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6 EL PAPEL DEL CIENTÍFICO: OFRECER INFORMACIÓN OBJETIVA


La discusión anterior ha subrayado el papel del científico, que aquí incluye el espectro completo de científicos pesqueros, incluyendo biólogos, economistas, sociólogos, tecnólogos y otros, como proveedores de información científica a los tomadores de decisiones. Para que esta información sea útil y contribuya a la toma de decisiones que logren los objetivos operacionales acordados, es esencial que la información que el científico provea sea precisa, completa y objetiva. Corresponderá entonces a los tomadores de decisiones decidir sobre los arreglos y, cuando sea necesario, los sacrificios que deben hacerse. No es tarea de la ciencia tomar dichas decisiones de política, la ciencia sólo puede, y sólo debe, asesorar e informar.

Desafortunadamente, un problema común en las agencias de ordenación pesquera, y también entre otros científicos que trabajan en la ordenación de recursos, es que los científicos no siempre ven que su papel esté limitado a proveer asesoría científica, y podrían considerar que están allí para trabajar por una causa en particular. En algunos casos, la agencia de ordenación podría considerar que existe para servir a los pescadores, tal vez hasta para servir principalmente a una sección de los pescadores, por ejemplo los pescadores de pequeña escala o la industria a gran escala. Bajo estas circunstancias, los científicos que trabajan para esa agencia podrían también adoptar, voluntariamente o bajo presión, este papel partisano. Por el contrario, muchos científicos pesqueros son biólogos de profesión y por interés, y este fuerte interés en la naturaleza los puede llevar a considerarse a sí mismos como defensores de los recursos contra una destructiva industria pesquera.

Cualquiera de estos prejuicios puede llevar a los científicos, sea deliberadamente o por sucumbir sin saberlo a las presiones, a generar asesoría con sesgos hacia su interés. Por ejemplo, podrían evitar dar a los tomadores de decisiones resultados de estrategias que en su opinión podrían causar que el recurso alcanzara niveles demasiado bajos, o podrían no hacer caso a señales de que la tasa de crecimiento o de reclutamiento se ha estado reduciendo en años recientes, para evitar tener que recomendar una reducción en la pesca. Se deberían evitar dichos sesgos a toda costa. El científico no debería tratar de determinar políticas ni tratar de influenciar la política a través de la manipulación o la selección cuidadosa de la información que presenta. Las decisiones de política deberían ser tomadas de manera transparente y formal en el foro apropiado por los tomadores de decisiones designados y, si van a merecer la confianza de que están tomando las mejores decisiones, deben tener la confianza de que están recibiendo resultados completos y sin sesgos de sus asesores científicos.

Desde luego, un científico podría ser parte de un ente decisional, donde adopta el papel de decisor. Esto es perfectamente legítimo, siempre y cuando el científico deje perfectamente claro, para sí mismo y para otros, cuándo está actuando como científico y brindando asesoría científica objetiva, y cuándo está expresando una opinión como miembro del órgano de decisión.

7 ¿CÓMO DEBEN TRABAJAR JUNTOS LAS INSTANCIAS DECISORIAS Y LOS PROVEEDORES DE INFORMACIÓN?

Cuando se considera un cambio a la estrategia de ordenación, obviamente existen muchas diferentes combinaciones de medidas de ordenación, es decir, diversas estrategias de ordenación, que se podrían examinar. La selección de cuáles examinar en los análisis y cuáles simulaciones llevar a cabo debería ser un proceso consultivo entre los tomadores de decisiones y los científicos responsables de los análisis. Sólo ciertos cambios a la estrategia existente podrían ser factibles o deseables, y claramente éstos deberían considerarse primero. No hay caso, por ejemplo, en considerar una estrategia de ordenación que establece una captura total permisible en una pesquería en la cual es imposible dar seguimiento a las capturas o a los desembarques de todos los pescadores (ver Capítulos 4 y 8).

Por lo tanto, el enfoque debería ser determinar antes si es necesario efectuar algún cambio (en casos en que, por ejemplo, está establecida una CTP anual, esto podría ser automático), y luego discutir cuáles medidas de ordenación podrían o deberían ajustarse primero en un intento de lograr los cambios deseados. Los científicos pueden entonces llevar a cabo una serie de análisis, usando modelos apropiados, para simular el impacto de las nuevas medidas de ordenación para los recursos y la pesquería. Los efectos de los cambios deberían describirse en términos de los objetivos operacionales y los puntos de referencia para la pesquería.

