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Valores de la conservación y gestión forestal:
el Proyecto Dendrogene en la Amazonia brasileña

M. Kanashiro, I.S. Thompson, J.A.G. Yared, M.D. Loveless, P. Coventry, R.C.V. Martins-da-Silva, B. Degen y W. Amaral

Milton Kanashiro, J.A.G. Yared y
R.C.V. Martins-da-Silva trabajan en
el centro de investigación de la Amazonia
oriental de la Empresa Brasileña de
Investigaciones Agrícolas (Embrapa),
Belém, Pará, Brasil.

Ian S. Thompson es oficial de facilitación,
Departamento del Reino Unido para el
Desarrollo Internacional (DFID) - Embrapa,
Amazonia oriental, Belém, Pará, Brasil.

Marilyn D. Loveless es profesora asociada,
College of Wooster, Ohio, Estados Unidos,
y científica visitante en, Embrapa, Amazonia
oriental, Belém, Pará, Brasil.

Peter Coventry es oficial profesional
asociado, DFID - Embrapa, Amazonia
oriental, Belém, Pará, Brasil.

Bernd Degen es investigador, INRA,
Silvolab, Kourou, Guyana Francesa.

Weber Amaral es especialista en recursos
genéticos forestales (coordinador del programa
mundial) en el Instituto Internacional de Recursos
Fitogenéticos (IPGRI), Roma.

Se están elaborando instrumentos para la identificación de especies, la construcción de modelos previsorios y el análisis de escenarios con objeto de facilitar la adopción de nuevas políticas y prácticas de gestión forestal en la Amazonia brasileña.

Cuando las influencias humanas sobre los sistemas naturales se extienden hasta los últimos rincones del planeta, el siglo XXI debe hacer frente a la exigencia de conciliar el uso de los recursos con una calidad de vida equitativa y justa para las generaciones actuales y futuras, conservando al mismo tiempo los millones de otras especies con las que compartimos el planeta. Así es sobre todo en las regiones tropicales, conocidas por su rica biodiversidad. El problema es cómo hacerlo exactamente, y de qué manera puede comprobarse si se ha alcanzado el objetivo.

Se describe aquí el Proyecto Dendrogene, iniciativa cuyo objeto es ofrecer instrumentos para mejorar los valores de conservación en la gestión forestal de la Amazonia brasileña y contribuir al desarrollo sostenible de los recursos naturales de la región. Muchos ven en esta mezcla de conservación y gestión la solución duradera para los problemas de pobreza y desigualdad de la región.

El proyecto, radicado en la estación de investigación de Amazonia oriental de la Empresa Brasileña de Investigaciones Agrícolas, aspira a ofrecer técnicas e instrumentos a los usuarios de los bosques para que puedan aplicar en la práctica sistemas de gestión con una base racional. Se está construyendo un modelo de simulación forestal para analizar escenarios alternativos para uso de silvicultores. La construcción de modelos de simulación permite someter a prueba criterios e indicadores para la sostenibilidad de los procesos genéticos y ecológicos en los bosques de que se trate.

BIODIVERSIDAD Y SALUD EVOLUTIVA

La diversidad biológica (o biodiversidad) consiste en la variedad y la variabilidad naturales de organismos vivientes, los complejos ecológicos en que se presentan en la naturaleza y otras formas de interactuar entre sí y con el medio físico (OTA, 1987; Noss, 1990; Redford y Richter, 1999). En la biodiversidad pueden distinguirse tres niveles: diversidad del ecosistema, diversidad específica e intraespecífica, y diversidad genética. Las tres son esenciales para la salud del medio ambiente y el bienestar humano.

Proyecto Dendrogene

Radicado en la estación de investigación de la Amazonia occidental de Embrapa en Belém, Pará, Brasil, el Proyecto Dendrogene tiene un planteamiento multidisciplinario y cuenta con la participación de varias instituciones. El Departamento de Desarrollo Internacional (DFID) del Reino Unido apoya el proyecto (2000 a 2004) mediante el Programa de asistencia técnica Brasil-

Reino Unido. Muchas de las iniciativas incluidas en Dendrogene se basan en actividades anteriores en el marco del Proyecto de investigación forestal en bosques pluviales (1993 a 1998), apoyado también por el DFID.

