Las montañas son paisajes de acusados contrastes: hermosas pero peligrosas, agrestes pero frágiles. Ofrecen elevada inspiración espiritual pero a menudo se encuentra en ellas una desalentadora pobreza. Las montañas no son simples versiones con mayor pendiente o más altas de los ecosistemas propios de las tierras bajas. Son paisajes singulares que contienen gran parte del patrimonio biológico y cultural del mundo, incluidas muchas especies, así como conocimientos y tradiciones, que no se encuentran en otras partes.
Para que el mundo preste atención a estos parajes vitales, a sus habitantes y sus necesidades, la Asamblea General de las Naciones Unidas proclamó 2002 como el Año Internacional de las Montañas (AIM), e invitó a la FAO a actuar como organismo rector para su observancia, en colaboración con los gobiernos, otros organismos de las Naciones Unidas y las organizaciones no gubernamentales. La FAO está orgullosa de dirigir tan importante iniciativa. Vemos esta labor como una extensión de nuestro papel en cuanto coordinador sectorial para la ejecución del Capítulo 13 del Programa 21, dedicado al desarrollo sostenible de las montañas.
El mensaje más importante del Año Internacional de las Montañas es que éstas son esenciales para la seguridad de los habitantes de las tierras tanto altas como bajas. Tres mil millones de personas -más de la mitad de la población mundial- obtienen de las montañas agua para beber, para regar sus cultivos, para producir electricidad y para sostener sus industrias.
En el primer artículo de este número, M.F. Price y B. Messerli evocan la inclusión de las montañas en el programa mundial desde la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo (CNUMAD) y la aparición del desarrollo sostenible de las montañas como prioridad mundial. Los autores presentan las cuestiones centrales del AIM: economía, medio ambiente, cultura y papel social de la mujer, políticas y legislación, y riesgos.
Aunque las montañas son ricas en recursos naturales y culturales, económicamente tienden a estar entre los lugares más pobres de la tierra. Pero las montañas pueden ofrecer también oportunidades para superar la pobreza y alcanzar un desarrollo sostenible. H.R. Mishra presenta cinco estrategias para obtener de las montañas alimentos, agua, seguridad ambiental y seguridad en el empleo, tanto para las poblaciones de montaña como para las de tierras bajas.
Los ambientes de montaña se caracterizan por su amplia diversidad, no sólo natural y biofísica, sino también social, económica y cultural. M. Muthoo analiza el estado de algunos ambientes de montaña, en regiones en desarrollo de Asia, África y América Central y del Sur. Concluye que las cuestiones ambientales no deben considerarse aisladamente, sino en combinación con las dimensiones económicas y sociales.
2002 no sólo es el Año Internacional de las Montañas sino también el Año Internacional del Ecoturismo. Ya sea en el ámbito socioeconómico como en el del ambiente, el desarrollo del turismo de montaña y del ecoturismo ofrece oportunidades pero también plantea problemas. S.K. Nepal examina la experiencia de Nepal, que brinda enseñanzas valiosas para las comunidades de montaña internacionales.
Las montañas son también lugares de rica diversidad cultural. En ellas vive al menos la décima parte de la población mundial. Los pueblos de montaña han desarrollado estrategias culturales durante siglos para sustentarse en sus parajes a menudo frágiles e implacables. W.L. Mitchell y P.F. Brown describen las formas de subsistencia, la organización social y la ideología de los aymaras de los Andes peruanos, haciendo algunas comparaciones con culturas del Himalaya-Karakorum-Hindu Kush de Asia central, con las que los aymaras comparten algunas analogías culturales notables.
El derecho de montaña está todavía en su infancia: pocos instrumentos jurídicos específicos para las montañas están actualmente en vigor en los planos nacional o internacional. A. Villeneuve, P. Talla y M.A. Mekouar describen la legislación actual sobre las montañas, en especial la Convención sobre la Protección de los Alpes (único instrumento internacional jurídicamente vinculante referido específicamente a las montañas), muchos acuerdos no vinculantes y legislación interna sobre montañas de los pocos países que la han promulgado, principalmente en Europa.
Desniveles, saledizos, picos y mesetas hacen que las montañas sean muy inestables. Personas, propiedades, infraes-tructuras y ecosistemas están constantemente amenazados por varios riesgos y procesos peligrosos, que fácilmente pueden producir muertes, daños, destrucción de bienes y perjuicios ecológicos. P.C. Zingari y G. Fiebiger examinan las maneras de evaluar los riesgos y algunos medios de reducirlos.
Las declaraciones del Director General de la FAO y del Rey de Nepal, los resúmenes de cuestiones y actividades relativas a las montañas en países como Bolivia, Italia, Kirguistán y Perú, e información sobre bosques de montaña, bosques de niebla tropicales y montañas sagradas completan el recorrido de Unasylva por las montañas.
El número se cierra con una grave inquietud: la mayoría de los conflictos armados en el mundo de hoy tienen lugar en zonas montañosas. En 1999, 23 de los 27 principales conflictos armados del mundo se desarrollaron en regiones de montaña. Cuando hay guerra, no pueden asegurarse los suministros. Cuando el futuro es imprevisible, no es probable que la gente tome medidas para mejorar sus vidas o su medio ambiente. El desarrollo sostenible, la seguridad alimentaria y la paz deben promoverse simultáneamente.