Podría ser que el trabajo de los científicos indique que, aunque los cambios en la estrategia de ordenación que se han intentado tienen como resultado algunas mejoras en relación con los objetivos operacionales, ninguno tendrá resultados completamente aceptables. Estos resultados deberían mostrarse de todas formas a los tomadores de decisiones, quienes podrían adaptarse a esto y adoptar una de las estrategias probadas en la simulación, o podrían solicitar a los científicos que lleven a cabo más análisis sobre estrategias alternativas, en búsqueda de una que tenga un mejor desempeño que las que ya se han probado. Este método iterativo permite identificar la estrategia de ordenación, o los cambios a la estrategia, que estén más cerca de lograr los resultados deseados, aprovechando la mejor información científica disponible (Figura 10).

8 PRESENTACIÓN DE LA INFORMACIÓN A LAS INSTANCIAS DECISORIAS

Los tomadores de decisiones relacionadas con pesquerías tienen que considerar diferentes objetivos al momento de decidir sobre las estrategias óptimas de ordenación. Debido a los conflictos potenciales entre estos objetivos, nunca habrá una solución que simultáneamente aumente al máximo todos los beneficios potenciales y reduzca al mínimo todos los riesgos potenciales. Por lo tanto, las decisiones tomadas invariablemente requerirán de ajustes apropiados entre estos requisitos en conflicto, y las decisiones suelen ser de naturaleza política pero, si van a ser buenas decisiones, éstas deben estar apoyadas en la mejor información científica posible.

En décadas recientes se han logrado enormes avances en la evaluación de poblaciones, impulsados especialmente por el fácil acceso a poderosas computadoras de gran capacidad. En contraste, los enfoques formales para la toma de decisiones relacionadas con pesquerías probablemente han progresado muy poco. Ha habido un importante crecimiento en la conciencia de que es necesario involucrar a todos los grupos de interés clave en el proceso de ordenación, a menudo incluso en la toma de decisiones (ver Capítulo 7), pero una vez formados estos grupos, el enfoque para la toma de decisiones usualmente continúa centrándose en una discusión abierta, con todos los problemas y defectos que implica este método. La mayor debilidad de dichos enfoques informales es que son influenciados en gran medida por las personalidades, y por lo tanto tienden a ser subjetivos y susceptibles a sesgos que surjan, por ejemplo, de los intereses propios y los objetivos a corto plazo derivados de problemas inmediatos y agendas ocultas. Sucumbir a cualquiera de estos puede comprometer el logro de las metas y estrategias a largo plazo.

FIGURA 10
Representación idealizada de la toma de decisiones en el proceso de la ordenación pesquera. La toma de decisiones ocurre en varias escalas de tiempo, por ejemplo a lo largo de días o semanas (línea punteada doble), anualmente (línea sólida) y menos frecuentemente, por ejemplo, cada 3 o 5 años (línea sólida/punteada).

Se han elaborado algunos métodos estadísticos formales de toma de decisiones, y algunos de éstos se han aplicado a la toma de decisiones relacionada con las pesquerías. Entre éstos se encuentran los análisis de múltiples atributos, el proceso jerárquico analítico y el uso de funciones objetivas de criterios múltiples. Sin embargo, estos enfoques no son muy populares, y no parecen haber sido aplicados ampliamente o adoptados para aplicación de rutina. Una explicación probable para su falta de popularidad es que podrían ser percibidos como restrictivos, y que reemplazan la voluntad libre con la automatización. Puesto de otra manera, se considera que reducen la oportunidad de que las personas ejerzan su capacidad de ¡salirse con la suya!

Cuando un ente de toma de decisiones está abierto al uso de métodos estadísticos formales para ayudarlo a tomar decisiones, los debería usar, ya que tienen un papel útil que jugar en la identificación de los asuntos clave, en el establecimiento de prioridades y en reducir al mínimo la oportunidad de que surjan prejuicios ocultos. Sin embargo, si los tomadores de decisiones prefieren operar en la manera tradicional de discusión y debate, esto se debe reconocer y aceptar. Parece probable que las decisiones relativas a la ordenación pesquera continuarán tomándose en comités que consisten de individuos que representan grupos de interés específicos, o seleccionados con base en su puesto o su experiencia. Es esencial que estos comités reciban de los científicos pesqueros información pertinente, objetiva y fácilmente comprensible.

Una de las formas más útiles de presentar información a los tomadores de decisiones para facilitar la comparación para la toma de decisiones es en un cuadro de decisiones (como el Cuadro 5). Un cuadro de decisiones bien estructurada y completa no sólo resume y presenta los resultados clave del análisis, sino que también puede servir para recordar a los tomadores de decisiones de los objetivos operativos y cuál es el desempeño de las diversas estrategias de ordenación con respecto a cada uno.

CUADRO 5
Tabla de decisiones hipotética para presentación a los tomadores de decisiones, permitiendo la comparación de diversas estrategias con respecto a algunos objetivos operacionales. Los niveles de confianza hipotéticos del 95 por ciento se muestran en paréntesis.

