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Arroz

Producción

Según las proyecciones, la producción mundial de arroz aumentará en menos del 1 por ciento anual en el decenio actual, frente al 1,6 por ciento de los años 1990. Como consecuencia, para 2010 la producción mundial alcanzaría los 440 millones de toneladas, en equivalente en arroz elaborado, frente a los 400 millones de toneladas obtenidos en el período base 1998/2000. Prácticamente todo el aumento derivaría de una intensificación de la producción, con casi ningún aumento previsto en la superficie sembrada. Al mismo tiempo, se prevé que la pérdida del impulso de los rendimientos observada en los dos decenios anteriores persistirá a mediano plazo.

Según las previsiones, estas pautas de crecimiento predominarán en Asia donde la presión sobre los recursos de mano de obra, tierra y agua ejercida por otros sectores limitará el margen de expansión de los cultivos de arroz. En América del Sur, la reducción de la ayuda gubernamental podría detener el aumento de la superficie sembrada en el próximo decenio. Al mismo tiempo, la modernización del sector debería sostener una expansión dinámica de los rendimientos en la región. A diferencia de las otras regiones, se prevé que el crecimiento de la producción en África dependerá casi por igual del aumento de la superficie y de los rendimientos. Pocos cambios se prevén en la producción de los países desarrollados, mientras que las economías en transición podrían experimentar un crecimiento dinámico, aunque no suficiente para permitir una recuperación total de los niveles registrados a comienzos de los años 1990.

Consumo

Según se prevé, la demanda mundial de arroz aumentará en el próximo decenio en poco más del 1 por ciento anual, frente al 1,7 por ciento registrado en los años 1990. Para 2010, la utilización total de arroz en los países en desarrollo alcanzará, según las proyecciones, los 424 millones de toneladas, 46 millones de toneladas más que la media registrada en 1998-2000, mientras que el aumento global totalizaría alrededor de 3 millones de toneladas para los países desarrollados y las economías en transición tomados conjuntamente. Se prevé que el consumo humano medio por habitante aumentará marginalmente con respecto al período base a 58,2 kilogramos por persona. Para el grupo de los países en desarrollo, el aumento de la población debería ser el factor determinante de la demanda de arroz en el próximo decenio, ya que el consumo por habitante podría disminuir algo. En cambio, en las economías en transición el crecimiento de la ingestión por habitante debería sostener el aumento del consumo.

Aunque su utilización en los piensos aumentó en los últimos años, el arroz sigue siendo esencialmente un cereal destinado al consumo humano y un alimento básico para casi la mitad de la población mundial. En todo el mundo, el consumo humano de arroz por habitante aumentará marginalmente, según las proyecciones, entre el período base y 2010, aunque se prevé una ligera contracción en los países en desarrollo debido principalmente a los cambios registrados en los hábitos alimentarios de las poblaciones de Asia sudoriental. En cambio, es probable que el consumo por habitante aumente en los países de África, América Latina y el Caribe y en los países desarrollados y en transición.

Comercio

Se prevé un aumento del comercio mundial de arroz de alrededor del 2,2 por ciento anual a 31,4 millones de toneladas en 2010 en comparación con la media de 24,6 millones de toneladas en el período base. Los países asiáticos deberían de continuar siendo los destinatarios principales, y absorber el 46 por ciento del volumen previsto, o sea 14,6 millones de toneladas, alrededor de 2 millones de toneladas más que en 1998-2000. Los envíos destinados al Cercano Oriente probablemente aumenten menos del 2 por ciento anual hasta alcanzar los 5,4 millones de toneladas, frente a un crecimiento anual del 5 por ciento experimentado en los años 1990. Se prevé un aumento de las importaciones de África de 2,5 millones de toneladas, con aumentos importantes en Côte d'Ivoire, Madagascar, Nigeria y el Senegal. En cambio, se prevén pocos cambios en las importaciones de América Latina y el Caribe, dado que la disminución de los envíos destinados al Brasil compensaría algunos aumentos registrados en México, Haití y Colombia. En conjunto, se prevé que los países desarrollados y las economías en transición importarán alrededor de 5,6 millones de toneladas en 2010, 2,1 millones de toneladas más que en el período base.

Para 2010, se prevé que los países asiáticos suministrarán más de tres cuartas partes del mercado internacional del arroz, y que los dos principales exportadores, Tailandia y Viet Nam, aumentarán tanto los volúmenes como sus porcentajes en el comercio total. También podrían aumentar las exportaciones de Camboya, Laos y Myanmar aprovechando la apertura de mercados con planes preferenciales, como el de “Todo menos armas” de la UE. Por otra parte, China podría experimentar reducciones al detenerse el crecimiento de la producción. Se prevé que las exportaciones tanto del Pakistán como de la India girarán en torno a los 2 millones de toneladas cada uno, no muy diferentes de las del período base, con la probabilidad de que la mayor parte de los envíos sea de arroz basmati de precios altos. En cuanto a las otras regiones, se prevé que Argentina, Egipto y Uruguay aumentarán considerablemente sus exportaciones. Según las proyecciones, la participación de los países desarrollados en el mercado del arroz pasará del 17 por ciento en el período base al 12 por ciento en 2010, ya que las entregas de los Estados Unidos descenderán hacia el final del decenio. Sin embargo, se prevé un cierto aumento de las exportaciones de Australia.

Problemas e incógnitas

En los tres últimos años, China se ha embarcado en nuevas políticas cerealeras que han determinado una fuerte contracción de la producción, dando lugar a una considerable disminución de las existencias para satisfacer las necesidades de consumo. Se supone que el gobierno no mantendrá esta política de producción a mediano plazo. Pero si lo hiciera, el país tendría que recurrir a importaciones en gran escala, lo cual tendría un efecto muy fuerte en la economía mundial del arroz. La apertura por parte del país de un contingente arancelario de 5,3 millones de toneladas en 2004, como parte de los compromisos asumidos por China al entrar en la OMC, facilitaría el acceso al mercado interno del arroz del país, pero las necesidades podrían ser mucho mayores, del orden de los 12 millones de toneladas, que es la reducción media de las existencias del país estimada entre 1999 y 2003. Aunque compras de esta magnitud aumentarían el volumen del comercio internacional, también harían disparar los precios internacionales, con efectos indirectos en la producción, el consumo, el comercio y las existencias del resto del mundo, así como en la seguridad alimentaria mundial.

Otra esfera de incertidumbre que podría influir enormemente en la economía del arroz se relaciona con el comportamiento de los países africanos. La región imprimió un gran impulso al mercado internacional del arroz, dado que las importaciones del continente se duplicaron con creces entre 1995 y 2002, absorbiendo en este último año casi el 30 por ciento del comercio total. Los gobiernos de la región se han ido mostrando cada vez más preocupados por el volumen de sus importaciones de arroz y la salida de divisas. Algunos de ellos (en particular Nigeria, el principal importador de arroz de la región) ya adoptó algunas medidas en 2003 para detener las importaciones. Un cambio radical de las políticas comerciales relativamente abiertas de los países africanos en el sector del arroz tendría fuertes efectos deprimentes en los precios internacionales, en el volumen del comercio, y en la estructura geográfica de la producción.


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