron relativamente buenos, la producción total de la CE aumentó un 3,4 por ciento. La producción ganadera aumentó sólo un 0,5 por ciento. Se obtuvieron malos rendimientos en Francia y el Reino Unido, donde la producción agrícola creció menos del 0,5 por ciento en 1999, mientras que en Alemania, Italia y España se consiguió un incremento que varió del 1,5 al 5,5 por ciento. En 2000, según estimaciones provisionales, la producción agrícola de la Unión Europea se ha reducido marginalmente, en menos del 0,5 por ciento. No obstante, se espera que la producción de cereales se recupere y crezca en torno al 7 por ciento, ya que todos los principales productores, excepto Italia, han logrado aumentos en la producción de cereales.

En América del Norte, la producción aumentó el 1,9 por ciento en 1999 tras haber crecido el 1,3 por ciento en 1998. En los Estados Unidos, el incremento fue del 1,3 por ciento en 1999, pero el año anterior había sido inferior al 1 por ciento. La producción de cereales disminuyó el 4,1 por ciento, después de haber registrado una expansión del 3,9 por ciento en 1998. La producción de trigo, en particular, disminuyó entre el 9 y el 10 por ciento como consecuencia de la reducción de las siembras. El crecimiento de la producción en 1999 fue más sólido en el Canadá, donde se alcanzó la tasa del 6 por ciento aproximadamente por segundo año consecutivo. La producción de cereales aumentó el 5,7 y 3,9 por ciento en 1999 y 1998, respectivamente, pero no se ha vuelto a alcanzar el nivel récord de 1996 tras el descenso del 16 por ciento padecido en 1997. Se prevé que en 2000 la producción agrícola general de América del Norte habrá aumentado un 2 por ciento aproximadamente, debido a que el crecimiento ha sido algo superior al 2 por ciento en los Estados Unidos y se ha estancado en el Canadá.

En la región de Oceanía, la producción agrícola se estancó en 1999 tras haberse incrementado un 3,4 por ciento en 1998. La de Australia aumentó casi el 2 por ciento, pero la de Nueva Zelandia bajó el 5,1 por ciento en 1999. Se estima que en 2000, la producción total habrá crecido el 1,6 por ciento, lo que se deberá principalmente a los incrementos en el sector ganadero, ya que es probable que la producción de cultivos disminuya casi un 4 por ciento. Se espera que la producción total de Australia aumente un 0,5 por ciento, mientras que la de Nueva Zelandia lo hará en un 4,5 por ciento. La producción agrícola del Japón creció menos del 1 por ciento en 1999, tras la contracción de 1998. La producción de cultivos y la de cereales se recuperaron algo del profundo descenso registrado en 1998. Se estima que en 2000 la producción general habrá crecido menos del 0,5 por ciento.

Cuadro 41

TASAS DE CRECIMIENTO NETO DE LA PRODUCCIÓN EN LAS ECONOMÍAS DE MERCADO DESARROLLADAS

Año

Agricultura

Cereales

Cultivos

Alimentos

Ganado

Productos no
alimentarios

 

(Porcentaje)

Economías de mercado desarrolladas

           

1997

1,5

-2,1

2,1

1,4

0,6

5,0

1998

0,8

3,3

0,0

1,3

1,9

-11,7

1999

1,8

-2,8

1,8

1,6

1,6

6,5

20001

0,9

3,1

0,7

1,0

0,6

-1,1

CE

           

1997

0,0

-0,7

1,0

-0,1

-0,5

6,8

1998

0,1

3,4

-1,0

0,1

1,8

1,5

1999

2,2

-4,6

3,4

2,2

0,5

5,3

20001

-0,3

7,0

0,3

-0,3

-0,8

-0,1

América del Norte

           

1997

3,2

-1,8

3,6

3,2

1,3

2,3

1998

1,3

3,9

0,7

2,3

2,4

-21,5

1999

1,9

-2,8

0,4

1,5

3,6

12,9

20001

2,1

1,3

1,5

2,2

1,6

-2,1

Oceania2

           

1997

2,4

-10,9

-2,2

1,2

4,6

9,4

1998

3,4

3,5

7,2

4,1

1,7

-0,7

1999

0,1

5,6

6,2

0,5

-1,5

-2,0

20001

1,6

-1,2

-3,9

1,8

2,7

-0,1

Japón

           

1997

-0,7

-2,6

1,5

-0,7

-2,1

2,4

1998

-3,4

-10,4

-7,9

-3,3

0,9

-8,6

1999

0,8

2,8

1,8

0,8

-0,5

3,8

20001

0,3

2,5

0,8

0,3

-0,2

0,0

1 Estimación.

2 Australia y Nueva Zelandia.

Fuente: FAO.

