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CAPÍTULO 4 AVANCES TECNOLÓGICOS


4.1 Introducción

Los investigadores han utilizado la producción del banano como claro ejemplo del modo en que se produce el cambio técnico en etapas discontinuas con intervalos de pocos o ningún cambio entre ellas (Evenson, Houck y Ruttan 1964). Las innovaciones introducidas durante los años setenta, como por ejemplo la sustitución de la variedad Gros Michel por Cavendish, el empacado en cajas para el banano y los cablevías aéreos para el transporte de fruta, tuvieron como consecuencia la disminución de los costos de producción, el crecimiento de la producción y la reducción de los precios mundiales. Aparentemente durante los años ochenta no se identificaron innovaciones (saltos), lo que llevó a los investigadores a pensar que existían pocas esperanzas de incrementar la productividad y reducir los costos a finales de los ochenta y comienzos de los noventa (FAO 1996). No obstante, la producción de banano aumentó y los precios de importación mundiales se redujeron durante este período a una tasa del 2 y el 3 por ciento, respectivamente. La reducción de los precios significa un descenso de los costos de producción, que puede conseguirse no sólo mediante un cambio técnico, sino también a través de la eficacia técnica, aumentos en escala o la reasignación de recursos productivos tras cambios en los precios relativos de los insumos.

El aumento de la productividad podría haberse conseguido mediante innovaciones de carácter universal que afectasen a todos los ramos, incluido el del banano. Los sistemas multimedia e internet facilitaron la elaboración de contratos, e internet agilizó el acceso a la información del mercado. Muchas publicaciones semanales como Sopisco News y Semana Bananera ofrecen información sobre los avances del mercado, fechas previstas de envíos y precios, mientras que las organizaciones internacionales como la FAO publican con regularidad los precios al por mayor y al por menor en los principales países importadores. La transmisión eficaz de información entre clientes y proveedores ayudó a dirigir mercados complejos y reducir las pérdidas. Además, la disminución de los costos de comunicación tuvo consecuencias en los costos de transacción: mejoró el arbitraje de los precios, relajó la integración vertical que caracteriza la industria, y permitió la creación de nuevas empresas comerciales a lo largo de la cadena. Este capítulo centrará su atención en los cambios técnicos específicos del ramo bananero en el período de 1985 a 2002.

Nuevos enfoques conceptuales para analizar la productividad serían necesarios entonces para superar la aparente paradoja de observar caídas en los costos de producción unitarios en ausencia de innovaciones tecnológicas. Nuevas apreciaciones sobre el cambio técnico han puesto de manifiesto que las innovaciones tecnológicas serían pequeñas, permanentes y continuas (en contraposición con discontinuas y en escalones), y que sucederían a lo largo de «avenidas de cambio técnico». Estas perspectivas serían, tal vez, más apropiadas para explicar el aumento de la productividad allí donde no se producen aparentes avances tecnológicos de importancia. Por ejemplo una vía tecnológica sería el riego, y los cambios técnicos serían el riego con fertilizantes, el riego por goteo y el ajuste preciso del suministro de agua. Las contribuciones a estas pequeñas innovaciones se acumulan y, en la mayoría de los casos, magnifican los efectos individuales de cada una, lo que lleva a importantes saltos en la productividad. Por otra parte, en el ramo del banano donde existe una elevada integración vertical, lo más probable es que se adopten pequeños cambios que no perturban las rutinas establecidas en la cadena antes que grandes cambios tecnológicos. En este capítulo se pretende determinar esas innovaciones técnicas aparentemente insignificantes específicas de la industria bananera, desde la producción a la maduración, producidas en los últimos 17 años (1985-2002) y que podrían haber contribuido a la disminución de los precios mundiales del banano. Se ponen también de manifiesto los principales avances institucionales de la red de investigación del banano.

