Se utilizan muchos tipos de recipientes, fabricados con diversos materiales, para el transporte de hielo y pescado, desde sencillas canastas de juncos trenzados, bambú, cañas o hierbas, a recipientes de madera, metal y plástico. Para reducir la fusión del hielo, en la fabricación de los recipientes pueden utilizarse materiales aislantes como los descritos en el Capítulo 5. La elección de uno u otro tipo depende en gran medida de la situación económica de la región y del tipo de pesca que se practica.
Aunque las estimaciones varían, en algunas circunstancias una gran parte del pescado fresco capturado en zonas tropicales y subtropicales puede desperdiciarse; la mayor pérdida de calidad y valor se produce entre las operaciones de captura y la primera venta del producto en las zonas de desembarque. Se prevé que con el aumento de la disponibilidad y el mayor uso de recipientes con diseños adecuados para su uso en canoas y pequeñas embarcaciones de pesca, será posible reducir el desperdicio de pescado fresco en las pesquerías artesanales.
No obstante, hay varios factores que dificultan la consecución de este objetivo, como son el costo relativamente alto de los recipientes termoaislados y el hecho de que los recipientes normalizados se fabrican generalmente en países industrializados y deben importarse. La inversión adicional que supone la compra de cajas de metal o plástico es, en ocasiones, suficiente para disuadir a los pescadores de su uso. Éstos optan en cambio por los recipientes o cestas tradicionales de fabricación local que requieren una inversión menor. Al aumentar el grado de desarrollo de una pesquería, aumenta la importancia de la calidad del producto y el interés por comprar cajas de plástico o metal.
En algunas zonas tropicales, los factores limitantes son el costo y la disponibilidad de hielo, y no el costo de los recipientes termoaislados. Con independencia de las limitaciones técnicas existentes en algunas zonas tropicales, es posible mejorar el diseño y la construcción de los recipientes termoaislados de fabricación local, lo que aumentará en último término su disponibilidad y los abaratará lo suficiente para que puedan comprarlos los pescadores artesanales.
Las principales funciones de un recipiente termoaislado para pescado a bordo de canoas y pequeñas embarcaciones de pesca son:
facilitar la manipulación (reduciendo el número de veces que se necesita manipular cada pez) y proteger el pescado contra el riesgo de sufrir daños físicos;
mantener la calidad del pescado, asegurando un enfriamiento adecuado y bajas tasas de fusión del hielo como consecuencia de la reducción de la infiltración de calor a través de las paredes del recipiente;
mejorar las prácticas de manipulación del pescado y mejorar, en consecuencia, la calidad del pescado desembarcado, permitiendo a los pescadores realizar salidas de pesca de mayor duración y obtener mejores precios por su pescado.
La eficacia de los recipientes termoaislados para reducir la fusión del hielo es un criterio importante en su evaluación y selección. Es más probable que aprecien plenamente las ventajas de los recipientes termoaislados los pescadores artesanales de climas tropicales en los que las tasas de fusión del hielo son mucho mayores que los de climas fríos o templados.
Las principales características generales del diseño de los recipientes termoaislados (tanto portátiles como fijos) son las siguientes:
Deberán ser adecuados para su transporte en embarcaciones de pesca y en vehículos de carretera (que pueden ser de diferentes tipos y tamaños). Por consiguiente, los recipientes portátiles deberán contar con características especiales que los hagan adecuados tanto para la manipulación de las capturas a bordo como para el almacenamiento y transporte del pescado en tierra.
Deberán resistir una manipulación relativamente brusca.
Deberán disponer de desagües para el agua de fusión del hielo.
Deberán estar hechos de materiales que permitan su limpieza de forma fácil y completa.
Deberán tener un tamaño adecuado para los diversos tipos de pescado fresco capturados, de modo que éstos no se doblen ni deformen.
Deberán ser de un tamaño práctico para su manipulación adecuada por medios manuales o con horquillas elevadoras, si se dispone de este tipo de máquinas.
Los recipientes portátiles deberán poder apilarse de forma adecuada y segura, de modo que los situados en la parte superior reposen sobre los que están debajo de ellos y no sobre el pescado que contienen.
Deberán estar hechos de materiales ligeros.
Deberán ser resistentes.
Deberán tener buenas propiedades termoaislantes, para evitar una infiltración excesiva de calor, rápidos aumentos de la temperatura del pescado y una rápida fusión del hielo.
Un recipiente termoaislado con un diseño óptimo deberá tener una profundidad adecuada para evitar el aplastamiento de los peces almacenados en el fondo, es decir, se deberá evitar el almacenamiento de peces en a granel hasta una profundidad excesiva. Los recipientes deberán ser de fabricación sencilla y el aislante no deberá ocupar demasiado espacio.
El Cuadro 6.1 informa sobre algunas características físicas de los materiales que pueden usarse en la fabricación de recipientes para pescado.
