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La dendroenergía y los sistemas de subsistencia: un estudio de caso de Filipinas

E.M. Remedio

Elizabeth M. Remedio es profesora del Departamento de Economía, Universidad de San Carlos, Cebú, Filipinas.

Tendencias relativas a la función socioeconómica de la dendroenergía en la provincia de Cebú, estudio de 1992 revisado diez años más tarde

En muchas economías del sur y el sudeste de Asia, la madera satisface del 20 al 80 por ciento de la demanda de energía. La biomasa leñosa se suele utilizar en formas tradicionales. Por lo general, el sistema en su conjunto, desde la producción al consumo del combustible de madera, comprende actividades informales no registradas en las que participan varios sectores de la comunidad. En las zonas en las que existe un mercado de combustible de madera, su producción, distribución, comercio y consumo constituyen una cadena que ha demostrado su eficiencia a lo largo del tiempo. Sin embargo, en otras zonas donde no existe un mercado de esas características, no se ha generalizado el combustible de madera.

El combustible de madera no se utiliza únicamente en los hogares pobres y de las zonas rurales. En efecto, en muchas ciudades y zonas metropolitanas, los grupos de ingresos medios y altos lo utilizan frecuentemente como combustible principal, sustitutivo o complementario.

En Filipinas, la leña, el carbón vegetal y otras formas de energía de la biomasa cumplen una función importante en la satisfacción de las necesidades de energía de la población. Por otra parte, la recolección, distribución y comercio de esos combustibles proporciona ingresos y empleo a millones de filipinos. A pesar de su importancia, no se dispone de mucha información sobre la forma en que se producen, gestionan, comercializan y consumen los combustibles de madera en el país. No existe un organismo oficial encargado de elaborar una política en relación con la energía de la biomasa leñosa, pues a menudo se considera que el combustible de madera es inferior y una de las causas importantes de la deforestación y la degradación del medio ambiente.

En este artículo se describe la importancia socioeconómica de la dendroenergía en Filipinas a través de un estudio de caso que se efectuó en la provincia de Cebú en 1992 y que se revisó en 2002.


CEBÚ

La provincia insular de Cebú está situada en la zona central de Filipinas, a unos 550 km al sudeste de Manila, la capital. Es una estrecha faja de tierra de 5 088 km2 de superficie, que se extiende de norte a sur a lo largo de 220 km y de sólo 40 km de extensión en su punto más ancho. Tiene una población de 3 356 000 habitantes, que viven en 676 000 hogares, con una media de cinco personas por hogar. La densidad de población es de 660 habitantes por kilómetro cuadrado (Oficina Nacional de Estadística, 2000). Su capital, Cebú, es la segunda ciudad más poblada de Filipinas.

Cebú es el centro comercial e industrial de la zona central y meridional de Filipinas, pues solamente el 30 por ciento de su territorio es adecuado para la agricultura. Casi las tres cuartas partes de la superficie tiene una pendiente superior al 18 por ciento y gran parte de la isla está dominada por una cordillera central que se eleva a más de 1 000 metros sobre el nivel del mar (Provincial Planning and Development Staff, 1987). En el siglo XIX, Cebú ya era el eje central de las redes comerciales y económicas de Visayas y Mindanao (los grupos insulares de Filipinas central y meridional), a los que vinculaba con los mercados de Manila, los Estados Unidos y Europa (Cebu Yearbook, 2002).

Cebú destaca por el hecho de que está deforestada desde hace mucho tiempo. El Banco Mundial (1989) señaló que el 99,6 por ciento de la isla estaba deforestada. Ya en 1870 había informaciones de que el 94 por ciento de su superficie estaba deforestada (Ahern, 1901; Roth, 1983, citado en Poffenberger, 1990). Considerando que Cebú ha carecido de bosques naturales durante el último siglo, cuando menos, cabe preguntarse cómo es posible que la industria de la leña esté en situación floreciente. ¿Cómo es posible que centenares de familias dependan de la dendroenergía para sus ingresos y sus actividades de subsistencia? ¿De dónde proceden los recursos de madera y para qué se utilizan? ¿Quiénes son los agentes principales? ¿Cuál es la contribución económica de la dendroenergía a la economía local?