4.2 Mejoramiento de cultivos

La búsqueda de variedades resistentes a plagas y enfermedades ha sido una de las principales acometidas en la historia de los programas de mejoramiento del banano. Debido al escaso número de variedades locales y su reproducción asexual, el banano tiene una reducida reserva genética que lo hace vulnerable a plagas y enfermedades. Ya en los años veinte, los programas fitogenéticos del Caribe buscaban variedades resistentes a la enfermedad de Panamá: en el Imperial College of Tropical Agriculture (Trinidad) y en Jamaica. A mediados de los setenta, se iniciaron nuevos programas de mejoramiento en todo el mundo para combatir la sigatoka negra, incluida la Fundación Hondureña de Investigación Agrícola (FHIA) y más recientemente, en 1983, EMBRAPA-CNPMF en Brasil y CIRAD-FLOHR en Guadalupe y el África occidental.

En 1985 se creó la Red Internacional para el Mejoramiento del Banano y el Plátano (INIBAP) como centro de investigación e información destinado a apoyar las investigaciones realizadas en todo el mundo. Tiene un servicio de documentación especializado en el banano y comprende la mayor colección de germoplasma de Musa del mundo. INIBAP trabajó estrechamente durante la última etapa de los ochenta y principios de los noventa con programas fitogenéticos regionales de América Latina, África y Asia. En África, con el Centre africain de recherches sur bananiers et plantains (CARBAP), antiguo Centre régional de Recherches sur Bananiers et Plantains (CRBP) en Camerún, y con el Instituto Internacional de Agricultura Tropical (IITA) en Nigeria. Ambos institutos multiplicaron las variedades habitualmente mejoradas por INIBAP, las distribuyeron a los programas regionales y ofrecieron formación técnica. En Asia, la INIBAP trabajó con la Red Regional para Asia y el Pacífico de INIBAP (ASPNET), creada en 1991 y conocida hoy en día como la Red de Investigación Bananera para Asia y el Pacífico (BAPNET). Ésta ha participado en la evaluación, conservación y recogida de germoplasma de Musa, en la coordinación de la comunicación y colaboración regional entre los investigadores de Musa, y en la asistencia al intercambio intrarregional de información. Pese a la creación de todas estas instituciones de investigación, los analistas piensan que el número de programas de mejoramiento de Musa es escaso habida cuenta del valor del comercio mundial del banano y su importancia como producto de primera necesidad mundial (Escalant y Panis 2002).

PROMUSA (Programa global para el mejoramiento de Musa) se creó en 1997 para reforzar la colaboración y el intercambio de información entre investigadores involucrados en la mejora genética de Musa. Tiene como finalidad establecer una amplia gama de híbridos adecuados para los cultivadores de banano de todo el mundo, y agrupa las técnicas convencionales de mejoramiento basadas en la hibridación, con la ingeniería genética y las técnicas biotecnológicas.

Una forma de obtener variabilidad genética es a través de la utilización de la biotecnología, pero en los últimos años han surgido polémicas sobre la posibilidad de que esta técnica pudiese producir alimentos malsanos[28]. Si bien la FAO reconoce que la ingeniería genética puede ayudar a aumentar la producción y la productividad en la agricultura, la silvicultura y la pesca, también es consciente de las preocupaciones sobre los posibles riesgos suscitadas por ciertos aspectos de la biotecnología. Estos riesgos se dividen en dos categorías fundamentales: los efectos sobre la salud humana y animal, y las consecuencias sobre el medio ambiente. Los riesgos para los seres humanos de los bananos tratados con antifúngicos o toxinas contra los nematodos en hojas o raíces son probablemente pequeños, mientras que los peligros para el medio ambiente son incluso menos probables, ya que muchas variedades comercializadas en todo el mundo son estériles. Estos procedimientos ofrecen nuevas oportunidades para resolver problemas agrícolas donde las técnicas tradicionales no pueden o tienen pocas posibilidades de hacerlo, como es el caso del mejoramiento del banano.