CUADRO 6.1
Características de algunos materiales
utilizados en la fabricación de recipientes para
pescado1
Tipo de material |
Densidad |
Conductividad térmica |
Resistencia del material |
|
Resistencia a la tracción |
Resistencia a la flexión |
|||
Madera (blanda) |
350-740 |
0,11-0,16 |
5-8 |
8-12 |
Madera (dura) |
370-1 100 |
0,11-0,255 |
8-14 |
10-15 |
Madera contrachapada2 |
530 |
0,14 |
3,5-9,3 |
variable |
Aleación de aluminio |
2 740 |
221 |
20-30 |
30-40 |
Acero dulce |
7 800 |
45,3 |
24-43 |
20-28 |
Plástico reforzado con fibra de vidrio |
64-144 |
0,036 |
20-50 |
30-100 |
Polietileno de alta densidad |
960 |
0,5 |
5-10 |
13-15 |
Zostera entre papel resistente (sin comprimir) |
73,6 |
0,036 |
- |
- |
Zostera en arpillera (sin comprimir) |
215 |
0,049 |
- |
- |
Fibra de yute (sin comprimir) |
107 |
0,036 |
- |
- |
Lámina de polietileno, más dos capas de tela de saco (yute), más una lámina de polietileno (sin comprimir) |
500 |
0,054 |
- |
- |
Lámina de polietileno, más cuatro capas de tela de saco (yute), más una lámina de polietileno (sin comprimir) |
580 |
0,046 |
- |
- |
Tablero aislante de fibra de caña (sin comprimir) |
216 |
0,048 |
|
|
1 Las cifras proporcionadas deben considerarse sólo como valores indicativos, dada la gran variación existente para cada material.
2 Resistencia a la tracción de madera contrachapada de tres capas en paralelo a las vetas de sus superficies; la resistencia a la flexión de los tableros de madera contrachapada es de cerca del 85 por ciento de la de una viga maciza de la misma madera y el mismo tamaño.
Existe una amplia gama de recipientes termoaislados, con diversas características adecuadas a las diferentes necesidades de manipulación, tamaño, eficacia aislante, modos de transporte, robustez, durabilidad y materiales de fabricación. Sin embargo, en los países en desarrollo, estos recipientes termoaislados son generalmente artículos importados, lo que significa que son costosos, sobre todo en comparación con las cajas y los recipientes para pescado tradicionales de fabricación local no termoaislados.
La capacidad o tamaño físico de los recipientes termoaislados ha sido también, sin duda, un factor limitante para la introducción de estos artículos en algunos mercados pesqueros de países en desarrollo. Muchas de esas pesquerías no disponen de infraestructura y equipo, como grúas y carretillas elevadoras, necesarios para la manipulación física de grandes cubas cuando están llenas de hielo y pescado.
En la mayoría de los lugares de desembarque de pescado del sector artesanal aún se realiza la manipulación a mano, lo que limita en la práctica el tamaño de los recipientes que pueden utilizarse.
El plástico reforzado con fibra de vidrio (PRFV) y el polietileno de alta densidad (HDPE), son materiales utilizados habitualmente en la fabricación de recipientes termoaislados, a menudo con espumas plásticas como aislante.
Uno de los tipos más comunes de recipientes termoaislados utilizados en la industria pesquera está fabricado con HDPE de pared doble con espuma de poliestireno o poliuretano expandido como aislante. Estos recipientes fabrican habitualmente de una sola pieza, mediante un proceso de moldeo rotacional. Las paredes de HDPE tienen un espesores variables, de 3 a 6 mm, y el espesor total varía en función del tamaño y la capacidad del recipiente termoaislado. Estos tipos de recipientes pueden resistir una manipulación relativamente brusca y se consideran mejores que los fabricados con otros materiales, como el PRFV, que suele ser más quebradizo y propenso a sufrir daños y fracturas por golpes.
No obstante, el HDPE es un material costoso, derivado del petróleo, y su precio de mercado está ligado al de esta materia prima. Si se manipulan de forma correcta, la duración previsible de los recipientes termoaislados de HDPE es de cinco a siete años. Por lo general, los recipientes de HDPE no pueden repararse; si se rompen, habitualmente deben sustituirse. Sin embargo, los recipientes de polietileno de densidad media pueden repararse mediante soldadura.
Según sus especificaciones, el HDPE puede resistir temperaturas de hasta 100 °C y de -40 °C. Sin embargo, a temperaturas bajas se vuelve quebradizo, motivo por el cual los recipientes de HDPE no son adecuados para el uso a temperaturas bajas, por ejemplo en almacenes de pescado congelado. Se venden recipientes de 50 a 1 100 litros de capacidad. En el Recuadro 6.1 se ofrecen recomendaciones para la manipulación de recipientes de HDPE. La eficacia termoaislante de los recipientes de HDPE varía en función del uso al que se destinen y de su diseño. El Cuadro 6.2 muestra la conductividad térmica de algunos recipientes de HDPE utilizados en la manipulación de pescado enfriado.
Para fabricar recipientes termoaislados en países en desarrollo se utiliza una amplia variedad de materiales, como madera, madera contrachapada, bambú, planchas de metal (hierro galvanizado y aleaciones de aluminio), nipa, hojas de palma, virutas de madera y aserrín, paja y hierba seca, corteza de coco y cáscara de arroz. Más recientemente, se han utilizado plásticos como espuma de poliuretano, poliestireno expandido, láminas de polietileno, PVC y PRFV. Poco a poco, los pescadores artesanales de los países en desarrollo han ido adquiriendo conciencia de las ventajas de los recipientes termoaislados y se han hecho intentos de diseñar recipientes adecuados utilizando materiales disponibles localmente. En la mayoría de las zonas tropicales, la principal innovación ha sido la incorporación de materiales aislantes a los diseños existentes de recipientes para pescado de fabricación local, ofreciendo así versiones mejoradas, pero manteniendo la característica de los recipientes tradicionales de ser una opción práctica y de bajo costo adaptada a las condiciones locales.
