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Las montañas
peruanas

Los pueblos de las zonas de montaña y su forma de organizarse comparten en todo el mundo características similares. La mayoría están rodeados por ecosistemas con gran diversidad biológica y otros recursos naturales, pero a menudo, paradójicamente, tienen también en común una acentuada pobreza y el aislamiento frente al resto de la sociedad. El caso del Perú no es una excepción. La pobreza, y aun los casos de extrema pobreza, quedan a veces ocultos tras las cifras macroeconómicas absolutas. Tal es el contexto social y económico en el que hay que considerar el desarrollo sostenible del ecosistema de montaña.

El Gobierno del Perú ha estimulado recientemente varias iniciativas internacionales que han permitido un útil intercambio de opiniones autorizadas de expertos internacionales, representantes gubernamentales y científicos sobre las diversas dimensiones y efectos de las montañas y los ecosistemas de montaña a nivel local y mundial.

La región andina y los ecosistemas de montaña en general son una fuente importante de agua, energía, diversidad biológica y conocimientos tradicionales. Pero al mismo tiempo, estas tierras muestran una gran fragilidad ante procesos adversos, con frecuencia causados por el hombre, como el cambio climático, la deforestación y las catástrofes naturales. Estos fenómenos tienen graves consecuencias en forma de pérdidas de biodiversidad y de conocimientos indígenas, así como de la calidad y cantidad del agua para consumo humano.

Recientes estudios internacionales han revelado un retroceso gradual del nivel de los casquetes helados andinos, proceso vinculado al cambio climático que afecta al planeta. Los picos andinos son así testigo de los efectos adversos del cambio climático y prueba objetiva de este fenómeno negativo, cuyos efectos todavía no se han evaluado plenamente y cuyo origen está a menudo en países distantes.

Situadas en el centro del sistema montañoso andino, las montañas peruanas acogen una inmensa diversidad biológica, que es de las más extensas del mundo. Sin embargo, el valor máximo de esta diversidad sólo puede captarse mediante la aportación intelectual de los conocimientos ancestrales y actuales de su población, no reconocidos cabalmente todavía, que son un valor añadido en interacción histórica y armónica con el medio ambiente. De ahí procede la inmensa contribución que las montañas peruanas han aportado y seguirán aportando, simbolizada en el proceso histórico del cultivo de la papa, a la seguridad alimentaria de la humanidad.

Las montañas elevadas, por su naturaleza geográfica, dividen territorios. En el caso del Perú, zonas costeras y selva están separadas por la cordillera andina, y han evolucionado en los últimos siglos de espaldas a las montañas, aun cuando esas montañas constituyan la fuente principal de energía y de alimentos para las ciudades. En otros tiempos, la relación fluida entre las montañas y las zonas contiguas fue uno de los elementos que contribuyeron a la grandeza de la cultura andina. La historia reciente del Perú trata de recobrar algunos elementos de ese pasado, teniendo en cuenta la delicada labor de reconocer esas zonas de acceso difícil.

Se precisa todavía una evaluación más completa de las particularidades del potencial de los ecosistemas de montaña para la adopción de prácticas ecológicas no destructivas. Prácticas como el turismo y la minería sostenibles son actividades básicas en las montañas peruanas y deben reforzarse para la conservación de los Andes como centro de una magnífica cultura y para garantizar el desarrollo de los abundantes recursos de manera sostenible.

El Grupo de Trabajo Nacional sobre Ecosistemas de Montaña ha celebrado dos eventos, uno de ellos de carácter internacional, en la histórica ciudad de Cuzco, donde se aprobó el pasado mes de abril la Declaración de Cuzco sobre Desarrollo Sostenible de los Ecosistemas de Montaña. El objetivo de este grupo nacional es propiciar un desarrollo sostenible para las poblaciones peruanas de montaña. El grupo realiza actualmente varios proyectos, y prepara para el año 2002 un proyecto que será un hito histórico para las montañas: la II Reunión Internacional de Ecosistemas de Montaña: Año Internacional de las Montañas, Las Montañas Tropicales al 2020: Agua, vida y producción. Este evento tendrá lugar en la ciudad de Huaraz, situada en el centro del sistema andino, entre el 5 y el 7 de junio de 2002.

Fuente: Extractado de la intervención de Alán Wagner, Embajador del Perú en los Estados Unidos y ex Ministro de Relaciones Exteriores, en nombre de Diego García-Sayán, Ministro de Relaciones Exteriores, en la inauguración del Año Internacional de las Montañas en Nueva York, 11 de diciembre de 2001.


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