Las técnicas de las variedades mejoradas por ingeniería genética son relativamente nuevas y las actividades de investigación están aún muy limitadas a laboratorios especializados. En los últimos diez años, se ha dedicado un considerable esfuerzo de investigación a la producción de bananos modificados genéticamente. Se han elaborado protocolos y se han producido estas plantas en determinadas condiciones, lo que confirma que, en principio, el banano puede modificarse genéticamente. Existen estudios para descubrir métodos de preparación del material vegetal básico (progenitores) para su transformación, y para transferir las características genéticas requeridas. Esta labor la están haciendo empresas comerciales, universidades de los Estados Unidos y de Europa e institutos de investigación especializados en fitología. Puesto que su costo es elevado, ya que se necesitan laboratorios complejos (con instalaciones de confinamiento adecuadas) y un personal muy calificado, la distribución de una variedad de banano transformada para su producción comercial no es probable que se lleve a cabo este decenio (FAO 2001a).

La disponibilidad de variedades resistentes a las enfermedades está directamente vinculada con el aumento de los rendimientos de los agricultores que producen para consumo local, tanto en banano como en plátano. Los agricultores que suministran a los mercados locales bananos de diversos tipos (bananos para postre, cocción y molturación, y plátanos) necesitan disponer de clones resistentes, pero suelen carecer de recursos financieros para pagar la tecnología. Sin embargo, la transformación de todas las variedades que actualmente se cultivan en países como Uganda o la India, donde hay una gran diversidad que permite satisfacer determinadas preferencias, no es realista. Además, esto podría no ser conveniente, ya que su éxito podría conducir a la pérdida futura de la diversidad genética, preocupación que está siendo abordada por la INIBAP cuando, al cambiar las preferencias de las poblaciones, se descartan antiguos clones intrínsecamente menos productivos. A los productores les interesa conservar la diversidad de variedades, incorporando al mismo tiempo nuevos adelantos que fomenten la productividad.

Tal vez la biotecnología pueda ofrecer nuevas oportunidades para la seguridad alimentaria allí donde el banano es una fuente importante de alimento, particularmente entre los pequeños agricultores de los países en desarrollo. Si se obtuvieran muchos genes diferentes para la resistencia a las enfermedades, la regulación de la maduración, etc. y se pusieran a disposición de los pequeños agricultores muchos clones diferentes del banano con genes diferentes, el riesgo de que cualquier nueva enfermedad ocasionara daños imprevistos e importantes sería escaso. En este sentido, la biotecnología podría mejorar realmente la situación de los pequeños agricultores, permitiendo prolongar la campaña y poniendo a disposición del consumo local más frutos y durante períodos más largos.

4.3 Siembra

Los rendimientos del banano tienden a disminuir entre los tres y cinco años después de la plantación, y se reducen rápidamente después de diez a quince años. Para conservar los rendimientos existentes, debe emprenderse un proceso cíclico de sustitución de plantas viejas por nuevas. Tradicionalmente, las plantaciones de banano se han considerado un cultivo perenne, ya que los agricultores dejaban que brotasen vástagos de la planta desde un tallo subterráneo. Sin embargo, la sustitución de plantas cada pocos años (o incluso en plantaciones de un único ciclo) se hizo realidad a finales de los años ochenta cuando las técnicas de propagación in vitro en laboratorio y del bulbillo se comercializaron. Iniciadas en la China, Provincia de Taiwan, debido a problemas relacionados con virus, la práctica se ha extendido actualmente a todos los ámbitos comerciales.

Las plantas en una plantación de ciclo único tienen gran vigor y un elevado potencial de rendimiento debido a la naturaleza juvenil del material y su eficiencia fotosintética. Tienen una mayor superficie de hojas y de acumulación de la masa en comparación con las plantas convencionales. El aumento de los rendimientos puede durar hasta tres cosechas, después de las cuales no parecen presentar diferencias notables respecto a las plantas convencionales. El ciclo único supone la micropropagación de células y el traslado de plantas del cultivo in vitro al vivero para la aclimatación, donde se cultivan hasta alcanzar el tamaño para su plantación en los campos. La micropropagación de bananos y los viveros están presentes en la actualidad en la mayor parte de los países exportadores de banano.