EL COMBUSTIBLE DE MADERA EN CEBÚ


Usos residenciales, comerciales e industriales

El combustible de madera es una fuente importante de energía en la provincia, particularmente como combustible para cocinar1. Los motivos son el hecho de que es asequible (en algunos casos se obtiene de forma gratuita) y el gusto y preferencia de los consumidores. Se utiliza también como combustible complementario. Sin embargo, en algunos hogares no se utilizan combustibles de madera o se está reduciendo su uso por razones de incomodidad y suciedad y por el humo.

En el sector comercial e industrial, muchos vendedores de alimentos preparados, como restaurantes, vendedores de carne asada y de lechón (que se sirve en las celebraciones y cada vez se vende más comercialmente), panaderías, productores de poso (arroz cocido en hojas de coco) y fábricas de pasta dependen del combustible de madera. Instituciones como hospitales, escuelas y cárceles e industrias como los herreros y fabricantes de verjas de hierro, así como los productores de complementos para la moda y de muebles de rotén, figuran entre los principales consumidores de residuos de madera, madera de coco y carbón vegetal.


Producción y gestión

En contra de lo que se cree habitualmente, no todo el combustible de madera procede de bosques naturales. La producción tiene lugar en el marco de diferentes usos de la tierra, como el barbecho arbóreo y arbustivo, las arboledas, las plantaciones, los núcleos de reforestación, los sistemas agroforestales (árboles frutales o árboles dispersos) y las zonas arbustivas. En Cebú, la mayor parte de la producción de combustible de madera procede de un número reducido de especies: Leucaena leucocephala, Leucaena glauca, Gliricidia sepium, Gmelina arborea y Swietenia macrophylla. Muchos productores de combustibles de madera utilizan el tratamiento de monte bajo, pero esta práctica está disminuyendo a consecuencia de la dedicación de la tierra a otros usos, por ejemplo, el desarrollo inmobiliario y el establecimiento de plantaciones de mango. Normalmente, las tierras sujetas al tratamiento de monte bajo se explotan por fragmentos de forma rotatoria en períodos de dos a cinco años. Una vez talados, los árboles se transportan a lugares llanos donde se trocean para formar haces según el tamaño de la leña, o se transforman en carbón vegetal.

Generalmente, los productores de carbón vegetal utilizan técnicas locales. Cuando emplean el método ham-ak, apilan la madera en una pendiente y la cubren con hierba, maleza, hojas de banano y una capa de tierra antes de prenderle fuego. En el sistema tinabonan, excavan un pozo en una pendiente, que llenan con madera y cubren con una lámina de metal después de haberla prendido. Con el sistema ham-ak se obtiene carbón vegetal en mayor cantidad y calidad, pero es necesario vigilar atentamente el proceso a todas horas durante dos o tres días. El método tinabonan tiene la ventaja de que exige menos atención.


Comercio y distribución

En Cebú, el comercio de combustible de madera es una actividad floreciente y sostenible del sector informal desde hace al menos cinco décadas. El comercio entre las zonas rurales y urbanas y la red de distribución (véase la figura), en la que intervienen numerosos intermediarios a varios niveles, proporcionan ingresos, empleo y medios de subsistencia a centenares de familias, tanto en el campo como en el núcleo urbano. El sistema de comercialización del combustible de madera en la provincia varía según el lugar y la distancia de los lugares de producción, la presencia de cultivadores, productores y comerciantes rurales y urbanos, el tipo de combustible objeto de comercio y las medidas de reglamentación que regulan el transporte del combustible. En general, el sistema parece ser competitivo y eficiente.

La existencia de empresarios locales dispuestos a dedicarse a esa actividad es un factor decisivo en el volumen de producción de biocombustible en una zona determinada. El comercio del combustible de madera en la provincia da empleo e ingresos a una parte de la población que oscila entre 45 000 y 65 000 personas. En general, el sistema de comercialización es competitivo y eficiente. Cada año se venden aproximadamente de 150 000 a 200 000 toneladas de leña (incluida la fronda de coco) y de 40 000 a 50 000 toneladas de carbón vegetal. El valor del comercio de biocombustible en la provincia se sitúa entre 9,3 y 12 millones de dólares EE.UU. anuales y Cebú es tan sólo una de las 60 provincias del país (aunque el uso y producción de biocombustibles varía notablemente entre las provincias).