Puede verse más información en el sitio Web de Dendrogene: www.cpatu.embrapa.br/dendro/index.htm

La biodiversidad es resultado de unos procesos evolutivos e históricos. También la arquitectura genética de una especie resulta de tales procesos. La diversidad genética es pues fundamental para la biodiversidad, y puede ser considerada como constitutiva última de la salud del ecosistema. La biodiversidad se ve amenazada cuando los sucesos naturales, las intervenciones humanas o las alteraciones del hábitat erosionan la constitución genética hasta el grado de comprometer el futuro evolutivo de una especie.

Para conservar la biodiversidad en un hábitat particular es esencial saber cuántas especies hay, y cuántos individuos de cada una han de mantenerse para no poner en peligro la supervivencia del grupo a largo plazo.

La mayoría de las evaluaciones de la diversidad biológica se centran en medidas ecológicas de la población o en la salud de las especies. Se miden tamaños de población, tasas de reproductividad, distribuciones biogeográficas y parámetros biológicos similares que describen el tamaño y la clase de una población. Estos datos son relativamente fáciles de obtener y son importantes para las intervenciones con objeto de impedir extinciones de especies.

La condición básica para la supervivencia a largo plazo, no obstante, es el potencial evolutivo de la población. ¿Se mantiene una variación suficiente dentro y entre las poblaciones para que la especie pueda responder a las tensiones locales, a los competidores o a las enfermedades? El tamaño de la población es fundamental para predecir la variabilidad genética, y mantenerlo es por lo tanto importante para mantener la biodiversidad. Pero el número no es el único requisito. La medida real del éxito en la conservación de la biodiversidad es el mantenimiento de niveles razonables de variación genética dentro de las poblaciones y la conservación de los procesos ecológicos y genéticos en que se apoya la constitución genética (Namkoong y Koshy, 2000).

Colección de material botánico

 L. PROCOPIO

CONSERVACIÓN DE BOSQUES TROPICALES

Los bosques tropicales figuran entre los máximos exponentes de la diversidad biótica. Acogen a numerosísimas especies de aves, mamíferos y reptiles, en cantidad muy superior a las de zonas de clima templado. Es probable que contengan miles, si no millones, de especies todavía no descritas en grupos taxonómicos bien estudiados como plantas vasculares y no vasculares, insectos, nematodos, y protozoos. La protección de la inmensa diversidad de estos hábitats ecuatoriales tiene pues especial interés. Al mismo tiempo, los bosques tropicales, las sabanas y los hábitats acuáticos sufren inmensas presiones humanas. Los bosques, sobre todo, tienen gran importancia en la ecología, la economía y las interacciones sociales de los pueblos tropicales, pero el crecimiento de las poblaciones humanas y la presión del desarrollo ponen en grave peligro estos hábitats forestales.

Grandes extensiones de tierras en las regiones tropicales se han reservado para la conservación. Pero aunque estas zonas estén debidamente protegidas contra usos conflictivos (y muchas no lo están), las reservas forestales por sí solas no pueden garantizar la protección de la biodiversidad tropical. El hombre utiliza la mayor parte de los hábitats tropicales. De lo que se trata es de establecer sistemas de gestión que tengan la máxima eficacia para conservar los elementos críticos de la biodiversidad en paisajes complejos con diferentes usos de la tierra. Por supuesto, los hábitats utilizados o explotados experimentarán cambio. Pero si los efectos de los usos alternativos de la tierra pueden predecirse con seguridad, esta información podrá utilizarse como base para negociar medidas encaminadas a reducir o mitigar las consecuencias negativas potenciales o para diluir esos efectos en zonas más extensas. Convendría dar más valor a la gestión de los paisajes con miras a la conservación, o por lo menos ver más claramente los pros y los contras del uso de recursos y de la conservación biótica.

AUSENCIA DE INDICADORES DE LA BIODIVERSIDAD

Los programas de gestión y conservación de los bosques se basan a menudo en las características del ecosistema y de la comunidad, prestándose poca atención a las especies y a la diversidad genética. Así es en particular en los ecosistemas de bosques pluviales tropicales, donde la alta diversidad biológica y su complejidad ponen a administradores, científicos y planificadores ante tareas inmensas.