Para dar beneficios, las plantaciones de ciclo único necesitan ser complementadas con una serie de técnicas conexas. Debe ponerse mucho cuidado en el transporte de las plantas desde el vivero hasta la plantación, y las necesidades del suelo deberán tratarse con herbicidas pre-emergentes. Puesto que las plantas tienen pocas reservas de nutrientes, es necesaria la fertilización diaria, siendo el fertirriego la opción preferida. Si bien las plantaciones de ciclo único permiten una plantación de alta densidad (y a los agricultores evaluarla año tras año) con rendimientos que alcanzan las 100 toneladas por hectárea, provocan un agotamiento intensivo de la fertilidad de los suelos, que exige una estrecha vigilancia si se van a mantener los rendimientos (Lahav 1995). Por último, los agricultores deben ser capaces de afrontar la cosecha y el empacado de enormes cantidades de fruta que se concentran que un período de tiempo breve.

Los buenos resultados comerciales y la rapidez de difusión de las plantaciones de un único ciclo se deben a los beneficios económicos que aporta a los agricultores. En comparación con las plantas convencionales, las plantas de micropropagación tienen una mayor uniformidad, están exentas de enfermedades y plagas transmisibles, crecen más rápido, florecen antes, finalizan su primer ciclo más rápido que las plantas convencionales y permiten la producción de fruto cuando se necesita (también conocida como Crop Timing Plantation o CTP) en períodos de fuerte demanda[29]. Así mismo, la micropropagación permite una multiplicación más rápida de las plantas oportunas, lo que acelera el ritmo de los programas de mejoramiento genético[30]. El cultivo de tejidos también permite a los agricultores plantar material certificado como exento de plagas y enfermedades. Sin embargo, en la mayoría de los casos no se eliminan todos los virus del banano y sólo se retrasa la necesidad de utilizar medidas químicas de lucha.

4.4 Plagas y enfermedades

La sigatoka negra se ha convertido en la enfermedad más perjudicial para la producción actual de banano. Afecta al crecimiento y a la productividad de las plantas y es el motivo principal por el cual los exportadores rechazan la fruta. El hongo (Mycosphaerella fijiensis Morelet) reduce la fotosíntesis, así como el tamaño del fruto, e induce a una maduración prematura. Se observó por vez primera en Fiji a comienzos de los años setenta, y una década después en América Latina. Los costos para combatir la enfermedad en las grandes plantaciones rondan los 1 000 dólares por hectárea, pero son mayores en las plantaciones más pequeñas que no pueden aplicar fungicidas por aire. Los pequeños agricultores suelen optar por otras medidas de lucha como la eliminación de las hojas viejas infectadas, intercalar cultivos con otros resistentes a la enfermedad y plantar en zonas de sombra parcial, lo que debilita el avance de la enfermedad (Ploetz 2001). Puede encontrarse en todo el mundo, a excepción de las Islas Canarias, y su gestión y control se ha convertido en una de las principales preocupaciones de los productores de banano con fines comerciales.

En los últimos años, los investigadores han trabajado de forma intensiva para comprender la enfermedad y encontrar nuevos productos químicos agrícolas, ya que el hongo desarrolla rápidamente una resistencia a los nuevos fungicidas. Por ejemplo, en la XV Conferencia Internacional de ACORBAT (2002), 21 estudios diferentes trataban de la sigatoka negra[31], lo que verifica la importancia de esta enfermedad para la comunidad internacional.

Los agricultores han utilizado con buenos resultados la Gestión Integrada de Plagas para combatir la sigatoka negra en la República Dominicana, en donde el banano se planta en superficies secas. Esto ha permitido al país aumentar su producción de banano orgánico de 2 000 toneladas en 1993 a más de 60 000 en 2000, y se ha convertido en el primer exportador mundial de banano orgánico.

Las fundas de plástico que separan las manos en cada racimo durante el período de crecimiento y reducen la cantidad de frutos marcados y de desecho, también podrían contener algo el avance de la sigatoka negra. Aceleran la maduración antes de la cosecha, lo que actúa contra la sigatoka, manteniendo un microclima más templado y húmedo alrededor del fruto que se está desarrollando. Además, las fundas aumentan la productividad de las tierras al reducir el ciclo de rotación de cultivos (Richard Yudin 2003, Foro sobre el Banano).

