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Revisión del sistema de plantación taungya: nuevas propuestas para el reparto de ingresos en Ghana

V.K. Agyeman, K.A. Marfo, K.R. Kasanga, E. Danso, A.B. Asare, O.M. Yeboah y F. Agyeman
V.K. Agyeman trabaja en el Centro de Desarrollo de Plantaciones Forestales, Ejisu, Kumasi, Ghana.
K.A. Marfo trabaja en el Instituto de Investigación Agrícola, Fumesua, Kumasi, Ghana.
K.R. Kasanga y F. Agyeman trabajan en el Ministerio de Tierras y Bosques, Accra, Ghana.
E. Danso y A.B. Asare trabajan en el Centro de Apoyo para la Gestión de Recursos, División de Servicios Forestales de la Comisión Forestal, Ghana.
O.M. Yeboah trabaja en el Instituto de Gestión y Desarrollo de la Tierra, KNUST, Kumasi, Ghana.

Recientemente se han aprobado disposiciones sobre el sistema taungya –cultivos alimentarios intercalados con plantaciones madereras– con objeto de que todos los participantes reciban los beneficios de las plantaciones y manifiesten interés en mantener los árboles a largo plazo.

Las plantaciones se han considerado durante mucho tiempo como una de las estrategias importantes que se precisan para atender a la demanda de madera en Ghana, donde sigue disminuyendo la cubierta forestal a un ritmo elevado (1,7 por ciento anual en 1990-1999 [FAO, 2001]).

En los años treinta del pasado siglo el Gobierno de Ghana inició un programa de plantaciones mediante el sistema taungya, concebido en Myanmar, en virtud del cual se entregan a los agricultores parcelas de reservas forestales degradadas para dedicarlas a cultivos alimentarios y contribuir a mantener árboles madereros. La intención era producir una cosecha de madera comercial en un tiempo relativamente corto, remediando al mismo tiempo la escasez de tierras de cultivo en las aldeas próximas a las reservas forestales. Alrededor del 75 por ciento de la actual superficie de 35 000 hectáreas de plantaciones comerciales públicas y privadas de Ghana es resultado del sistema taungya.

Cultivos alimentarios, especialmente anuales como plátano, colocasia y hortalizas, se intercalaron con determinadas especies arbóreas. Estos cultivos se hacían normalmente durante tres años, después de los cuales la sombra de los árboles impedía continuarlos.

Con arreglo a los acuerdos taungya tradicionales, los agricultores ghaneses no tenían derecho algunos a los beneficios derivados de los árboles plantados (Milton, 1994) y no intervenían en ningún aspecto de la gestión forestal (Birikorang, 2001). La consecuencia era que tendían a despreocuparse de los árboles y a abusar del sistema, por ejemplo:

Otros problemas eran la falta de supervisión por el Departamento Forestal (ahora División de Servicios Forestales de la Comisión Forestal), los mecanismos insuficientes de financiación y el abuso de poder de los funcionarios, sobre todo en la asignación de parcelas (Agyeman et al., 2003).

El sistema se suspendió en 1984. Mas a pesar de los problemas, las aldeas vecinas a los bosques seguían viendo en el sistema taungya uno de los sistemas forestales potencialmente más beneficiosos, y solicitaron su reintroducción, aunque con modificaciones.

Parcela cultivada con el sistema taungya durante un año, en Ghana; en este momento, el cultivo alimentario (plátano) domina todavía sobre los árboles

V.K. AGYEMAN


PROPUESTA DE MODIFICACIÓN DEL SISTEMA TAUNGYA

Un sistema taungya revisado, que sería autofinanciable y sostenible, se propuso tras un proceso de consulta de 18 meses (julio de 2001 a diciembre de 2002) iniciado por el Gobierno de Ghana, con el apoyo de la FAO y del Banco Mundial. Participaron en el proceso los grupos básicos de interesados, especialmente agricultores, terratenientes, comunidades locales y organizaciones no gubernamentales (ONG).

En el sistema propuesto, los agricultores serían los propietarios principales de los productos de la plantación forestal, teniendo categoría de accionistas la Comisión Forestal, los terratenientes y las comunidades próximas a los bosques. Anteriormente, la Comisión Forestal era propietaria de las plantaciones realizadas por el sistema taungya, y solo los terratenientes, no los agricultores, se beneficiaban de los productos de los árboles.

