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Editorial

La ordenación forestal en el XII Congreso Forestal Mundial

En este número de Unasylva se ha recogido una muestra de las contribuciones más destacadas que se hicieron en el XII Congreso Forestal Mundial sobre la ordenación forestal. El congreso, que se organiza cada seis años bajo los auspicios de la FAO, es el acontecimiento mundial más importante relacionado con el sector forestal. El XII Congreso se celebró del 21 al 28 de septiembre de 2003 en Quebec, Canadá, en torno al tema «Los bosques, fuente de vida». Se dieron cita en él más de 4 000 personas de 137 países.

En el marco de las tres esferas temáticas –Bosques para la gente, Bosques para el planeta y Gente y bosques en armonía– se recibieron 1 036 memorias voluntarias, 32 documentos preparados por encargo y 456 carteles, llegados de todo el mundo. El programa técnico, de gran solidez, se estructuró en torno a 10 sesiones plenarias, 38 sesiones temáticas, varias sesiones de presentación de carteles y 115 actos paralelos. Las innovaciones con respecto a congresos anteriores consistieron en la celebración de 10 sesiones ecorregionales seguidas de mesas redondas, y seis foros abiertos.

El tema de la ordenación forestal se abordó en el marco de las tres esferas temáticas. La casi totalidad de los artículos de este número son adaptaciones o extractos de documentos preparados y presentados en el congreso; éstos se identifican en la página inicial con un pequeño logotipo del congreso. Se seleccionaron documentos cuya versión íntegra no se ha publicado en las actas del congreso.

Las expresiones «ordenación forestal sostenible» y «enfoque por ecosistemas» figuraron entre los numerosos términos utilizados en el Congreso Forestal Mundial para describir los conceptos y prácticas actuales en materia de gestión forestal. El primer artículo de este número, de S.M Davey, J.R.L. Hoare y K.E. Rumba, describe la forma en que ha incorporado Australia los principios y directrices operacionales del enfoque por ecosistemas en sus disposiciones institucionales relacionadas con la ordenación forestal sostenible. En un breve artículo en la pág. 6 se exponen las similitudes y diferencias entre esos dos conceptos.

La utilización de criterios e indicadores para medir el progreso conseguido en la ordenación forestal sostenible suscita una atención creciente. Tres artículos exponen otras tantas iniciativas para llevar a la práctica los criterios e indicadores. E. Grinspoon, M. Delfs y P. Brouha describen su utilización a escala nacional en la planificación forestal estratégica en los Estados Unidos. Los otros dos artículos presentan ejemplos de la utilización de criterios e indicadores en la unidad de ordenación: P.C. Dolom relata cómo se utilizaron para evaluar la sostenibilidad de un proyecto de ordenación forestal comunitaria en Filipinas, y C. Luján Álvarez, J.M. Olivas García y J.E. Magaña Magaña describen la elaboración de un sistema de principios, criterios, indicadores y verificadores en cuatro niveles, que se ensayó en un programa de bosque modelo en México. Se incluyen también textos más breves sobre la utilización de artrópodos y helechos epífitos como indicadores de las alteraciones de los bosques, así como sobre indicadores de las alteraciones del suelo.

En el siguiente grupo de artículos se abordan los aspectos participativos del manejo forestal. A. Akumsi se refiere a una estrategia de gestión de la vida silvestre en el Camerún en la que participan las comunidades locales. M. Headley presenta un programa experimental en Jamaica en cuyo marco se organizaron comités locales de manejo forestal para involucrar a las comunidades en la utilización y gestión de reservas forestales. Q. Lai formula sugerencias para extraer enseñanzas de las experiencias de gestión comunitaria de zonas protegidas en la zona sudoccidental de China.

En el siguiente artículo se abordan las plantaciones forestales en el marco de una estrategia global de conservación y gestión de los bosques. C. Messier, B. Bigué y L. Bernier proponen que se cataloguen zonas forestales del Canadá para distintos objetivos, desde la producción superintensiva de madera a la protección total. Esa estrategia permitiría aumentar la superficie de espacios protegidos manteniendo al mismo tiempo los elevados niveles de producción de madera en el país.

C. Laurent analiza las medidas de gestión que promueve el gobierno de Valonia, en Bélgica, cuya finalidad es reforzar la resistencia de los bosques a los cambios ambientales y fomentar la contribución de los bosques a la mitigación del cambio climático.

El último artículo, el único que no se preparó para el Congreso Forestal Mundial, se ocupa de la gestión destinada principalmente a la producción de madera. L.K. Snook y los coautores del artículo exponen experiencias de bosques comunitarios de México cuya finalidad es sentar las bases del aprovechamiento sostenible de caoba (Swietenia macrophylla) en bosques naturales. Este artículo es especialmente oportuno teniendo en cuenta que en noviembre de 2003 entró en vigor el Apéndice II de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES), en el que se incluyó la caoba en 2002.

En el XII Congreso Forestal Mundial se reseñaron las numerosas y diversas iniciativas encaminadas a mejorar las prácticas de ordenación forestal en todo el mundo, así como algunas de las limitaciones. En la Declaración Final se hace un llamamiento para formular y difundir metodologías de evaluación, notificación y gestión de toda la gama de productos forestales. Además se propugnan medidas para gestionar los bosques, intensificar las actividades de restauración y rehabilitación del paisaje para sostener los medios de vida, aumentar la cubierta forestal, mejorar la diversidad y funcionalidad biológica y minimizar el impacto de especies exóticas invasivas. Los participantes se comprometieron a alentar asociaciones para la cooperación en las que participen mujeres, propietarios de bosques, pueblos indígenas, organizaciones no gubernamentales, comunidades locales, la industria y organismos públicos.


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