La fabricación de carbón vegetal y el comercio y distribución de biocombustible también proporciona ingresos estacionales en muchas zonas de la provincia, particularmente a los agricultores cuyos principales ingresos proceden del cultivo y comercialización del mango.

El rebrote de cepa de Gliricidia y Leucaena es una práctica común entre los productores de combustible de madera de la provincia de Cebú, en Filipinas; aquí se aprecia la rápida regeneración de los tocones cinco semanas después de la extracción, permaneciendo en la pendiente las ramas más pequeñas

E. REMEDIO


TENDENCIAS DE LA DENDROENERGÍA EN LA CIUDAD Y LA PROVINCIA DE CEBÚ ENTRE 1992 Y 2002

En 1992 se estudiaron los sistemas de producción, consumo, comercio y distribución de combustible de madera en la isla de Cebú (Bensel y Remedio, 1993). En el estudio se establecían ocho conclusiones principales:

CUADRO 1. Combustibles primarios y secundarios utilizados para cocinar en el hogar por todos los grupos de ingresos, ciudad de Cebú, Filipinas, 1992 y 2002

CUADRO 2. Datos resumidos del consumo de biocombustible en los hogares en la ciudad de Cebú, Filipinas, 1992 y 2002


Comercio y distribuciónde combustibles demadera


En Cebú, el comercio de combustible de madera es una industria floreciente del sector informal desde hace decenios y proporciona ingresos y empleoa millares de empresarios. Un comerciante urbano de combustible de madera vendiendo sacos de residuos y virutas de madera en la ciudadde Cebú (izquierda);
sacos de carbón vegetal de diferentes calidades y especies arbóreas para la venta en un mercado de carbón vegetal de la ciudad de Cebú (centro);
exposición de material de un vendedor de leña en la ciudad de Cebú (derecha)

T.G. BENSEL


Cuestiones de género en el uso de la dendroenergía en los países en desarrollo

La energía rural, la asignación del tiempo en la vida familiar, la salud, la nutrición y las cuestiones de género constituyen una trama de cuestiones complejas interrelacionadas a las que es necesario otorgar atención preferente al formular las estrategias de desarrollo.

La energía es una necesidad humana básica y en muchas regiones del mundo la carga que supone la pobreza energética la soportan las mujeres y los niños (FAO, 1999a). Son, por lo general, las mujeres y los niños quienes han de dedicar gran parte de su tiempo a la recolección de leña, en detrimento de otras actividades importantes, como la agricultura, la educación, el esparcimiento y el descanso.

Diversos estudios recientes (FAO, 1999b) en los que se compara la forma en que se percibe el trabajo que comportan los sistemas de dendroenergía urbanos y rurales, han revelado distinciones de género en la definición de trabajo pesado y trabajo ligero y condiciones de trabajo seguras y con riesgo.

Las discusiones colectivas con comunidades en el marco del Programa regional de desarrollo de la dendroenergía para Asia y el Pacífico de la FAO pusieron de manifiesto que las tareas relacionadas con los combustibles de madera reservadas a los hombres –trepar a los árboles, talarlos, trocear los troncos de gran tamaño y transportar la leña a grandes distancias mediante tractores, carros tirados por bueyes y carretillas– son consideradas trabajos pesados. En cambio, la recolección de leña para el consumo en el hogar y como medio de subsistencia se considera una tarea poco exigente, aunque las mujeres tengan que recorrer largas distancias cargando durante horas fardos pesados sobre la cabeza; esta labor sólo la realizan las mujeres. Por consiguiente, la dureza no parece estar relacionada con el peso de la carga, sino con la fortaleza de quien realiza la tarea.

Las labores de las que se encargan los hombres para cortar la madera se consideran arriesgadas y peligrosas y se cree, por ello, que no son seguras para la mujer. Por otra parte, inhalar humo al cocinar, que perjudica a la salud, y transportar carga sobre la cabeza no se consideran trabajos arriesgados ni peligrosos. La observación general era que cuando se trata de una actividad comercial o hay en juego dinero en efectivo, preocupa la seguridad de la mujer. Sin embargo, las mujeres no suelen participar en las actividades relacionadas con el comercio o distribución de biocombustibles a cambio de efectivo en algún tipo de mercado, incluidos la recolección y el transporte. En cambio, de las tareas relacionadas con el uso de leña en el hogar, desde la producción y recolección hasta el consumo, se ocupan casi exclusivamente las mujeres y los niños. En este caso no hay dinero en juego, sino tan sólo el trabajo de la mujer y de los niños.