Todos los participantes en el sistema taungya modificado, incluidos los agricultores, tendrían derecho a una parte de los beneficios de la plantación. El proceso de consulta estableció un marco de reparto equitativo de los beneficios según las contribuciones de los participantes:

El proceso de consulta recomendó asimismo reformas normativas y legislativas específicas para reforzar los derechos de tenencia y uso de los recursos y promover una mayor participación de grupos desfavorecidos (hogares sin tierras o con títulos inseguros sobre la tierra, agricultores arrendatarios, mujeres, migrantes, trabajadores del campo y operarios de viveros).

El consejo de ministros ha aprobado las nuevas propuestas, con las que se espera elevar los ingresos y proporcionar otros beneficios a los agricultores y las comunidades poseedoras de tierras de acuerdo con los objetivos de la Estrategia 2001 para la Reducción de la Pobreza en Ghana.


Marco de reparto equitativo de los beneficios

Se hizo un análisis del valor estimado de cada contribución a las plantaciones para proponer el siguiente marco de reparto de beneficios, ajustado según las previsiones de los interesados respecto a los beneficios esperados: los agricultores y la Comisión Forestal recibirían sendas partes del 40 por ciento de los beneficios derivados de sus insumos, mientras que los terratenientes recibirían el 15 por ciento (las autoridades tradicionales el 7 por ciento y los propietarios tribales el 8 por ciento) y a las comunidades contiguas al bosque les correspondería el 5 por ciento. En la figura se presentan los costos estimados y los beneficios propuestos para los cuatro interesados principales a tipos de descuento del 6 y el 10 por ciento.

Los marcos de reparto de beneficios del antiguo sistema taungya y del modificado se comparan en el cuadro .

La mayoría de los interesados (exceptuada la Comisión Forestal) opinaban que la Comisión Forestal, los agricultores y los terratenientes, incluidas las comunidades contiguas a los bosques, deberían recibir un tercio de los ingresos producidos por el sistema. Así pues, el marco atribuye a los agricultores más de lo esperado, pero los beneficios de los terratenientes serán menores de lo que esperaban.

Varios interesados estimaron que estos acuerdos de reparto de beneficios deberían renegociarse entre las partes caso por caso, pero que debía prestarse atención a la protección de los derechos de los grupos desfavorecidos.

Hubo consenso general en que para que el sistema taungya modificado fuera sostenible, los agricultores participantes deberían seguir recibiendo beneficios después de la recolección de los cultivos alimentarios al final del tercer año, así como algún pago importante al final de la recolección de madera. El flujo de beneficios a corto plazo debería además animar a los agricultores a aportar su trabajo de manera continua, mientras que en el pago importante al final, agricultor e inversor compartirían los riesgos.

Estimación de costos y beneficios propuestos (40% para los agricultores, 40% para la Comisión Forestal, 15% para los terratenientes y 5% para las comunidades locales) a tipos de descuento del 6 y el 10%


Comparación de los marcos de reparto de beneficios en el sistema taungya antiguo y el modificado (porcentaje en los beneficios)

Partes interesadas

Sistema antiguo

Sistema modificado

Entidades públicas    
Comisión Forestal
60
40
Asamblea de distrito
20
0
Administrador de tierras tribales
4
0
Subtotal
84
40
Grupos comunitarios locales
Terratenientes tribales
9
8
Autoridad tradicional
7
7
Comunidad contigua al bosque
0
5
Agricultores
0
40
Subtotal
16
60
Total
100
100


Refuerzo de los derechos de tenencia de la tierra y uso de sus recursos

Las disposiciones sobre tenencia de la tierra deben dar seguridad suficiente para las inversiones en plantaciones sostenibles. Los agricultores necesitan confiar en que no se les despojará de sus derechos a medio o largo plazo.

Cuando se crearon las reservas forestales en los años treinta del siglo XX, se contemplaron diversos derechos sobre los recursos, con objeto de asegurar unos ingresos a los jefes y a las comunidades poseedoras de recursos. Se reconocieron así los derechos de los agricultores que tenían ya tierras en la zona de reserva a seguir cultivándolas; los derechos consuetudinarios de individuos o comunidades en las reservas forestales (incluidos los derechos culturales o religiosos), si no eran perjudiciales para el bosque; y el derecho de las comunidades contiguas a los recursos de la reserva forestal con fines domésticos (por ejemplo, usos medicinales, consumo doméstico, postes o estacas para construcción).

