FAO/SMIA - Cosechas y escaseces alimentarias 06/01 - ZIMBABWE* (1 de junio)

ZIMBABWE* (1 de junio)

Una misión de evaluación de cultivos y suministros alimentarios de la FAO y el PMA visitó Zimbabwe del 25 de abril al 11 de mayo de 2001 para estimar la producción de los cultivos de cereales y legumbres de la temporada principal, pronosticar la producción de la temporada de invierno de 2001/02 y evaluar las necesidades de importación de alimentos.

La misión observó que al igual que el año anterior, la estación de las lluvias de 2000/01 había sido en general favorable para las provincias septentrionales del país que normalmente producen cerca del 70 por ciento de la producción nacional de cereales. Pero en las zonas meridionales y orientales las lluvias fueron tardías e inferiores a lo normal. En enero hubo una racha seca en la mayor parte del país, a la que siguieron lluvias generalizadas e incesantes en febrero y marzo, que determinaron inundaciones localizadas.

La superficie sembrada con cereales en la temporada principal de 2000/01 decreció un 15 por ciento con respecto al año anterior. La superficie plantada con maíz en el sector de la agricultura comercial en gran escala se redujo en más de la mitad debido principalmente a las actividades de adquisición de tierras. La pequeña agricultura, incluidas las zonas reasentadas, no compensó esta reducción de la superficie de maíz. Algo se compensó con el aumento de la superficie sembrada con soja, maní, girasol y paprika.

La misión estimó la cosecha nacional de cereales de la campaña agrícola principal de 2000/01 en 1 570 000 toneladas, frente a los 2 150 000 toneladas de 1999/2000, lo que representa una merma de 27 por ciento. La producción de maíz, que representa más del 90 por ciento de la producción total de cereales, se estimó en 1 470 000 toneladas.

En el sector comercial en gran escala la situación ganadera era en general buena, mientras que en la pequeña agricultura era entre regular y buena, aunque en algunas zonas comunales se registraron muertes de animales debidas a enfermedades transmitidas por las garrapatas. En la mayoría de las provincias la situación de los pastizales y la disponibilidad de agua eran en general buena.

Partiendo de la producción pronosticada, la necesidad de importación se estima en 579 000 toneladas. Dada la considerable disminución de la producción de oro y de tabaco, y habiéndose asignado una gran parte de las divisas a la compra de combustible, a otras importaciones de energía y al servicio de la deuda internacional, la capacidad del Gobierno para importar maíz es extremadamente limitada. Aún cuando el déficit de 132 000 toneladas de trigo y arroz se colmara con las importaciones de comerciantes privados, principalmente mediante la obtención de divisas en el mercado paralelo, quedaría un déficit neto de alrededor de 447 000 toneladas de maíz que deberá cubrirse con importaciones o recurriendo a las reservas. Dada la actual coyuntura económica y la inseguridad alimentaria imperante en algunas partes del país, puede que no sea aconsejable reducir demasiado las reservas. El país necesita poseer existencias de cereales suficientes para mantener una oferta estable y suficiente que impida las escaladas de los precios y contenga los precios a niveles que estén al alcance de las poblaciones tanto rurales como urbanas.

La distribución gratuita de ayuda alimentaria no es conveniente. La ayuda alimentaria para progra-mas bilaterales puede examinarse como una opción posible para contribuir a asegurar una oferta suficiente de cereales a precios razonables en las zonas deficitarias, tanto rurales como urbanas.