Indicador de desempeño

Estrategia de ordenación 1 (existente)

Estrategia de ordenación 2

Estrategia de ordenación 3

Biomasa media anual de la población como proporción del nivel no explotado

36
(18-54)

53
(26-79)

28
(14-42)

Biomasa media anual (proporción de lo no explotado) de las especies de captura incidental impactadas fuertemente por la pesquería

49
(22-66)

63
(28-98)

19
(7-31)

Indicadores económicos




Captura media anual ('000t)

20 (16-24)

17 (12-22)

23 (17-29)

Ingreso medio anual por pescador ('000 $EE.UU.).

18 (14-22)

15 (11-19)

20 (15-25)

Variabilidad interanual en ingreso medio anual por pescador (% de ingreso medio)

12

9

14

Cambio en el número de pescadores en la pesquería comparado con el nivel existente (%)

0

-15

+1

Los resultados hipotéticos del Cuadro 5 presentarían a los tomadores de decisiones con algunas decisiones difíciles. Indican que la estrategia actual (Estrategia de ordenación 1) está teniendo un impacto sustancial sobre la población objetivo, reduciéndola a aproximadamente 36 por ciento de su nivel medio no explotado, con la posibilidad de que la población se haya reducido a niveles tan bajos como el 18 por ciento. La alternativa 2, que podría involucrar una reducción en el esfuerzo y/o un cambio en la selectividad de los artes, tendría beneficios sustanciales para la población objetivo y las especies de captura incidental más fuertemente afectadas, pero reduciría las ganancias promedio de los pescadores y requeriría de una reducción del 15 por ciento en el número de pescadores de la pesquería. La estrategia 3 tendría como resultado un leve aumento en el número de pescadores y un aumento significativo en sus ingresos anuales promedio a corto plazo, pero con un impacto sustantivamente mayor sobre el recurso, generando una posibilidad real de reducciones en el reclutamiento (no tomadas en consideración en estas «simulaciones» debido a falta de información) y una espiral descendente en biomasa y rendimiento. Con base en estos resultados, no habría opciones fáciles para los tomadores de decisiones en esta pesquería. Tomando la incertidumbre en cuenta (en este caso incluye la posibilidad de que la población sea tan baja como el 18 por ciento de su nivel prístino), la Estrategia 2 claramente es la mejor, y posiblemente sea esencial para asegurar la sostenibilidad del recurso y de las especies de captura incidental y, por lo consiguiente, de la pesquería. Sin embargo, el impacto social y económico de la Estrategia 2 podría ser considerado como altamente indeseable. Bajo estas circunstancias, los tomadores de decisiones podrían optar por volver a los científicos y pedirles que intenten identificar estrategias alternativas que logren un intermedio entre las Estrategias 1 y 2, que brinden una protección adecuada para el recurso pero con implicaciones sociales y económicos menos severas. Esto podría ser posible o no, pero se podría al menos investigar la posibilidad antes de tomar la decisión final.

Las implicaciones de las diferentes estrategias de ordenación para los aspectos institucionales y operacionales de una pesquería también se deben considerar antes de tomar decisiones finales. Por ejemplo, si los tomadores de decisiones están considerando escoger entre administrar la pesquería puramente con base a la regulación del esfuerzo o con una CTP, las implicaciones del seguimiento y control de las capturas deben ser señaladas a los tomadores de decisiones (ver Capítulo 4). De manera similar, también se deberían considerar los efectos de una estrategia sobre el ecosistema.

Expresar los resultados de forma gráfica, como en las Figuras 2 a 9, por lo general es muy útil para los tomadores de decisiones. Es esencial que los científicos pesqueros se comuniquen con ellos y averigüen qué tipo de información es más útil y cómo presentarla mejor. Ambos grupos aprenderán a través de la experiencia cuáles formatos son los más útiles. Sin embargo, esto no debe interpretarse como que los científicos sólo deben suministrar la información que se les solicite. Si tienen resultados o información que consideran importante sea vista y considerada por los tomadores de decisiones, es su responsabilidad asegurar que se provea esta información.

En general, estos pasos deberían llevar a un enfoque como el que se refleja en la Figura 10. Una característica importante de esta figura es la indicación de la consulta y la retroalimentación que debe caracterizar la relación entre los tomadores de decisiones y los que proveen la información.

9 ¿QUÉ HAY DE LA INCERTIDUMBRE?

La introducción a este capítulo enfatizaba la dimensión del problema de la incertidumbre, o falta de conocimientos, en la ordenación pesquera. Tratar de estimar la abundancia de peces y su productividad es difícil en sí, y las estimaciones que obtenemos de estos valores son simplemente eso, estimaciones, con la consecuente incertidumbre asociada a ellas. Cuando tratamos de pronosticar o predecir cuál será la abundancia de peces durante el siguiente año, introducimos aún más incertidumbre, y cuando tratamos de pronosticar cómo responderá la población, la comunidad de peces o los pescadores a las acciones de ordenación, introducimos aún más.

