FAO/GIEWS - Foodcrops & Shortages 11/01 - AFGANISTAN* (6 de noviembre)

AFGANISTAN* (6 de noviembre)

La reciente escalada del conflicto y de las actividades militares ha desplazado a un gran número de personas y agudizado las graves dificultades alimentarias. Se necesita urgentemente asistencia alimentaria y otro tipo de asistencia humanitaria. Ya antes de los acontecimientos del 11 de septiembre, el Afganistán se hallaba paralizado por una grave crisis alimentaria después de tres años consecutivos de sequía y de una intensificación de los problemas económicos debida a los continuos conflictos civiles. Una misión FAO/PMA que visitó el país en mayo de este año observó indicios de hambruna generalizada en muchas partes del país, en las que la población había agotado sus estrategias de supervivencia vendiendo sus bienes y emigrando a otras partes dentro y fuera del país en busca de alimentos. A partir del 7 de octubre, las operaciones militares han desencadenado nuevas oleadas de desplazamientos de la población, agravando una situación humanitaria ya de por sí calamitosa.

Aunque la mayoría de los 23 millones, aproximadamente, de afganos está atravesando graves dificultades alimentarias, hay alrededor de 7,5 millones de personas muy afectadas que necesitan desesperadamente ayuda alimentaria. El PMA prevé entregar 52 000 toneladas de ayuda alimentaria por mes para la población más vulnerable del Afganistán, tanto refugiados (1,5 millones) como residentes (6 millones). Ahora bien, las dificultades en materia de transporte y distribución están impidiendo la entrega de los volúmenes necesarios. Algo de los alimentos tendría que transportarse por avión hasta las zonas inaccesibles del país, en particular a las tierras altas centrales, antes de que comience a sentirse el rigor del invierno a mediados de noviembre.

La actual situación de hostilidades coincide con la temporada de siembra del trigo que representa el 80 por ciento del total de la producción cerealera del país. Teniendo en cuenta el desplazamiento de la población, la grave escasez de insumos y el trastorno de las actividades agrícolas debido a las operaciones militares, se prevé que en 2001/02 la producción de cereales disminuirá significativamente. Lo cual agudizaría ulteriormente la situación del suministro de alimentos ya de por sí grave.

Este escenario preocupante se produce en un momento en el que también la situación alimentaria de los países vecinos se halla gravemente amenazada por una sequía prolongada. La producción alimentaria de este año en el Pakistán, la República Islámica del Irán, Tayikistán, Uzbekistán y Turkmenistán ha sufrido una merma considerable debido a una grave sequía. Por lo tanto, la situación desfavorable del suministro de alimentos, que ha obligado a una asistencia alimentaria de urgencia en algunos de esos países, contribuye poco a aliviar la situación de millones de afganos desplazados y residentes que hasta ahora habían podido satisfacer una parte de sus necesidades alimentarias con suministros de los países vecinos. El Pakistán y la República Islámica del Irán han estado ayudando a millones de refugiados a raíz de conflictos anteriores, pero su capacidad para absorber las nuevas llegadas se ve gravemente comprometida debido a la insuficiencia de recursos.

Durante los últimos tres años el país ha experimentado una sequía devastadora que agravó el efecto de años de conflicto y llevó a una parte de la población al borde de la inanición. La producción cerealera de 2001, estimada en alrededor de 2 millones de toneladas, es alrededor de la mitad de la de 1998. Como consecuencia de la mengua de la producción en 2001, las necesidades de importación de cereales en la actual campaña comercial de 2001/02 (julio/junio) se pronosticaron en un volumen casi sin precedentes de alrededor de 2,2 millones de toneladas, de los cuales se preveían al principio 760 000 toneladas de importaciones comerciales. Dada la situación actual, puede que éstas terminen siendo sólo una tercera parte del volumen estimado. Suponiendo que para junio de 2002 se haya entregado toda la ayuda alimentaria de urgencia prevista en 494 000 toneladas, es probable todavía que el déficit total en 2001/02 (julio/junio) sea del orden de los 1,5 millones de toneladas de cereales. Sólo una movilización impresionante de asistencia alimentaria y de otro tipo de socorro, y su distribución particularmente a los grupos vulnerables alejará la amenaza de hambruna que pesa sobre el país.

Una vez resuelto el conflicto, será necesario que las medidas a mediano plazo que se adopten en el Afganistán para la rehabilitación o reconstrucción de la agricultura aborden la reconstrucción de los sistemas de riego, el suministro de insumos a los agricultores, la rehabilitación de los subsectores de horticultura, ganadería y actividades forestales, las actividades de extensión y educación y de desarrollo de la capacidad institucional. La FAO ha dirigido un llamamiento pidiendo 200 millones de dólares EE.UU., aproximadamente, para la ejecución del programa nacional de socorro de urgencia y rehabilitación del sector agropecuario.