RECUADRO 6.1
|
CUADRO 6.2
Características técnicas y
conductancia térmica de algunos recipientes de HDPE
Capacidad neta |
Espesor del aislante de poliuretano |
Conductancia térmica |
Peso aproximado |
70 |
30-50 |
0,546 (0,4695) |
12 |
200 |
30-50 |
0,388 (0,3336) |
25 |
450 |
30-50 |
0,388 (0,3336) |
63 |
680 |
57-63,5 |
0,310 (0,2668) |
66 |
Otra solución ha sido el diseño de nuevos tipos de recipientes termoaislados que pueden acoplarse a las canoas, piraguas o pequeñas embarcaciones de pesca existentes, según el tipo de actividad pesquera y las cantidades y características de las especies capturadas más abundantes. Sin embargo, los factores de mayor importancia en la fabricación local de recipientes termoaislados son la disponibilidad y selección acertada de materiales aislantes, la existencia de personal con suficientes conocimientos en materia de fabricación y reparación y la formación práctica de los pescadores con respecto a los modos adecuados de manipular los recipientes para reducir al mínimo los daños y la consiguiente merma de sus resultados. En varias zonas tropicales se ha logrado introducir el uso de recipientes termoaislados de fabricación local a bordo de pequeñas embarcaciones de pesca. El Cuadro 6.3 describe varios ejemplos de estos recipientes termoaislados de fabricación local (véanse también las Figuras 6.1 y 6.2).
CUADRO 6.3
Ejemplos de recipientes termoaislados de
fabricación local para pequeñas embarcaciones de
pesca
Zona geográfica |
Características del recipiente |
Tipo de embarcación de pesca |
Referencias |
Asia (India) |
Capacidad: 175-200 kg de mezcla de hielo y pescado Peso: 40 kg Diseño: PRFV y espuma de poliuretano (70 mm de espesor). Con sumidero de 10 mm de diámetro Se realizaron estudios de viabilidad técnica y financiera, basados en ensayos sobre el terreno con ocho embarcaciones |
Embarcaciones de pesca tradicionales de madera de 5 a 12 m de eslora conocidas como «navas» |
FAO, 1991 |
Africa (Senegal) |
Capacidad: 0,9-1,3 toneladas de pescado Peso: 200 kg (con dos trampillas) y 270 kg (con tres trampillas) Diseño: PRFV y espuma de poliuretano (100 mm de espesor). Con tubería de drenaje de PVC. Hecho a medida para las piraguas locales Se realizaron estudios de viabilidad técnica y financiera, basados en ensayos sobre el terreno con varias embarcaciones (Informe de evaluación, Fase I, Proyecto: Amélioration de la conservation de poisson à bord des pirogues, CAPAS, Senegal, 1983 y proyecto de la FAO GCP/INT/398/NOR) Posteriormente, se realizaron varios ensayos basados en este diseño con miras a introducir recipientes termoaislados para pequeñas embarcaciones de pesca en la República Unida de Tanzanía, Kenya, Gambia, Guinea-Bissau y Guinea. |
Piraguas de madera tradicionales de 14 a 18 m de eslora con motores fuera borda |
FAO, 1985 |
Asia (Indonesia) |
Volumen nominal: 5,15 m3. Dimensiones exteriores aproximadas: 4,96 m de largo × 1,33 m de ancho × 0,78 m de alto Diseño: Recipiente termoaislado para AME hecho de tablas de madera, espuma de poliestireno expandido y revestimiento de PRFV en la superficie interior. Hecho a medida para los cerqueros locales. El Instituto de Investigación en Tecnología Pesquera de Yakarta realizó estudios de viabilidad técnica, basados en ensayos sobre el terreno con una embarcación prototipo. En 1986, tres años después de la introducción del recipiente para AME en la región del Estrecho de Bali, unos 78 cerqueros estaban equipados con recipientes para AME. |
Cerquero tradicional de 12,2 m de eslora (principal especie capturada: Sardinella longiceps). |
Putro (1986) |
Asia (Indonesia) |
Capacidad: 48 kg de mezcla de hielo y pescado Peso: 24 kg Dimensiones exteriores: 1 025 mm de largo × 295 mm de ancho (parte alta) y 260 mm (parte baja) × 400 mm de alto Diseño: PRFV laminado sobre un recipiente termoaislado de espuma de poliestireno expandido (25,4 mm de espesor) revestido con 6,5 mm de madera contrachapada con un armazón de angulares de aluminio. Se accede al recipiente termoaislado por dos trampillas con tapas de 505 mm × 280 mm, situadas en sendos extremos de la superficie superior. Las dos tapas termoaisladas están rodeadas por una junta de goma de 20 mm × 10 mm. Se ajustaron cuerdas muy resistentes en ambos extremos, a modo de asas, para facilitar el transporte del recipiente. Se insertó en un lado del recipiente, atravesando el aislante, un único tubo de PVC de 10 mm de diámetro con tapón. Hecho a medida para las canoas locales. Se construyeron dos versiones. La segunda versión no tenía revestimiento de PRFV; tenía una estructura de madera y una carcasa exterior de madera contrachapada, una capa de 25,4 mm de espuma de poliestireno expandido como aislante y un revestimiento de chapa de aluminio. Ambas versiones tenían dimensiones exteriores similares. El segundo prototipo pesaba 17 kg. La versión de madera costaba cerca de la mitad que el recipiente con PRFV. Estos recipientes se diseñaron específicamente para el almacenamiento en frío de pargos colorados, la especie más importante en las actividades pesqueras en aguas profundas, que en el proyecto se destinaba a la exportación. Se realizaron ensayos iniciales sobre el terreno con dos canoas; posteriormente, el proyecto Cenderawasih Bay Coastal Area Development (UNDP/FAO SIN/88/0911) continuó los ensayos sobre el terreno. |