Existen muchas fuentes de incertidumbre en la evaluación y ordenación de poblaciones de las pesquerías, en resumen[8]:

Podemos estimar valores para algunas de estas incertidumbres, y usar estos valores en las estimaciones bioeconómicas y de poblaciones y en la toma de decisiones. Por ejemplo, al medir el reclutamiento a una población durante una serie de años, se puede obtener una estimación no sólo del reclutamiento promedio, sino también de la variabilidad interanual, que se puede expresar en mediciones tales como la desviación estándar de la media, los intervalos de 95 por ciento de confianza de la media, o simplemente el rango de los reclutamientos observados. De manera similar, podría ser posible estimar la incertidumbre en la abundancia, la biomasa o el rendimiento potencial de un recurso. Por ejemplo, la mejor estimación de la biomasa de una población de sardina, basada en un estudio hidroacústico o un modelo dinámico de biomasa, podría ser 100 000 toneladas, pero cuando se calcula la incertidumbre, se encuentra que los niveles de confianza del 95 por ciento de la biomasa estimada van de 60 000 toneladas a 140 000 toneladas. Esto significa que la estimación más probable es 100 000 toneladas, pero que existe una certeza del 95 por ciento de que se encuentre entre 60 000 y 140 000 toneladas. Límites de confianza del 95 por ciento de por lo menos 40 por ciento más o menos que la media, usados en este ejemplo hipotético, serían típicos de muchas estimaciones de pesquerías con buen seguimiento.

En algunos casos, podría no haber buenas estimaciones numéricas de la incertidumbre, pero los científicos deberían entonces presentar una descripción cuidadosamente considerada de la calidad de su estimación. Por ejemplo, podrían indicar si su estimación del desembarque total es muy buena, buena, razonable o tan sólo una aproximación. La incertidumbre de implementación y la incertidumbre institucional por lo general son mucho más difíciles de estimar que los otros tipos de estimación en la lista. En la mayoría de los casos, la mejor información disponible para éstas es, por ejemplo, que exista una alta o baja probabilidad de una violación seria de las regulaciones (ver la Sección 5 del Capítulo 8), o que exista un alto, mediano o bajo nivel de confianza de que las medidas de ordenación seleccionadas logren el resultado deseado. Hasta información como ésta ayudará a los tomadores de decisiones en interpretar la información y en tomar las mejores decisiones.

En el pasado, la ordenación pesquera solía no tomar las incertidumbres en cuenta, y actuar sobre las mejores estimaciones como si fueran respuestas correctas. Sin embargo, con el aumento en el poder de computación y una mejor comprensión de cuánto no sabemos en la ordenación pesquera, la tendencia moderna es tratar de estimar las diversas incertidumbres (evaluación de riesgos), y considerarlas en la determinación y ejecución de las medidas y estrategias de ordenación (gestión de riesgo). La evaluación de riesgo se discute en más detalle en el Apéndice de este capítulo.

La gestión de riesgo está todavía en su infancia en la ordenación pesquera, y no hay maneras formales comúnmente aplicadas de llevarla a cabo. En esencia, la gestión de riesgo requiere que los tomadores de decisiones tomen la mejor decisión que puedan can base en la información que tienen, pero que también consideren la probabilidad de que esta decisión no sea la correcta. Deberían entonces considerar modificar la decisión, por ejemplo las medidas de ordenación seleccionadas, para que la estrategia no sólo funcione bien si las circunstancias o el comportamiento caen dentro del rango esperado, sino también no sea demasiado equivocada si resultan ser muy diferentes de las expectativas iniciales. Más formalmente, se puede caracterizar ésto como tomar decisiones robustas a las incertidumbres. Las pruebas de robustez requieren del uso de modelos e información para considerar cómo funcionará una estrategia de ordenación bajo estas condiciones o estados de la naturaleza diferentes de aquéllas consideradas en las evaluaciones básicas, o cómo funcionará si parte de la información usada en dichas evaluaciones es incorrecta. Esto ofrece un medio para identificar los posibles resultados no deseados de la estrategia de ordenación antes de que ocurran, permitiendo así que se modifique la estrategia antes de que sea ejecutada, para tratar de evitar dichos resultados. En otras palabras, las pruebas de robustez son una manera de reducir, por adelantado, la probabilidad de que la estrategia de ordenación seleccionada salga muy mal, o asegurar que se pueda adaptar rápidamente, si el ecosistema o la pesquería, o ambos, no se comportan en la manera que se esperaba cuando se diseñó la estrategia. La robustez ante la incertidumbre podría significar ser más cauteloso de lo que las evaluaciones básicas sugieren al, por ejemplo, establecer el esfuerzo total permisible. De manera alternativa, podría implicar asegurar que el esfuerzo pueda reducirse rápidamente, sin crear trastornos sociales y económicos innecesarios, si la producción del recurso fuera menor de la esperada cuando se hicieron las evaluaciones.