No se han elaborado hasta hoy indicadores efectivos que ofrezcan medidas firmes de la sostenibilidad ecológica o genética. Aunque la gestión forestal pueda comprender diversas medidas destinadas a minimizar los efectos de la extracción sobre la biodiversidad (como tala direccional, corta de lianas y límites de diámetro y volumen de la madera recogida), tales medidas suelen basarse en conjeturas sobre los niveles de actividad extractora que podrían evitar los daños tanto a los recursos como a la rentabilidad económica, y no hay hasta ahora pruebas claras de su efectividad para conservar la biodiversidad. La falta de indicadores mensurables para estimar los impactos de las diversas opciones de gestión sobre variables importantes para la biodiversidad es un problema, por ejemplo, para los planes de certificación destinados a garantizar a los compradores que los artículos forestales se han producido de forma sostenible. Las directrices sobre certificación del Consejo de Manejo Forestal disponen que "las funciones y los valores ecológicos se mantendrán intactos, realzados o restaurados, incluida la diversidad genética, de especies y del ecosistema" (Criterio 6.3b, citado en Bass et al., 2001). La realidad, empero, es que no hay hoy prácticamente ningún instrumento analítico para medir si tales objetivos críticos se alcanzan mediante las prácticas adoptadas.

EL PROYECTO DENDROGENE

El objetivo del Proyecto Dendrogene es contribuir al uso sostenible de las tierras tropicales en la región de la Amazonia brasileña desarrollando la capacidad para predecir los efectos de la gestión del paisaje (por ejemplo, la fragmentación de los bosques) o de la superficie forestal sobre la constitución genética de las especies arbóreas que puedan estar en peligro por el uso comercial y la explotación. El objeto central de Dendrogene es una serie de instrumentos destinados al análisis de escenarios y a la predicción de efectos para facilitar la planificación y la gestión. Se parte del supuesto básico de que los elementos de la gestión forestal planificada y controlada existen o se están aplicando.

El proyecto se vale de diversos métodos para tratar problemas específicos de inventario de recursos y toma de decisiones en materia de gestión de recursos forestales y uso de la tierra. Colaborando con los principales interesados, el proyecto trata de promover políticas y prácticas de gestión sólidamente basadas en datos científicos, y de corregir algunas de las dificultades operacionales críticas para la aplicación de tales políticas y prácticas.

El proyecto se centra en cuatro aspectos fundamentales:

Identificación fidedigna de especies

La denominación correcta de las cosas es la base de la ciencia (Wilson, 1998) y un requisito previo para su uso y conservación adecuados (Helgason et al., 1996). El sector forestal en la región del Amazonas no tiene actualmente capacidad para identificar muchos árboles a nivel de especie. Pero la identificación científica correcta es esencial para obtener la información disponible sobre las propiedades de cada especie. Los nombres comunes, muchas veces localmente específicos pero no únicos en espacios más extensos, se asocian a menudo de manera inexacta con los científicos (véase el recuadro, pág. 28). En la gestión forestal, la identificación incorrecta compromete la capacidad de planificar la regeneración de especies, además de suscitar riesgos de pérdidas más directas. Dadas la escala y la diversidad de la selva tropical amazónica, la identificación segura puede parecer un sueño imposible. No obstante, se ha progresado en el trabajo sobre los recursos existentes, como la Guía Ducke, una guía de la flora en la Reserva Ducke (Ribeiro et al., 1999), que usa un método visual basado sobre todo en rasgos vegetativos como características de las hojas y los tallos.

Dendrogene aborda el problema de la identificación de especies a nivel operacional. En cooperación con otras instituciones como la Sociedad de Investigación y Conservación del Amazonas (SAPECA, organización no gubernamental formada por muchos de los autores de la Guía Ducke), el proyecto establece hojas de identificación, con información botánica y de anatomía de la madera, para más de 50 de las principales especies madereras comerciales. Dendrogene organiza cursos de formación (mejorándolos constantemente) para la identificación botánica y maderera. El curso botánico incluye pruebas prácticas de la Guía Ducke. Anima e instruye además a las industrias privadas para que mantengan sus propias colecciones de referencia y establezcan vínculos con el herbario de Embrapa para comprobar o proporcionar nuevas identificaciones de especies arbóreas. El proyecto estudia cómo agrupa la industria actualmente las especies de árboles (consciente o inconscientemente) en la elaboración y en las ventas para aprender más sobre las consecuencias de la mala identificación y para proponer grupos más adecuados. También apoya la informatización del herbario y el xilario (un archivo de muestras de madera para identificación anatómica) de Embrapa, lo que facilitará su gestión y su uso. Más de 100 000 especímenes (70 por ciento de la colección) se han introducido ya en la base de datos del herbario.