Canoas tradicionales de pesca sin motor (4 a 6 m de eslora total). En la práctica, estas canoas capturaban por término medio de 10 a 20 kg al día de pargos colorados de gran valor con líneas para aguas profundas. Sólo ocasionalmente lograban capturar grandes cantidades, por ejemplo 40 kg/día. Estas canoas trabajaban generalmente con un barco nodriza a cuya bodega llevaban las capturas al final de la jornada. |
FAO, 1992a |
América del Sur (Ecuador) |
Capacidad: se fabricaron varios tipos de recipientes con volúmenes nominales de 1,166 m3 a 1,224 m3 Peso: total, con tapaderas, de 72 a 89 kg Diseño: Se fabricaron los siguientes tres tipos de recipientes termoaislados: a) con laterales de madera (constituidos por un armazón de madera y madera contrachapada) y revestimiento de madera, con 25 mm de espesor de aislante de poliestireno expandido; b) igual que el recipientea) pero con revestimiento de chapa de hierro galvanizado; c) igual que el recipientea) pero con revestimiento de espuma de poliuretano y PRFV. El recipiente laminado con PRFV se consideró el más prometedor, por su ligereza y durabilidad. Se construyeron cuatro recipientes termoaislados laminados con PRFV y el proyecto ODNRI/ODA (Overseas Development Natural Resources Institute/Overseas Development Agency), en colaboración con el Instituto Nacional de Pesca, realizó pruebas de duración a largo plazo. En los últimos años, el programa de cooperación técnica en materia de pesca UE-VECEP ALA 92/43 ha probado sobre el terreno otro recipiente laminado con PRFV fabricado a medida (con 50 mm de espuma de poliuretano como aislante) y lo ha introducido en varias comunidades de pescadores artesanales, con resultados prometedores. El proyecto UE-VECEP ALA 92/43 probó ha probado sobre el terreno en Colombia recipientes similares laminados con PRFV. |
Pequeñas embarcaciones de pesca y canoas tradicionales, pero los recipientes de tipo a), b) y c) se diseñaron específicamente para lanchas de PRFV (de 7,2 a 7,5 m de eslora total) dedicadas a la pesca de lampuga (Coryphaena sp.) |
Wood y Grijalva (1988) Acero, (1997)1; Tilman (1999)2 |
1 Acero, 1997. Comunicación personal relativa a las pruebas sobre el terreno de recipientes termoaislados en pequeñas embarcaciones de pesca en Colombia y bibliografía de una actividad piloto en el Ecuador para la introducción de recipientes termoaislados en el marco del proyecto EU-VECEP ALA 92/43.
2 Tilman, 1999. Comunicación personal y bibliografía relativas a la introducción de recipientes termoaislados en pequeñas embarcaciones de pesca en el Ecuador en el marco del proyecto EU-VECEP ALA 92/43.
FIGURA 6.1
|
FIGURA 6.2 Nota: todas las medidas se indican en milímetros (mm) |
En algunas zonas tropicales, se utilizan con frecuencia recipientes moldeados de poliestireno expandido de fabricación local para la manipulación de pescado enfriado en pequeñas embarcaciones de pesca. Por ejemplo, en Filipinas, se utilizan recipientes moldeados de poliestireno expandido de 30 a 40 kg de capacidad (dimensiones interiores aproximadas: 51 cm de largo × 35 cm de ancho × 35 cm de alto) a bordo de canoas con tangones y de pequeñas embarcaciones de pesca para enfriar el pescado y para transportarlo (por mar y por carretera) y comercializarlo. El poliestireno se protege mediante un armazón exterior de madera o planchas laterales de acero galvanizado que ayudan a sujetar y proteger el recipiente y a que resista a una manipulación brusca. La Figura 6.3 muestra un diseño típico. Estos recipientes presentan las siguientes ventajas principales:
son fáciles de encontrar.
Presentan los siguientes inconvenientes principales:
su vida útil es relativamente corta.
Estos recipientes se utilizan mucho para el transporte por carretera de pescado y camarones enfriados de gran valor y se calcula que tienen una vida útil de 8 a 10 trayectos de larga distancia (o dos meses) si el armazón exterior es de madera, y de 20 a 24 trayectos de larga distancia (o cinco o seis meses) si los laterales son de acero galvanizado.
Cuando el costo de las cajas de pescado de plástico es demasiado alto, con frecuencia se utilizan cajas de madera porque son fáciles de fabricar con herramientas manuales básicas, pueden repararse si se dañan y son menos costosas que las de plástico importadas. En la Figura 6.4 se muestra una caja típica de madera de fabricación local para el almacenamiento de pescado fresco en hielo. En la mayoría de los sitios, puede encontrarse fácilmente madera del tipo y las dimensiones adecuados. Otra ventaja de las cajas de fabricación local es que pueden fabricarse con las dimensiones específicas que sean necesarias para las especies locales. Esto es importante porque las cajas deben ser de un tamaño suficientemente grande para que los peces no se doblen o deformen cuando se almacenan en la caja con hielo.
FIGURA 6.3
|
Sin embargo, las cajas de madera tienen algunos inconvenientes: pueden ser pesadas y pueden absorber humedad y líquidos, incluida la babaza y la sangre y otros residuos y bacterias de los peces. Estos fluidos pueden después contaminar el pescado almacenado en las cajas, acelerando su deterioro u ocasionando la infección con microorganismos patógenos. El problema del mantenimiento de la higiene en las cajas de madera puede paliarse lavándolas inmediatamente después de su uso con cepillos y una solución desinfectante a base de cloro u otro agente de limpieza similar. Además del lavado y desinfección periódicos, es también frecuente revestir el interior de la caja con una lámina de polietileno limpia, que impide eficazmente el contacto de los peces con la caja. Las láminas de polietileno deben desecharse tras su uso.