La necesidad de cumplir los requisitos fitosanitarios y de calidad de los mercados de importación, así como los acuerdos bilaterales y multilaterales en materia de medio ambiente, ha hecho que se produzcan innovaciones en el control de plagas y enfermedades. Los consumidores de los principales países importadores exigen cada vez más planes de garantía de calidad, sobre todo relacionados con el bajo contenido de plaguicidas. Por ello, las técnicas de lucha contra las plagas con un nivel bajo de utilización de plaguicidas, como por ejemplo la gestión integrada de plagas, la lucha biológica, la erradicación de plagas y la prevención de la proliferación de plagas han incrementado su importancia durante los años noventa.

En donde no hay plagas, se ha comprobado que la prevención ante su posible introducción es una forma eficaz de evitar pérdidas futuras, incluidos daños en los cultivos y restricciones de cuarentena al comercio[32]. Los agricultores están utilizando plantas procedentes del cultivo de tejidos para evitar la introducción de plagas y enfermedades en los lugares en que se plantan bananos por primera vez. La instalación de laboratorios para el cultivo de tejidos es relativamente poco costosa; equipar una instalación modesta podría costar 50 000 dólares EE.UU. Los laboratorios de cultivos de tejidos, muchos con carácter comercial, se dedican actualmente a la producción en serie de variedades Cavendish, plátanos y algunos de los nuevos «híbridos» de la FHIA. En los países en desarrollo, el costo por cada planta es en general considerablemente inferior a los costos de producción en Europa.

4.5 Tecnologías inocuas para el medio ambiente y socialmente aceptables

En el período de 1985 a 2002 se observó cómo los problemas ambientales relacionados con la agricultura se convirtieron en una de las principales preocupaciones entre los investigadores, las autoridades y el público en general. La pérdida de biodiversidad y sus efectos sobre la sostenibilidad, los efectos perjudiciales de la contaminación en la productividad, la retroacción negativa de la contaminación en la pobreza, la contaminación de la superficie del agua y de las aguas subterráneas, las preocupaciones relativas a la salud en los trabajadores de las explotaciones debido a la utilización inadecuada de productos químicos, los peligros de la biotecnología, y la demanda de los consumidores de «productos limpios» son sólo algunos de los problemas que afectan al mercado mundial desde mediados de los ochenta, y que han influido en la forma de producción y comercialización del banano (véase Capítulo 5).

Los gobiernos, la comunidad internacional y los mercados han fomentado el avance y la generalización de las tecnologías inocuas para el medio ambiente a través de programas de divulgación, normas y reglamentos, y sobreprecios. Durante los años noventa las alternativas populares a un uso excesivo de plaguicidas incluían el Manejo Integrado de Plagas (MIP)[33], y más recientemente la Agricultura Orgánica. El MIP se describe como un método pluridisciplinario de protección de cultivos basado en procesos ecológicos, un acopio de técnicas que tienen en común el conocimiento en profundidad de la dinámica de las plagas, su función en el ecosistema y los posibles daños económicos que pueden causar en distintos niveles de ataque[34]. El MIP está basado en la idea de que la erradicación de las plagas podría no ser conveniente, y por ello las poblaciones de plagas se regulan a niveles de infestación que causen un daño económico mínimo. La agricultura orgánica, por otro lado, se ha convertido en una característica familiar de los productos entre los consumidores, y, con la segmentación del mercado, ha ofrecido nuevas oportunidades a los productores (véase Capítulo 5).