En los países en desarrollo, la recolección de leña es una actividad que realizan casi exclusivamente las mujeres y los niños (en la fotografía, la India)

DEPARTAMENTO DE MONTES DE LA FAO/
FO-0258/T. HOFER


CONCLUSIÓN

El consumo, producción y comercio de combustible de madera sigue siendo un medio de subsistencia importante en Filipinas. El uso de combustibles diversos tiene una larga tradición y el combustible de madera se utiliza en el hogar como combustible primario o secundario.

El caso de Cebú constituye un buen ejemplo. A pesar de la rápida urbanización, millares de hogares de la ciudad y de la provincia siguen dependiendo del combustible de madera como combustible primario o secundario para cocinar. También los establecimientos comerciales e industriales de preparación de alimentos dependen en buena medida de los combustibles de madera. El sistema complejo de los combustibles de madera proporciona ingresos y empleo a millares de familias y permite ahorrar millones de dólares en divisas todos los años al evitar la necesidad de importar combustibles fósiles.

A pesar de la importancia de la bioenergía para las economías locales y nacionales, es necesario aumentar la productividad y eficiencia de la producción de combustible de madera, habida cuenta de sus efectos sobre el medio ambiente. También se han de revisar las políticas del gobierno en relación con la tala y transporte de leña. Si bien muchas de esas medidas pueden estar dirigidas a promover la conservación del medio ambiente, algunas normas referentes a los permisos de transporte y las zonas protegidas tienden a disuadir a los productores de combustibles de madera a aplicar medios más eficientes y sostenibles de gestión de los recursos forestales y arbóreos.

1 El uso de otros residuos de biomasa, además de la madera, es escaso, excepto por lo que se refiere a la fronda de coco. Por consiguiente, los términos combustible de madera y biocombustible (así como dendroenergía y bioenergía) se utilizan indistintamente a lo largo del texto.

Bibliografía

Ahern, G.P. 1901. Special report of Captain George P. Ahern. Washington, DC, Oficina Forestal, Filipinas.

Banco Mundial. 1989. Philippines: environment and natural resources management study. Washington, DC,

Bensel, T.G. y Remedio, E.M. 1993. Patterns of commercial woodfuel supply, distribution and use in the city and province of Cebu Philippines. Programa Regional de Desarrollo de la Dendroenergía de la FAO, Field Document nº 42. Bangkok, Tailandia, Oficina Regional de la FAO Regional para Asia y el Pacífico.

Cebu Yearbook. 2002. Cebú, Filipinas, Sun Star Publishing.

FAO. 1999a. El desafío de la escasez energética en las zonas rurales de los países en vías de desarrollo. Roma.

FAO. 1999b. Gender aspects of woodfuel flows in Sri Lanka: a case study in Kandy District. Programa Regional de Desarrollo de la Dendroenergía de la FAO, Field Document Nº 55. Bangkok, Tailandia, Oficina Regional de la FAO para Asia y el Pacífico.

Oficina Nacional de Estadística. 2002. Census 2000 final counts. Recuperado de Internet el 2 de julio de 2002: www.census.gov.ph/

Poffenberger, M. 1990. The evolution of forest management systems in Southeast Asia. En M. Poffenberger, ed. Keepers of the forest: land management alternatives in Southeast Asia, p. 7-26. West Hartford, Connecticut, Estados Unidos, Kumarian Press.

Provincial Planning and Development Staff. 1987. Cebu provincial profile. Cebú, Filipinas.

Remedio, E.M. y Bensel, T.G. 2002. Environmental and socio-economic impacts of biofuel use in Southeast Asia: a case study of Cebu Province, Philippines. Informe inédito para el proyecto Information and Analysis for Sustainable Forest Management: Linking National and International Efforts in South and Southeast Asia. Bangkok, Tailandia, Oficina Regional de la FAO para Asia y el Pacífico.

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