Cambios en las políticas agrarias122

Durante el último decenio aproximadamente, las economías de mercado desarrolladas han introducido reformas en las políticas agrarias que han variado mucho en cuanto al alcance y calendario de aplicación de las medidas. En virtud del Acuerdo sobre la Agricultura de la OMC (al concluirse la Ronda Uruguay de negociaciones comerciales multilaterales en 1994), los países se comprometieron no sólo a mejorar el acceso al mercado para las importaciones agrícolas, sino también a reducir gradualmente las subvenciones a la exportación y la ayuda interior que se traduce en distorsiones del comercio. Muchos países han introducido cambios de políticas encaminados a reducir los niveles de ayuda y orientados a medidas más específicas. Sin embargo, las reformas de políticas son todavía un proceso en curso.

Cuadro 42

INDICADORES DE LA OCDE PARA EL APOYO A LA AGRICULTURA1

Indicador

1986-1988

1998-2000

1998

1999

20002

EAP

         

Miles de millones de $EE.UU.

236

258

253

273

245

EAP porcentual

39

35

34

37

34

EAT

         

Miles de millones de $EE.UU.

8

340

339

356

327

EAT porcentual

2,2

1,3

1,4

1,4

1,3

1Todos los países de la OCDE.

2 Estimación.

Fuente: OCDE.

En 1999, la ayuda total a la agricultura en todos los países de la OCDE, medida con arreglo a la estimación de la ayuda total (EAT) de la OCDE (Recuadro 4), ascendió a 356 000 millones de dólares en 1999, es decir, el 1,4 por ciento de su PIB agregado. Dicha cifra se ha mantenido bastante estable en los tres últimos años, pero es inferior al promedio del 2,2 por ciento del PIB registrado en el período de 1986-1988. En 2000, se estima que la EAT ha disminuido a unos 327 000 millones de dólares.

Recuadro 4

INDICADORES DE LA AYUDA ELABORADOS POR LA OCDE

La OCDE utiliza varios indicadores para medir la ayuda a la agricultura. Dos de los indicadores fundamentales son la estimación de la ayuda al productor (EAP) y la estimación de la ayuda total (EAT), que se definen a continuación.

Estimación de la ayuda al productor. Indica el valor monetario anual de las transferencias brutas de los consumidores (resultantes de los precios internos que se mantienen por encima de los niveles del mercado mundial) y de los contribuyentes a los productores agrícolas. Se expresa también en EAP porcentual, es decir, en porcentaje de los ingresos agrícolas brutos.

Estimación de la ayuda total. Indica el valor monetario anual de todas las transferencias brutas de los contribuyentes y consumidores derivadas de medidas de política en apoyo del sector agrícola. Incluye transferencias al productor y servicios generales prestados a la agricultura. La EAT porcentual indica la carga que esta ayuda general representa en porcentaje del PIB.

La ayuda a los productores agrícolas en todos los países de la OCDE, medida por la estimación de la ayuda al productor (EAP) elaborada por la OCDE (Recuadro 4), aumentó en 1999 por segundo año consecutivo. Esto se debió principalmente a la diferencia creciente entre los precios internos y los de los mercados internacionales y el descenso de los precios internacionales de los productos agrícolas. La EAP porcentual varía de menos de 1 por ciento en Nueva Zelandia a más del 60 por ciento en algunos países. El nivel de la ayuda varía también según los productos, siendo el arroz, la leche y el azúcar los que reciben niveles más altos. Sin embargo, se estima que en 2000 habrá disminuido a un 34 por ciento de los ingresos agrícolas brutos, lo que representa un 5 por ciento menos que el promedio de 1986-1988. Diminuyó la ayuda en la mayoría de los países y para la mayoría de los productos debido principalmente a que fue menor la diferencia entre los precios internos y los mundiales, ya que estos últimos subieron en 2000. Aunque se registraron algunos cambios en los precios de apoyo aplicados en varios países, no se introdujeron nuevos mecanismos de política para rebajar los precios de apoyo. En los Estados Unidos se concedió asistencia a los productores agrícolas para compensarlos por la baja de los precios mundiales por tercer año consecutivo y, en el Canadá, se concedieron pagos por la misma razón.