A nivel estratégico, Dendrogene promue-ve la cooperación entre herbarios y xilarios nacionales mediante el uso de una plataforma común para gestión de la información, BRAHMS (www.brahms.co.uk). Todos los principales herbarios de la Amazonia han adoptado ya BRAHMS, que está siendo instalado en herbarios de Brasilia y Río de Janeiro. Dendrogene procura también anudar alianzas estratégicas para estimular la participación de cuantos se interesen en la identificación de especies arbóreas con miras a establecer un consenso sobre soluciones practicables. Por ejemplo, el reciente Curso práctico sobre pertinencia de la identificación botánica para la gestión forestal sostenible en la Amazonia recomendó dar prioridad a la creación de una profesión definida de parataxonomista, ya que la falta de reconocimiento profesional se veía como el principal obstáculo para el desarrollo de una capacidad de identificación en toda la región.

Construcción y validación de un modelo de previsión

La construcción de un modelo es ventajosa cuando se precisan costosos procedimientos de acopio de datos como base para las decisiones, y es particularmente útil cuando muchas variables diferentes contribuyen al resultado final que interesa (en este caso, la diversidad genética). Un modelo de simulación es un medio para combinar fenología, polinización, dispersión, incorporación de nuevos árboles y crecimiento de semillas en un marco en el que pueden estudiarse los efectos particulares de cada variable sobre la diversidad genética utilizando el análisis de sensibilidad. Como los costos de los inventarios genéticos son prohibitivos para la gestión forestal corriente, es preciso recurrir a modelos para calcular los efectos de las decisiones sobre gestión forestal.

Dendrogene colabora con el Instituto Nacional de Investigación Agrícola de Francia (INRA) por medio de Silvolab (Guyana Francesa) para construir el Modelo Ecogene (Degen, Gregorius y Scholz, 1997) para aplicaciones en gestión de bosques tropicales. El modelo emplea una base de datos genéticos y ecológicos para especies arbóreas neotropicales (Dendrobase), en combinación con un mecanismos de generación de datos construido para suministrar los datos necesarios para la aplicación del modelo a las especies de árboles sobre las que no se dispone todavía de datos ecológicos o genéticos completos.

Los problemas de identificación entorpecen el comercio

Para las compañías comerciales madereras, los distintos nombres de las especies arbóreas hacen difícil a menudo hacer corresponder las especies y los productos con el mercado:

  • Un importador de Alemania quería comprar más "cedrinho". El exportador del sur del Brasil había recibido el suministro de la baja Amazonia, y se le dijo que era difícil de obtener. Si se hubiera identificado como Erisma uncinatum, el exportador podría haber sabido que había la posibilidad de adquirir grandes volúmenes en la Amazonia oriental, donde su nombre común es "quarubarana".
  • Un estudio de un botánico para una compañía maderera descubrió que los árboles vendidos como "louro amarelo" comprendían dos especies no descritas hasta entonces.
  • Los estudios emprendidos por Dendrogene en diversas compañías comprobaron que cuatro especies de Manilkara se trataban todas como "massaranduba" y tres especies de Couratari y una de Cariniana se trataban como "tauari".
  • Un estudio de Dendrogene comprobó que 32 especies diferentes de 13 géneros se vendían como "angelim".