Las normas y reglamentos internacionales, incluidos los programas de garantía de calidad, también han instado a que se produjesen cambios tecnológicos en la industria. El primer ejemplo de un acuerdo multilateral sobre el medio ambiente que tuvo repercusiones en los métodos de producción es el Protocolo de Montreal. El Protocolo de Montreal relativo a las sustancias que agotan la capa de ozono, firmado en 1987 y enmendado en 1990 y 1992, establece que debe suprimirse la producción y el consumo de compuestos que agotan la capa de ozono. Uno de estos compuestos es el bromuro de metilo, un fumigante de gran eficacia utilizado para luchar contra insectos, nematodos, malas hierbas y agentes patógenos en más de cien cultivos. Se ha generado una gran preocupación acerca de los efectos perjudiciales en la productividad que la eliminación de este pesticida puede acarrear, y desde los años noventa se están realizando investigaciones para encontrar técnicas alternativas.

Después de la Conferencia de Río (1992), la Organización Internacional de Normalización (ISO), con sede en Suiza, elaboró sistemas genéricos de manejo para la gestión ambiental. Para el ramo bananero el más importante ha sido el ISO 14001, publicado en 1996. La plantación de bananos de Dole Food en Costa Rica fue, en 1998, el primer productor agrícola del mundo en recibir la certificación de que sus normas de manejo ambiental cumplían estos requisitos, si bien más recientemente se concedió el ISO 14001 también a Chiquita Brands por su sistema de gestión ambiental.

Las organizaciones de la sociedad civil, y en concreto las no gubernamentales, han participado también en iniciativas con el sector privado para establecer normas sociales y ambientales. En 1991, la Rainforest Alliance y Chiquita Brands formularon el «Proyecto de mejoramiento del banano» para abordar los problemas ambientales y sociales en las explotaciones de banano de América Latina. Se elaboró con el objeto de demostrar que el producto está producido de forma respetuosa con el medio ambiente, e incluye condiciones satisfactorias para los trabajadores. En 2000, la Rainforest Alliance había certificado todas las explotaciones que poseía Chiquita en América Latina.

Todas estas normas no afectan sólo a las empresas que las aplican, sino también a la mayor parte de los productores en los países en que operan. Por ejemplo, en Honduras, tanto Dole como Chiquita producen sólo una parte del fruto que exportan, y el resto es producido por cultivadores locales. Los cultivadores locales posiblemente no sean capaces de venderles su fruto a menos que cumplan estas nuevas normas ambientales.

El protocolo «EUREP/GAP» emitido en 2000 es una norma privada voluntaria para la producción de hortalizas y frutas frescas que garantiza la rastreabilidad desde el consumidor hasta el campo. Abarca las prácticas sobre el suelo, fertilizantes y pesticidas, así como la salud, la seguridad y el bienestar de los trabajadores. La norma fue elaborada por EUREP, que representa a un grupo de principales minoristas europeos de productos alimenticios, con objeto de ofrecer al consumidor productos seguros, sanos y respetuosos con el medio ambiente. El aspecto fundamental de este protocolo es la rastreabilidad, cuya aplicación podría resultar demasiado costosa para pequeños productores y comerciantes.

Entre las prácticas de producción de banano dirigidas a la protección ambiental y difundidas en los últimos años figuran el tratamiento de las aguas residuales, la eliminación de plásticos de los campos, tecnología de compostaje a partir de los bananos rechazados u otros residuos orgánicos para recuperar las propiedades físicas del suelo, y sistemas más eficaces de riego y fertilización que minimicen la contaminación derivada.

4.6 Transporte

Tres innovaciones importantes en el transporte de bananos son la refrigeración, la contenedorización de envíos y el uso de bandejas de carga. Los avances en las tecnologías de refrigeración (y maduración) han permitido a los expedidores transportar bananos en un estado «latente» y, al mismo tiempo, conseguir que un producto totalmente maduro mantenga las características originales de sabor y presentación. La refrigeración hoy en día no sólo consiste en controlar la temperatura, sino también la humedad y la composición del aire del transporte. La refrigeración de escotillas de barco se desarrolló a comienzos del siglo XX y la de los contenedores a finales de los años sesenta. Chiquita compró los primeros barcos para contenedores refrigerados para el transporte de banano entre América Latina y los EE.UU. en 1976, comenzó a utilizar atmósfera controlada en 1992 y sistemas informatizados para vigilar las condiciones de la atmósfera a finales de los noventa.