Cuando se construye una embarcación de pesca nueva, la bodega de pescado puede diseñarse e instalarse desde el principio de forma que su eficacia sea máxima, evitando así las dificultades que pueden encontrarse al equipar y aislar térmicamente a posteriori bodegas de pescado de embarcaciones ya existentes.
FIGURA 6.4 Hay cajas de muy diversos tamaños y formas. Lo más importante es que la caja sea de un tamaño que permita almacenar los peces capturados sin deformarlos. La caja no debe ser demasiado grande, ya que esto dificultaría su manejo. |
Al planificar el diseño de bodegas para embarcaciones de pesca artesanal de cubierta pequeña, se puede elegir generalmente entre los siguientes métodos de almacenamiento de las capturas:
almacenadas en cubas o en depósitos termoaislados en la bodega con hielo o AME.
Es evidente que los dos primeros métodos deben evitarse siempre que sea posible, ya que darán lugar a un pescado de calidad deficiente y con daños y, en consecuencia, de poco valor. También se producen daños al andar la tripulación sobre la pila de pescado. Además, los peces situados en las capas de parte baja de la pila sufren daños por la compresión debida al peso de la pila; cuanto mayor es ésta, más daños por compresión se producen. Otros daños se producen al alcanzar los líquidos residuales a las capas inferiores de peces y contaminarlas con bacterias que generan la descomposición del producto. Si la pila contiene agua de fusión del hielo procedente del pescado almacenado encima, ésta tenderá a tener un efecto limpiador, a condición de que se utilicen cantidades suficientes.
Una ventaja del almacenamiento del pescado en compartimentos es que permite clasificar las capturas por especies, tamaños, etc. Sin embargo, deben tenerse en cuenta problemas como los daños por compresión, la pérdida de peso y la contaminación.
Una mejora con respecto al tipo de compartimiento mencionado para el almacenamiento a granel es instalar en él estantes a determinadas alturas para mitigar el problema del aplastamiento del pescado en el fondo de la pila. En una investigación práctica sobre embarcaciones de pesca comercial de Nueva Inglaterra realizada por New England Fisheries Development Foundation Inc. se comprobó que la separación óptima entre estantes era de 53 a 61 cm. Estudios europeos y canadienses sobre el almacenamiento en estantes de pescado fresco corroboran estas cifras.
Un inconveniente del almacenamiento de pescado a granel es que requiere una mayor manipulación. El pescado debe ser manipulado a mano desde su captura hasta su almacenamiento en la bodega y de nuevo al descargarlo en el muelle, lo que ocasiona pérdidas de tiempo y daños al pescado. En algunos países, el costo del tiempo de manipulación es alto, por lo que se ha intentado simplificar el proceso. En el Canadá, por ejemplo, se han intercalado redes entre el pescado con hielo, lo que permite izar el pescado capa a capa mediante el puntal de carga de la cubierta, en lugar de trasladar los peces uno a uno a cajas para sacarlos de la bodega. Este sistema tiene también defectos, ya que la red produce daños a una cierta proporción de los peces durante la descarga. También se utilizan bombas de peces, pero principalmente para especies pelágicas de pequeño tamaño. Algunos sistemas de bombeo pueden también dañar los peces más grandes, con el consiguiente deterioro de la calidad y la disminución del precio obtenido.
Una de las mejores formas de conservar las capturas y reducir al mínimo la manipulación es el uso de cajones-paleta, así como de contenedores o cubas de plástico termoaislados, introducidos más recientemente.
Los cajones-paleta para pescado pueden ser de madera, metal o plástico; cada material tiene ventajas e inconvenientes, según se muestra en el Cuadro 6.4.
La caja de pescado de plástico no termoaislada se ha convertido en el medio habitual de almacenamiento de pescado fresco a bordo de embarcaciones de pesca en muchos países de todo el mundo debido a sus evidentes ventajas sobre otros materiales, en particular si se exporta el producto o se prevé hacerlo. El mercado de exportación exige, de forma sistemática, una calidad alta y buenas condiciones higiénicas; la mejor forma de cumplir estos requisitos es utilizar cajones-paleta de HDPE (véase la Figura 6.5).
CUADRO 6.4
Características de las cajas de
pescado no termoaisladas
Material |
Ventajas |
Inconvenientes |
Madera |
Puede que en algunos lugares o países la madera sea barata y constituya el único material fácilmente disponible para la fabricación de cajas a un precio razonable para los pescadores. En la mayoría de los países es fácil encontrar personas con conocimientos de carpintería para la fabricación y reparación de cajas. Pueden fabricarse fácilmente en tamaños adecuados para las necesidades locales. |
La vida de las cajas es relativamente corta debido a su manipulación brusca y constantes reparaciones; deben sustituirse con frecuencia. Despilfarro considerable de recursos forestales que a veces son valiosos. Es difícil mantener las cajas con el grado de limpieza e higiene adecuados. Las cajas son pesadas, ya que para resistir la manipulación brusca deben estar hechas con madera pesada. |
Metal |
Las cajas metálicas normalmente son de aleaciones ligeras soldadas. Son relativamente resistentes y ligeras, lo que facilita su manipulación. Resistentes a la manipulación brusca. Fáciles de mantener limpias. Relativamente duraderas. |
Generalmente son bastante caras comparadas con las de madera o plástico; no siempre se encuentran en el mercado local. Las reparaciones son relativamente sencillas si se dispone de equipo de soldadura. Su manipulación es muy ruidosa |
Plástico |
Costo razonable. Ligeras, resistentes y duraderas. Disponibles comercialmente en la mayoría de las partes del mundo. Diseñadas específicamente para su uso en la pesca por su fácil manipulación y posibilidad de apilamiento en bodegas de pescado. Fáciles de mantener limpias. |
Difíciles de reparar si se dañan. El costo inicial puede ser mayor que el de las cajas de madera. Algunos tipos de cajas no encajan unas dentro de otras, lo que puede generar problemas de espacio para el almacenamiento de las cajas vacías |
Los cajones-paleta de plástico disponibles para los pescadores pueden presentar algunas diferencias, principalmente en lo que respecta a los métodos de almacenamiento de los cajones vacíos. Algunos están hechos de tal modo que encajan unos dentro de otros, lo que supone una gran ventaja cuando hay escasez de espacio, como ocurre normalmente en muchas pequeñas embarcaciones de pesca. Los tipos que no encajan unos en otros se utilizan con más frecuencia en embarcaciones de pesca de mayor tamaño, como arrastreros de pescado fresco, en los que el espacio no es un factor tan esencial. Todas las cajas de pescado de plástico modernas están diseñadas de modo que los residuos y el agua de fusión de las cajas de la parte alta de la pila no penetran en las cajas situadas debajo.