No obstante, no hubo legislación para garantizar esos derechos o asegurar un flujo equitativo de beneficios para los terratenientes y las comunidades locales, o para que se contara con su opinión respecto a las decisiones sobre uso y gestión de los recursos.

La Ley de Reforma de la Gestión de Recursos Madereros, 2002, y la Ley de Reforma del Fondo de Plantaciones Forestales, 2002, refuerzan los derechos de propiedad de los agricultores y pueden ofrecer incentivos al sistema taungya modificado.


Ordenación institucional

Se ha propuesto un marco institucional meditado, que deberá asegurar entre otras cosas:

El elemento destacado de la ordenación institucional es el establecimiento de Comités de adjudicación de tierra y gestión taungya en las comunidades, bajo la dirección de la Comisión Forestal pero constituidos principalmente por agricultores, para el establecimiento de plantaciones forestales en tierras degradadas. Estos comités se encargarían de adjudicar tierras degradadas a los agricultores, supervisar las actuaciones de los agricultores y la Comisión Forestal, imponer sanciones y resolver disputas. Los comités serían también responsables de asegurar la observancia de los acuerdos concertados por las partes.

Se prevé que la Comisión Forestal llevará un registro detallado de los participantes. Copias de los acuerdos de reparto de beneficios, que podrán adoptar la forma de títulos, deberán depositarse en el Ministerio de Justicia y en otras instituciones pertinentes. De momento, es dudosa la capacidad de la Comisión Forestal para compilar y guardar estos documentos. No obstante, el Gobierno de Ghana, con el apoyo del Banco Mundial, el Departamento para el Desarrollo Internacional (DFID) del Reino Unido y el Banco Africano de Desarrollo, está trabajando para reforzar la capacidad en todos los sectores, incluido el suministro de equipo y personal responsable para negociar con las comunidades. Estos esfuerzos dan base para cierto optimismo.


Hacia una mayor participación

La formación de los Comités de adjudicación de tierras y gestión taungya en las comunidades locales deberá facilitar la comunicación entre los interesados y la coordinación de sus esfuerzos para superar los principales problemas y obstáculos a la implantación del sistema. No será fácil, sin embargo, compaginar los intereses diversos y a veces opuestos de los numerosos interesados para movilizar y mantener su buena voluntad, su aceptación y en algunos casos su participación activa.


Beneficios financieros estimados del sistema

Se realizó un análisis financiero basado en proyecciones de dos escenarios de inversión, el sistema taungya modificado y el establecimiento de plantaciones forestales por pequeños propietarios sin cultivos alimentarios. El análisis se basó en costos e ingresos reales y abarcó un ciclo de proyecto de 25 años, que es el período de madurez de la Tectona grandis, la especie arbórea más corriente. El tipo de rendimiento interno estimado fue del 16,2 por ciento para el sistema taungya modificado y del 13,6 por ciento para el establecimiento de plantaciones forestales por pequeños propietarios.


CONCLUSIONES

El sistema taungya modificado tiene capacidad para proporcionar ganancias a todos los participantes. Sin embargo, hay que tener en cuenta varias limitaciones posibles:

Bibliografía

Agyeman, V.K., Kasanga, K.R., Danso, E., Marfo, K.A., Whiteman, A., Asare, A.B, Yeboah, O.M. y Agyeman, F. 2003. Equitable forest reserve plantation revenue sharing in Ghana. Informe para la FAO.

Birikorang, G. 2001. Wood industry and log export ban study. Informe de consultoría para el Ministerio de Tierras y Bosques.

Butcher, C. 2001. Social appraisal of Government of Ghana and African Development Bank support to forest plantation development project. Informe de consultoría presentado al Departamento para el Desarrollo Internacional (DFID), Reino Unido.

FAO. 2002. Evaluación de los recursos forestales mundiales 2000 – Informe principal. Colección FAO: Montes No 140. Roma.

Milton, R. 1994. Some issues and observations arising from District taungya studies … for use in discussion for development of FP4 – Forest Reserve Rehabilitation. Forestry Commission memo.

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