Este enfoque debe ser equilibrado, por supuesto. Si se consideran la incertidumbre y la robustez de forma extrema, entonces la única manera de minimizar el riesgo a la luz de la inevitable incertidumbre sería cerrar la pesquería. Este no es un enfoque práctico, y la estrategia de ordenación debería diseñarse para ser robusta sólo ante los cambios que tienen una probabilidad razonable de ocurrir.

Incluir la consideración de la incertidumbre en la evaluación y la ordenación impone demandas mucho mayores en todos los participantes en el proceso de ordenación, incluyendo los científicos, los pescadores y otras partes interesadas, los administradores y los tomadores de decisiones. Sin embargo, esto también tiene como resultado una probabilidad mucho mayor de que se tomen decisiones buenas y que se ejecuten estrategias de ordenación que tienen la mayor probabilidad de lograr los objetivos. Poca gente emprendería un largo viaje en automóvil sin llevar una llanta de repuesto, mapas y dinero adicional en caso de inesperados pero posibles problemas. La ordenación pesquera requiere, como mínimo, el mismo nivel de precaución, o gestión de riesgo.

10 INCERTIDUMBRE Y EL CRITERIO PRECAUTORIO

Las secciones anteriores de este capítulo han ofrecido orientación sobre cómo se puede tomar en cuenta la incertidumbre en la toma de decisiones pero, excepto en el caso de algunos enfoques estadísticos formales y rigurosos, no hay métodos ampliamente aceptados o aplicados para incorporar el conocimiento de la incertidumbre en la toma de decisiones. Sin embargo, ha habido mucha discusión al respecto, y esta discusión se ha reflejado en una filosofía o concepto general conocido como el criterio precautorio. La aplicación del criterio precautorio en las pesquerías se incluye en el Código de Conducta, y es el tema de una de las orientaciones técnicas de la FAO relacionadas con el Código de Conducta (FAO, 1996).

El criterio precautorio en la ordenación pesquera se puede resumir como «la aplicación de una previsión futura» (FAO, 1996). FAO (1996) presenta una lista de los requisitos del criterio precautorio que incluye (Párrafo 6):

Se sugiere también (párrafo 7d) que, en la aplicación del criterio precautorio, «los criterios de dictamen que se utilizarán en las decisiones referentes a la autorización de las actividades de pesca deberán estar en conformidad con el posible riesgo para los recursos, al mismo tiempo que se tienen en consideración los beneficios previstos de las actividades».

Estas son consideraciones importantes, y se insta al lector a estudiar cuidadosamente la Orientación Técnica de FAO sobre el Criterio Precautorio y las secciones pertinentes en el Código de Conducta (Subartículo 7.5).

11 CONCLUSIONES

Un tema mencionado consistentemente a través de esta Guía es que la ordenación pesquera es una tarea complicada con metas amplias, que usualmente están en conflicto pero que deben ser reconciliadas en la formulación de objetivos operativos que intentan ofrecer beneficios a la sociedad de manera sostenible. El administrador pesquero es responsable de velar por que esto se haga, y de asegurar que se elaboren y ejecuten las estrategias de ordenación que tengan la mejor probabilidad de lograr estos objetivos reconciliados. Existen muchas herramientas para hacer esto pero, debido a la complejidad de los ecosistemas y de sus interacciones con las pesquerías, la información requerida para tomar las decisiones usualmente es incompleta e incluye mucha incertidumbre. Este capítulo ha intentado describir el tipo de información que el administrador debería estar solicitando de la rama científica de la agencia de ordenación, cómo se debería presentar la información a los tomadores de decisiones, y cómo éstos la deberían usar para tomar las decisiones.

El aspecto más importante de este proceso es que sólo los tomadores de decisiones bien informados pueden tomar buenas decisiones. Por lo tanto, se debería utilizar la mejor información disponible, dado el personal y los recursos disponibles a la agencia, para asesorar a los tomadores de decisiones. Es responsabilidad de los científicos obtener la información apropiada para proporcionar la asesoría necesaria, almacenar esta información de una manera que sea fácilmente accesible en el futuro, analizarla usando métodos adecuados, y proveer información que sea fácilmente comprensible, completa (en la medida de lo posible), insesgada, y pertinente a las decisiones que deben tomarse.