Especies de árboles (de izquierda a derecha, Dinizia excelsa, Hymenolobium excelsum y Hymenolobium pulcherrimum) conocidas todas con el nombre "angelim"

 G. FERREIRA

El modelo Ecogene se validará por comparación con datos reales recogidos en una parcela de estudio intensivo (500 ha) en el bosque nacional de Tapajós (véase el recuadro, pág. 30). Dendrogene realiza esta labor en cooperación con el proyecto "Gestión forestal sostenible para la madera" del Instituto Brasileiro do Meio Ambiente e dos Recursos Naturais Renováveis, IBAMA) y la Organización Internacional de las Maderas Tropicales (OIMT). Se están realizando estudios sobre genética, biología reproductiva y ecología de siete especies madereras, que proseguirán después de talarse la parcela en 2003. Crecimiento, renovación y mortalidad de los árboles serán recogidos en el modelo de manera espacialmente explícita. Los elementos de un modelo de simulación de rendimiento, SYMFOR (Phillips y van Gardingen, 2001), se modificarán y adaptarán especialmente dentro de Ecogene haciendo parámetros con datos a largo plazo de la parcela de muestra permanente recogidos por Embrapa de Amazonia oriental (Silva y Lopes, 1984; Silva et al., 1995).

Con el modelo Ecogene se trata de proyectar hacia los futuros 50 a 100 años los efectos de las alternativas de gestión sobre la constitución genética de las poblaciones de árboles. Construir modelos es la mejor manera de predecir las interacciones de procesos complejos en ese marco temporal. Pero está claro que los modelos tienen limitaciones. Es inevitable que usen relaciones sencillas para describir sistemas complejos. La validación de un modelo es laboriosa, y puede hacerse sólo para unas pocas especies. Su aplicación a otras especies de árboles, a otros bosques y a distintos marcos temporales requiere suposiciones adicionales, con los consiguientes riesgos de error. El resultado del modelo no puede ser mejor que los datos introducidos. La actual falta de una identificación fidedigna en el campo de las especies arbóreas es por lo tanto una fuente de error en los procesos de construcción de modelos. Sin embargo, como el funcionamiento del modelo es transparente, puede ser un instrumento valioso, en especial para tomar decisiones estratégicas. Puede ayudar a evaluar los límites dentro de los cuales es probable que las poblaciones experimenten impactos genéticos por obra de varias opciones de gestión, y a mejorar las decisiones de gestión de hoy en espera de se superen gradualmente limitaciones como la relativa a la capacidad de identificación de árboles.

El Proyecto Dendrogene prepara hojas de identificación que contienen información botánica y sobre anatomía de la madera para más de 50 de las principales especies madereras comerciales de la Amazonia brasileña

L. PROCÓPIO

Dendrogene organiza cursos de formación sobre identificación botánica para trabajadores forestales y personas dedicadas a inventarios y gestión forestales

J. SOLER

Análisis de escenarios en apoyo de la planificación y la gestión

El modelo Ecogene se utilizará para predecir la sostenibilidad de diversos escenarios de gestión forestal en apoyo de decisiones que afecten a los recursos forestales. Algunos usos posibles son pruebas experimentales de:

Parcela de estudio intensivo en Tapajós: validación en el campo del modelo de Ecogene

Siete especies de árboles modelo, que ocupan diversos nichos ecológicos y tienen diferentes historiales vitales, son objeto de estudio en poblaciones suficientemente numerosas para documentar el flujo de genes (200 a 400 árboles maduros). El inventario de árboles comerciales se amplió hacia abajo en el lugar de estudio para incluir todos los ejemplares de la especie modelo con diámetro a la altura del pecho de 20 cm o más. En una parcela complementaria de 100 ha el inventario se amplió a los diámetros de 10 cm.

Antes de realizar estudios de especies, es esencial cotejar sobre el terreno los inventarios comerciales. Aunque el estudio se refiera a árboles que se consideran fáciles de distinguir, se encuentran todavía errores persistentes de identificación en más de la mitad de las especies modelo; en el peor de los casos, el 16 por ciento de los árboles de una especie estaban mal identificados.

La toma de genotipos de todos los árboles de cada una de las poblaciones se realiza desde colecciones de cambium, mediante amplificación del ADN y análisis de microsatélite. Estos datos se combinan entonces con los mapas de inventario sobre el terreno para producir mapas de población para cada especie que documentan las distribuciones espacial y genética. El análisis genético de microsatélite de las semillas recogidas de "árboles trampa" dentro de cada población puede servir para determinar los flujos de genes paternales (polen). Recogiendo y analizando genotipos de semillas de árboles trampa antes y después de la extracción de madera se obtendrá información detallada sobre los efectos de la extracción (especialmente alteraciones en la densidad y la distribución espacial de árboles adultos) sobre el flujo de genes, las tasas de polinización cruzada y los cambios en la diversidad genética de los genotipos de plantones producidos después de una saca de madera. Las semillas recogidas de 30 árboles cada año facilitarán buenas estimaciones del flujo de genes entre árboles, y 30 o más semillas de cada árbol darán una medida de la variabilidad del movimiento del polen dentro del árbol.