FIGURA 6.5 Caja de pescado no anidable
Caja para pescado encajable
|
Los principales factores de interés en el diseño del aislamiento de las bodegas de pescado están relacionados con la resistencia térmica (R) del tipo de aislante elegido, así como la selección del mejor material disponible para el revestimiento de la bodega, sin perder demasiado volumen interior y a un costo razonable.
El diseño del aislamiento de la bodega de pescado se basa en el supuesto básico de que las mayores infiltraciones de calor provienen de los mamparos de la sala de máquinas y de las cubiertas de trabajo expuestas a la luz solar directa; por consiguiente, estas zonas deberán contar con un aislamiento mayor. En el Capítulo 7 se ofrece más información sobre los tipos de aislantes y su idoneidad para las embarcaciones de pesca.
En la construcción de embarcaciones modernas, el material aislante elegido habitualmente es la espuma de poliuretano expandido de células cerradas o uno de sus derivados. Habitualmente, se rocía in situ esta espuma en la bodega hasta alcanzar un espesor ligeramente mayor que el necesario. Una vez que se ha solidificado, la superficie de la espuma se recorta para obtener un espesor uniforme utilizando raspadores giratorios o instrumentos de mano. A continuación, se aplica sobre la espuma un recubrimiento de fibra de vidrio o de otro material adecuado para proporcionar al aislante protección física y contra la humedad y facilitar la limpieza de la superficie. El uso de espuma de poliuretano tiene la ventaja de que no se disuelve ni descompone por efecto del estireno contenido en el recubrimiento de fibra de vidrio, que sí afecta a las espumas de poliestireno expandido.
También se utilizan ciertos acabados superficiales patentados para cubrir y proteger la espuma rociada in situ. Uno de estos materiales es un tipo de cemento de yeso con aditivos poliméricos; se aplica sobre la espuma, con una llana para enlucir, hasta conseguir un espesor de unos 12 mm.
El espesor del recubrimiento es suficiente para proporcionar también resistencia mecánica, de modo que si se dejaran caer bloques de hielo o cajas de pescado en la bodega, el recubrimiento no se fracturaría con facilidad dejando grietas difíciles de limpiar en las que las bacterias podrían proliferar.
Las espumas de poliestireno deben protegerse del contacto directo con el estireno presente en las resinas de poliéster utilizadas en los recubrimientos típicos de fibra de vidrio. Algunos métodos utilizados frecuentemente para el revestimiento de bodegas y la protección de la espuma de estireno son los siguientes:
Recubrimiento con láminas metálicas delgadas, habitualmente de zinc, acero galvanizado o aluminio. El zinc y el acero galvanizado no son recomendables debido a la toxicidad del zinc. El aluminio es una buena elección, pero es caro y puede ser difícil de instalar.
Láminas de resinas epóxicas o de fibra de vidrio como barrera antes de la aplicación del recubrimiento laminar de poliéster. Es un buen sistema, pero se necesita una resina epóxica de laminación que resulta cara y no siempre se encuentra en muchos países.
Ferrocemento o yesos modificados. En casi todos los países hay profesionales que dominan las técnicas de aplicación del cemento y el yeso. El ferrocemento, cuando se aplica correctamente, con capas de malla metálica como refuerzo, es uno de los métodos mejores, más baratos y más asequibles. La utilidad de este método se ha comprobado fehacientemente, habiéndose utilizado en la construcción de muchos cascos de embarcaciones de pesca de resistencia excepcional durante los últimos 40 años.
Otros tipos de aislantes, como las láminas o gránulos de corcho, son también de uso habitual, aunque su resistencia térmica es menor que la de las espumas plásticas. Normalmente, debe evitarse el uso como aislante en las bodegas de embarcaciones de pesca de materiales muy higroscópicos, como la lana de fibra de vidrio, la lana mineral, el serrín y la paja, porque al mojarse pierden casi toda su capacidad aislante. Además, algunos de los materiales de origen vegetal tienden a atraer insectos u otros parásitos.
En último término, es el constructor o el propietario de la embarcación nueva o mejorada quien debe elegir el tipo de revestimiento de la bodega. Será él quien adopte las decisiones finales, teniendo en cuenta la disponibilidad local de materiales y profesionales y el método que a su juicio dará los resultados deseados con el presupuesto disponible.