Los ejemplos de métodos y enfoques presentados en este capítulo son sólo algunos de los tipos de preguntas que se puede esperar que surjan en la ordenación pesquera, y de los tipos de información científica que podría ayudar a contestarlas. Se puede encontrar información adicional en los libros de evaluación de pesquerías a los que ya se ha hecho referencia, así como en el vasto número de documentos científicos sobre evaluación y ordenación de pesquerías que se publica cada año. Es muy importante que todas las autoridades de ordenación pesquera tengan acceso a personal que esté familiarizado con al menos los enfoques estándar a los tipos de análisis aquí presentados. Sin esto, no serán posibles decisiones bien informadas y, por lo tanto, tampoco el uso efectivo y responsable de los recursos pesqueros.

La buena comunicación es importante a todos los niveles, y los tomadores de decisiones, científicos y otras partes interesadas deberían trabajar juntos para asegurar que se esté suministrando la información correcta, y que sea interpretada apropiadamente. Seguir todos estos pasos no garantiza que se tomen las decisiones correctas, pero ayudará a asegurar que se tomen las mejores decisiones, dada la información y los recursos disponibles. Esto es todo lo que se puede pedir de los tomadores de decisiones y de aquéllos cuya tarea es proveerles la información que requieren.

12 LECTURAS RECOMENDADAS

Caddy, J.F. y R. Mahon. 1995. Reference points for fisheries management. FAO Fisheries Technical Paper 382. 83pp.

Charles, A.T. 2001. Sustainable Fishery Systems. Blackwell Science, Oxford, United Kingdom.

FAO. 1997. Enfoque precautorio para la pesca de captura y las introducciones de especies. Preparado por la Consulta Técnica sobre el Enfoque Precautorio para la Pesca de Captura (incluidas las introducciones de especies). Lysekil, Suecia, 6-13 de junio de 1995. FAO Orientaciones Técnicas para la Pesca Responsable. No. 2. Roma, FAO. 64pp.

FAO Dirección de Recursos Pesqueros y Dirección de Políticas y Planificación Pesqueras. 1999. La ordenación pesquera. FAO Orientaciones Técnicas para la Pesca Responsable. No. 4. Roma, FAO. 1999. 81pp.

FAO Dirección de Recursos Pesqueros. 2000. Indicadores para el desarrollo sostenible de la pesca de captura marina. FAO Orientaciones Técnicas para la Pesca Responsable. No. 8. Roma, FAO. 68pp.

FAO. 2001. Directrices para la recopilación sistemática de datos relativos a la pesca de captura. Documento preparado en la Consulta de Expertos FAO/DANIDA. Bangkok, Tailandia, 18-30 de mayo de 1998. FAO Documento Técnico de Pesca. No. 382. Roma, FAO. 132pp.

Gayanilo, F.C., Jr. y D. Pauly (eds). 1997. FiSAT. FAO-ICLARM stock assessment tools. Reference manual. FAO Computerized Information Series. Rome, FAO.

Hilborn, R. y C.J. Walters. 1992. Quantitative Fisheries Stock Assessment. Choice, Dynamics and Uncertainty. Chapman and Hall, New York. 570pp.

Seijo, J.C., O. Defeo y S. Salas. 1998. Fisheries bioeconomics. Theory, modelling and management. FAO Fisheries Technical Paper 368. 108pp.

Sparre, P. y S.C. Venema. 1992. Introduction to tropical fish stock assessment. Part 1 - Manual. FAO Fisheries Technical Paper 306/1. 376pp.

Sparre, P.J. y Willmann, R. 1993. BEAM 4. Analytical bioeconomic simulation of spacestructured multi-species and multifleet fisheries. FAO Computerized Information Series. Rome, FAO.

Punt, A.E. y R. Hilborn. 1996. BIODYN. Biomass dynamic models. User's manual. FAO Computerized Information Series. Rome, FAO.

Apéndice: evaluación de riesgos

¿Qué es la evaluación de riesgos?

Usualmente, la evaluación de riesgos la lleva a cabo el personal científico de una agencia de ordenación pesquera, y debería incluir no sólo la evaluación de los riesgos biológicos sino también los riesgos económicos y sociales. Al igual que con todas las evaluaciones pesqueras, la evaluación de riesgos debería estar directamente relacionada con los objetivos operacionales.

Definición del riesgo

El riesgo se define comúnmente como la probabilidad de que ocurra algo no deseado, pero al hacer uso del riesgo es necesario ser más preciso, y se debe decidir cuáles son los eventos indeseables y cuantificarlos. Los de interés particular se relacionan con los objetivos operacionales de la pesquería, por ejemplo, que la población se reduzca por debajo de un nivel mínimo, que los ingresos a la pesquería como un todo o por subsector disminuyan por debajo de un cierto nivel, o que el número total de días de empleo o de empleos se reduzca por debajo de un nivel especificado.