La fenología es un componente importante del comportamiento reproductivo de un árbol, porque las modalidades de floración pueden condicionar el flujo de genes. El movimiento de polen entre árboles se limita a los que florecen al mismo tiempo. Diferencias temporales en la floración pueden por consiguiente limitar o incluso impedir el flujo de genes entre árboles. Se hacen observaciones fenológicas detalladas en todos los árboles trampa y se realizan supervisiones ocasionales de la totalidad de los árboles adultos estudiados. Para ello se ha necesitado abrir más de 45 km de pistas fenológicas de acceso a los muy dispersos árboles estudiados. También se están emprendiendo estudios de polinizadores y de distribución de plántulas y árboles jóvenes.

La gestión de la base de datos está vinculada automáticamente a un sistema de información geográfica (SIG) para facilitar información espacial interpretada que pueda actualizarse instantáneamente.

Un "árbol trampa" en el bosque estudiado, del cual se recogen semillas para análisis genético

M. KANASHIRO

Los resultados de las pruebas experimentales pueden servir para mejorar la legislación, las prácticas de gestión y los procesos de certificación. Aunque el uso del modelo para analizar los resultados de los escenarios seguirá siendo un trabajo especializado, el análisis de conjunto será un proceso participativo. Administradores forestales, comunidades locales y otros interesados en el resultado intervendrán en la formulación de preguntas, la interpretación de los resultados y la presentación de propuestas sobre políticas o gestión. El proceso de construcción del modelo identificará los efectos potenciales de los diversos usos de la tierra sobre la diversidad genética de los árboles, elemento crítico para la conservación de la biodiversidad vegetal. Es naturalmente uno sólo de los indicadores potenciales del valor de conservación de los bosques, y pueden ser precisos otros indicadores para evaluar otros importantes impactos en el ecosistema.

Un ejemplo de aplicación del modelo Ecogene a la gestión

Degen, Roubik, y Loveless (2002) utilizaron datos recogidos sobre el terreno sobre distribución espacial de árboles en las parcelas de estudio intensivo del bosque nacional de Tapajós para analizar los efectos de la saca de madera y de la fragmentación sobre la diversidad genética en la Jacaranda copaia, una de las siete especies centrales de Dendrogene. Crearon poblaciones con diferentes densidades y distribuciones espaciales, que representaban:

  • un control, usando datos de inventario para un bloque de 400 ha;
  • la extracción (retirada) de todos los árboles de más de 31 cm de diámetro;
  • la fragmentación para dar una población residual del mismo tamaño (90 árboles en flor de más de 20 cm de diámetro) que en el escenario de la extracción, reduciendo la superficie del hábitat forestal a 140 ha (35 por ciento de su tamaño original).

La fenología de floración, los tipos de movimiento polinizador y las modalidades de dispersión de semillas eran idénticos en las tres simulaciones.

Las semillas producidas a partir de un episodio de fecundación en estas poblaciones se analizaron después en atención a 13 medidas genéticas normalizadas, entre ellas tamaños efectivos de población, fracción de autopolinización, distancia media de dispersión del polen, heterocigosis observada y prevista y diversidad alélica. Cada simulación se repitió 30 veces, y se utilizaron desviaciones estándar (de) para comparar los resultados entre la población de control y los dos escenarios diferentes de tratamientos. En ambos tratamientos, 11 de los 13 índices de diversidad genética eran notablemente diferentes de los de la población de control. El tamaño efectivo de la población resultó fuertemente afectado por las alteraciones en la distribución espacial de los árboles, estimándose en 161,81 árboles (de = 7,34) en la población de control, 59,22 (de = 4,16) en la población donde se hizo la extracción y 44,80 (de = 4,84) en la población fragmentada. La autopolinización aumentó notablemente en los escenarios de tratamiento, y también aumentó la distancia media de dispersión del polen. La heterocigosis prevista (también llamada diversidad genética) se redujo notablemente en las simulaciones de tratamiento. Los resultados indican también que algunas variables genéticas son más sensibles que otras y muestran diferencias genéticas según los regímenes de gestión.