Otro aspecto muy importante del diseño de las bodegas de pescado, que en ocasiones se pasa por alto o no se conoce bien, es la necesidad de diseñar el espacio de la bodega de modo que se eviten los peligros del llamado «efecto de superficie libre». Se trata de una situación potencialmente peligrosa ocasionada por los movimientos, sin oposición, de grandes volúmenes de líquido de un lado al otro de un barco, que generan inestabilidad debido a la ascensión del centro de gravedad del casco. Este efecto puede producirse también por el almacenamiento de pescado fresco, en particular de especies pelágicas como la sardina, en una bodega que no dispone de separadores o mamparos transversales, o en la que éstos están instalados incorrectamente, con demasiado espacio libre por encima de los últimos mamparos o de los mamparos superiores. Los barcos parcialmente cargados son más propensos a sufrir este problema, ya que es posible un efecto de superficie libre mucho mayor al escorarse el barco.
El peligro también existe si la bodega de pescado o los depósitos de la embarcación se utilizan para el almacenamiento de AME. Sin un diseño y una planificación adecuados para evitar la disminución del francobordo cuando los depósitos están llenos, se reduce en gran medida el margen de estabilidad inicial disponible antes de la inmersión del borde de la cubierta por efecto de las fuerzas de escora. Así, en las embarcaciones que utilicen este método de estiba son imprescindibles una planificación y diseño adecuados por ingenieros navales cualificados. Una de las posibilidades que permiten evitar el efecto de superficie libre de los depósitos de AME es prescindir de los mismos y recurrir al rociado continuo de las capturas con AME para enfriarlas.
Se conocen casos de embarcaciones de pesca que se han hundido a causa de la inestabilidad ocasionada por depósitos de AME parcialmente llenos o por el movimiento de un lado a otro de la bodega de pescado almacenado de forma inadecuada. La Figura 6.6 ilustra algunos de los peligros del efecto de superficie libre y explica cómo la instalación de mamparos puede reducir su incidencia en la inestabilidad de la embarcación.
No forma parte de los objetivos de la presente publicación el cálculo pormenorizado de estos efectos. Se considera, por consiguiente, muy recomendable consultar a un ingeniero naval antes de emprender cualquier reforma de un sistema de AME en un barco ya existente. No obstante, quienes deseen profundizar en el conocimiento de esta cuestión pueden consultar el Capítulo 4 de Hind (1967).
Las necesidades de saneamiento de las bodegas de pescado de las modernas embarcaciones de pesca artesanal pueden satisfacerse de forma bastante sencilla si se observan las siguientes indicaciones:
Debe instalarse el mejor aislante disponible (espumas plásticas) para evitar la absorción de bacterias y la infestación por parásitos.
Debe instalarse sobre la superficie de la bodega un revestimiento impermeable y de estructura sólida, que no sea tóxico y que sea duradero y fácil de limpiar.
Debe instalarse un sistema para el drenaje de todos los residuos, babazas de pescado y agua de fusión contaminada a uno o más sumideros centrales desde los que puedan expulsarse al mar mediante bombeo. No debe permitirse el drenaje de los residuos a las sentinas de la embarcación.
Debe establecerse y mantenerse un régimen de limpieza del barco que se cumpla de forma estricta, asignándose a cada miembro de la tripulación responsabilidades de limpieza específicas cada vez que se manipula pescado sobre la cubierta y después de la descarga en puerto de las capturas.
Debe mantenerse a bordo en todo momento una provisión suficiente de desinfectantes, detergentes, cubos y cepillos.
Además de disponer de materiales de limpieza y de instruir a la tripulación acerca de los procedimientos de limpieza correctos, es también necesario que la superficie de la bodega de pescado tenga un tipo de revestimiento duradero y fácil de limpiar. En los siguientes párrafos se describen algunos revestimientos de este tipo.
Se han utilizado diversos tipos de revestimientos para proporcionar una superficie lisa y fácil de limpiar a las bodegas y cajas de pescado termoaisladas. En barcos de madera, el método original de revestimiento del interior de la bodega de pescado suele ser la fijación de tablones o de un «forro» de madera sobre el esqueleto del casco del barco. Este método tiene el inconveniente de que es difícil de mantener limpio sin utilizar desinfectantes muy potentes debido a que el forro de madera absorbe la humedad, las bacterias, etc. El olor de desinfectantes fuertes podría, en algunos casos, ser absorbido por el pescado almacenado en la bodega, lo cual es inaceptable, por lo que se han desarrollado y utilizado otros métodos de revestimiento de bodegas de pescado. Se ha intentado también, con escaso éxito, pintar la superficie interior de madera de bodegas de pescado con pinturas especiales, pero no es una solución satisfactoria porque la pintura se daña fácilmente, dejando la madera nuevamente expuesta a la infiltración de humedad y contaminantes.
FIGURA 6.6
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En un principio, se utilizaron láminas de zinc o de acero galvanizado, ajustándolas al interior del forro y calafateando o soldando las juntas entre las láminas para evitar la entrada de agua y líquidos contaminados de los peces. Estos revestimientos permitían el drenaje de líquidos a la sentina, desde donde podían expulsarse al mar mediante bombeo cuando lo estimara conveniente la tripulación del barco. Este tipo de revestimiento es fácil de limpiar, pero debe mantenerse en buen estado para que conserve su impermeabilidad en puntos como los orificios y costuras de fijación que pueden sufrir daños por los movimientos de palas y cajas en el interior de la bodega. Otros inconvenientes de algunos revestimientos metálicos son cierto grado de toxicidad que pueden presentar el zinc y algunos productos anticorrosivos.
En muchos países, los laminados de fibra de vidrio han sustituido en buena parte a los revestimientos metálicos debido a su fácil aplicación y a que pueden comprarse a un precio razonable. Su resistencia a los daños es también superior a la de los revestimientos de láminas metálicas delgadas, ya que no hay juntas ni anclajes al descubierto a los que puedan engancharse los instrumentos utilizados en la manipulación del pescado, siempre que se aplique una capa de protección de un espesor suficiente.