Otro avance ha sido la utilización de contenedores refrigerados. Los contenedores permiten a los agricultores cosechar de forma constante contrariamente a los días de envío, y reducir los costos de estiba y manejo en los puertos. Las tarimas también se utilizan cada vez más en los contenedores, ya que pueden acelerar la descarga y ahorrar costos de distribución permitiendo dividir la carga en unidades más pequeñas. Así mismo, los contenedores refrigerados permiten a los barcos transportar de vuelta a los países exportadores cantidades más pequeñas de diversos productos (operaciones de retorno) de forma menos costosa que las escotillas aisladas en buques frigoríficos bananeros.

El flujo vertical de aire ha sustituido progresivamente al flujo horizontal, ya que se observó que la distancia que recorre verticalmente la refrigeración en el envío es menor que horizontalmente. Las cajas de cartón (recipientes en donde se transportan bananos) también han sufrido modificaciones en cuanto a su tamaño y la disposición de orificios. El tamaño y los orificios de las cajas de cartón cumplen una función importante a la hora de asegurar que el aire circula a través y alrededor de las tarimas. A mediados de los noventa se diseñó un nuevo tipo de caja de cartón llamada bandeja, que mide 60 x 40 cm y se envasa con una sola capa de bananos. Según algunos maduradores, las bandejas permiten un control más eficaz de la temperatura durante la maduración en comparación con la caja de cartón telescópica estándar, las bandejas requieren menos manipulación durante el transporte y en los supermercados (lo que mejora la calidad de la fruta y ahorra trabajo). Las cajas de cartón telescópicas posiblemente sean más económicas en envíos mayores, pero algunos productores expresaron sus reservas acerca de las dificultades de adaptar las instalaciones actuales de envasado a las bandejas, ya que están diseñadas para las cajas de cartón estándar de 18,14 kg.

4.7 Maduración

Según los minoristas, el banano es una «compra impulsiva», ya que los consumidores no pueden resistir comprarlos cuando están expuestos en condiciones impecables. Sin embargo, el banano es una fruta delicada que recorre largas distancias, se daña fácilmente y necesita instalaciones especializadas para su maduración. Una innovación derivada del envío de bananos en fase de latencia en cargas refrigeradas en puertos es la utilización de etileno para activar el proceso de maduración. La maduración consiste en la producción de azúcar a partir del almidón, lo que da al banano un sabor más dulce, ablanda los tejidos y destruye la clorofila, lo que vuelve la monda amarilla. Es una operación compleja que requiere una estrecha vigilancia y una labor intensiva. La temperatura del aire, la humedad y la composición de gases necesitan ser regulados constantemente utilizando ventiladores, y los comerciantes van cambiando progresivamente a sistemas informatizados para automatizar el proceso.


[28] La FAO ha apoyado el desarrollo de nuevas variedades de banano usando técnicas de mejoramiento basadas en la biotecnología. Véase, por ejemplo, el Proyecto sobre la mejora del banano (BIP), copatrocinado por el Fondo Común para los Producots Básicos y el Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento (BIRF).
[29] Los agricultores de banano de las Islas Canarias utilizan CTP para hacer coincidir la cosecha con las Navidades. Para obtener más información sobre CTP véase A. Ronen, Cohen, I y Rodriguez, R (2002) Crop Timing Plantation (CTP): la respuesta a la demanda del Mercado. En: Memorias XV Reunión Internacional ACORBAT 2002.
[30] Los cultivadores deben ser cautelosos ya que una subdivisión excesiva de los tejidos podría producir cifras inaceptablemente elevadas de plantas con malformación en el progenitor (Richard Yudin, comunicación personal).
[31] Asociación para la Cooperación en Investigaciones de Bananos en el Caribe y la América Tropical
[32] Para una descripción de la propagación a nivel mundial de las enfermedades del banano, véase Jones 2002.
[33] Véase, por ejemplo, el Capítulo 14 del Programa 21, Río de Janeiro 1992.
[34] Para un resumen de las técnicas de Manejo Integrado de Plagas relativas al banano, véase Merchán Vargas 2002.

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