En una evaluación de riesgo, también se debe tomar en cuenta lo que se considera un nivel aceptable de riesgo para cada indicador de desempeño de las diversas partes interesadas. No existen guías rígidas para decidir cuál sería un nivel aceptable de riesgo para una población o para varias poblaciones, y esto representa una de las mayores áreas de desacuerdo potencial, y por lo tanto de debilidad, en la evaluación de riesgo de recursos (Butterworth, Cochrane y De Oliveira, 1997). Sin embargo, se debería poder identificar un umbral de riesgo apropiado comparando, por ejemplo, el nivel de riesgo de un evento en una población sin explotar, o durante algún período observado previamente cuando se consideraba que el recurso era productivo. Al considerar la sostenibilidad de un recurso, una medida fundamental del riesgo debería ser la probabilidad de fracaso del reclutamiento causado por una baja biomasa de reproductores, y ciertamente no se debería permitir que este riesgo sea demasiado alto.

Las medidas económicas y sociales significativas del riesgo, tales como las relacionadas con los ingresos y el empleo, también serán difíciles de acordar y de definir. Aunque seleccionar el umbral que se debe evitar cruzar, tales como evitar tener pérdidas o evitar una reducción en el empleo, podría ser relativamente fácil, es más difícil ponerse de acuerdo acerca del punto en el cual el riesgo de cruzar este umbral sería demasiado alto. Sin embargo, en contraste con la definición de los riesgos biológicos, la cuestión es susceptible a debate entre aquéllos afectados más directamente, los pescadores y otras partes interesadas, quienes deberían estar directamente involucrados en la selección de los niveles aceptables de riesgo. Además, debería ser más fácil determinar las consecuencias de cruzar un umbral social o económico que de una reducción por debajo de algún umbral de biomasa de población.

Una parte integral de determinar un riesgo o probabilidad aceptable (o inaceptable) de cruzar un umbral, es el período de tiempo en el cual se mide el riesgo. Por ejemplo, el riesgo de ser alcanzado por un rayo depende hasta cierto punto del tiempo que se esté expuesto a rayos. Si todas las otras circunstancias son las mismas, el riesgo de ser alcanzado por un rayo en un período de diez años es diez veces mayor que el riesgo de ser alcanzado en un año. La discusión de lo que es un nivel aceptable de riesgo por lo tanto debe incluir una definición clara del tiempo en el cual se está midiendo el riesgo. Cuando el riesgo se mide usando modelos, como lo sería normalmente, esto significaría considerar el período de tiempo en el cual se está proyectando el modelo. Debería tomar en cuenta las escalas de tiempo dominantes de la población, particularmente el ciclo de vida promedio del recurso y de la pesquería (ej., la vida útil de un barco, etc.). Frecuentemente se usan períodos de entre 10 y 20 años para estimar el riesgo en una pesquería.

Estimación del riesgo

Usualmente, el riesgo se evalúa usando enfoques estándar de evaluación de poblaciones en conjunto con los datos disponibles sobre el recurso o recursos y de la pesquería. El primer paso es estimar los parámetros y las variables importantes que describen la dinámica del recurso y de la pesquería, y la incertidumbre o el error en estas estimaciones, incluyendo la distribución (ej., si es una distribución normal, logarítmica, o uniforme) y la magnitud de la distribución de errores. Estas estimaciones entonces se pueden usar para construir un modelo para pronosticar el sistema de recursos-pesquería. El tipo de modelo a usar dependerá de las preguntas a contestar, y de los parámetros y las variables que se hayan estimado. Por ejemplo, a un nivel más simple, podría sólo ser posible usar modelos por recluta para investigar el impacto de los diferentes niveles de mortalidad por pesca y las diferentes edades de primera captura sobre el rendimiento relativo y la biomasa por recluta. De manera alternativa, si también existen estimaciones de biomasa y reclutamiento, se podría estimar el rendimiento promedio y la variabilidad interanual en el rendimiento bajo las diferentes estrategias de ordenación. Si sólo existen datos sobre captura y esfuerzo, se puede usar un enfoque de dinámica de biomasa. La misma clase de modelo que se usó para estimar los parámetros y sus errores sería la que normalmente se usaría para pronosticar los impactos de las estrategias de ordenación. El modelo entonces se utiliza en modalidad de pronóstico para investigar el impacto de, por ejemplo, las diferentes capturas, niveles de esfuerzo o de tipo de aparejo sobre la biomasa, la estructura por talla o por edad y el rendimiento promedio, dadas las incertidumbres estimadas. Los modelos pueden, y normalmente deben, incluir una estimación del desempeño social y económico, incluyendo la incertidumbre, para permitir que cada estrategia de ordenación posible sea evaluada en cuanto a su desempeño con respecto a todos los objetivos operacionales.

