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LA AGRICULTURA DE REGADÍO


Con la agricultura de regadío los resultados de las cosechas han aumentado, permitiendo así una diversificación en cultivos de mayor valor y la utilización de una tecnología apropiada para el incremento de la producción, lo cual ha proporcionado trabajo a los pobres sin tierras. Para la FAO, la importancia del regadío constituye un argumento contundente en tanto que elemento crucial en el esfuerzo por alcanzar la seguridad alimentaria.

Sin embargo, una revisión global de los proyectos de riego indica que estos tienden a favorecer a los agricultores ricos. Los hombres y las mujeres pobres raramente se benefician de ellos. La expansión de los sistemas de riego generalmente se alcanza a través del desalojo de los agricultores arrendatarios, la compra de las tierras de los agricultores marginales, y la expropiación de las tierras antes utilizadas por los pobres. El acceso a las aguas destinadas al riego, en muchos países, está determinado por la raza, la condición social y el género. En Sudáfrica, por ejemplo, solamente el 5 por ciento de las aguas destinadas al riego llega a los agricultores negros.

Los sistemas de riego algunas veces alteran el equilibrio de las condiciones, los derechos y las costumbres locales, asimismo devalúan los conocimientos y la experiencia en el medio ambiente y en la agricultura que las mujeres han acumulado a través de generaciones. En Gambia, por ejemplo, las prácticas y los conocimientos tradicionales de inundación para el cultivo del arroz se han perdido y, mucha tierra se ha destinado a la producción de fruta y verdura de regadío con propósitos de exportación. Los proyectos de riego se han aplicado, generalmente, sin tomar en cuenta la existencia de prácticas y conocimientos sociales y culturales relacionados con la división del trabajo y de las responsabilidades según el género.

En Kenya muchas mujeres no eran miembros activos de las asociaciones de usuarios de los sistemas de riego para el cultivo de arroz, y aquellas que participaban en las reuniones no podían hablar ni intervenir antes que los hombres, ni tampoco expresar opiniones contrarias a las de ellos. Aun en aquellas ocasiones en que hombres y mujeres participaban en los sistemas de riego, sus necesidades y prioridades a veces diferían. En Asia meridional la participación femenina en las asociaciones de usuarios de agua es también mínima. Sin embargo, en el Ecuador las mujeres con niveles de educación superiores a la media ocupan posiciones de liderazgo en las asociaciones de usuarios de agua.

FAO/F. Mattioli

La Guía técnica ASEG de riego

LA FAO ELABORÓ LA GUÍA TÉCNICA ASEG DE RIEGO EN EL AÑO 2001 PARA SER UTILIZADA POR INGENIEROS EN IRRIGACIÓN, MIEMBROS DE MISIONES MULTIDISCIPLINARIAS DE IDENTIFICACIÓN Y FORMULACIÓN, PERSONAL DE LOS PROYECTOS PARA EL DESARROLLO RURAL, EMPLEADOS GUBERNAMENTALES, PERSONAL DE LAS ORGANIZACIONES NO GUBERNAMENTALES Y DE LAS EMPRESAS DE CONSULTORÍA E INGENIERÍA. LA GUÍA PROPONE UNA PLANIFICACIÓN DE LOS SISTEMAS DE RIEGO PARTICIPATIVA Y SENSIBLE AL GÉNERO. SU FINALIDAD ESENCIAL ES MEJORAR EL DESEMPEÑO DE LOS SISTEMAS DE RIEGO Y, AL MISMO TIEMPO, FORTALECER LA POSICIÓN DE LA MUJER RURAL Y DE LOS GRUPOS MENOS FAVORECIDOS.

FAO/F. Botts


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