Mapas que muestran los escenarios de control y tratamiento en el estudio de simulación hecho por Ecogene de la Jacaranda copaia; los puntos negros indican árboles de Jacaranda copaia con más de 10 cm de diámetro a la altura del pecho, y los puntos grises indican los árboles en flor en cada escenario (308 árboles en el escenario de control y 90 en cada uno de los de tratamiento)

La adopción de nuevas prácticas

El cambio en las prácticas de gestión y la aplicación de leyes o políticas nuevas suelen tropezar con la dificultad de modificar las rutinas, sobre todo cuando los procedimientos nuevos son más complejos que los anteriores. Tal sería el caso, por ejemplo, si se trata de planificar la explotación forestal teniendo en cuenta cada especie de árbol, sus características propias y las características de la población. El Proyecto Dendrogene ha apoyado la formación de la base de datos sobre gestión y cartografía de árboles (Trema) para facilitar la adopción de nuevas prácticas de gestión.

Trema contiene funciones para facilitar el dominio de la nomenclatura de las especies y generar listas de especies, cuadros de rodales y mapas para la planificación y el control de la gestión forestal. Contiene información sobre características esenciales de las especies y guarda los datos de población arbórea en la unidad forestal específica. Dispone asimismo de rutinas automáticas para aplicar los criterios a la selección de árboles destinados a la tala. Los criterios y sus umbrales pueden ajustarse en función de las recomendaciones derivadas de los modelos de impacto genético. También se incluyen criterios económicos sobre los árboles explotables, como su aceptabilidad actual en el mercado y la presencia de defectos, de modo que la selección final sea comercialmente realista.

El sector comercial puede temer que la aplicación de criterios de conservación genética a la selección de la cosecha de madera amenace la viabilidad económica de la gestión. Dendrogene no trata de poner límites que definan la gestión aceptable tan sólo por su impacto genético, sino de ofrecer instrumentos analíticos que ayuden a calibrar el peso relativo de los valores económicos, sociales y ambientales. Los habitantes de las tierras forestales pueden tener también percepciones diferentes de los valores de la biodiversidad. Estas cuestiones se considerarán mediante una evaluación participativa del impacto de la explotación forestal realizada en la zona de estudio.

El marco teórico utilizado en Dendrogene podría aplicarse a otros ecosistemas y regiones forestales. Los elementos básicos como acopio y aplicación de la información actual, desarrollo de la capacidad para identificar correctamente las especies, construcción de apoyos informáticos para las decisiones de gestión y formulación de políticas y prácticas de gestión basadas en los mejores datos disponibles, son un valor añadido independientemente del éxito de los modelos de simulación. Este marco podría muy bien ser asimilado en los actuales programas de desarrollo del sector forestal.

La base de datos sobre gestión y cartografía de árboles (Trema) tiene por objeto facilitar la adopción de prácticas de gestión orientadas a la conservación. Contiene información sobre características de las especies principales y almacena datos de población sobre unidades forestales específicas

OBSERVACIONES FINALES

El Proyecto Dendrogene se apoya en alianzas multidisciplinarias y multiinstitucionales. Trata de reunir nuevos datos pertinentes y de aplicar la información científica actual a la construcción de instrumentos de gestión nuevos y eficientes. Propicia la identificación exacta de las especies, la documentación de procesos ecológicos forestales y la construcción de modelos de dinámica forestal (en particular de genética de especies arbóreas). Es pionero en el uso de modelos de simulación para integrar los procesos genéticos y ecológicos, a escala conveniente, en el estudio de los efectos de la gestión de bosques tropicales sobre los procesos genéticos. Utiliza el análisis de escenarios y las metodologías participativas para influir sobre las políticas y las prácticas de gestión.

A juicio de los autores, este planteamiento científico de la evaluación de los efectos de la explotación forestal sobre los procesos genéticos en los bosques tropicales de la Amazonia, aunque no elimine la incertidumbre, ayudará a administradores forestales, industriales y autoridades responsables a decidir con más acierto y a avanzar hacia el desarrollo sostenible de los recursos forestales tropicales.

Bibliografía


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