En el pasado, el agua de fusión y los residuos líquidos del pescado se dejaban simplemente escurrir a través de las juntas sin revestir de techos y suelos hasta la sentina, desde donde la mayor parte podía expulsarse al mar por medio de las bombas de sentinas existentes. Lamentablemente, el resto de los residuos constituyen un medio de cultivo para microorganismos que ocasiona malos olores intensos que llegan a afectar al pescado almacenado en la bodega. También es posible la contaminación directa del pescado si el contenido de la sentina se mueve de un lado a otro cuando el mar está agitado, ya que los residuos líquidos que se han filtrado hasta la sentina por las juntas pueden recorrer el camino inverso, sobre todo si el contenido de la sentina no se expulsa mediante bombeo de forma periódica.
Coincidiendo con el aumento de la demanda de productos pesqueros de calidad no contaminados, se comprobó que con un buen revestimiento de la bodega de pescado es posible dirigir todos los líquidos procedentes del pescado y el hielo a un sumidero central situado en el punto más bajo del suelo de la bodega. Desde este sumidero, las aguas residuales se descargan al mar mediante una bomba instalada para este fin. Este sistema es ahora corriente en muchas embarcaciones de pesca en todo el mundo; incluso pueden disponer de sistemas similares barcos relativamente pequeños (de 26 pies). Otros sistemas pueden también ser viables; por ejemplo, en algunas embarcaciones de mayor tamaño se instala una rejilla que recorre la bodega longitudinalmente. Este diseño resulta útil si el suelo es relativamente llano, como suele ocurrir en los barcos de mayor tamaño, ya que las aguas residuales y otros líquidos pueden acceder al sumidero desde cualquier punto y no es necesario canalizarlas hasta un sumidero central. En otras embarcaciones, en las que hay un túnel del eje elevado que recorre la bodega longitudinalmente, es habitual instalar sumideros a cada lado de dicho túnel. El propio túnel del eje no debe usarse como sumidero.
Muchas embarcaciones de pesca más antiguas se construyeron con bodegas de pescado sin aislante; generalmente, realizaban viajes de corta duración a los caladeros, donde pasaban poco tiempo pescando, ya que la pesca era abundante. Esta situación ya no se da en la mayoría de las pesquerías. Hoy en día, es necesario alejarse más de la costa y pasar más tiempo pescando poblaciones de peces cada vez más reducidas. Es, por consiguiente, muy importante aprovechar al máximo los peces capturados, para lo que resultan fundamentales el aislamiento térmico y el hielo.
En la mayoría de las ocasiones, los dueños de barcos con bodegas de pescado no termoaisladas que se enfrentan a la necesidad de emprender viajes más largos llegan a la conclusión de que si instalaran aislamiento térmico en el espacio de la bodega obtendrían mayores beneficios. En la mayoría de las ocasiones, estarán en lo cierto; los costos se recuperarán por lo general en un plazo razonablemente corto gracias a los precios obtenidos por el pescado de mejor calidad que se desembarca.
La mayoría de las embarcaciones de pesca más antiguas son de madera y es necesario prestar gran atención al mantenimiento de la ventilación en los espacios situados tras el forro, en las sentinas y entre los componentes del armazón, para evitar una descomposición acelerada de la madera en estos lugares. Algunos propietarios de embarcaciones de madera que han aplicado espuma mediante rociado directo o espumación in situ en los espacios del interior del armazón y el forro de cubierta afirman, no obstante, que han logrado frenar la descomposición acelerada. Estos casos se refieren habitualmente a embarcaciones que trabajan en aguas templadas o frías, de manera que deben tomarse con cautela, en especial si una embarcación tiene previsto trabajar en condiciones tropicales. En la Figura 6.7 se muestra una sección transversal de una instalación típica de aislamiento en una embarcación de pesca de madera.
Las embarcaciones de pesca de construcción metálica suelen causar menos problemas; pueden aislarse fácilmente mediante espumas rociadas, planchas de espuma, espumas vertidas in situ u otros materiales, según la disponibilidad. Un pequeño problema es el de la infiltración de calor desde el armazón si el aislante no lo recubre por completo (véase la Figura 6.8). La única solución es recubrir el armazón por completo para contrarrestar la infiltración. Este problema no se da si se utiliza un recubrimiento de fibra de vidrio o cemento. No obstante, si el revestimiento interior es de metal, puede ser difícil soldarlo. Lo habitual es soldar sobre las piezas del armazón una serie de angulares discontinuos que sobresalen de la cara interior del aislamiento, a los cuales puede entonces ajustarse y soldarse fácilmente el revestimiento de metal.
En las embarcaciones de pesca de fibra de vidrio la instalación de aislante no suele plantear problemas. De hecho, los fabricantes de barcos de fibra de vidrio disponen habitualmente de reservas de espumas de poliuretano de dos componentes, ya que son materiales que utilizan en algunas aplicaciones estructurales, depósitos de flotabilidad y, lógicamente, para el aislamiento de las cajas y recipientes de fibra de vidrio que suministran junto con los barcos. Los constructores de embarcaciones de pesca de mayor tamaño contratan en algunos casos a empresas especializadas en aislamiento que disponen de todos los materiales y equipos necesarios para realizar su trabajo en un plazo mínimo. Debido al creciente uso de la espuma rociada como aislante en la construcción civil, los constructores de barcos tienen cada vez más acceso a aislantes de buena calidad y económicos.
FIGURA 6.7
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FIGURA 6.8 |