En 2000, varios Estados Miembros de la CE, así como Australia y Japón, establecieron planes multianuales para el sector agrícola y varias medidas de apoyo. En general, los planes se centraban en cambios estructurales, el desarrollo rural y la calidad del medio ambiente, a pesar de que el programa japonés tuvo por objeto incrementar la autosuficiencia alimentaria al 45 por ciento para 2010, frente al 40 por ciento en 1998.

En cuanto a las políticas de comercio agrícola, continuó en 1999 y 2000 la aplicación del Acuerdo sobre la Agricultura. La reducción de los aranceles y la ampliación de los accesos con cuotas arancelarias progresaron en consonancia con los compromisos contraídos, si bien algunos países elevaron los aranceles estipulados en sus compromisos o en virtud de disposiciones especiales de salvaguardia. Los niveles totales de las subvenciones a las exportaciones disminuyeron también en 2000, principalmente en la CE debido a la subida de los precios mundiales.

Ante la creciente preocupación de los consumidores, ha ido cobrando importancia la cuestión de la mayor inocuidad de los alimentos. Casi todas las economías de mercado desarrolladas han introducido o están introduciendo cambios en sus reglamentos sobre inocuidad de los alimentos, incluidas las medidas para atender las preocupaciones relacionadas con la biotecnología. Estas cuestiones se están afrontando cada vez más tomando como referencia la Comisión del Codex Alimentarius y sus organizaciones patrocinadoras, la OMS y la FAO. Varios países han creado organismos de inocuidad de los alimentos y la CE ha acordado establecer la Autoridad Alimentaria Europea para supervisar estas cuestiones. La CE, Japón y Suiza han introducido también requisitos de etiquetado para productos derivados de organismos modificados genéticamente (OMG).

En 2000 se introdujeron varias nuevas medidas de política en respuesta a catástrofes naturales o a las preocupaciones por la salud de los animales, las plantas y los seres humanos. La más importante de estas emergencias fue la encefalopatía espongiforme bovina (EEB), que dio lugar a varias medidas encaminadas a reducir los riesgos para la salud humana. La CE adoptó una serie de medidas en respuesta a la EEB, especialmente la prohibición del comercio de piensos que contienen harina de carne y huesos y pagos compensatorios a favor de los agricultores damnificados. Más recientemente, el brote de fiebre aftosa en Europa a comienzos de 2001 ha provocado también una amplia gama de medidas para evitar la propagación de la misma, pero también para ayudar a los ganaderos.

Las repercusiones medioambientales de la agricultura han seguido siendo objeto de preocupaciones en los últimos años. Muchos países han elevado sus presupuestos para programas agroambientales y varios han introducido nuevos programas centrados en la conservación de los recursos y la agricultura orgánica.

La CE, como parte del programa de política de desarrollo rural para 2000, decidió que los agricultores deben cumplir las normas ambientales establecidas por cada Estado Miembro para tener derecho a obtener financiación en el ámbito de determinados programas. Se introdujeron nuevas políticas para mejorar la calidad del agua en Australia, Dinamarca y los Países Bajos. Se adoptaron también iniciativas en favor de la agricultura orgánica en Italia, los Países Bajos, el Reino Unido y los Estados Unidos.

El 2000 fue el último año para la aplicación del Acuerdo sobre la Agricultura de la OMC. Los niveles actuales de la ayuda a la agricultura en las economías de mercado desarrolladas son todavía altos y siguen fomentando la producción interna, distorsionando el comercio y deprimiendo los precios mundiales. Se calcula que los precios recibidos por los agricultores de esos países son en promedio un 43 por ciento más altos que los del mercado mundial.

No obstante, según la OCDE, el nivel general de la protección del mercado en las economías de mercado en desarrollo ha disminuido desde el 61 por ciento alcanzado en 1986-88, en parte como consecuencia de los esfuerzos por cumplir los compromisos de la OMC. El apoyo a los precios internos han ido variando gradualmente hacia la aplicación de medidas menos perturbadoras de mercado, pero los progresos han sido muy limitados en algunos países. A pesar de que la reducción de los indicadores de la ayuda en 2000 refleja una tendencia hacia una mayor orientación al mercado, la diferencia entre los países con el mayor y el menor nivel de apoyo está aumentando. La reanudación de las negociaciones sobre el comercio agrícola dentro de la OMC ofrecerá una oportunidad para acelerar el proceso de reformas de las políticas y ayudará a los sectores agrícolas de la mayoría de las economías de mercado desarrolladas a convertirse en más orientadas hacia el mercado.

NOTAS


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