Las estimaciones de incertidumbre se usan en los modelos ejecutados en modalidad estocástica o probabilística, es decir, el modelo es ejecutado muchas veces en modo Monte Carlo para cada estrategia de ordenación que se está examinando. Típicamente, el modelo se ejecuta entre 1 000 y 10 000 veces para cada estrategia, derivando los valores de parámetros seleccionados para cada ejecución del modelo de una distribución de probabilidades definida por la distribución del error de las estimaciones de los parámetros (en vez de mantenerlos todos constantes). Por lo tanto, los diferentes valores de los parámetros se usan en el modelo en cada ejecución, generando diferentes resultados. Cuando se completan las ejecuciones, se puede calcular los valores promedio de los indicadores de desempeño, reflejando los objetivos operacionales y su alcance y distribución. Para una evaluación de riesgo, se puede calcular entonces el número de ejecuciones en las cuales el indicador de desempeño de interés quedó por fuera del umbral seleccionado de riesgo (es decir, el número de veces que ocurrió cada evento indeseado), ofreciendo una estimación del riesgo bajo la estrategia de ordenación que se está simulando.

Este tipo de análisis brinda información del tipo presentado en el cuadro siguiente en forma de un cuadro de decisión. Este ejemplo se tomó de simulaciones usadas para ayudar en la selección de una estrategia de ordenación (más formalmente un «procedimiento de ordenación», ver Cochrane et al. 1998 para la definición de un procedimiento de ordenación) para la pesquería de anchoa en Sudáfrica. El cuadro muestra los indicadores de desempeño considerados importantes en esta pesquería: el riesgo biológico al recurso (mantenido constante en 30 por ciento en este ejemplo), la captura anual promedio, y la variabilidad de la captura. Los resultados mostrados aquí permitieron a los tomadores de decisiones (los administradores y las partes interesadas en la pesquería) evaluar los ajustes entre aumentar al máximo la captura anual promedio y la estabilidad (incluyendo la CTP mínima) que serían óptimos para la ordenación eficiente de la pesquería. Ya se había acordado que un riesgo del 30 por ciento de «fracaso» biológico era aceptable (usando una definición particular de riesgo como se define en el cuadro), pero si esto fuese controversial, se podrían repetir las simulaciones para diferentes niveles de riesgo para mostrar la relación entre cambiar el riesgo biológico y la captura promedio y la variabilidad de la captura.

CUADRO
Ejemplo de las medidas de desempeño para las diferentes opciones de rendimiento para la pesquería de anchoas en Sudáfrica. Para todas las opciones, el riesgo de que la población se reduzca por debajo del 20 por ciento de la biomasa no explotada en un período de 20 años es igual al 30 por ciento. Las «opciones de ordenación» muestran aspectos de las reglas usadas en el establecimiento de la captura total permisible (CTP) cada año. «Máx. reducción» = reducción máxima en la CTP entre un año y el siguiente. De Butterworth, De Oliveira y Cochrane, 1992.

Opción de ordenación

Indicadores de rendimiento

Captura anual promedio
('000 t)

Variabilidad interanual de la captura
(%)

«Caso Base (CB)»
CTP máx. = 600 000 t
CTP mín. = 200 000 t
Reducción máxima entre años = 40 %

315

25

CB pero CTP máx. = 450 000 t

314

23

CB pero CTP mín. = 150 000 t

328

25

CB pero reducción máx. =
i) 50 %
ii) 25 %


321
285


25
22

REFERENCIAS

Butterworth, D.S., De Oliveira, J. A. A. y Cochrane, K.L. 1992. Current initiatives in refining the management procedure for the South African anchovy resource. In Proceedings of the international symposium on management strategies for exploited fish populations Ed. by G. Kruse, D.M. Eggers, R.J. Marasco, C. Pautzke and T.J. Quinn. Alaska Sea Grant College Program AK-SG-93-02. 439-473.

Butterworth, D.S., Cochrane, K.L. y De Oliveira, J.A.A. 1997. Management procedures: a better way to manage fisheries? The South African experience. In Pikitch E.K., Huppert D.D. and Sissenwine M.P. eds. Global Trends: Fisheries Management (Proceedings of the Symposium held at Seattle, Washington, 14-16 June, 1994). Bethseda, Maryland: American Fisheries Society Symposium 20, 83-90.

Cochrane, K.L., Butterworth, D.S., De Oliveira, J.A.A. y Roel, B.A. 1998. Management procedures in a fishery based on highly variable stocks and with conflicting objectives: experiences in the South African pelagic fishery. Reviews in Fish Biology and Fisheries, 8: 177-214.


[8] 4 De Francis, R.I.C.C. y R. Shotton. 1997. «Risk» in fisheries management: a review. Can. J. Fish. Aquat. Sci., 54: 1699-1715.

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